Los objetos de colección que pertenecieron alguna vez a nuestros ídolos mueven grandes subastas, miles de dólares y fuertes competencias entre los postores. Así lo demostró recientemente el caso del icónico sweater que usó Kurt Cobain en el MTV Unplugged de Nirvana.
El histórico show se llevó a cabo en 1993, unos meses antes de que se conociera la noticia de la muerte de Cobain, y representa un evento único y legendario para la música. En un escenario repleto de lirios, Nirvana se dispuso a grabar y televisar el que luego sería uno de los mejores discos de los 90. Con la actitud despojada que lo caracterizaba, Cobain vistió un jean y un sweater bastante arruinado, pero que, con el paso de los años y de la historia, ha generado un valor exorbitante.
En 2015 esta prenda fue subastada por $137.000 dólares, pero su dueño actual decidió venderlo nuevamente, mientras su valor se incrementó considerablemente.
Este sweater se presenta sin lavar, conservado de la misma manera que lo dejó Cobain. Así explica Darren Julien, a cargo de la más reciente subasta: “Es muy importante no lavarlo. Las manchas están allí todavía. Incluso tiene quemaduras de cigarrillo que pueden verse en el sweater.”
Esta vez, el sweater fue subastado por $334.000 y no deja de asombrar los no-límites del fanatismo, el fetichismo hacia la cultura pop y el valor que adquieren los objetos mientras más se endiosa a un icono.
Julien explica, sin embargo, que los objetos de culto y fetichismo también se ponen en la mira de los inversores, más allá de ser fanáticos o no: “La memorabilia del rock and roll se ha convertido en una inversión. No es sólo un mercado para los coleccionistas, es un mercado para los inversores. La persona que trajo el sweater en 2015 lo compró como una inversión.”