Kanye West le dio un giro religioso a su vida hace algunos meses. Como prueba de ello, viene haciendo sesiones tituladas “Sunday Service” en las que versiona clásicos de bandas como Nirvana en clave góspel y publicó un disco titulado Jesus Is King. No obstante, lo cristiano no le quita lo excéntrico, y hace unos días el rapero afirmó que es “sin dudas, el artista más grande todos los tiempos.”
Por estos días, el esposo de Kim Kardashian brindó unas declaraciones que combinan su fe y su egocentrismo. El viernes pasado, comentó en el programa de televisión de James Corden que el reembolso de $68 millones de dólares en impuestos que recibió es “un regalo de Dios.” Más aún, Kanye se atrevió a afirmar: “Dios está usándome para presumir.”
Luego explicó las buenas noticias que ha tenido en sus finanzas en estos meses:
“El año pasado gané $115 millones y aún así acabé con $35 millones en deudas. Este año me fijé y me regresaron $68 millones en mis declaraciones de impuestos.”
Desde su perspectiva, se trata de una recompensa divina por reconvertirse al cristianismo. Por lo que se considera como un ejemplo a seguir: “La gente necesita escuchar [de] alguien que ha sido endeudado por el sistema, hablar sobre este tipo de números ahora que están al servicio de Cristo.”
Sin embargo, la realidad es que ese beneficio impositivo es obra del presidente Donald Trump, uno de sus amigos más cercanos. El mandatario ha introducido reformas tributarias que favorecen a las rentas más altas, es decir, a los ciudadanos más ricos del país.
Durante su conversación con Corden, West además se refirió a las etapas más duras de su vida: “Dios siempre tuvo un plan para mí y quería usarme. Pero pienso que quería que sufriera más y que la gente viera mi sufrimiento y mi agonía y me pusiera estigmas y me hiciera pasar por todas las experiencias humanas.”
Te invitamos a mirar un fragmento del citado episodio del show de James Corden a continuación.