40. Gativideo – Gatividemo
Independiente
Si bien el sonido de este cuarteto coquetea bastante con la música funk, y la mayoría de sus temas resultan siendo bastante cómicos y aptos para las pistas de baile; la banda inicialmente tenía la aspiración de acercarse musicalmente a Tame Impala o Mac DeMarco, artistas que en todo caso ya habían sido versionados por el cantante Renzo a través de su canal de Youtube, dejándole a canciones como “Ode to Viceroy” y “Feels Like We Only Go Backwards” un acabado final más cercano a la cumbia que al de himnos del rock anglo. Tal parece que la tendencia hacia la celebración de lo popular por parte de Renzo estaba presente desde aquel entonces, y terminó por apoderarse de Gativideo, otorgándole a la espontaneidad un rol fundamental dentro de su música. Reseña completa – Laura Camargo
39. Kill West – Smoke Beach
Crang / Echo Drug / Drone Rock Records
Sin lugar a dudas, una de las bandas que estuvo pisando fuerte este año, fue Kill West. Oriundos de la zona sur del Conurbano Bonaerense y ya con un EP homónimo bajo el brazo, el quinteto está formado por Franco, Nicolás, Mariano, Joel y Martín en la guitarra, la batería, sintetizadores, el bajo y la segunda guitarra respectivamente. A través de Crang Records (sello que también apadrina a Las Kellies, Nairobi, Yataians, entre otros artistas locales), el 11 de junio de 2015 vio la luz el primer disco de larga duración del grupo y fue bautizado bajo el nombre Smoke Beach. Tomando claras influencias del rock psicodélico, una cuota de stoner y algo de garage, el quinteto de la ciudad de Quilmes se sumergió entre pedales de reverb y fuzz y le dio nacimiento a un disco que no tiene desperdicio desde que comienza hasta que termina. Con las voces casi en segundo plano, Kill West nos hará mover la cabeza con sus melodías y con solos largos, una batería hipnotizante y líneas de bajo bien pesadas y casi repetitivas. Para el verano, para compartir con amigos entre algunas cervezas o simplemente para disfrutarlo porque sí, Smoke Beach tiene el nombre muy bien puesto y nos hará viajar a desiertos inhóspitos o hacia donde la música nos lleve. Florencia Garrido
38. Fausto y los Isotónicos – Con un poco de ayuda de mis amigos
Unclan Discos
El primer disco de larga duración del proyecto de Fausto Benetti cuenta con 8 canciones, algunas incluidas en un primer EP que presentamos en enero. El nombre de este trabajo es un claro guiño al tema de los Beatles “With a Little Help From My Friends“. Benetti también aclara que en el momento de grabar el álbum estaba distanciado de su pareja y pudo realizarlo gracias al amor de sus amigos, todos ellos del sello Unclan, fundado por él y sus amigos en la ciudad de las diagonales. El disco fue grabado entre octubre de 2014 y enero de 2015 en el estudio El Rastro y producido por Juan Garuda. Fausto y los Isotónicos siguen con su sonido platense, melodías simples, guitarras que no paran y letras cotidianas. – Reseña completa – Matías Ferreyra
37. Majical Cloudz – Are You Alone?
Matador
Desde aquel tímido e imponente primer encuentro con el merecidamente aclamado Impersonator, Majical Cloudz ha encontrado la forma de fortalecer el minimalismo de sus construcciones. El dúo, que desde lo etéreo inventa emociones para luego destruirlas, enaltece su propuesta con Are You Alone?, reinventando matices para empujar la ligereza del ser. Con respuestas a viejos interrogantes sobre la recurrida e inescapable soledad, los canadienses tiñen viejos miedos de optimismo, optan por una salida que escapa a la muerte y se refugia en el amor. La voz de Devon Welsh, conmovedora y atrapante, sigue siendo la gran protagonista del disco. La madurez compositiva del sensitivo Mathew Otto aporta al disco la perfecta armonía desde donde erigir el aquejado sentir de Welsh. El resultado es un reconfortante y necesario viraje introspectivo lleno de confort y, ante todo, hermosura. – Agustina Checa
36. Viet Cong – Viet Cong
Jagjaguwar
La impetuosa resonancia de percusiones marciales nos recibe durante los primeros segundos de “Newspaper Spoon“, canción con que inicia el primer álbum de este cuarteto canadiense que regresa luego de presentar durante 2014 Cassette, EP que solo pretendía ser una introducción al sonido de la banda. Con su auto titulado debut, Viet Cong se adentra un poco más en la oscuridad, entregando una descarga de post-punk crudo, con riffs ásperos, acompañado de una dinámica en la que coros y sintetizadores permiten la construcción de melodías laberínticas. Este álbum viene entonces cargado de una fuerte energía bélica y catártica distribuida en siete canciones, algunas de ellas con una estructura muy poco lineal y más bien anárquica. En todo caso, parecería ser que con este disco Viet Cong se entrega sin recelos a la introspección y retoma la bandera del post-punk fraguado con fiereza, tal como lo hicieron las chicas de Savages con su elogiado Silence Yourself hace un par de años. – Reseña completa – Laura Camargo
35. Pablo Neptuno – Licenciado en administración
Cool Ghost Records
Pablo Neptuno anuncia en la biografía de su Bandcamp: “no se aprovechar el tiempo de estudio”; consecuentemente, Licenciado en administración es un oda a la ruptura de toda concentración esquemática y rígida, generando -en parte intencional y en parte accidentalmente- un disco que muta y cambia de color con facilidad y soltura; pero sin embargo, no parecieran haber detalles de su trabajo descuidados ni irresponsables –por más que al sintonizar el “juego” de la obra, nos quiera hacer creer eso. Paradójicamente, lo que parece aleatorio es orgánico. El sonido de una procastinación muy elaborada. Se trata de una producción meticulosamente casera –dicho así porque de esta condición parte su sonido, no siendo solo detalle contextual de su génesis; y no por tal el resultado suena desprolijo ni a medio hacer, como nos acostumbra la estereotípica bandera que enarbolan los defensores del audio accidentado y de mala calidad. – Reseña completa – Francisco Fradi
34. Lo’ Pibitos – A Punto Caramelo
Pop Art
El segundo disco de los muchachos de Villa Crespo muestra una madurez digna de alguien que pasó su juventud en las pistas de los queridos y olvidados años ’80. Haciendo una mezcla perfecta entre el funk y el rap, Lo’ Pibitos mantienen la alegría de sus canciones demostrando que no todas las segundas partes son malas y que incluso pueden ser mejores que las primeras. El disco tardó en llegar pero, como su nombre lo indica, no iba a salir hasta estar perfectamente cocinado. Producido por Guido Ruggiero, alias El Dog, una de las voces, y Juan Lucas Arbe, el percusionista, Lo’ Pibitos muestran a lo largo de 11 tracks el crecimiento musical y la destreza para tocar varios estilos y combinarlos dentro de una misma canción. A punto caramelo es puro groove y cuenta con varios arreglos instrumentales, en su mayoría comandados por los teclados y sintetizadores de Martín Aguilar. El nombre del disco funciona, además, como un hilo conductor del mensaje que la banda quiere transmitir. Todas las canciones parecen ser consejos, advertencias y observaciones que te proponen disfrutar la vida. Algo así como “Saber Vivir” pero con muchísima, pero muchísima más onda. Al llegar al último track, sabés que ya estás a punto caramelo para salir a la calle y pasarla bien. Reseña completa – Franco Vacchetta
33. Muse – Drones
Warner Bros.
La relación del ser humano con la tecnología y lo peligrosa que puede resultar la misma es la excusa para que Muse vuelva a sonar. El sonido electrónico y dubstep que habían sumado a su disco anterior, The 2nd Law, quedó a un lado, llenando las canciones con guitarras distorsionadas, un bajo envolvente y una batería que se lleva todo por delante. Después de leer libros que hablan sobre el avance tecnológico en la guerra, Bellamy quedó obsesionado con el uso de drones en la guerra: “Sos asesinado por control remoto” canta en “Reapers”. Además, el disco tiene dos intervalos bastantes curiosos: el track “Drill Sargeant” donde se escucha una conversación entre soldados y “JFK”, un sample de un discurso del difunto ex presidente de Estados Unidos en el que le habla a un grupo de trabajadores de un diario sobre la importancia de la prensa libre. Co-producido por Robert “Mutt” Lange, quien supo trabajar con Def Lepard y AC/DC, Drones cuenta con un gran trabajo compositivo en lo musical. No pierden la complejidad para armar riff poderosos y fáciles de corear para una audiencia. Y, como el piano nunca puede faltar en un disco de este trío, “Mercy” se postula como un himno donde el frontman suplica por su vida. El último track es el que le da nombre al disco. Es una composición armada con muchas voces de Bellamy, formando un canto de iglesia antiguo en el que anuncia el final de esta historia. ¿Cómo termina? Todos son asesinados por drones. Franco Vacchetta
32. Chelsea Wolfe – Abyss
Sargent House
Abyss se adentra y explora una oscuridad ya propuesta por Chelsea Wolfe en su anterior disco: Pain is Beauty, por lo que no sorprende que cada una de las canciones de su más reciente trabajo contengan una especie de romanticismo teñido de post goth. Algo similar sucede con su fuerza melódica, de la que ya había dado indicios, no sólo en el ya mencionado Pain is Beauty, sino que también su segundo trabajo discográfico: Apokalypsis (2011), en Abyss termina de develarla, sobre todo en temas como “Grey Days“, “The Abyss” y “After the Fall“. A lo largo de su carrera, Wolfe ha sabido incorporar elementos de metal en su sonido y si bien nunca fue más que un flirteo con ese género, esta vez se atreve más que nunca a externalizar esas rutas metaleras, como lo hace en “Color of Blood” o “Survive“. La facilidad con la que Wolfe sabe cómo desplegar toda su furia y cuándo apaciguarla es asombrosa y hacen que Abyss se aún más encantador. No es sólo es su disco más fuerte y ambicioso hasta el momento, sino que además está lleno de una belleza y brutalidad pocas veces vistas en estos tiempos. Daniela Álvarez
31. The Soft Moon – Deeper
Captured Tracks
Mientras que en su primer álbum, el sonido era indudablemente cercano al shoegaze, a su vez que los sintetizadores protagonizaban la generación de atmósferas tan frágiles como apesadumbradas; en su segundo disco, bastante más conceptual, ahondó en dar vida a paisajes sonoros inspirados en recurrentes pesadillas acerca del fin del mundo y el colapso de la civilización humana. Tanto aquella inicial melancolía, como la tendencia retro-futurista de su música están presentes en Deeper. Aunque esta vez el sonido de The Soft Moon se aleja un poco de la herencia post-punk de bandas como Joy Division, y se torna un poco más experimental, optando por guitarras disonantes y atmósferas industriales. El ejercicio catártico que supone The Soft Moon ha servido de vehículo para comunicar esas ideas propias de esta generación de humanos inmersos en una rutina en la cual la frontera entre lo virtual y lo real resulta cada vez más difusa. En Deeper, su autor se adentra en medio de aquellos sentimientos de desconcierto y angustia, y es cautivadora la forma en la que construye un universo sonoro alrededor de ellas. Reseña completa – Laura Camargo