Para nadie es un secreto que las personas tendemos a aferrarnos con mucha intensidad a la música que marcó nuestra juventud. En muchos casos, la nostalgia es el ingrediente que hace que consideremos perfectas ciertas composiciones independientemente de su calidad sonora. Y de acuerdo con un estudio realizado por Music and Science, existen varias razones por las que nuestra mente funciona de esa manera.
Para empezar, hay que tener en cuenta que la música está estrechamente ligada con la memoria y la emoción. Así que muy a menudo ciertos temas tienden a estar asociados con recuerdos emocionales positivos a los cuales siempre podemos acudir incluso en momentos radicalmente distintos.
De hecho, existe un fenómeno llamado “golpe de la reminiscencia” que consiste en que las personas suelen recordar con gran nitidez recuerdos de cuando tenían entre 10 y 30 años. Aquello parece ser así porque durante esos años el cerebro capta más experiencias de vida nuevas y autodefinidas, por lo que esos hechos autobiográficos se codifican de modo más profundo y pueden recuperarse con mayor facilidad.
Durante el experimento en cuestión, los científicos investigaron la manifestación del “golpe de reminiscencia musical” en un grupo de 470 adultos con edades entre 18 y 82 años. Con ello buscaban establecer cómo cada individuo era afectado por una canción popular tomando en cuenta tres factores: el grado en el que la composición estaba asociada con sus recuerdos personales; qué tan familiar le resultaba el tema, y cuánto le gustaba. Se les mostraron entonces 111 canciones pop que habían sido célebres durante una ventana de 65 años (entre 1950 y 2015).
Los resultados demostraron que en casi todos los participantes del experimento, la música que estuvo de moda durante su adolescencia y adultez temprana no solo fue calificada como la más “familiar”, sino también se asoció más con recuerdos autobiográficos. Otro detalle interesante es que el punto máximo de ese “golpe de reminiscencia” se alcanzó a los 14 años, una edad que ya había sido destacada en otro estudio anterior como un momento central en el desarrollo de los gustos musicales de la mayoría de la gente.
Por fortuna, todo lo anterior no implica que no podamos enamorarnos de otras canciones nuevas que escuchamos luego de cumplir 30 años, pero sí se tratará de un tipo de apego y de disfrute bastante diferente.