Netflix ofrece un puñado de contenido basado en hechos reales. Desde series como Gambito de dama hasta documentales de true crime, el factor de la conexión con la realidad se ha presentado como un gancho infalible para atrapar a los espectadores, pero también le ha traido serios problemas legales a la empresa.
Luego del exitoso estreno de la serie que cuenta la historia de la ajedrecista, la plataforma recibió una demanda por difamación de parte de Nona Gaprindashvili. A la vez, fueron demandados por el documental El estafador de Tinder debido a la misma razón, aunque ambas producciones dieron sendas ganancias.
Ahora, la serie que hizo temblar a Netflix es Inventando a Anna, uno de las lanzamientos más prósperos de este 2022. La obra cuenta la historia de Anna Delvey, quien engaña a grandes magnates de Wall Street haciéndose pasar por hija de una millonaria. Esta serie también está basada en una historia real y Rachel DeLoache Williams, una de las implicadas, decidió demandar a la plataforma.
La demanda se efectuó en el Tribunal Federal de Distrito de Delaware y parte de la misma expresa: “Como resultado de la interpretación falsa de Netflix de ella como una persona vil y despreciable, Williams fue objeto de un torrente de abusos en internet, interacciones negativas en persona y caracterizaciones peyorativas en los podcasts”.
Por otro lado, la denunciante expresa que la serie muestra una imagen distorsionada de su historia, pintándola con diversos condimentos peyorativos que estarían faltando a los hechos reales. Por el momento, Netflix no ha contestado la demanda públicamente ni dado explicaciones sobre cómo decidió representar a DeLoache, pero en producciones de esta índole es esperable que las personas reales sobre las que versan las historias puedan objetar las representaciones que se han hecho en la ficción.