La muerte de Charlie Watts a sus 80 años vistió de luto la escena musical, pero también ha dado pie para que algunas anécdotas interesantes relacionadas con él salgan a la luz. Por ejemplo, medios como Consequence of Sound han recordado la vez que el baterista de The Rolling Stones le dio un puñetazo a su compañero Mick Jagger.
Dicha historia se dio a conocer originalmente en Life, la autobiografía de Keith Richards. Según ese relato, queda claro cómo Watts pierde la paciencia con Jagger en una época en la que el cantante era una de las estrellas más famosas del mundo, pero de acuerdo con el propio Richards, también una de las más personas más irritantes.
En ese contexto, al parecer el único con el temple suficiente para poner en su lugar al vocalista de los Stones era su amigo Charlie: “Hubo un momento extraño, a finales de 1984, cuando Charlie lanzó su puñetazo de baterista, un puñetazo que he visto un par de veces y es letal; conlleva mucho equilibrio y sincronización. Hay que provocarlo mucho. Se lo lanzó a Mick”.
Aquel episodio ocurrió en Ámsterdam y el propio Keith explica que, por entonces, no estaba en los mejores términos con el vocalista, pero salieron a pasear durante la noche por la ciudad: “Regresamos al hotel alrededor de las cinco de la mañana y Mick llamó a Charlie. Le dije que no lo llame, no a esa hora. Pero lo hizo y dijo: ‘¿Dónde está mi baterista?’. No hubo respuesta. Colgó el teléfono”.
Al poco tiempo, el nacido en Kingsbury apareció: “Mick y yo todavía estábamos sentados allí, bastante enojados… cuando, unos veinte minutos después, alguien tocó la puerta. Era Charlie Watts“. Lo más curioso de todo es que, pese al horario, el percusionista estaba perfectamente arreglado, y listo para ubicar a Jagger:
“Traje de Savile Row, perfectamente vestido, corbata, afeitado, toda la jodida cosa. ¡Podía oler su colonia! Abrí la puerta y él ni siquiera me miró, pasó directamente a mi lado, agarró a Mick y le dijo: ‘Nunca me vuelvas a llamar como tu baterista’. Luego lo levantó por las solapas de mi chaqueta y le dio un gancho de derecha”.
Tras recibir ese golpe, Mick cayó sobre una bandeja de plata de salmón ahumado y luego intentó escabullirse por una canal que había en la ventana, pero Richards lo detuvo porque Jagger estaba usando una chaqueta que él le había prestado y era su misma chaqueta de bodas.
Más adelante, Keith tuvo que volver a frenar la situación, pues Charlie quería seguir golpeando a su colega: “Me tomó veinticuatro horas después de eso para convencer a Charlie. Pensé que ya estaba cerrado el tema cuando lo llevé a su habitación, pero doce horas más tarde, él estaba diciendo: ‘A la mierda, voy a bajar y hacerlo de nuevo'”.