“In My Time of Dying” es uno de los tantos himnos que Led Zeppelin le dejó a los melómanos de todas las eras, pero aún así destaca de entre las otras canciones del grupo inglés por ser la más larga con una duración de poco más de once minutos.
El tema, que nació como un track de góspel inspirado en el Salmo 41:3, fue grabado originalmente en Dallas (Texas) el 3 de diciembre de 1927 por un coro y, con el correr de los años, diversos artistas se atrevieron a hacer su propia versión, como por ejemplo Bob Dylan.
La interpretación de Robert Plant y compañía, que integró su álbum Physical Graffiti (1975), tiene una característica particular más allá de su duración y es que, en su mayor parte, fue improvisada. Las sesiones de jamming en el estudio eran moneda corriente para los miembros de Led Zeppelin y de allí surgieron varias joyas.
“Rock and Roll”, del cuarto álbum, comenzó de esa manera. Lo mismo ocurrió con “Trampled Under Foot”, por nombrar otro ejemplo. Pero “In My Time of Dying” se grabó en una toma en vivo, con modificaciones posteriores mínimas, y hasta el mismísimo Jimmy Page dijo que fue improvisada en una de sus conversaciones con Brad Toinski, autor del libro Light and Shade: Conversations with Jimmy Page.
“‘In My Time of Dying’ se grabó en dos tomas en gran parte improvisadas”, aseguró el violero. “Estábamos justo en el límite”. De hecho, la naturaleza tan natural y espontánea del track queda a la vista (o a la escucha) justo sobre el final, cuando se puede oír a alguien toser antes de que John Bonham grite que cree que “esa será la [toma] indicada”.
Hace poco repasamos cuáles son las canciones favoritas de la banda para cada uno de sus integrantes y hablamos de las razones por las que a Jimmy Page no le agradaba la portada de Led Zeppelin III.