El arte muchas veces tiene formas curiosas de trascender. Existen configuraciones impensadas que de alguna extraña manera encajan a la perfección en medio de un contexto de urgencia. Dry Cleaning es un claro ejemplo de eso y su último álbum de estudio, Stumpwork, lo vuelve a confirmar.
Formada a principios del 2018, la banda londinense fue haciéndose su lugar en la escena inglesa con un post punk magnético e irónico, delineado por un sonido avasallante y las letras crípticas de la vocalista Florence Shaw en clave spoken word. Una combinación tan peculiar como atractiva.
Con sus dos discos, New Long Leg (2021) y Stumpwork (2023), la banda se topó con un éxito inesperado y el reconocimiento del público en todas partes del mundo. “Nunca nos propusimos lograr nada con la banda, salvo pasar un buen rato tocando juntos“, confiesa el baterista del grupo, Nick Buxton, en conversación con Indie Hoy.
Lo que plantea tiene sentido, ya que la fórmula con la que Dry Cleaning se dio a conocer en el mundo -un monolito instrumental acompañado por reflexiones que viran entre la poesía y la comedia- no debería haber funcionado, pero aun así lo hizo y sigue haciendo de una forma brillante. No es un dato menor que la banda se haya aliado con el productor John Parish, el histórico colaborador de PJ Harvey, “un maestro del sonido, pero sin llegar a ser un friki”, como lo define el bajista Lewis Maynard.
“En el pasado intenté hacer una infinidad de cosas para llegar a ser exitosa y popular y todas fallaron, en este proyecto no pensaba en eso en lo absoluto y por el contrario salió muy bien”, dice Shawn, quien ingresó a la banda mientras se ganaba la vida dando seminarios sobre ilustración en institutos de arte y luchaba contra la incertidumbre de cómo llevar su vida adelante. “Creo que Dry Cleaning funciona como una lección que demuestra que lo único importante es hacer algo que tenga algún tipo de valor genuino en vez de estar haciendo cosas para pegarla o para agradarle a la gente“, agrega.
Ahora, y en el auge de su trayectoria, la banda llega por primera vez a la Argentina para presentar su último material de estudio con dos shows: el domingo 14 de mayo en Mar del Plata, junto a Altocamet y Buenos Vampiros, y el martes 16 de mayo en Niceto Club junto a Richard Coleman como parte del South London Festival, donde al día siguiente se presentará la cantante de jazz Nubya García.
Esta va a ser su primera vez en Argentina y no van a hacer un solo show, sino dos, uno en Buenos Aires y otro en Mar del Plata. ¿Qué expectativas tienen con ambas fechas y cómo se están preparando?
Nick Buxton: Creo que ninguno de nosotros estuvo en Argentina antes, por lo que va a ser realmente emocionante. No sabemos qué esperar cuando lleguemos allá, pero me resulta interesante pensar en la oportunidad de hacer cosas bonitas que vamos a tener en ese lugar.
Florence Shawn: Mi forma de prepararme para los shows es imaginar mis outfits. Cuando salgo de gira solo puedo llevar un puñado de prendas en la valija, por lo que trato de ser bastante inventiva con lo voy a usar. La realidad es que odio reutilizar vestuario en una misma gira, así que paso mucho tiempo pensando en eso. También me gusta pensar en cómo el lugar donde voy a tocar puede inspirar un poco lo que voy a llevar puesto en el espectáculo y para esos dos shows planeo hacerlo.
El tiempo entre su primer álbum y Stumpwork fue relativamente corto, aun así, se perciben algunos cambios en cuanto a lo instrumental donde ya no tiene tanta preponderancia la distorsión. ¿Cuál fue la búsqueda creativa para llegar a este sonido en particular?
Lewis Maynard: Puede decirse que el sonido para este disco surgió como una oportunidad después del éxito del primer álbum porque básicamente tuvimos más tiempo para realizarlo. Eso fue clave y también coincidió con un hueco en nuestra agenda. Con el primer disco habíamos tenido solo dos semanas para grabar y de inmediato tuvimos que salir a presentarlo. En Stumpwork nos dimos el gusto de jugar, probar ideas, agregar y sacar capas, y tener todo el tiempo del mundo para escuchar lo que habíamos grabado.
FS: Todo se resume básicamente en eso: el tiempo que tuvimos. Para las letras de este disco recurrí a un montón de cosas, como archivos de revistas o cosas así, supongo que para encontrar algún tipo de fuente que sea lo suficientemente espontánea e impredecible y que inspire mi escritura.
Para esta ocasión volvieron a convocar a John Parish en la producción. ¿Como definirían la experiencia de trabajar con él en el estudio? ¿Qué cambios hubo en la metodología de trabajo con respecto al primer álbum?
NB: Fue un proceso bastante similar entre ambos discos, pero, como los chicos mencionaron anteriormente, tuvimos menos restricciones en cuanto al tiempo por lo que John se abrió un poco más con nosotros. Supongo que se permitió relajarse con algunas cosas. Siento que haber trabajado con John en el pasado influyó directamente en mi forma de hacer las cosas mientras trabajábamos en las nuevas canciones. Me di cuenta que muchas de las cosas que sé las había aprendido de él o junto a él. En esta ocasión, nos planteó cosas que sonaban contradictorias a lo que quizás nosotros esperábamos de él. Todo eso nos ayudó a mantenernos alerta. Mucho de lo que él hace es psicológico. A veces hace estas cosas con el objetivo de no permitir que te relajes demasiado. Con él pasamos a tener una especie de amistad más allá de lo laboral, pero en lo que respecta al trabajo en el estudio lo normal es que te haga probar algo nuevo. Así logra sacar grandes discos, no puedo argumentar contra eso.
FS: Él es tan… tal vez decir esto sea lo más obvio sobre un productor -o tal vez no-, pero él es una persona muy meticulosa. Se interesa realmente por los detalles. Y puede escucharlo todo. La gente siempre me pregunta sobre el sonido de la voz, cómo fue logrado y demás, y la verdad es que es todo producto de él, yo no tengo idea cómo lo hicimos. Él mismo se encargó de ser lo suficientemente cuidadoso y cambiar los micrófonos, probar otros, moverlos de lugar, y todo eso. Yo simplemente lo seguí. Cuando vuelvo a escuchar lo que grabamos, me sorprende lo único que es el sonido, pero también lo seco que es, no sé cómo explicarlo. Es como una voz dentro de tu cabeza o algo así, la cual parece fácil ignorar pero en realidad es muy difícil de hacerlo.
Su disco anterior, New Long Leg, fue un éxito rotundo. ¿Sintieron algún tipo de presión con Stumpwork o una necesidad de superarse con este nuevo lanzamiento?
FS: Sí y no. En realidad, la presión desapareció con el tiempo. Sí la sentí al comienzo, pero en cuanto te ponés a trabajar y componer, solamente enfocado en eso, te olvidás de todas las cosas que te afligen.
LM: Claro, en esta oportunidad pudimos realmente enfocarnos el 100% en el proceso de composición y grabación, justamente gracias al tiempo que tuvimos.
NB: Sí, además creo que lanzar un disco en la pandemia fue algo bastante extraño porque no teníamos dimensiones reales de si lo que hacíamos era realmente exitoso o no. New Leg Long fue nuestro primer disco y antes de eso no teníamos nada, así que no existía un calibre para medir qué tanto había gustado. Esa sensación se vuelve tangible solamente cuando salís y tocás en vivo. La gente puede enviarte cientos de mensajes sobre que alcanzaste determinada cifra con las reproducciones, o que tu canción entró a la lista de éxitos en el Reino Unido, pero si no salís a tocar tus canciones y ver a toda esa gente, realmente nunca vas a tomar dimensión de las cosas. Ahora puedo decirte que sacar un disco en pandemia fue algo rarísimo, pero en ese entonces no lo sabía.
Algunas de sus canciones varían de forma radical en sonido y el contenido de las letras. ¿Qué tiene que tener una idea para que finalmente termine siendo una canción?
FS: A menudo pienso en la forma de las cosas. Aunque suene como algo bastante abstracto, creo que para sentir que algo puede terminar siendo una canción debe tener una cierta dirección o un cierto flujo y apegarse a un determinado grupo de temas o de ideas, no solamente cosas tiradas al azar. No me interesan las cosas que son totalmente aleatorias. El proceso se forma como una especie de nube llena de ideas diferentes, donde hay ciertos fragmentos que se relacionan entre ellos y mi tarea es juntarlos y tratar de hacer algo elegante. Después llega la parte de la edición, donde me aseguro de que no quede ningún fragmento innecesario para que la canción siga el mismo hilo emocional. Entonces se configura como un proceso al detalle, que no se detiene hasta sentir que lo hemos logrado.
¿Componen desde una perspectiva personal o como si fueran alguien más?
FS: Sí, a veces, pero no sé si es todo lo mismo, porque siento que dentro de cada uno hay varias personalidades diferentes. Por momentos puedo estar bastante insensible o antipática y luego, al minuto siguiente, estar abrazando a todos y decirles cuánto los amo. Pero bueno, de todas maneras, sigue siendo algo autoreferencial. Puedo fingir que soy alguien más, pero en el fondo siempre sigo siendo yo, por lo menos así lo veo.
LM: Creo que todos nosotros hacemos eso con nuestros instrumentos. Me refiero a que, mientras escribo, estoy todo el tiempo pensando en otros músicos y su influencia. De alguna forma intentás canalizarlo en tu forma de tocar.
FS: También depende para quién vaya dirigido el mensaje. Es como hablar con una voz diferente. Por ejemplo, la forma en que le hablás a tu mamá no es la misma forma en la que le hablás a tus amigos. Dependiendo el contexto, las personas suavizan sus palabras o las alteran un poco. Y me gusta, disfruto todo eso. Creo que eso es algo interesante.
Se los ha posicionado dentro de un grupo de nuevas bandas post Brexit que llevan adelante un discurso en contra de las consecuencias que todo este contexto trajo. De hecho, esto queda reflejado en cierta forma en la canción “Conservative Hell“. ¿Qué opiniones tienen sobre el tema?
NB: Personalmente, se me hace muy difícil pensar a la banda dentro de un contexto y lo que eso significa. Si la gente piensa eso, para mí no hay ningún problema. Pero no creo que sea algo fácil de expresar ya que no puedo ver las cosas desde el exterior. Nunca voy a escuchar a nuestra banda de la misma forma que lo hace cualquier otra persona por lo involucrado que estoy con ella y la cercanía que tengo.
FS: Creo que, en cierto modo, estoy de acuerdo con eso. Supongo que en términos de tiempo, sí, tiene sentido porque el Brexit efectivamente sucedió y luego surgimos como banda. Toda este contexto, con su foco anclado en el Reino Unido, dejó entrever lo resquebrajados que estábamos como nación. El resultado de esa elección fue tan dividido que resaltó lo polarizado que se encuentra el Reino Unido entre estas dos formas de pensar totalmente opuestas, o al menos eso es lo que parece desde afuera. Me hace sentir bastante bien que la gente lo dimensione así porque creo que la música que hacemos es reflexiva y toda la situación del Brexit fue extremadamente irreflexiva. Fue como una falla masiva de pensamiento por parte de montones de personas en el Reino Unido. Entonces, si podemos representar o promover de alguna manera la idea de pensar en algo un poco más profundo que solo un eslogan superficial, entonces creo que es algo positivo. No es que al día después del resultado nos reunimos y dijimos “hagamos una banda”. Pero sí estamos en contra del Brexit, por si no es lo suficientemente obvio.
¿Qué es lo que define a Dry Cleaning como banda? ¿Qué fue lo que la hizo trascender cuando no se lo esperaban?
NB: Algo que fue realmente importante para nosotros es que empezamos el proyecto con mucha honestidad, o con intenciones modestas sin esperar nada. Capaz que lo que digo suena bastante obvio, pero me hace muy feliz que las cosas hayan resultado de esa manera. No hubo nada engreído o ambicioso en la forma en que decidimos comenzar a hacer las cosas. Creo que es un rasgo que continúa a través de todo lo que hemos hecho hasta el momento. Encarar el proyecto de esa manera, nos ayudó a ver las cosas con un poco más de claridad y a tomar decisiones sobre a dónde queríamos ir, qué queríamos hacer y por qué lo ibamos hacer. Supongo que la clave estuvo en ser capaces de pensar en las cosas de una manera simple.
LM: Empezamos la banda tratando de impresionarnos los unos a otros, para simplemente divertirnos, y es algo que todavía seguimos haciendo. Incluso cuando pienso en el próximo disco y en cómo vamos a abordarlo, pienso en el proceso como algo entretenido. Es una manera de trabajar que nos define. Creo que el público pudo sentir esa sinceridad de parte de nosotros y eso hizo que hoy estemos donde estamos.
Dry Cleaning se presenta este martes 16 de mayo a las 20 h en Niceto Club (Av. Niceto Vega 5510, CABA) junto a Richard Coleman, entradas disponibles a través de Passline. Escuchá Stumpwork en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Tidal, Apple Music).