Lee Ranaldo, ex Sonic Youth, se presentó una vez más en Argentina, con sede en el Margarita Xirgu y presentando su último disco Electric Trim. Si bien en su anterior visita había adelantado algunas canciones, esta presentación sirvió para que el músico tocara en otro formato, porque como sabemos, algo de lo que no puede acusarse a ningún integrante de Sonic Youth es de quedarse quieto. Lo último de Lee Ranaldo consolida lo que viene experimentando en su carrera solista. Si bien podemos encontrar la mayor variedad en su discografía, ahora se tiró más para el lado de tocar canciones como cantautor, que de hacer ruidos extraños como lo hacía en los años ’80. Pero ese joven sónico nunca murió, sino que ahora nos presenta una nueva faceta, porque un verdadero experimento nunca toma una forma concreta, sino que está en eterno movimiento. Lee Ranaldo nos respondió unas preguntas sobre su presente y su pasado que le marcan un camino inesperado lleno de senderos distintos que convergen en algún punto.
¿Cómo fue el proceso de grabación de Electric Trim?
¡Aprendí a estar abierto a los colaboradores y a elegirlos bien! En Jonathan Lethem y Raúl Fernández encontré dos nuevos colaboradores que encajan a la perfección con mis métodos de trabajo y cada uno de ellos me abrió a nuevas ideas en un momento en que eso era importante. Desde el principio, el álbum debía ser un nuevo proceso exploratorio. Todo lo que sabía era que sería muy diferente de cualquier otro proyecto en el que hubiera trabajado. Empezamos con demos crudos y construimos las canciones de muchas maneras diferentes. Cada canción es, de hecho, como una pequeña película. Cada canción es independiente y tiene su sonido único. El estudio fue el instrumento principal en este caso. Más que cualquier otra cosa, estábamos usando el estudio para crear este disco en un sentido muy moderno, aprovechando las computadoras, los samplers y las cajas de ritmos, ¡pero sin olvidar a los músicos en vivo! Ambos admiramos muchas de las producciones clásicas de los ’60 (Pet Sounds, Sgt. Pepper’s) y queríamos hacer algo en esa línea – ser creativos en el estudio- pero también trabajar en baterías electrónicas y ritmos más modernos de lo que normalmente se encontraría en uno de mis registros. Raúl trajo un montón de técnicas nuevas al proceso y realmente nos la pasamos de maravilla en el estudio trabajando en las canciones, las letras, las voces y todo. Los dos elaboramos el disco durante un año de sesiones intermitentes en el estudio. Tiene muchos elementos acústicos y mucha guitarra eléctrica, es una buena combinación de los dos. Estoy muy orgulloso de eso, creo que es una de las mejores cosas que he hecho. Fue un trabajo arduo pero, en general, fue fantástico y creo que mi colaboración con Raúl va a continuar.
Este disco no está firmado por una banda como el anterior. ¿Por qué?
Mi banda The Dust (Steve Shelley, Alan Licht y Tim Luntzel) y otros músicos (Nels Cline, Sharon Van Etten, Kid Millions) tocan en el disco pero no es un “disco de la banda”, en el mismo sentido que Last Night On Earth. Hay más “producción” involucrada en este disco, muy diferente de obtener un buen sonido y grabar una banda básicamente “en vivo” en una habitación, que es lo que hicimos en Last Night On Earth.
¿Cómo se llega de algo como Maelstrom From Drift a Electric Trim?
Mi trabajo en sonido y música me lleva a muchos lugares diferentes. Igualmente en mi casa sigo haciendo música abstracta o instrumental, como también escribiendo canciones. Básicamente, eso es lo que estuve haciendo durante muchos años, generalmente Sonic Youth ocupó esas canciones, así como mucha música abstracta y muchos otros colaboradores. Pero es cierto que en este momento mi enfoque principal es escribir canciones y tocar guitarras acústicas como un cantante de folk experimental.
¿El formato acústico es una experimentación para vos después de haber probado con todo?
Lo que sea que esté haciendo trato de abordarlo con una actitud bastante abierta y “experimental”. Para mí, tocar de forma acústica “tradicional” parece bastante experimental, después de mi historia con la guitarra eléctrica. Pero todavía hay un poco de electricidad en el aire y amplificación utilizada. Me concentro mucho en las voces, estoy tocando en una variedad de mis propias afinaciones abiertas y creando algunos paisajes de sonido también durante el concierto. Estoy tratando de desafiarme a mí mismo para hacer algo diferente, y los lugares íntimos también forman parte de ese desafío. Es muy gratificante compartir una experiencia con el público en estas salas más pequeñas: me siento mucho más conectado con la multitud.
El disco cuenta con la presencia de Sharon Van Etten. ¿Cómo fue su trabajo juntos?
Sharon canta en seis canciones, incluyendo un dúo conmigo. Trabajar con ella en las pistas vocales fue especialmente divertido. Siempre me ha gustado la forma en que suena mi voz cuando se combina con una voz femenina, desde el primer EP de SY donde Kim y yo hicimos algunas voces superpuestas juntas. Sharon y yo nunca nos habíamos conocido formalmente antes de haberle pedido que cantara en el disco, pero resultó que ella era fan de SY y nos lo pasamos muy bien preparando partes de la armonía juntos.
¿Por qué la decisión de trabajar con un escritor?
El foco principal del disco es alrededor de las colaboraciones, con Raúl en la música y Jonathan en la letra. Las ideas originales para las canciones eran bastante personales, pero la escritura tomó muchas formas diferentes y fue tocada por las manos de Raúl y Jon. Esta exploración, abrirme a un nuevo colaborador de música y también compartir la escritura de letras con un autor colega, me condujo a un territorio nuevo y extraño. Creo que esa es la columna vertebral emocional del disco. En lugar de un concepto emocional (“álbum de ruptura”, etc.), este trata sobre un nuevo espíritu de colaboración y apertura, de poder girar a la izquierda en una calle desconocida cuando surge la necesidad. Quería poder trabajar en el aspecto del “lenguaje” de las canciones en forma colaborativa, en lugar de tener que generarlo todo yo mismo. En la música para el nuevo álbum, me abrí a muchas nuevas tácticas y métodos, y quería una manera de hacer lo mismo con la letra. En los últimos años, me sentí atraído por la música de Grateful Dead, que fue importante para mí en los años ’70. En particular, me gustó que tenían un hombre en la banda que componía las letras, Robert Hunter, no subía al escenario, pero escribía palabras increíbles para ellos. Quería otro punto de vista para las palabras, para que todo no se generara desde mi propio punto de vista. Resultó ser una colaboración muy interesante y gratificante: creo que los dos estamos bastante satisfechos con los resultados y esperamos hacer más cosas juntos.
Esto me recuerda un disco de tus poemas recitados, Dirty Windows. ¿Podés decirnos algo sobre ese álbum?
Ese álbum fue mi intento de crear realmente un registro completo en torno al spoken word, utilizando trabajos que había escrito en los años anteriores y creando diferentes paisajes de sonido para cada uno. Realmente trabajé duro en ese disco y estoy muy feliz con cómo resultó. Salió de los espectáculos que estaba haciendo en ese momento con Leah Singer, donde creaba paisajes de sonido en vivo y usaba las texturas como escenarios para diferentes poemas. Me gusta la forma en que salió todo el paquete, con las cubiertas de cartón y el libro de textos.
Publicaste algunos libros. ¿Seguís escribiendo?
Sí, todavía estoy escribiendo muchas cosas. Una versión de mi segundo libro (Jrnls80s, mis escritos de la década de 1980) se acaba de publicar en una edición portuguesa de San Pablo. Espero preparar una edición en español para Sudamérica.
Trabajaste en la música para distintas películas, pero hay una colaboración en especial sobre la que quiero preguntarte. ¿Qué es Text Of Light? ¿Cómo fue tu relación con Stan Brakhage?
Nuestro encuentro con Stan fue en la performance, no en persona. Text of Light es un grupo rotativo de músicos dirigido por mí mismo, Alan Licht y Ulrich Krieger. Hay alrededor de diez miembros que se presentan en los conciertos en diferentes formaciones, dependiendo de quién esté disponible (puede ser trío o cuarteto, o más). Interpretamos música improvisada para las películas de Stan Brakhage, que son casi todas sin sonido. Hay tantas películas en su gran catálogo que elegimos diferentes cada vez que tocamos, algunas son muy personales y específicas, otras son abstractas, todas están más cerca de la poesía que del cine narrativo. Las hacemos un par de veces al año.
¿Qué se extraña de Sonic Youth?
Sonic Youth fue un grupo especial, del tipo que no sucede todos los días. Era un grupo de cuatro miembros iguales, todos trabajando en las canciones, escribiéndolas juntos (excepto las letras). Tan democrático como podíamos hacerlo. Estuvimos juntos durante 30 años y tuvimos una gran cantidad de experiencias interesantes, desde el mundo indie rock de los ’80 hasta ingresar al mundo de los negocios de la música más corporativo en los ’90, trabajando junto a amigos como Nirvana y Mud Honey, tocando con Iggy Pop o Neil Young. Algunas cosas fueron increíbles, especialmente cuando te das cuenta de lo “difícil” que era nuestra música, no era fácilmente aceptable y nunca iba a ser popular, pero sobrevivimos y teníamos una carrera en el arte, la cultura y en el RnR en los que crecimos. Hicimos discos que vendieron una cantidad justa, y discos que fueron comprados principalmente por los entendidos. Para cuando la banda se detuvo, yo había estado allí por más de la mitad de mi vida. Estuvimos treinta años juntos, una carrera increíble. Actualmente todos estamos trabajando en nuestros propios proyectos, como lo hemos hecho estos últimos años. Todos estamos muy comprometidos con lo que estamos haciendo ahora, y no creo que ninguno de nosotros esté mirando hacia atrás. SY todavía mantiene un gran archivo y hacemos lanzamientos de archivos, etc., pero todos estamos mirando hacia adelante en este momento. Sé quien soy.
¿Conocés música argentina?
Conozco algo, algunos de los clásicos como Piazzolla, ¡pero necesito saber más!