Las películas y series de televisión pueden producir fuertes impactos en las sociedades. Si una historia es lo suficientemente potente, una producción audiovisual puede traspasar la pantalla y cambiar la forma de vestir de una generación. Además, puede abrir puertas de reflexión y cambios sociales si se trata de un film de denuncia. Sin ir más lejos, el gran éxito de Barbie ha impactado en el mercado de la indumentaria, la decoración y las pinturerías en consonancia con el furor por el color rosa.
En algunos casos, los fanatismos creados por una película pueden ir tan lejos que causan problemas para una nación entera. Este es el caso de la serie de animé Rascal, el mapache (1977), que contó con 52 episodios y se volvió un éxito rotundo en Japón. Esta serie estuvo basada en la novela autobiográfica Rascal, A Memoir of a Better Era de Sterling North y cuenta la historia de un joven que sostuvo una fuerte amistad con un mapache.
Furor y caos en Japón
Esta historia causó un verdadero furor en los espectadores, quienes se enternecieron completamente con Rascal y comenzaron a comprar este mamífero en masa, generando una sobrepoblación de mapaches en Japón, pues se importaban más de 1.500 por año. Ante esta situación, las autoridades tuvieron que tomar cartas en el asunto, ya que estos animales comenzaron a causar muchos problemas para la comunidad: ataques a las personas luego de su incontrolable comportamiento, ataque a la fauna local, destrucción de hogares y más.
Así, una gran parte de los mapaches fueron liberados a la naturaleza y pudieron volver a su vida salvaje. Mientras tanto, se plantearon políticas de exterminio pero, afortunadamente, no se llevaron a cabo por falta de presupuesto. Casi 20 años después de la locura por los mapaches, Studio Ghibli estrenó el film Pompoko, que tiene como protagonistas a mapaches y tiene un fuerte mensaje ecologista en torno a la importancia de conservar a los animales en su hábitat.