El mundo de las series es cada día más amplio, ya que casi todos los días hay algún estreno nuevo. Pero entre tantas propuestas, solo algunas logran convertirse en tendencia en la plataforma de Netflix. Hoy queremos contarte sobre tres de ellas.
Toy Boy
Toy Boy cuenta la historia de Hugo (Jesús Mosquera), un atractivo joven que se gana la vida como stripper en la Costa del Sol. Tras despertar de una noche desenfrenada de fiesta, el protagonista se ve involucrado involuntariamente en el homicidio de un hombre. La víctima es el esposo de Macarena Medina (Cristina Castaño), la mujer con la que Hugo mantenía una tórrida aventura amorosa.
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Fidelidad
Fidelidad es una serie drama basada en la novela escrita por Marco Missiroli que se ambienta entre dos ciudades de Italia como son Milán y Rimini. La historia sigue a una pareja joven y las explosivas consecuencias de una supuesta traición.
Carlo (Michele Riondino) y Margherita (Lucrezia Guidone) siempre han tenido una relación conyugal fiel, que se convierte también sobre todo en un símbolo de fidelidad a uno mismo y a las elecciones que hacen cada día. Carlo es profesor a tiempo parcial de escritura creativa y Margherita es una arquitecta convertida en agente inmobiliaria.
Sin embargo, a pesar de que están enamorados, Carlo anhela a una de sus alumnas y Margherita fantasea con su fisioterapeuta. Para poder resolver su relación, deciden comprar un apartamento en el corazón de Milán que podría ser justo lo que necesitan para fortalecerla.
Inventando a Anna
Miniserie de drama creada y producida por Shonda Rimes cuya historia se centra en el caso de Anna Delvey (Julia Garner), una joven de origen alemán, que logró infiltrarse al círculo más exclusivo de la sociedad de Nueva York.
En 2013, Anna se mudó a Estados Unidos y adoptó una identidad ficticia de una heredera millonaria con acceso a un fondo de más de 60 millones de dólares. Su nueva identidad la llevó a asistir a las fiestas más exclusivas de Manhattan y hospedarse en los hoteles más lujosos de la ciudad. Sin embargo, unos años después fue condenada por múltiples cargos de intento de estafa, robo de servicios y hurto en segundo grado por defraudar a hoteles y la gente más adineradas de Nueva York.
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