El cine está muerto pero eso no es ninguna novedad. A pesar de esto o justamente por ese deceso hay algunos intentos aislados; suicidas que siguen pensando que las películas son un pájaro incendiándose en pleno vuelo, como si el sentido mismo de filmar estuviera en el salto al vacío.
Mucho se sabe de Godard y del éxito masivo y comercial que cada una de sus películas genera (la ironía va de regalo). En JLG/JLG, Autorretrato de diciembre se concentra a la manera de un poema, no solo en la historia de este arte ya fallecido, sino también la historia de la humanidad.
Existe la regla si existe la excepción
Jean – Luc sabrá entender que en el culo del mundo haya alguien que lo reescribe fragmentándolo en otro idioma. Porque para algunos más que sus textos sus películas o su filosofía es esa actitud de viejo punk – anarquista la que nos ilumina. Aun sigo sin entender cómo es que no invadimos Hollywood y nos cargamos unos cuantos gringos, en fin, dilemas con la cobardía que algunos tenemos.
No me siento cerca del Godard que filma, me siento cerca del Godard que escribe. Y aun más, del Godard de hoy, el Godard de 83 años que sigue disparando desde su torre de marfil como un loco solitario, si Godard me dijera que tuvo algo que ver con las torres gemelas no sé si le creería pero al menos me quedaría pensando.
Alguien sabe si el pendejo de Tarantino lo retribuyó de alguna manera por robarle A band apart para usar en sus películas de mierda.
Vi a tanta gente vivir tan mal y a tanta gente morir tan bien.
Los films son mercancías y es necesario quemar las películas, se lo había dicho a Langlois, pero cuidado, con el fuego interior. El arte es como el incendio, nace de lo que quema la esperanza.
Cuando uno se expresa siempre dice más de lo que uno quiere puesto que uno cree expresar la individualidad. Todo dormía como si el universo entero fuese un vasto error.
JLG/JLG
Jean – Luc Godard
Caja Negra Editora