El pasado miércoles por la noche, los estadounidenses Cigarettes After Sex se presentaron por segunda vez en Argentina. Su primera visita había sido en el Festival BUE en 2017 y ahora, para quienes se habían quedado esperando ese sideshow que nunca llegó, la revancha se hizo realidad. La banda liderada por Greg Gonzalez se sintió realizada en un Teatro Vorterix repleto. En una hora de show, la banda oriunda de Texas creó un ambiente de melodías emocionales, sentimientos de extravía y contemplación melancólica.
La velada inició con “Opera House” y ni bien la banda salió al escenario lo que hizo fue como prender un interruptor. Con tres acordes sumergió al público en el clima que deseaba, ese hábitat donde la niebla y el humo son indiscernibles una de la otra. La gran mayoría del público terminaría al final del show en el exacto lugar en donde comenzó; no había ese movimiento de masas típico de recital, sino una quietud constante, relajada y con la piel de gallina. La escenificación del show se mantuvo minimalista, con una luz blanca que se posaba sobre sus vestuarios e instrumentos negros. Siguió “Crush” y el Vorterix estalló en aplausos con las primeras palabras de agradecimiento de su frontman.
Cigarettes After Sex toma mucho del cine para crear su estética, todo es blanco y negro, con paisajes o cuerpos desolados. Así nos acostumbraron a verlos a través de sus redes sociales y en vivo la visión no cambió. Las visuales utilizaban fragmentos de películas de los 60, como el rostro inquietante de Anna Karina en Vivir su vida (1962), la estandarte de la Nouvelle Vague dirigida por Jean-Luc Godard. Para continuar esta brisa cinéfila, una de las canciones más conmovedoras de su disco es “John Wayne”, que lleva el nombre del héroe grandilocuente de los westerns estadounidenses pero para opacarlo con una mirada sombría y angustiante, de esa falta de heroísmo y esa necesidad de quebrar en una canción de amor. Si de algo son expertos Cigarettes After Sex es en el manejo de emociones, ese detenimiento y dilatación de una escena, como una lluvia eterna o una lágrima que no termina de caer.
Pero la noche ameritaba una sorpresa especial. El mismo día de su presentación en Argentina, Cigarretes After Sex publicó una nueva canción titulada “Heavenly”. Quienes estuvieron esa noche tuvieron el placer de escuchar por primera vez el estreno mundial del single adelanto de su nuevo disco, a salir en octubre. La banda encontró su forma de transmitir las imágenes y sonidos de su universo, y encontraron en la misma ruta una nueva raíz. “Heavenly” continúa con la esencia de la banda, con esa delicadeza que se observa en todo lo que tenemos frente a los ojos, desde su baterista con pocas piezas y exceso de templanza, hasta su vocalista que mira fijo al público con ojos caídos, como si cantara atrapado dentro de una de sus viejas películas.
Pasada la segunda mitad del show, la banda es consciente de su falta de clímax o cambio de emoción. Sin hacer mucho alarde de su salida, se despidieron con el canto de su público emocionado: “Your lips, my lips, apocalypse…” y seguido un silencio que se rompió en gritos. Después de un breve lapso de tiempo, la banda vuelve para tocar “Dreaming of You”, alargando esa atmósfera onírica hasta el final. Así terminó un show corto pero intenso, que resguardó el misterio que propaga Cigarettes After Sex.
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Foto principal: Jonathan Delgado.