Mykki Blanco necesitaba un makeover. Lx artistx y raperx irrumpió en la escena a comienzos de la década pasada a fuerza de mixtapes cargados de beats al borde de la saturación y un flow motorizado por humor ácido y melodrama. Pronto se hizo reconocidx por sus viscerales presentaciones en vivo, en las que lx performer se bajaba del escenario para confrontar y poguear con su público mientras revoleaba su peluca por los aires.
Es difícil pensar en otrx artistx como Mykki Blanco, y quizás por eso tuvo que construir su propio camino en la escena como unx músicx independiente, trans y HIV positivx. Y en 2019, después de haber estado de gira por más de dos años presentando su disco debut Mykki (2016) y haciendo canciones para artistas como Kanye West y Teyana Taylor, sintió la necesidad de replantear la relación que tenía con su propia música.
“Me di cuenta que ya no quería usar más samples y que quería trabajar de una manera más orgánica”, dice Blanco en conversación con Indie Hoy desde Los Ángeles, donde reside ahora después de haber vivido seis años en Lisboa. Para esto, reunió un grupo de músicos y cantantes sesionistas y los hizo improvisar por horas para después editar lo grabado junto al productor FaltyDL y seleccionar lo que iba para el disco. “Trabajando así encontré un nuevo tipo de alquimia -agrega Blanco-, y ahora puedo decir que, por primera vez en toda mi carrera, esta realmente es mi música”.
Broken Hearts & Beauty Sleep, publicado la semana pasada a través de Transgressive Records, es uno de sus trabajos más creativos. Blanco expande el rango de su sonido, antes enfocado en el hip hop y el pop electrónico y ahora abierto a jugar con el soul, el R&B, el funk y el rock de principios de los ochenta. Es un disco con elementos que nadie esperaría encontrarse en un disco de Mykki Blanco, y a la vez tiene mucho de lo que lx hace unx artista sin comparación.
Broken Hearts es también una obra inspirada en los altibajos de una relación que está llegando a su fin. A lo largo de las nueve canciones que conforman el disco, Blanco demanda más respeto y confianza de su pareja, pero también describe con ternura los momentos cotidianos en los que se pueden esconder las demostraciones más genuinas de amor. “Escuché en algún lado que sentimos 256 emociones por día, y creo que las canciones son como emociones -dice Blanco-. Hay gente que tiene gustos muy estrictos pero creo que la mayoría de las personas escucha todo tipo de música. En un momento te das cuenta que ciertas canciones pueden cambiar tu humor y siento que hice este disco basándome en mis distintos humores”.
Entre guitarras, saxos, pianos y flautas, la voz de Blanco es acompañada por las de Leah King, Mykal Kilgore y L1ZY, las tres cantantes con las que trabajó y que tienen una fuerte presencia durante todo el disco. También colaboró con artistas como Blood Orange, la rapera Big Freedia y el productor Hudson Mohawke. En “Want From Me”, junto al cantante Bruno Ribeiro, rapea sobre una base de bossa nova que pronto incorpora un beat de trap y termina con un solo de guitarra a la Santana. “En mi carrera siempre jugué con mi forma de rapear -agrega Blanco-. Me gusta rapear arriba de cosas que no sean un típico beat de hip hop. Siempre me pareció tan aburrido, tan cliché, tan esperado”.
Otras de las revelaciones que Blanco tuvo durante su última gira fue la idea de poder realizar shows más grandes junto a una banda. “Ya no quería estar solx con un DJ, estaba listx para intentar algo nuevo. Y lo asombroso es que la música del disco refleja esas ganas de crecer y encontrar una forma más orgánica de hacer arte. Me puse a pensar en mi futuro y me di cuenta que quiero tener longevidad. Cuando tenés una carrera tan variada como la mía, no querés apegarte a una sola imagen. Una de las cosas más interesantes cuando pienso en todo lo que hice es que siempre fui un camaleón. El cambio me parece lo más interesante”.
La idea original detrás de Broken Hearts era la de hacer un ambicioso disco doble de 19 canciones, pero con el tiempo el proyecto se transformó en dos discos cortos o “mini-albums” y una serie de singles como “You Will Find It” junto a Devendra Banhart. El siguiente disco ya está terminado, se publicará a comienzos del año que viene y está inspirado en un género que denomina “hip hop shoegaze”. Luego de la introspección y vulnerabilidad que mostró por primera vez en Mykki, esta nueva etapa es un paso firme hacia la consagración de Mykki Blanco como unx artistx con profundidad, unx raperx con talento para crear collages a partir de experiencias personales que incitan a cuestionar las preconcepciones que podemos tener sobre las relaciones amorosas, la identidad propia y el género. “Broken Hearts y el próximo disco tienen mi música más vulnerable y honesta. Siento que mi sonido creció mucho estos años, todo mi proceso creativo se transformó”.
Cuando anunciaste en 2015 que eras HIV positivx, dijiste que ibas a dejar de hacer música. Ahora estás en tu momento más prolífico. ¿Qué cambió?
Bueno, creo que las cosas se expandieron creativamente. Antes ponía demasiado énfasis en mi show en vivo, en ser unx gran performer, porque así era como la gente me conocía. Y todo era independiente, hacía todo yo mismx, pero ahora estoy con Transgressive Records, que es mi primer sello discográfico. Pero, al final del día, no puedo controlar a la sociedad. Cuando dije que era HIV positivx, no tenía a nadie como ejemplo de haber hecho algo así y de seguir haciendo música, no tenía ningún referente. Sé que no soy lx primerx en hacerlo pero, en el contexto de mi música y mis contemporáneos, creo que sí lx soy. Creo que el hecho de haber seguido trabajando es un testimonio de mi espíritu pionero.
Tus primeros discos se sienten más confrontativos y reaccionarios, ahora parece que estás componiendo desde un lugar más positivo y creativo…
Es gracioso que la gente siempre trató de hacerme pasar por alguien súper políticx, pero en verdad creo que no soy muy políticx, para nada. Sé que mi lugar en la sociedad me dio cierta perspectiva y hubo momentos en los que elegí expresarme al respecto, pero siempre rehuí de la gente cuando me llamaron activista. Conozco personas que son realmente activistas, que dedican su vida a eso, así que entiendo lo que es militar por una causa en vez de alzar la voz cuando lo sentís necesario. Vengo de un lugar muy artístico, estudiaba arte conceptual, multidisciplinario, instalativo, performático… y cuando empecé pensaba en mis primeros discos como experimentos conceptuales. Un disco como Betty Rubble: The Initiation, ese EP era yo tratando de hacer goth rap. Estaba muy inspiradx en el horrorcore así que trabajé con Sinder, un productor inglés de música dance, en hacer esta música oscura, filosa y brillante a la vez. En mi mixtape Gay Dog Food pensé que sería divertido intentar hacer un hip hop grunge feminista. Y en Mykki Blanco & the Mutant Angels… ese disco entero es inescuchable, es como noise rock. Creo que el disco Mykki fue cuando comencé a querer estar en contacto con mi música en un nivel más profundo. Y en el proceso tuve todas estas epifanías sobre qué música quería hacer y cómo tener una relación más espiritual con mi arte. Por eso tomé la decisión de dejar de estar tanto de gira y pasar más tiempo en el estudio tratando de mejorar como músicx.
¿Te sentís más madurx?
Tengo 35, en ciertos aspectos me siento más madurx pero en otros no. En un momento entendí que el parámetro de la madurez puede ser distinto para distintas personas en diferentes culturas y estilos de vida. Lo que creo que estoy aprendiendo cada vez más como adulto es que no importa la edad. Podés tener 70 años y aún así haber vivido una vida que te volvió muy inmadurx emocionalmente, o podés tener 25 años y haber vivido una vida muy intensa hasta el punto de tener una sabiduría más allá de tu edad. Creo que es todo bastante relativo.
Tu infancia y adolescencia son una fuente de inspiración recurrente en tus últimos discos. ¿Mirás a tu pasado para entender cosas de tu presente?
Hubo cosas en mi pasado que cambiaron mi manera de ver la vida. Me siento muy afortunadx, tuve una carrera muy interesante. Ahora siento que este álbum y los siguientes me van a abrir a una audiencia mucho más grande, pero nunca hice esto con el objetivo de ser famosx. Yo veo las cosas que dicen en Internet, “oh, Mykki Blanco debería ser más conocidx”, o “Mykki Blanco debería ser esto o lo otro”. Pero mi carrera fue una de las cosas más especiales y espectaculares que me podrían haber pasado. Yo era unx niñx que estudiaba arte y no empecé a hacer música hasta que tuve 25. Era unx buenx escritorx y me gustaba escribir poesía, pero a los meses de empezar a hacer música mi carrera explotó y se volvió algo que jamás hubiera imaginado. A veces no lo puedo creer, y encima ahora sigo creciendo y creciendo. Amo que mi carrera haya sido tan auténtica y orgánica porque en esta nueva etapa puedo experimentar cosas nuevas y siento que hay muchos nuevos artistas que no tienen la misma posibilidad. Yo me beneficié de las redes sociales en el comienzo de mi carrera: Twitter, Tumblr, Instagram, Facebook, esas cosas ayudaron a que mucha de gente encuentre mi música porque yo era unx artistx independiente, fue todo a través de Internet. Ahora está todo muy saturado y es difícil sentir que algunos de estos artistas nuevos vienen de algún lado, que vienen de una escena. Me siento muy afortunadx de ser alguien que vino de un lugar realmente auténtico.
Mencionaste que tuviste una formación multidisciplinaria. ¿En qué estuviste trabajando además de música?
Hace poco contribuí dos ensayos a dos libros, uno llamado The Queer Bible y el otro We Can Do Better Than This, que son antologías de literatura LGBTIQ. Y también estoy reeditando mi libro de poesía From the Silence of Duchamp to the Noise of Boys, que publiqué en 2011. Pero la música fue mi foco este tiempo. Lo di todo, trabajé en estos discos durante dos años y medio.
¿Qué sentiste al revisitar esos poemas que escribiste hace 10 años?
Por momentos fue desgarrador leer sobre lo que me pasaba y las experiencias que estaba viviendo. Pero también fue interesante para reflexionar sobre cuánto cambié y cómo crecí metafísicamente y espiritualmente, ver dónde estaba y también ver las cosas que siguen iguales. Pero, obviamente, mi vida no terminó como una tragedia.
Escuchá Broken Hearts & Beauty Sleep en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Apple Music).