Cuando en el 2009 Washed Out sacó su primer disco, Life of Leisure, escuchar música en las plataformas de streaming todavía no eran una práctica habitual. Poder explorar, entonces, bandas y géneros que no llegaban a la disquería, solo se podía lograr por medio de blogs especializados con métodos de descarga ilegal.
Hay muchas bandas que no sé de dónde las conozco pero me acuerdo perfectamente que llegué a Washed Out gracias a lo que fue mi blog favorito de música, Indiecaciones. La web catalana, además de reseñar gran cantidad de discos semanalmente, organizaba fiestas en Barcelona en los que sonaban los hits que yo descargaba viciosamente cada noche.
Cuando el jueves pasado, en Crobar, Ernest Greene tocó su hit chillwave “New Theory” casi al comienzo del show debut de Washed Out en Argentina, yo nos imaginé a todos los presentes en un sótano barcelonés, siendo parte de una fiesta de Indiecaciones.
La primera visita del proyecto de este productor musical de Georgia, Estados Unidos, llegó a nuestro país en el momento de mayor explotación creativa de su líder. Después de haber pasado cuatro años en silencio, Greene apareció el pasado junio con Mister Mellow, un álbum que si bien conserva el ADN de su disco debut, suena más amigo al synthpop que invita a bailar y ya no es tanto un viaje oscuro y reflexivo. Aparte de la novedad en su sonido, Greene buscó ligar la música de este álbum con imágenes que él creía que representaban lo que se estaba escuchando. Mientras trabajaba en su música, se puso en contacto con distintos artistas audiovisuales para crear videos que acompañaran las canciones. El trabajo de curaduría artística para las visuales se convirtió en un aspecto tan importante de la producción del nuevo disco que terminó trasladando la idea a las presentaciones en vivo de Washed Out.
Así fue como su primer show en Argentina fue un espectáculo tanto musical como visual. Colores y formas geométricas, como si estuviéramos dentro de un caleidoscopio mientras suena prolijamente “Burn Out Blues“. En una estética totalmente distinta, con la técnica del collage, que muestra una nena que se saca una máscara en loop y un beisbolista batea una pelota infinita para “Zonked“. En “Get Lost” la pantalla detrás de la banda vira a colores pasteles. Y en el corte difusión del último disco, “Hard To Say Goodbye“, algunas imágenes del video oficial acompañan a la banda.
En “Amor Fati“, Green prueba una técnica novedosa en las visuales, que consta de un sensor que capta sus movimientos y los replica en la pantalla. El cantante mueve un brazo para acá y una silueta de su mismo tamaño pero en colores replica su movimiento. Green levanta los brazos y la silueta de arcoíris copia con exactitud el gesto. Hasta la gorra que viste se ve proyectada en la imagen.
Antes de Washed Out, la jornada estuvo amenizada por El Zar y Valdés. Ambas bandas fueron como una guía para lo que se venía y se ocuparon de mantener al público entretenido con una buena dosis de indie pop de sintetizadores prolijos y composiciones sencillas y dulces. El Zar mostró una vez más la facilidad con la cual puede adaptar su disco Círculo al show en vivo, mientras que Valdés dejó en claro que los hermanos cordobeses no le temen a la experimentación de su house pop arriba del escenario haciendo reversiones de The Weeknd mezclado con sus propios temas.
En Twitter todavía sigo la cuenta de mi blog catalán favorito, Indiecaciones, esperando que algún día vuelvan y los vea twittear. También sigo a Washed Out, viendo cómo giran por el mundo, atenta a que avisen que nos vuelven a visitar.
Foto principal: Matías Casal.