Pasan los años, y pasa otro Encuentro Nacional de Mujeres sumido en controversia pública. Las consignas feministas pintadas en las paredes de la ciudad de Rosario (y su consecuente represión policial) fueron las protagonistas mediáticas del fin de semana, opacando a la vasta gama de actividades que tenía para ofrecer la localidad en el marco de este evento. Una de estas fue el Encuentro Nacional Mujeres del Rock, velada que tomó lugar en el Teatro Vorterix y celebró a grandes talentos autóctonos del género femenino. La noche comenzó alrededor de las 22:00 con un soporte infeccioso por parte de Budajipis y Jardines Líquidos, pero la encargada de encabezar la noche fue nada más y nada menos que Juana Molina.
Allá por el 2008, Juana Molina anhelaba un día en el que pueda cantar canciones sin letras que sus oyentes pudieran imaginar. Hoy, en el apogeo de su popularidad como música, es precisamente eso lo que consiguió, como lo testificaron los primeros segundos de “Wed 21“: track homónimo de su más reciente disco de estudio, encargado de abrir el show ante un público joven y abierto que entendió y acogió su propuesta con entusiasmo.
Independientemente del contexto en el que se encontraba tocando, la actriz de Juana y sus Hermanas ha afirmado que no le gusta pensar en su arte en términos de género, y podría afirmarse que ese rechazo por ser encasillada en una dicotomía binaria se extiende a su sonido, que escapa rótulos rígidos que encorsetan. Es que Juana tiene la rara habilidad de lograr eso con eficacia: esquivar las estructuras convencionales oxidadas para poder situarse en la intersección entre lo accesible y lo lunático. El espectáculo del teatro de Salta al 3500 fue otro testimonio de esto: un set en el que Molina, pese a un resfrío imperceptible, logró generar un trance hipnótico en una audiencia que progresivamente fue abandonando la timidez y entregándose al baile. Fue una modalidad de recital distinta a la de la explanada del Castagnino, pero ella se mostró igual de capaz de comandar un núcleo íntimo de personas en un espacio cerrado como lo fue capturando a un público masivo al aire libre el año pasado.
Armada de loops, un arsenal de instrumentos y la talentosa compañía de los siempre maravillosos Odín Schwartz y Diego López de Arcaute, Juana armó un setlist apoyado principalmente en Wed 21, una suerte de despedida a la gira ante el inminente y esperado disco nuevo, cuyo lanzamiento anunció en un momento de interacción con el público para el 26 de febrero del 2017. Quizás el punto álgido de la performance fue la maravillosa versión de “Ay, No Se Ofendan“, aunque “Sin Guía, No” cerró el set principal ante aplausos entusiastas, y el encore vio un cover intimista y particularmente bello de “Días de Esos“.
Tras despedirse con una interpretación intensa de “Dar (Qué Difícil)” –corte de Un Día– Juana, Diego y Odín se despidieron del escenario alrededor de las 2:00 A.M. ante un público rosarino más que satisfecho, que celebró con efusividad y pidió un pronto regreso. Durante noventa minutos, Juana Molina logró que todas las miradas estén concitadas en sus canciones y su energía arrolladora.
Setlist
Wed 21
Eras
Lo Decidí Yo
Desordenado
Un Día
Vive Solo
Ay, No Se Ofendan
Las Edades
Ferocísimo
Bicho Auto
Sin Guía, No
—–
Días de Esos (Totem cover)
Dar (Qué Difícil)