¿Cansado de las series estadounidenses? ¿Actualmente estás más interesado en disfrutar de producciones oriundas del otro lado del charco? En caso de que la respuesta a una o ambas preguntas sea “sí”, te invitamos a darle play a alguno de los tres títulos que te dejamos a continuación.
Biohackers
La historia se centra en Mia (Luna Wedler), una estudiante de medicina que está interesada en una tecnología revolucionaria conocida como hackeo biológico, pero no solo por las cuestiones científicas sino para aclarar la misteriosa muerte de su hermano.
Durante su investigación, Mia ingresa al mundo de los experimentos genéticos ilegales en busca de respuestas. Ahí conoce al brillante estudiante de biología Jasper (Adrian Julius Tillmann) y su misterioso compañero de cuarto Niklas (Thomas Prenn).
Al final, la joven tendrá que elegir entre sentimientos y principios. Entre venganza por su familia o proteger a sus nuevos amigos.
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Amor a primera bestia
Reality show en el que los participantes tendrán una primera cita frente a cámaras e intentarán descubrir si se llevan bien y tienen química como para llevar la relación tras bambalinas. Esto puede sonar normal hasta este punto, no obstante, lo que hace diferente al programa es que aquellos que se animen a formar parte de estas citas tendrán la cara cubierta con maquillaje o máscaras extravagantes que simulan cabezas de distintos animales.
A lo largo de los episodios, los suscriptores de Netflix verán a dos personas con cabeza de panda o de toro interactuar entre ellos. Esta práctica de cubrirse la cara es parte de la “magia del reality”, el cual busca comprobar si dos personas podrían pasar el tiempo juntos sólo con la atracción de sus personalidades sin involucrar su físico.
Generación 56k
Serie de comedia que sigue los dos puntos de vista de una pareja que se conoció en la era del módem de 56k y siguen juntos 20 años después. Los adolescentes de aquella época se sintieron abrumados por la llegada de Internet en la época más difícil para una persona.
Daniel (Angelo Spagnoletti) y Matilda (Cristina Cappelli) se conocieron por esa época y se enamoraron de adultos. Lo que comenzó como una tierna amistad en 1998, se convirtió en una gran historia de amor que sigue vigente hoy día. Todo bajo la estructura de dos líneas de tiempo.