La noche del pasado viernes estuvo llena de emociones para los asistentes del primer recital de los californianos de Wavves en suelo argentino. Aunque no olvidemos que antes de ello, nos concedieron esta entrevista.
La cita era en Niceto Club desde las nueve de la noche, y los momentos previos al esperado show de los reyes del surf punk fueron protagonizados en principio por el poderoso dúo de noise pop porteño El sur. Los locales aprovecharon para interpretar pistas del flamante nuevo material que lanzaron a comienzos de este mes denominado Antes de que sea muy tarde. De igual modo, ofrecieron algunos temas comprendidos en sus primeros discos: We (2013) y Do (2015). Y mientras desplegaban su impecable puesta en escena, los primeros asistentes entraban en sintonía con el ánimo rebelde de la velada con animados cánticos y el movimiento rítmico de sus cabezas.
Más adelante el turno sería para Las ligas menores, agrupación de marcada presencia femenina que deleitó al público con canciones suyas que ya son clásicos de la movida indie nacional como “Renault Fuego” y “A 1200 Km”, ambas pertenecientes a su placa debut homónima publicada en 2014, ejecutando así el aporte más melódico de la jornada. En todo caso, se trató de una de las últimas presentaciones de la banda con este repertorio puesto que dentro de poco lanzarán su segundo álbum titulado Fuego artificial.
Cuando cerca de las diez y media llegó el turno de Wavves, el inicio del desenfreno sucedió al ritmo de “Way Too Much” y cobró incluso más potencia con “Idiot” y “King of the Beach”, canciones con las que sobrevino una sucesión de pogos amistosos en los que se incluía buena parte de los presentes. Esa actitud colectiva tan enérgica y un tanto eufórica se mantendría durante buena parte del setlist de más de 15 temas, dentro de los que además destacamos “Heavy Metal Detox” y “My Head Hurts”. En todo caso, Nathan Williams, vocalista de la banda, sorprendió a algunos con su corte de pelo prolijo que distaba de la salvaje melena de surfista con la que solíamos identificarlo al comienzo de su carrera.
Sin embargo, Nathan dejó en claro que a pesar de su apariencia mucho más calmada, sigue siendo un irreverente de corazón y sin remedio. Después de tomar de una botella de whiskey Jameson, que en algún momento llegó a compartir con personas de las primeras filas, a veces anunciaba los próximos tracks que tocarían diciendo: “Este tema es sobre una resaca”, o “Esta canción es acerca de aliens”.
También Williams confesó lo mucho que ha disfrutado su estadía en Buenos Aires durante los días previos al recital, e incluso llegó a mencionar cuánto lamenta no haber podido tocar antes acá: “Amo Argentina, nunca voy a irme”, fue su radical declaración final respecto del asunto.
Cerca del final del show, el mencionado frontman se arrojó a la multitud que lo recibió con brazos abiertos y lo paseó por el recinto para luego regresarlo a la tarima en donde acto seguido la agrupación se despediría, aunque no por mucho tiempo puesto que regresaron para cerrar con los contagiosos riffs de “Nine Is God”, “Post Acid” y “Green Eyes”.
Se trató de un concierto en el cual no decayó en ningún instante el ambiente de buen humor y rebeldía, además de que por fin los seguidores de estos abanderados del desfachatado rock de la costa oeste de los Estados Unidos tuvimos la oportunidad de disfrutar en vivo de pistas que componen grandes álbumes como King of the Beach y Afraid of Heights. Nada mal para un viernes 13.
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Foto principal: Matías Casal.