Los primeros adelantos de Nadar de Noche fueron indicios de que Quietud, su LP debut, no sería un disco más de rock. Con la presencia protagonista de sintetizadores en todas sus canciones, los integrantes de la banda de Buenos Aires se alejan del noise sónico de sus orígenes en proyectos pasados como Temporada de Tormentas y Archipiélagos para darle más espacio al pop, aunque persisten los ritmos cambiantes y las texturas de guitarras que le dan su toque original.
La pandemia encontró a Nadar de Noche en pleno proceso de grabación. Durante 2020 y parte de 2021 trabajaron en el estudio Resto del Mundo con Felipe “Pipe” Quintans, conocido por sus trabajos junto a El Mató a un Policía Motorizado, Las Ligas Menores y 107 Faunos, entre otros referentes de la escena. La banda cuenta que fue difícil atravesar este proceso en una situación de aislamiento y restricciones: al principio tuvieron que frenar el proyecto hasta que las medidas se flexibilizaron y pudieron retomar la grabación, con ciertas limitaciones. Sin dudas fue una experiencia extraña grabar con distancia, con el barbijo puesto y sin la posibilidad de tener a todos los músicos juntos durante las jornadas de grabación y mezcla. Pero postergar todo o apurar un proceso que requiere una gran dedicación no estaba en los planes de Nadar de Noche. Entonces se propusieron tomarse el tiempo necesario para experimentar con sonidos, percusiones, distintos instrumentos, vocoders y samplers, y el resultado de tanto trabajo valió la pena.
Desde la búsqueda sonora, en Quietud los sintetizadores se enredan con guitarras impredecibles que mutan entre lo simple y lo complejo mientras la base rítmica de bajo y batería alterna entre lo eléctrico y lo electrónico. Las voces de Santiago Motorizado en “Amanece” y Mariano Di Césare en “Hábitat” contribuyen a la atmósfera musical de este ambicioso debut. La colaboración con el cantante de El Mató fue una sorpresa que develaron pocos días antes del estreno, en una canción que se destaca por su propuesta instrumental y la voz inconfundible de Santiago con una melodía para escuchar en loop.
La experimentación de este primer trabajo llega a su punto máximo en “Rivera”. Con una base de batería electrónica reemplazando la batería tradicional, un synth bass en lugar del bajo y más sintetizadores marcando el camino, la letra describe una historia de amor. El vocalista Lucas Tunder canta “decidimos que no va a terminar a pesar de todo” mientras la canción cambia de clima, como cuando las cosas empiezan a salir bien. Este recurso se puede apreciar a lo largo del disco: las letras completan el concepto al narrar una historia de transformación, donde el protagonista logra emerger a la superficie después de tomar valor.
El arte de tapa del disco y de sus adelantos son imágenes digitales generadas en 3D, porque en Nadar de Noche todo el tiempo conviven los elementos analógicos y cotidianos con otros más oníricos y digitales. Por momentos no podemos distinguir entre el sueño y la vigilia o entre la realidad y su simulación. Otro detalle interesante es que el álbum de la banda y su primer show en vivo se dan en un momento oportuno: cuando las cosas finalmente parecen volver a la normalidad. Una especie de soundtrack para recordar que todo pasa.
Nadar de Noche se presenta el jueves 16 de diciembre a las 19 h en La Tangente (Honduras 5317, CABA) junto a Super 1 Mundial, entradas disponibles a través de Passline. Escuchá Quietud a continuación o en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Apple Music).