Aaron Sorkin es uno de los guionistas más respetados de Hollywood. Si bien ha incursionado en la dirección con films como El juicio de los 7 de Chicago, su fuerte es el guion y en una entrevista con A.frame nombró las cinco películas que fueron clave en su formación para escribir cine. Sorkin nació en 1961, por lo cual es esperable que films de esa década y de los 70 y 80 conformen su mayor acervo de aprendizaje. A continuación, las cinco películas que cambiaron su forma de pensar la escritura en cine.
Detrás de las noticias (James L. Brooks, 1987)
“Me gustaban las películas tanto como a cualquier persona, pero nunca se me había ocurrido escribir una hasta que vi Detrás de las noticias. Me senté en un cine en Manhattan en el medio de la tarde para ver la película por segunda vez en ese día y pensé ‘realmente me encantaría escribir eso’. Y desde ese momento he intentado lograrlo”, expresó sobre la película que cuenta con un delicioso elenco formado por Holly Hunter, Jack Nicholson, William Hurt y más.
Butch Cassidy and the Sundance Kid (George Roy Hill, 1969)
Este clásico del western contó con el guion de William Goldman, a quien Sorkin luego llegaría a conocer: “Incluso antes de que Bill y yo nos conociéramos, él me estaba enseñando con su guion sobre dos ladrones de banco que tienen que lidiar con el antiguo Oeste convirtiéndose en el nuevo Oeste. La estructura es perfecta… ha habido muchas imitaciones, pero solo la original es una obra maestra y una masterclass de guion“.
Tarde de perros (Sidney Lumet, 1975)
Esta es una de las piezas clave del Nuevo Hollywood y justamente muestra una vuelta al cine clásico aunque con temáticas actuales y personajes más complejos: “La mayor parte de la película tiene lugar dentro de cuatro paredes. En otras palabras, es una obra que en algunos momentos utiliza las herramientas de la cinematografía. Todas las partes del drama según Aristóteles están incluidas en orden: exposición, incitación a la acción, inversión, climax y desenlance“.
El graduado (Mike Nichols, 1967)
Sorkin prometió que no incluiría este film pero luego no pudo resistirse, ya que sin dudas se ubica entre los mejores de Hollywood: “El diálogo es minimalista. Dudo que algún personaje tenga una línea de más de 10 palabras. Es bueno contar con la ayuda de Simon and Garfunkel, pero el guion es una obra maestra“, expresó haciendo referencia a la banda sonora de la cinta.
Ordinary People (Robert Redford, 1980)
Finalmente, sumó la ópera prima de Robert Redford y encontró su mayor valor en un detalle: “El final de la película es tan simple: solo un padre y un hijo sentados al lado y la cámara yéndose hacia atrás muy delicada y lentamente. Ahí es cuando aprendí que una película no tenía que terminar con un gran gesto. Uno simple puede ser incluso más poderoso“.