“Puedo ser un farsante, pero soy el hombre nuevo. Y si me meten preso, alguien me va a sacar. Y si no me sacan, será que tengo que estar preso. En síntesis, chúpenme bien un huevo”. Así nos da la bienvenida Barfeye a su último disco de estudio Artista revelación. En 2017, tiempo después de haber sacado su disco debut Black Beer (2016), el rosarino sentenciaba: “No elegí la música, tengo que hacerla aún si no quiero”. Cinco años después parece haber tomado esa frustración que puede acompañar la vocación creativa, y la fue puliendo hasta formar una perla que nos ofrece dentro de su más reciente trabajo.
“Encaré la producción del disco como un trabajo mucho más minucioso de lo que venía haciendo -cuenta Barfeye en conversación con Indie Hoy-. Hay muchos elementos que no estaba acostumbrado a manipular previamente, de distintos géneros y distintos instrumentos, que además fueron todos reales”. Este viraje en su proceso artístico se nota en una producción mucho más robusta, que a partir de la mezcla de géneros va conformando el campo sonoro ecléctico del disco. Hay lugar para la balada en “El culpable“, el synth pop en “Cuando me levanto“, y la fusión entre el trap y el folklore en “Canción de ausencia“, donde lo acompaña un erkencho, una clase de clarinete utilizado en la música incaica Harawi.
Barfeye no le está preguntando a nadie si esto funciona, simplemente lo hace y se divierte. No obstante, su osadía no carece de criterio. Barfeye es un carpintero del sonido, te construye una casa en medio de un pantano sin que entiendas muy bien cómo lo hizo. “Coche comedor“, por ejemplo, arranca como una canción de folklore donde el artista reflexiona sobre un amor finalizado que todavía late. De a poco, empiezan a surgir el autotune y la distorsión de voz, brotes de reggaetón, y hasta una armónica. La canción termina igual de dulce que como empezó, y Barfeye nos da la mano para bajar como el empleado de una montaña rusa.
En las primeras canciones del disco, la figura de Barfeye como un flâneur rosarino agobiado por el desamor brilla por su ausencia. “Fresas“, por ejemplo, es un punk rock que tira unos cuantos palos a los nepo babys de la industria musical. ¿Acaso Barfeye está tomando partido en alguna interna? “No me considero el músico que viene a hablar en nombre de, ni tampoco me gustan las comparativas entre el under y el mainstream. No me gusta ser un renegado ni un purista”, argumenta con diplomacia. En todo caso, si Barfeye es un renegado, tiene la lucidez para admitir sus contradicciones. “Quiero salir en la tapa de la Rolling Stone así todos saben quién soy/ Quiero salir en la tapa de la Rolling Stone así mi mamá sabe quién soy”, canta en “La tapa“, un tema rock y pop con un scratch de hip-hop noventoso.
La pluma de Barfeye tiene la potencia de un chasquibum. Sus versos tienen una belleza sencilla, pero la explosión que generan nos queda impresa en la retina hasta mucho tiempo después. Varias canciones del disco se enfrentan a la imposibilidad de dar cuenta del amor. Es más fácil escribir sobre tener el corazón roto que escribir una canción de amor sin sentirse Leo Mattioli. Sin embargo, en Artista revelación, Barfeye hace el intento con “Tristeza tem fim“, “su primera canción alegre”. ¿La razón? En el proceso de grabar el disco se enamoró. “¡Me pusiste a cantar canciones de amor!” acusa, risueño, a su pareja.
A pesar de lo que puede sugerir el título, en Artista revelación a Barfeye no le interesa hacer un manifiesto sesudo de su rol como músico. El disco se defiende por sí solo y está vivo. Es cuestionable sugerir que el arte puede estar vivo o muerto, pero también es posible. Lo más importante es que esté vivo, el resto se puede discutir. “Hay una grieta en todo, así es como la luz entra”, cantaba Leonard Cohen. Barfeye nunca renegó de su oscuridad, pero dejó que la luz entre y plasmó la experiencia este trabajo. Ahora prefiere “sonreír todo lo que pueda. De hecho, voy a hacer dos discos más y probablemente deje de hacer esto, por un tiempo por lo menos”, concluye.
Escuchá Artista revelación de Barfeye en plataformas de streaming (Spotify, Tidal).