El primer poema de El amor sostiene el peso de la noche marca el ritmo del libro, ubica la voz de la poeta Natalia Romero y establece las reglas de su juego. Narra, en un constante ir y venir del tiempo, todas las historias en las que luego va a ir haciendo foco. El segundo, apenas siete versos, termina con un “mirá” que marca lo imprescindible de poder decir. El padre señala pájaros y dice sus nombres, reflejando la importancia de encontrar las palabras para nombrar algunas y murmurar otras.
El resto de los poemas van cayendo como cascada y así los fue escribiendo la autora. “El libro se gestó mientras yo escribía otra cosa. Escribía y vivía -cuenta Romero en conversación con Indie Hoy-. Fue sin darme cuenta, como creo que suceden las cosas (o casi todas) en la escritura. Algo aparece y va a marcar su cauce”.
Sin saber exactamente hacia dónde iba, la poeta descubrió que tiene ciertas historias que necesitaba contar. “En este libro siento que aparece por primera vez mi papá. Su lugar en mi vida, que está muy ligado al paisaje en el cual crecí, donde me crié. Y desde ahí, todo lo que fue formando parte de mi historia, no me di cuenta de que la gran pregunta era ahora para mí: por eso el primer poema es ‘Dónde estoy yo’. Me costó mucho animarme a esto”, reflexiona la poeta y enfatiza en la importancia que tuvo Andi Nachón, poeta, guionista y docente que acompañó su proceso de escritura.
El amor sostiene el peso de la noche, publicado por la editorial Caleta Olivia, es el cuarto poemario de la autora nacida en Bahía Blanca, quien también coordina talleres de escritura y dirige la escuela de artes y escritura Las celebraciones. En este libro, como en sus anteriores, volvemos a ver el contraste entre la luz y la oscuridad, el amor y el miedo, los grandes temas del poemario.
“El amor y el miedo a veces pueden ser lo mismo -dice Romero-. En realidad, esto lo aprendí una vez, hace muchos años en una clase de yoga. La profesora, Teresa, nos dijo que nos tocáramos el pecho en la meditación: ‘Sientan lo que les pasa en el corazón ahora. En el mismo lugar habitan el miedo y el amor, y no hay lugar para las dos cosas'”. Fue a través de estos poemas que la autora pudo acercarse más a su miedo. “Me animé a mirarlo más de cerca”, concluye.
Leyendo a Natalia Romero nos damos cuenta enseguida de que, aunque en sus poemas haya restos de miedo, es el amor lo que triunfa. El amor, la ternura, la paciencia, la poesía. El amor no solo sostiene la noche, sino también al poema y a la poeta. Como ella escribe: “Qué lindo besar y reír/ como si no tuviéramos miedo/ como si el miedo no hubiese existido nunca”.
El amor sostiene el peso de la noche de Natalia Romero está disponible en librerías.