Durante la regencia del emperador romano Adriano, que se extendió desde el año 117 al 138 d.c., fue tallada en mármol una gran escultura llamada Afrodita de Capua. Tal pieza resulta imponente no solo por su belleza y su tamaño (2,2 metros de altura), sino también por su fuerte carga simbólica e histórica.
Por casi dos milenios, esa representación de la diosa griega del amor y el deseo se ha erigido orgullosa. Ahora sabemos que, como parte de un convenio entre Italia y Argentina, esa figura será exhibida muy pronto en el Museo Nacional de Bellas Artes (Av. del Libertador 1473, CABA). Tal y como consta en su sitio oficial, se podrá visitar esa creación en el hall principal ubicado en la planta baja del edificio desde el próximo 15 de noviembre y hasta el 17 de febrero de 2019.
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Pese a su antigüedad y los múltiples traslados que ha tenido, es de destacar que la deidad semi-desnuda se ha conservado casi intacta. De hecho, tan solo ha sido objeto de algunos pequeños retoques en su nariz, brazos y parte de su vestido.
En cuanto al significado de esta escultura del arte clásico, el museo ha señalado:
“La figura ha sido relacionada con el mito romano de la victoria de Venus sobre Marte, una alegoría del triunfo del amor sobre la guerra. Esta iconografía se refleja en testimonios del mismo período, tanto literarios (Argonáuticas, de Apolonio de Rodas) como pictóricos. De hecho, son numerosas las representaciones iconográficas presentes en las pinturas pompeyanas. Esta lectura puede vincularse, además, con la adoración de Venus Vincitrix en Capua, luego de que Julio César la convirtiese en colonia de veteranos, en el año 59 a. C., y la eligiera como deidad protectora de la ciudad”.
Sabemos además que expertos en historia del arte apuntan a que la obra en cuestión está inspirada en una Afrodita perdida forjada en bronce atribuida a Lisipo, artista griego fallecido en el año 300 a.c.