A mediados de los noventa, en una de sus primeras entrevistas televisivas, los Babasónicos evitaron catalogarse al no encontrar un género que representara su propuesta musical. A partir de ese momento, un sinfín de bandas adoptaron esta postura vanguardista hasta convertirla en un cliché. En muchas fue un atajo para disimular la falta de identidad, pero Camionero se muestra desde un lugar antagónico: si algo les sobra es personalidad blusera y carácter rockero.
El dúo oriundo de Béccar, en la zona norte del Gran Buenos Aires, se formó en 2017 sin una intención clara, entre zapadas eternas en el sótano de la casa del baterista Santiago Luis junto al cantante y guitarrista Joan Manuel Pardo. La banda tenía como antecedentes el lanzamiento de tres EPs, pero Club Camionero es su primera propuesta de larga duración: siete canciones que sirven como parajes en una hoja de ruta que atraviesa tanto el apostolado de Vox Dei en La Biblia, como la crudeza demencial del primer disco de The Black Keys y el agregado de algunos guiños al rock barrial criollo.
La arriesgada propuesta bicéfala los obligó a incursionar en una búsqueda sonora que pudiese suplir la falta de un bajo en la banda. El sonido con el tiempo logró ceder ante esa necesidad y se fue reconfigurando con la ayuda de la tecnología. La transición entre su último EP, Confianza en ti solo (el cual incluye la participación de Juanse de los Ratones Paranoicos), y el lanzamiento de Club Camionero, fue necesaria para alcanzar la solidez que se advierte en el álbum.
El sonido orgánico de Club Camionero logró definirse en el estudio con el notable trabajo del técnico y productor Dylan Lerner, quien incluía en su portfolio artistas como Louta y Juanse –este último junto al ex manager de los Rolling Stones, Andrew Oldham, para la producción del álbum 222 Biograma-. En este caso, el desafío recaía en dos objetivos claros: mantener la identidad del dueto sin la percepción de un sonido carente de graves, y llevar al vivo lo que se pretendía en la grabación donde las herramientas técnicas abundan. Gracias a la experiencia previa de Lerner con su propio dúo, Soldadores, Camionero encontró las técnicas necesarias durante la grabación para ofrecer una propuesta contundente. Con respecto al vivo, aquellos que respeten el distanciamiento social podrán sacar sus propias conclusiones el 3 de diciembre en La Plata.
La placa usa como combustible las historias de algunos personajes ficticios con experiencias verosímiles, errantes de calles intrincadas. “Genio del Abasto” es el inicio acertado para notificar –sin lugar al debate- qué música se escucha en este viaje: un fatigante hard-rock-blues empuñado por el espeso riff de una guitarra distorsionada. Los arreglos vocales de la canción, que aparecen con más fuerza en “Cuero negro”, son claras enseñanzas que dejaron los padres fundadores del rock nacional en aquellos viejos años setenta.
Más adelante en el disco, “El español” cumple con su función radial. Sin ambiciones exuberantes, el segundo single del disco es un stoner rocanrolero con un nítido propósito de captar la atención de aquellos que quedaron en las sombras señalados como old school en la época del reinado del trap y el reggaetón. Quizás “Asesino del autocine” se presenta como la apuesta más ambiciosa del disco, una proyección brutal y sónica que te quita el aliento desde el comienzo y te empuja a un abismo sempiterno. Promediando la mitad de la canción, una energía envolvente se adueña de la letra en una mixtura instrumental y progresiva de ritmo trepidante. El disco termina con “Trabajando para el capital (2040)”, un reclamo obrero dramático y melancólico que retrata con fidelidad la monotonía ineludible de los trabajadores. El nostálgico punteo de guitarra acompaña con serenidad una voz cercana al desconsuelo, intentando acoplarse a un disco que plantea otra intención desde su comienzo.
Club Camionero es la fuerza motriz de una banda que sabe dónde están sus intereses y sus limitaciones. El meticuloso trabajo del sonido permite vislumbrar un dejo de esperanza para la repetida sentencia de que el rock ha muerto. Este dúo de raíces bluseras, arraigado a la voluntad de un rock moderno, propone una playlist atemporal para un viaje sin destino.
Escuchá Club Camionero en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Apple Music).