Con un día 1 muy complicado (en cuanto a los accesos generales y el acceso al Arena), el día 2 nos obligaba a ir un poco más temprano si es que queríamos disfrutar de las primeras bandas de la jornada, y en este segundo día había nombres muy interesantes mientras que el sol de la siesta estaba arriba.
Con puertas nuevamente a las 2 de la tarde, a las 2.30 comenzaban en simultáneo dos shows que tenía muchas ganas de ver: los Twin Peaks en el escenario The Trees y Jessy Lanza en el bendito Arena. Así que, mitad y mitad de cada uno: los chicos de Chicago entregaron todo el heavy pop que hay en su disco recientemente editado Wild Onion (2014, Communion Records), propiciando toda la escena para el pogo, el mosh y la energía joven, transmitida tanto arriba como abajo del escenario. Jovencísimos ellos, pero han hecho un gran debut en el festival californiano. La canadiense Jessy Lanza, por su parte, rindió un impecable set electrónico en ese monstruoso Arena. Con las luces muy bajas, parecía muy extraño que afuera el sol estuviese pegando tan fuerte como el día anterior – y por un momento entendí de qué va toda la escena electrónica tan de moda en estos días.
Después de Lanza, el Arena recibía a Les Sins, el proyecto paralelo de Chaz Bandwich (aka Toro y Moi) pero en el escenario The Trees, los Joanna Gruesome llegaban del otro lado del Atlántico (Gales) y dieron una impecable entrega de noise pop, confirmando por qué todos están hablando de ellos: la repsuesta, además de su potente vivo, está en el álbum editado el año pasado, Weird Sister (2013, Slumberland). Con su show, el escenario The Trees quedó oficialmente catalogado como el escenario del mosh y del pogo, con tierra y cuerpos volando por el aire.
Les Sins, por Rich Fury
Con los Joanna Gruesome finalizados, en el principal comenzaba el show de Kindness, pero como estuvo de soporte el jueves anterior en un sideshow de Blood Orange en el teatro del hotel ACE en West Hollywood, opté por volver al Arena a ver una de las revelaciones del año pasado: Kelela. Antes de pasar a eso, el show de Kindness fue bastante similar al ofrecido a puertas cerradas días antes, propiciando el baile y hasta llamando a su amigo Devonté Hynes (aka Blood Orange) para compartir una de las canciones. El set de Kelela fue sorprendente, repasando temas de su mixtape que estuvo disponible para descargar gratuitamente, Cut 4 Me, y que alcanzó una buena cantidad de descargas. Ella, Kelela Mizanekristos, se mostró muy agradecida por eso, contando explícitamente que un año y medio atrás se encontraba trabajando en un call-center y que hoy, gracias al acalorado recibimiento del público, en vez de vender esos productos que a nadie le interesa, tenía que vender sus canciones, cumpliendo su sueño. En dos ocasiones no mostró reparo alguno para incentivar a que los presentes se prendan un porro para acompañar el set.
Kindness, por Debi Del Grande
Kelela, por Carl Pocket
Mientras me perdía a La Dispute, comenzaba el show de Mac DeMarco en el escenario principal. Otro canadiense en la lista, pero me quedo con el recuerdo de su gran show en Vorterix a comienzos de año. Quizás sea un poco apresurado que el símbolo del normcore esté en un escenario principal: definitivamente no estuvo a la altura de sus discos de estudio ni de las expectativas del público, salvo por su remera de los Simpsons. Pero no es suficiente, Mac.
Thundercat y los reunidos Presidents of the United States of America ofrecían sus respectivos shows mientras que en el principal Blood Orange se comenzaba a preparar. El horario fue perfecto: a las 7.40 de la tarde, con el sol poniéndose y ofreciendo unos matices naranjas de fondo, Devonté Hynes dio un set reducido comparado a su sideshow (lógico), abriendo con dos clásicos de su disco anterior Coastal Grooves (2011, Domino Records) para pasar a un set con lo más selecto de Cupid Deluxe (2013, Domino Records): “You’re Not Good Enough“, “It Is What It Is“, “Always Ley U Down“, “On the Line” y “Time Will Tell” (sí, faltó “Chamakay” en el festival), con las voces femeninas requeridas acompañándolo en cada ocasión. Aunque tenía un problema con su rodilla y usaba muletas fuera del escenario, arriba no importó nada, calzó sus zapatos de baile y se movió de acá para allá.
Blood Orange, por Carl Pocket
Después de Blood Orange, venía uno de los platos fuertes de la noche y una oportunidad única para verlos porque horas atrás habían anunciado su separación: la dupla Darkside (Nicolas Jaar y Dave Harrington) fue uno de los mejores shows que vi en mucho tiempo, dentro y fuera del festival. En una hora tocaron una selecta elección de seis canciones de su disco del año pasado, Psychic (2013, Matador), que era básicamente lo que todos queríamos escuchar. Con un Arena mejorado al día anterior, plateas habilitadas y acceso más fácil, lo de Darkside fue toda una experiencia.
Fotografía: Tod Seelie
Quisiera decir lo mismo de los shows que le siguieron a lo de Darkside, pero no: en el escenario principal las HAIM estaban tocando inmediatamente antes que los Strokes (headliners, obvio) y seguramente para el fanático haya sido un lindo set, pero personalmente noté mucho “somos un producto” arriba del escenario, y… meh. Las canciones suenan mejor en casa. No cabe duda, de todas maneras, que las chicas tienen esa simpatía requerida para llevar un show de ese calibre: como eran locales, tenían el público de su lado. Al parecer, las hermanitas eran muy populares unos años atrás en su Universidad y organizaban fiestas en sus casas a la que iba mucha gente (eso contaron). Así que quisieron emular esas fiestas con su set en el FYF, tocando cada hit habido por haber en su disco debut Days Are Gone (2013, Columbia), pero no, no hay forma de que con un disco debut estés a esa altura en el line-up… culpemos a Columbia ;) Debería haber ido a ver a Flying Lotus, mala mía.
Si bien considero que no hace falta que The Strokes siga sacando discos, sus shows suelen ser muy divertidos porque gracias a dios se concentran en sus primeros discos, y esta no fue la excepción. En su set de 17 canciones, Julian Casablancas y los suyos demostraron por qué son ya todo un retrato generacional de la época: “Barely Legal“, “Reptilia“, “Under Control“, “Hard to Explain“, “12:51“, “Someday“, “New York City Cops” trasciende cualquier tema demás en Angles (2011, RCA) o Comedown Machine (2013, RCA). Con decir que había gente en los techos de edificios vecinos al predio (y que en ningún otro momento de la tarde sucedió), está todo dicho.
Luego del encore con “New York City Cops“, empezó el regreso a casa y las disculpas oficiales no tardaron en llegar: los organizadores del festival se hicieron cargo de los errores cometidos en esta primera edición en nuevo recinto, prometiendo mejoras para los venideros. A pesar de eso, cada show fue impecable en cuanto a lo técnico y puntualidad, y cada artista ha hecho lo suyo. Seguramente el FYF 2015 sorprenderá una vez más.