El año pasado, por estas mismas fechas, conversábamos con el trío mágico Frank Is Dead en una frecuentada casa de La Plata. A los pocos minutos de que los chicos se asomaran por entre la puerta de entrada, la pelopincho ubicada en el patio de atrás explotaba y ahí estábamos Jerito, Fran, Sebastián y yo, comenzando la entrevista con trapos en mano, en el medio de una súbita inundación interior. ¿Hay acaso en el mundo mejor prólogo? La banda es enérgica, rabiosa, graciosa, con ganas de todo al mismo tiempo.
Recapitulemos un poco: Frank Is Dead lanzó su primer disco Frank Is Dead Vol I. en noviembre de 2014, y fue gracias a la consigna teórico-práctica a la que adhieren quizá sin pensarlo demasiado y que ellos mismos catalogan como “muerte del género” que la banda de City Bell dio que hablar entre quienes aprecian la música libre y desprejuiciada. Es que al escuchar el trabajo de Fran Formica, Jerito Pescio y Sebastián Poto nos encontramos con viscerales y exquisitos menjunjes de géneros de ayer y hoy que confluyen en una obra sin fecha de emisión o vencimiento clara, generando así el abrazo de un ecléctico público que agradece el espíritu de una banda que parece ser impermeable a las modas y los encasillamientos.
Luego de casi dos años y medio de silencio en los estudios, la nueva entrega de Frank Is Dead, Frank Is Dead y los animalitos del bosque, vio la luz recientemente vía YouTube y Bandcamp. Grabado y mezclado en los estudios Bauhaus (La Plata) por Lucas Serra y masterizado por el Cana San Martín, Frank Is Dead y los animalitos del bosque se presenta como un disco de seis temas en los que se cuentan distorsionadas historias de animales en medio de un paisaje sonoro potente y estrepitoso, juguetón y teatral. Veintiocho minutos de diversión y agite de melenas asegurado.