Elegancia, talento y vanguardismo: eso son los Pet Shop Boys y lo volvieron a demostrar el pasado domingo durante su paso por el escenario principal del festival Primavera Sound Buenos Aires. En su vuelta a la Argentina, el dúo británico de synth pop formado por Neil Tennant y Chris Lowe dio cátedra sobre cómo hacer un show dinámico, conceptual y, sobre todo, entretenido.
Pasadas las nueve de la noche, las pantallas del escenario Primavera se iluminaron con los colores de la bandera de Ucrania y el grupo irrumpió en escena con una vestimenta retrofuturista formada por delantales blancos y unas máscaras metálicas en forma de H. Tennant y Lowe parecían científicos dispuestos a darle a su público el narcótico más efectivo para batallar las adversidades del presente: un poco de música sin lineamientos.
Ubicados el uno al lado del otro, ambos músicos se colocaron debajo de dos luminarias y comenzaron su set con “Suburbia”, single incluido en su álbum Please e inspirada en la película homónima publicada en 1984. Luego, un par de temas candentes que indujeron al público a un trance bailabe: “Can You Forgive Her?” y “Opportunities (Let’s Make Lots of Money)” hicieron su aparición acompañadas de luces.
“¡Hoy vamos a bailar, Buenos Aires! ¡Somos los Pet Shop Boys!”, fueron las primeras palabras del dúo para la audiencia argentina. La euforia llegó con el primero de los favoritos de la lista, “Where the Streets Have No Name (I Can’t Take My Eyes Off You)”, su cover doble de U2 y Frankie Valli, respectivamente.
Después de una seguidilla de temas ajustados y brillantes como “Rent” y “I Don’t Know What You Want But I Can’t Give It Anymore”, Tennant se fue brevemente del escenario para volver renovado y con un nuevo look: ahora vestía un sombrero blanco y un smoking negro que deslumbraba de elegancia. El telón de luces que yacía detrás de ellos se elevó y dejó ver a la banda que los acompañan, conformada por un cuerpo de músicos virtuosos y coristas que potenciaron aun más la propuesta escénica del grupo.
Una vez encaminado, el show fue pasando por diferentes etapas imprevistas y fluctuantes. Tennant volvió a cambiar su atuendo, esta vez por un sobretodo metálico y centelleante, y retomó su lugar con un perfil más suelto e interpretativo. “Quiero que canten en esta canción porque creo que la conocen”, dijo el vocalista para darle paso a “Domino Dancing”, su máximo hit ochentero, que llegó con la potencia de un eco eterno y su inconfundible estribillo (“All day, all day”) fue replicado por las 50 mil almas que estaban observando el show.
Tampoco faltaron los covers: “You Were Always on My Mind” de Gwen McCrae, “It’s Alright” de Sterling Void, y “Go West” de Village People, formaron parte de su setlist en la parte final del recital. La banda llegó al país en el marco de su nueva gira mundial “Dreamworld: The Greatest Hits Live”, la cual presentó un recorrido intensivo por toda su trayectoria pero también contó con algunos temas recientes como “Dreamland”, single que lanzaron en 2019.
Los Pet Shop Boys pusieron a bailar a un público expectante y curioso que se llevó la mejor de las impresiones del dúo. Neil Tennant y Chris Lowe introdujeron a la audiencia en un clima distópico, que aunó texturas vintage con el pulso atemporal del pop revolucionario. Para finalizar, la banda interpretó “West End Girls” y “Being Boring” en un cierre justo para un show sobresaliente con el pop como trinchera.