Con una puesta en escena llena de exuberancia, excesos y locura, Lil Nas X tuvo su bautismo triunfal en la Argentina. El artista norteamericano trajo toda su artillería pesada para dejar la vara muy alta respecto de lo que significa ser un headliner en el Lollapalooza Argentina. Al mejor estilo Versace, la inclasificable estrella pop se movió de forma frenética, con mucha gracia y solvencia, junto a un grupo de notables bailarines entre una muy lograda escenografía afrofuturista.
Los destellos reggatoneros del hit viral “Montero (Call Me by Your Name)” alcanzaron para poner en clima a las miles de personas que llegaron al escenario Samsung con un ojo puesto en el acto principal. Después de hacer pasear a una serpiente espacial por las tablas –gran uso retro de los elementos escénicos–, Lil Nas X prendió la fiesta con una sobredosis de dancehall (“Batty Boy”) y trap del más ácido (“Scoop”, “Rodeo”).
El público no terminaba de recuperarse de cada impacto y el siguiente volvía a sorprender sin darle respiro: de la épica estilo Big Band cruzada con un rapeo bien denso (“Dead Right Now”) al hip-hop espacial post 2000s con guitarras ochentosas (“Don’t Want It”), lo que se vio sobre el escenario fue un calculado proceso de autodestrucción interna en el que el frontman exploró todos sus miedos y angustias.
Obviamente, ese híbrido entre country y trap llamado “Old Town Road” terminó por mandar todo al carajo. Y con canciones como “Sun Goes Down” y “Panini” –esta última con un uso magistral del autotune para convertirse en un cyborg– se animó a bajar a su costado más sensible. Trap-pop a corazón abierto, sazonado por un impresionante solo de su principal bailarín en el que no hubo era musical sin repasar, combinando pasos urbanos con movimientos más clásicos.
La épica pop tanto visual como sonora encontró su punto caramelo en las más reflexivas y angustiantes “That’s What I Want” y “Lost in the Citadel”, contrastando con momentos de mayor oscuridad y vaporosidad (“Down Souf Hoes”) y con un cierre a toda orquesta de la mano de “Industry Baby”, mashup magistral con “Beat It” de Michael Jackson y “Power” de Kanye West de por medio.
Es cierto que lo más recomendable para ser cabeza de cartel en un festival es utilizar una banda completa. Pero es igual de cierto que se puede realizar una puesta innovadora y revolucionaria aún sin depender de un ensamble instrumental. En ese sentido, a Lil Nas X le sobró con no subestimar ni un poquito al país para convertirse uno de los grandes protagonistas del Lollapalooza Argentina 2023, marcando un nuevo punto de referencia en términos de concepto, escenografía y sonido.
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