La aparición de internet cambió el mundo para siempre y, con el correr de los años, los seres humanos comenzaron a sacarle tanto jugo que hoy es casi imposible imaginarse un mundo sin ella. Por supuesto, el negocio de la música también cambió con la llegada de internet a los hogares de todo el mundo. Por un lado, los fanáticos de casi cualquier parte del globo pudieron acercarse como nunca antes a sus artistas favoritos, pero por el otro, la industria del cuarto arte comenzó a atravesar uno de los peores momentos de su historia gracias a la piratería.
Internet le permitió a la gente compartir, de manera totalmente gratuita y sin permiso del artista responsable del material, sus canciones y discos con otras personas, pero en este contexto también se produjo otro problema para la industria musical: el de las filtraciones. Según recuerda Far Out Magazine, el primer álbum que salió a la luz antes de tiempo gracias a un cibernauta que accedió a él y lo compartió de manera ilegal fue Songs of Faith and Devotion, el octavo LP de Depeche Mode que fue publicado de manera oficial el 22 de marzo de 1993.
Steve Knopper, autor de Appetite for Self-Destruction: The Spectacular Crash of the Record Industry, escribió sobre ese momento que marcó un antes y un después en la música, y recordó que, cuando las canciones de Dave Gahan y compañía empezaron a circular por las salas de chat del ciberespacio, un secretario del conjunto le comentó la situación a la banda y recibió un aluvión de expresiones desconcertadas, ya que se había producido un hecho que con el correr del tiempo se volvería moneda corriente, pero hasta el momento nunca antes se había experimentado.
Por su parte, Jeff Gold, el vicepresidente del sello Warner, “ni siquiera sabía lo que era una sala de chat y no pertenecía a la minoría”, asegura Far Out Magazine. “En 1993, las universidades utilizaron en gran medida la encarnación muy rudimentaria de internet como una demostración de tecnología y para compartir los resultados de los exámenes en lugar de que una gran proporción de la población la usara. Gold se inscribió en un proveedor de servicios en línea, CompuServe, y comenzó a investigar”.
“Gold señaló que las pocas personas que compartían las canciones inéditas no eran nada en comparación con la oleada de publicidad y entusiasmo que las rodeaba. También notó, a través de semanas de estar al acecho en las salas de chat, que podía obtener una gran dosis de opinión pública sobre cualquier tipo de marketing muy rápidamente y sin mucho esfuerzo”, afirma el citado medio. De esta manera, Gold se convirtió en uno de los primeros ejecutivos de la industria en adentrarse en internet para conocer qué decía la gente sobre uno de sus productos y extraer de esas salas de chat información que, de otro modo, nunca hubiera conseguido.