Nick Cave nos regala profundas reflexiones en su blog personal titulado The Red Hand Files. Allí no solo habla de su carrera musical, sino también ofrece su perspectiva sobre otros temas. Por ejemplo, hace unos meses reveló sus canciones de amor favoritas, confesó lo difícil que fue su ruptura con PJ Harvey y opinó sobre el legado de Morrissey pese a su polémica visión política.
Ahora Nick respondió en una entrada del blog a tres preguntas formuladas por sus seguidores. En las mismas le consultaron sus razones para escribir, sus inclinaciones políticas y si cree ser un pensador “despierto.” En la extensa respuesta ofrecida por el australiano quedó claro que no está muy en sintonía con la cultura “despierta” porque le parece una limitación ante otros puntos de vista sobre la realidad: “Vivir en un estado de investigación, neutralidad e incertidumbre, más allá del dogma y una enorme convicción, es bueno para el negocio de la composición de canciones y para mi vida en general. Este es el motivo por el que tiendo a sentirme incómodo con todas las ideologías que se autodenominan ‘la verdad’ o ‘el camino’.”
Después, Cave amplió el alcance de su idea y señaló que incluye a las religiones, al ateísmo y la política radical bipartidista, así como a cualquier sistema de pensamiento. Sobre la cultura ‘despierta’ anotó:
“Más allá de las intenciones virtuosas de muchos temas ‘despiertos’, es su falta de humildad y la seguridad paternalista y doctrinal de sus afirmaciones lo que me repele.”
Cave ofreció como ejemplo a la Antifa (un movimiento de izquierda anti-fascista) y la extrema derecha: “Con sus peleas callejeras de rutina, sus juegos de rol y sus disfraces participan de un matrimonio extrañamente erótico, violento y mutuamente autosuficiente, apoyado por las convicciones ciegas e inflexibles del sistema de creencia del otro.”
Luego aclaró que no piensa que no debamos tener algunas convicciones firmes o que no hay que enojarse con la situación del mundo, sino que lo recomendable es no caer en dogmatismos de ninguna índole. Habló entonces de su propio rol: “Mi deber como compositor no es tratar de salvar al mundo, sino salvar el alma del mundo. Esto requiere que viva al otro lado de la verdad, más allá de la convicción y dentro de la incertidumbre, donde las cosas tienen menos sentido, el absurdo es una virtud y el arte arde y arde; donde el dogma es anatema, el discurso es esencial, la duda es una energía.”
Por otra parte, el músico australiano también se encuentra realizando el “Conversations Tour”, una serie de sesiones íntimas de preguntas y respuestas. Él mismo las define como “un ejercicio de conectividad.” Días atrás, en esa gira se refirió al cover de Snoop Dogg de su canción “Red Right Hand”.