Black Sabbath volvió al ruedo con una impresionante presentación durante la ceremonia de cierre de los Juegos de la Commonwealth en Birmingham, su ciudad de origen. La épica puesta en escena se llevó a cabo ayer 8 de agosto y tuvo como figuras centrales a Ozzy Osbourne y Tony Iommi, quienes interpretaron su clásico “Paranoid” ante miles de personas.
Este show breve es importante por diferentes motivos, pues no solo se trata de la primera vez que los legendarios metaleros tocan juntos desde su último show en febrero de 2017, sino también del regreso de Ozzy a la tarima luego de tres años de descanso.
Inicialmente, el Príncipe de la Tinieblas se había alejado de los escenarios debido al arribo de la pandemia de covid-19, y después a causa de sus múltiples problemas de salud. Y es que un accidente doméstico y la enfermedad de Parkinson han mantenido a Osbourne distanciado de los recitales por su propio bien.
De hecho, el mítico cantante y compositor se sometió a una cirugía de cuello hace unos meses, y con esta aparición pública parece demostrar que todo salió más que bien durante esa intervención y su periodo de recuperación. En esta oportunidad, Ozzy gritó desde el backstage “I’m Iron Man” antes de salir a tocar y luego arrancó su performance en frente de más de 30.000 espectadores que celebraron la potencia de su voz.
Hace unas semanas recordamos el día que Van Halen versionó a Black Sabbath en un show de 1976. Asimismo, hace poco Osbourne estrenó adelanto de su nuevo disco titulado Patient Number 9.