Día 3 – Sábado 8
En escenarios diferentes, Vitalic con su DJ Set, Fishbach con su estilo influenciado por los 80’s repasando lo que ha sido su “Christophe” y Zombie Prince, le dan la bienvenida casi al mismo tiempo a los asistentes de la tercera jornada.
Hoy todos lo hacen todo con precaución. Desde temprano corre una alerta naranja de tormenta, con indicios de que las primeras gotas podrían caer cerca de las 18 hs. Algo que efectivamente sucede y por supuesto que a esa altura de la jornada ya todos cuentan con sus respectivos pilotos y ni hablar de las Camelbacks, que en estos tres días han sido la tendencia más fuerte del festival. Mucho más aún que el hip hop, cualquier disfraz de Pikachu o la marea de sombreros que se observan desde el primer día.
La intensa lluvia queda atrás pero ahora contaremos con la intensidad de Rei. Esta japonesa que ha transitado su infancia en Nueva York, sorprende a propios y extraños ya con sus primeros acordes, mientras la alerta de tormenta queda atrás.
Habrá diversos y diferentes shows antes de comenzar con los platos fuertes de la noche. Es en ese entonces que uno desearía poder dividir su cuerpo entre los tres escenarios y gozar de lo que realizan al coincidir cada uno por su lado. Her, HMLDT y KillASon; destacado este último por ser también una de las nuevas sensaciones del rap. Si hay algo que no se le puede reprochar a este festival es el nivel de apertura musical que manifiesta y del que goza.
El reloj marca las 20:15 hs y es un buen momento para dirigirse a La Plage y vibrar con el show de Tuxedo. Cuatro años han pasado ya de la última vez que este dúo (ya no dúo) ha estado presente en el festival y ¡mondieu!, qué manera de poner a bailar a todos los que estaban y pasaban por allí. Una vez más el espíritu de la música disco sobrevuela el lugar y nos cuesta dilucidar si efectivamente es 2017 y estamos en el Eurockéennes de Belfort o son los ’70 y nos encontramos en el mítico Studio 54 de Nueva York.
Booba es promocionado como una de las mayores atracciones del festival y, mientras da su show, el público se deshace en elogios, gritos y aplausos. El ídolo no escatima en clichés. Gorra con una inscripción que reza “París”, silencios en los puntos más altos de sus canciones, cuerpo completamente tatuado, collar en cuello y Jack Daniels en mano. El Grand Scene queda por demás caliente para lo que vendrá.
Lo que vendrá serán los Dropkick Murphys. Todos los que asisten lo hacen convencidos de que “esto se va a descontrolar” y por supuesto eso es lo que sucede. El público cede ante una dosis violenta de punk celta a cargo de los surgidos en Boston. Sin dudas se trata de uno de los mayores pogos que se verán en todo el festival, con litros de cerveza derramados ante aquellos que se atreven al jolgorio.
Si bien varias horas han pasado ya del comienzo de la jornada y obviamente los atractivos son varios, nadie volverá a su casa sin ver al plato fuerte de la noche.
El show de Justice está programado para la 1:45 pero será el único en no comenzar a horario por un imprevisto no tan imprevisto. 1:13hs: la lluvia empieza a caer y no da tregua. El show comienza finalmente a las 2:05hs, con momentos que harán del mismo algo épico y lo llevarán a uno a enfrentarse ante la necesidad de tomar contacto inmediato con la RAE en pos de la creación de nuevos adjetivos que logren describir la magnitud del show. El french house a la orden y un concierto que no escatima en volumen, visuales y un setlist admirable. Tan solo 1:15 de show para dejar a todos con ganas de más y con Xavier de Rosnay arrojándose al público para dar por cumplida la sesión y la despedida. Jornada memorable.
Día 4 – Domingo 9
Al despertar, el panorama es diferente pero esperado, teniendo en cuenta lo vivido en las últimas horas de la tercera jornada. Llovió toda la noche y es probable que horas más tarde la lluvia no de tregua. Las puertas se abren a las 16hs y el primer show será a las 17hs. A las 16:42 lo esperado y no deseado. Comienza a caer la lluvia con la sensación de que no dará respiro a quienes piensan disfrutar de la última jornada de un festival que ya es histórico.
Como latinoamericano este es un día especial ya que la música colombiana ocupará un lugar central durante esta jornada. Son tres las bandas que se suman a la grilla de este día con estilos tan variados como la electrónica de El Freaky, el rock de Diamante Eléctrico y el tecno-house caribeño de Ghetto Kumbé. Recordar, además, que en las jornadas anteriores Systema Solar y La Chiva Gantiva ya habían hecho lo propio. En total fueron cinco las bandas colombianas que formaron parte del Eurockéenes en el marco de la “Temporada Colombia en Francia”, un importante convenio cultural entre los dos países que aquí ha gozado de momentos altísimos con los exponentes de ese maravilloso país.
A otra cosa. Y eso en ese preciso instante, se traduce en dirigirse al Grand Scene para disfrutar de Royal Blood. Mike Kerr y Ben Thatcher brindarían un concierto como excusa perfecta para presentar canciones del flamante How Did We Get So Dark? Mientras el público espera ansioso comienza a sonar “Down in México” de The Coasters: acto seguido aparecen los protagonistas y comienzan a hacer lo suyo. El circo del rock & roll ha comenzado. En vivo el sonido de la banda es aún el triple de arrollador que en cualquiera de sus discos. No deja de sorprender ni por un segundo el hecho de que provenga tan sólo de dos personas. Ya no llueve, mientras Mike Kerr se despacha con un “Fucking sun out, fucking Phoenix and fucking Arcade Fire”, palabras que dejan en claro que todos vinimos por lo mismo. Acto seguido el cumplimiento con todos los yeites del rock de vieja escuela y el pedido de agite a diversos sectores del público mientras el simpático Ben Thatcher observa todo sentado al borde del escenario y botella de cerveza en mano. ¡Si el CM de la cuenta de Twitter de Mirtha Legrand hubiera estado allí, aplicaba un “Showsazo”!
Bachar Mar-Khalifé y otra manifestación de world music a cargo del libanés en La Plage y en este domingo, mientras una nube por demás gris le da un entorno apocalíptico al show y a las últimas horas del festival. El viento ha comenzado a soplar y la gente se coloca sus pilotos y abandona el lugar.
Falsa alarma.
Grand Scene una vez más. Phoenix cumple y dignifica. Los franceses se encuentran en la gira presentación de su último disco llamado Ti Amo y brindan al público un show caótico, energético y divertido, alternando entre clásicos como “Lisztomania” y “Trying to Be Cool“, junto a nuevas canciones con inevitable destino de hit. La escenografía va de la mano del concepto del disco, en un concierto arrollador que incluiría el paso de Thomas Mars por las manos de cientos de fanáticos que supieron sostenerlo en su arrojo final mientras el resto de la banda hacía sonar una versión en modo instrumental y salvaje de “Ti Amo“, la maravilla musical que le da título al último disco.
Savages y la cuota de rock y salvajismo que le hacía falta a esta noche cuando la lluvia ha dado una tregua que no parece ser demasiado sostenible. Jehnny Beth es acaso una de las cantantes y líderes más maravillosas que se hayan visto en la historia y eso es motivo más que suficiente para que los presentes en el Green Room celebren ante lo que acontece.
De a poco se acerca el final y desde la organización indican que se trata una edición histórica. Durante las intensas cuatro jornadas de festival, han sido 130.000 los asistentes que han pasado por el predio del Eurockéenes, convirtiéndose de esta manera en la edición récord.
Y el momento esperado (o no). El cierre a cargo de Arcade Fire, con un show que no dio lugar al respiro arriba ni debajo del escenario. El comienzo fue con “Everything Now”, seguida por “Rebellion” y una versión desquiciada de “Haiti”. Tan intensos como su música, durante todo el recital cada uno de ellos se moverá de un lado hacia el otro del escenario y cambiarán de instrumento incontables veces. La intensidad se apodera de todo el predio ante una banda que en todo momento demuestra que antes que banda son familia. En total las canciones interpretadas fueron dieciocho, con momentos de emoción pura como en el instante previo a los primeros acordes de “The Suburbs”, cuando los labios de Win Butler expulsan desde su corazón “This song is dedicated for David Bowie. Wherever you are”. Lágrimas por doquier. Ni hablar de “We Exist”, “Ready To Start” y “No Cars Go”.
El show continúa y la última canción interpretada será “Wake Up”. Quizás la versión más maravillosa y larga de la historia, con un interminable “Ooooh, ooooh, ooooh” sobre el final, ya casi sin instrumentos y con la banda abandonando el escenario de a poco y el público continuando con su canto eterno.
En ese preciso instante no puedo dejar de observar a un grupo de cuatro amigos que ante el épico e inevitable final y mientras se disparan los primeros fuegos artificiales, se miran a los ojos y se funden en un abrazo en clara demostración de que han cumplido con su misión y de que evidentemente todo lo que ha sucedido hasta llegar aquí, ha sido memorable.
De eso se trata el Eurockéennes. Un abrazo a la música que debería ser eterno.
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Foto principal: Réne Garcia, vía Facebook de Eurockéenes.