Niña lobo se ha consolidado como una de las grandes promesas de la escena independiente uruguaya. La joven agrupación consiguió un gran reconocimiento con sus primeros singles desde 2019 y si bien la pandemia le puso un freno a sus shows en vivo durante 2020, las integrantes de esta banda encontraron la manera de canalizar su energía creativa y empezaron a darle forma a lo que sería su disco debut. Hoy ese álbum titulado Lo que duró la vida de alguien ya se puede escuchar en plataformas de streaming.
Sobre el proceso de gestación de ese material, ellas señalan que fue un arduo trabajo de casi dos años que llevaron a cabo “bajo cuidados sanitarios y escapadas hacia el interior del Uruguay”. A nivel técnico, el disco fue grabado por Emilio Ferraro y Carolina Roballo en el estudio Peloloco entre junio y julio de este año. El equipo estuvo conformado por Andrés Coutinho (Eté & Los Porblems) en calidad de drum doctor, Guillermo Berta como productor y Matías Bello (Sumergibles) en apoyo con bajos y guitarras. Por otro lado, la masterización corrió por cuenta de Juan Stewart y el arte de tapa por Vanette Kosman.
En cuanto al contenido de esta obra, la formación comenta a través de un comunicado:
“El concepto principal que define a las canciones es vivir a través de los ojos de otros y de personajes que le dan sentido narrativo a cosas tan ilógicas como el desamor o la pérdida de sentido. Nos encontramos con una Niña Lobo madura, que pasa por un proceso de introspección, autoconocimiento y cambia la perspectiva del mundo que la rodea, pero sobre todo, sobre ella misma”.
Sin dudas, los 13 temas que conforman este material ofrecen una gran intensidad emocional, pero también ambientes y melodías cercanos al dream pop y el indie rock. Sus canciones traducen con astucia y sensibilidad el sentir de toda una generación que se ha tenido que acostumbrar a una vida llena de incertidumbres y fragilidad tanto a nivel económico como afectivo.
A continuación, podés disfrutar de dos cinematográficos videoclips dirigidos por Matías Piedra Cueva y Pedro Duarte y protagonizados por las integrantes de esta agrupación. En sus escenas ellas no solo tocan, sino que juegan a la ouija y convocan a un espíritu inesperado.