Britney Spears ha estado en boca de todos en los últimos días, no solo por el estreno del documental Framing Britney Spears sino porque ella misma se dirigió a sus seguidores aceptando que se está concentrando en mejorar para volver a los escenarios.
Como ya es sabido, la debacle de Britney tuvo su comienzo -al menos a nivel público- en 2007, momento en que reaccionó violentamente ante los incesantes acosos de la prensa, decidió raparse y perdió su independencia legal. En este momento, la cantante tuvo un dedo acusador gigante sobre su imagen, en el punto más alto de su fama y con el mundo dirigido a observar su caída.
Durante ese periodo hubo una inesperada persona que le tendió la mano: Björk. Según cuenta ella misma, la cantante le envió una carta a Britney ofreciéndole que se mude a Islandia para estar más protegida de la prensa y los paparazzi.
“A pesar de que Britney se mude a Hong Kong o África o donde sea, no podría escapar. Y eso es escalofriante. Era escalofriante ver los titulares cuando era fotografiada sin sus bragas. Me avergüenzo porque esto muestra cuánto seguí el tema”, explicó la islandesa sobre aquel momento.
Esto conmovió tanto a la artista que le ofreció un lugar en su casa, aunque aparentemente Britney nunca respondió el ofrecimiento. Posiblemente, en un momento tan convulso, la cantante puede no haber recibido la carta de su colega. Lo cierto es que no fueron muchas las personalidades del espectáculo que apoyaron a Spears en aquel momento. No sería hasta el nacimiento del movimiento “Free Britney” que se visibilizaría masivamente la situación que atraviesa desde hace años.