Hace unos días hablamos sobre las acusaciones de plagio que tuvo Nirvana a lo largo de su carrera. En esa ocasión hicimos hincapié en las canciones, pero en esta oportunidad los problemas tienen que ver con el logo característico del grupo.
Desde hace dos años, la banda que supo ser liderada por Kurt Cobain está envuelta en una disputa por derechos de autor alrededor de la famosa “carita sonriente” que tanto los representa.
En su momento, Nirvana tomó acciones legales contra Marc Jacobs porque una colección del diseñador utilizaba su logo con modificaciones. En varias remeras, buzos y medias aparecía la famosa cara pero en lugar de decir NIRVANA decía HEAVEN (en una tipografía idéntica) y en los ojos, en lugar de las letras X había una M y una J (por Marc Jacobs).
Marc Jacobs admits his shirt was “inspired by vintage Nirvana concert t-shirts from the 1990s” but was “reinterpreted” by Jacobs https://t.co/7lMDV9QgNs pic.twitter.com/5ScAEoTJiV
— David Zweig (@davidzweig) March 14, 2019
Si bien Jacobs trató de desestimar la demanda diciendo que solo se había inspirado en unas remeras de la banda y que el diseño era único porque tenía las letras M y J, el conflicto sigue en pie. Sin embargo, ahora se suma un nuevo problema: la aparición de un artista gráfico que dice ser el verdadero creador del logo -cuyo crédito siempre perteneció a Cobain-.
El diseñador, llamado Robert Fisher, reveló que trabajaba como director de arte en Geffen Records cuando escuchó que Nirvana iba a firmar. Fisher reconoce que ya era fan de la banda en ese momento y que empezó a trabajar con ellos en el diseño de la portada de Nevermind. Aparentemente, él les mostró la imagen del bebé desnudo nadando que terminó convirtiéndose en la icónica portada que ya todos conocen.
Luego de esto, Fisher dice haberse convertido en el encargado de todos los trabajos de diseño de la banda. En 1991, supuestamente fue consultado para crear el diseño de una remera y empezó a trabajar en diversas versiones de una cara sonriente que solía dibujar en la universidad. Eventualmente, y luego de varios borradores, terminó diseñando el logo amarillo.
El artista afirma que su diseño es exactamente el mismo que Nirvana registró como de su autoría pero nunca fue un empleado de la banda ni firmó ningún acuerdo con ellos. De acuerdo al abogado de Fisher, Inge De Bruyn, el artista recién ahora se enteró de que Cobain tenía el crédito por el diseño del logo:
“Él tampoco sabía que en 1993 Nirvana, Inc. registró los derechos de la cara feliz que aparecía en la remera como si fuera de ellos. Robert siempre fue una persona reservada y nunca hizo alarde de sus logros. Dicho esto, hay una clara línea entre la gente especulando sobre los orígenes y la verdadera autoría de su trabajo y que se lo estén atribuyendo a otra persona. […] Los artistas merecen el crédito por su trabajo. A veces es lo único que obtienen”.
Por su parte, el abogado de Nirvana LLC dijo que las acusaciones de Fisher no tienen fundamento y que la demanda seguirá en pie.