A las diez en punto se abrió el telón para que Sierra y Bianca Casady dieran vida a su repertorio sobre el escenario. Según lo adelantado en la entrevista que nos concedieron hace unas semanas, este iba a ser un show íntimo, diferente de los que habían presentado antes en Buenos Aires. La promesa fue honrada con un espectáculo bastante original.
Al inicio de la presentación ambas hermanas vestían overoles de distintos colores, acompañados con llamativas pelucas y gorras deportivas, estuvieron toda la velada acompañadas de dos músicos, uno de ellos encargado de los sintetizadores y ocasionalmente de la trompeta y el piano; y un destacado intérprete de beatbox llamado Mez, quien fue el único encargado de la percusión durante la gran mayoría de canciones y que a la mitad del show ofreció un alucinante solo en el que por varios minutos ejecutó magistralmente su labor y generó espectaculares sonidos que le valieron un efusivo vitoreo de parte de los asistentes.
El setlist comenzó con “Heartache City”, canción homónima a su nuevo álbum, y continuó con más temas recientes como “Un Beso”. Sierra sonreía amplia y constantemente ante la cálida respuesta de la audiencia porteña y ocasionalmente interactuaba con ella arrojando globos de colores. Bianca, un poco más tímida, se concentraba en las rimas y en el baile haciendo gala de un estilo cercano al hip hop pero mucho más infantil y relajado. De igual forma, Bianca disponía de una mesa llena de juguetes que emitían los sonidos necesarios para acompañar algunas canciones como “Terrible Angels”, una de las más aplaudidas y recordadas por el público al pertenecer a su aclamado álbum La Maison De Mon Rêve (2004, Rogue Records).
Las luces se mantuvieron tenues durante la mayor parte del espectáculo y el uso de flash por parte de los fotógrafos fue limitado en consonancia con el ambiente íntimo que se pretendía. Durante la segunda parte del show, las chicas volvieron al escenario con un poco menos de ropa, Sierra usaba una remera con un psicodélico diseño de colores desteñido y Bianca una vestimenta similar a la de una jugadora de basquetbol, acompañada de medias de malla con un diseño floral que seguía a tono con su estilo cercano al bling bling pero libre de testosterona y más avocado a lo circense.
En más de una ocasión, la potente voz mezzosoprano de Sierra era lo único que resonaba en el recinto, al mejor estilo de una pieza de ópera, generando emotividad y fascinación. Cuando llegó el momento de cantar “Lost Girls”, el público acompañó a las hermanas cantando de comienzo a fin, como si sintieran el tema como propio, luego de que su video haya sido rodado en las calles de esta ciudad y protagonizado por chicas porteñas.
La lista de temas interpretados por las CocoRosie alcanzó a ser de 17, pasando por canciones de discos como Grey Oceans (2010, Sub Pop) y Tales of a GrassWidow (2013, City Slang) hasta las pertenecientes a su nueva producción. El espectáculo fue cerrado junto a un grupo de chicas con las que entonaron y bailaron con ellas sobre la tarima al ritmo de la última canción del repertorio. El público no quería que se fueran y seguro que a todos nos quedó grabado no solo el recuerdo de sus melodías, sino el del poder de su poesía.