“El arte es un arma cargada de futuro”, dice la frase inmortalizada en paredes de varias ciudades. Con el paso del tiempo, la pintura se agrieta y la lectura pierde nitidez; sin embargo, el proverbio perdura ante explosiones y negligencias por la fuerza expansiva de lo que vendrá.
Pasaron más de dos años de la salida de Incógnito, el EP pandémico de Las Armas Bs. As. que cerró una etapa repleta de búsquedas y sensaciones. Ahora, la agrupación oriunda de La Plata dio vuelta la página para seguir contando su historia desde otro lugar, pero con la misma sinergia aglutinante y sugerente de la que hemos sido testigos durante esta última década. El nuevo trabajo discográfico de la banda liderada por Rodrigo García Morete, titulado El futuro vol. 1, toma distancia de sus antecesores y consigue materializar un renacimiento en el sendero de su exploración artística.
“A mí me desgasta la lógica de las redes y de los discursos contemporáneos que consisten en reforzar lo que uno ya piensa y de tener que bajar una línea, y de que esa línea sea cien por ciento coherente con un esquema y demás- cuenta el frontman conocido como El Míster, en conversación con Indie Hoy-. Las dinámicas o relaciones humanas son más complejas y sobre todo en el arte. Volvamos a la idea de juego, sino es aburrido”.
Conformado por tres canciones que cuentan con Amparo Torres de Isla Mujeres y Carmen Sánchez Viamonte como cantantes invitadas, el breve repertorio aborda una impronta vanguardista que encuadra a la perfección en esta faceta renovada del proyecto. Sus letras retratan distintas experiencias que le dan relevancia a una vorágine de emociones propias y universales. Las Armas es una banda ambivalente: aprehenden lo eterno en la fugacidad del instante, del mismo modo que hacen eco de la jovialidad de su espíritu con composiciones rutilantes y escabrosas.
¿Cuál fue el camino hacia El futuro vol. 1?
Es el disco más breve en extensión o materias, pero quizás fue el que llevó más tiempo de trabajo. Siempre pensamos los discos no como un rejunte de canciones, sino como una pequeña intención narrativa en términos líricos, sonoros y demás, y que a la vez haya una hilaridad entre cada producción. Por eso entendimos una suerte de trilogía con Vol. I, El camino no elegido e Incógnito. En el primer disco tuvimos en claro la idea de que era un tránsito de campo abierto, la llanura, el ser humano ante la inmensidad… Luego, más político, entrando en la ciudad, en este caso, dado el imaginario bonaerense, el Conurbano. Incógnito en habitaciones, espacios más cerrados, una cosa que no es cien por ciento premeditada, pero sí una vez que suceden las canciones uno las interpreta según un concepto, una energía y demás.
¿Podés contarme acerca del trasfondo conceptual de su ultimo EP?
Nos estábamos preguntando sobre qué iba a ser de nuestro propio futuro mientras estaba disertando o debatiendo el futuro de la humanidad. Si bien mantuvimos cierta continuidad en lo estético, claramente ha habido un cambio que no fue forzado. Creo que el desafío de cada artista es ir cambiando y evolucionando dentro de su propia línea. Aun no teníamos en claro cuál era el siguiente paso, había muchos posibles porque precisamente tenemos muchas canciones y reconocíamos pequeños universos. Entonces nos pareció que había que debatir esta idea de que hay un solo futuro posible. Una idea puede ser un futuro distópico o lo que fuere, pero después en la realidad las dinámicas humanas son mucho más complejas. Lo mismo con el presente, todo este esquema algorítmico nos está haciendo creer que la realidad es unidimensional, la que consumimos cada uno constantemente con lo que nos representa nuestro pequeño algoritmo. Entonces pensamos que el futuro no es uno solo, quizás haya otros futuros posibles para la banda e iremos actuando en función a eso. También la idea de que el futuro no es uno solo y que no puede haber futuro de manera individual. Ninguna de estas ideas debe anteponerse ante el disfrute y goce de la obra. No es que hacemos debates epistemológicos o filosóficos ante la obra, pero sí tenemos claro que cuando encontramos los sonidos empezamos a trazar líneas.
¿Cuánta libertad sienten en el proceso creativo?
Me parece que el acto creativo es inherentemente liberador, pero se nutre un poco de los límites que uno mismo le pone. Robert Frost decía que escribir poesía sin rimas es como jugar al tenis con la red baja. Es aburrido un juego sin reglas, lo divertido es poner sus propias reglas. Cada disco fue usado con determinados elementos que a veces son los mismos, pero desordenados. En cuanto a procesos, este disco fue mucho más orgánico que otros. Nos divierte dialogar con nuestro propio tiempo, pero la pregunta es cómo hacer para sentir el tiempo y no seguir una agenda. Por ejemplo, a mí me encanta la manera de componer en la música electrónica, pero ¿cómo dialogo con eso? ¿Haciendo lo mismo tal cual se tiene que hacer? No. Vamos a hacerlo tocando orgánicamente con batería, bajo y guitarra. Siempre a la manera heterodoxa, porque en esa incompletitud de algo habita esa ausencia que hace vital el arte, que algo no esté del todo dicho. Eso también es otra constante de este tiempo: la idea de incompletitud, de estar siempre reforzando lo que uno ya cree, de que la canción suene tal cual tiene que sonar, que la publiques como tiene que ser y que esté todo hashtaggeado y demás. Consideramos que el arte no tiene que cerrar, al contrario, tiene que abrir. Por eso es el volumen 1, siempre estamos iniciando algo y nunca completando. Pensamos en sacar pequeños álbumes que sean diferentes futuros posibles, pero quizás el próximo disco termine siendo al revés, un álbum doble de ópera trip hop, qué se yo. Y no necesariamente esto signifique una contradicción, ya que el futuro puede que no sea lo que uno esperaba.
¿A qué está ligado eso de arrancar algo y nunca completarlo?
En las emociones más profundas y genuinas hay una cuestión de descubrimiento, asombro y fascinación que es vital. Creo que en una canción de Serrat de los sesenta decía que los amantes se la pasan debutando. “Amateur” proviene de “amador”, no de hacer las cosas mal, y cuando uno ama siempre está descubriendo y fascinándose. Cuando hablamos de no completar, no significa no trabajar en serio o que salga a medias, hablamos de que precisamente, como decía Artaud, la vida consiste en arder en preguntas, el arte tiene que dar preguntas, no respuestas.
¿Cómo piensan la cuestión narrativa en Las Armas?
Cuando hablo de narrativa no siempre tiene que estar relacionado a las líricas, sobre todo en un trabajo tan breve. Pero en este caso tiene que ver con el modo de dialogás con el presente y futuro. Todos estamos viviendo la sensación de un cambio de paradigma. Es imposible abordar la historia de la humanidad sin la historia de la tecnología. Quizás en nuestra manera de dialogar con esta contemporaneidad hicimos estas canciones. Hay una narrativa que hace referencia a un futuro que pareciera ser de trincheras, distópico por momentos, pero no es la distopía clásica. No deja de tener ese imaginario bonaerense, pero desde un lugar cero costumbrista. Nosotros siempre hablábamos de Salamone o de historias extraordinarias, el universo podría haber sido Marte, Japón o el lejano Oeste. Es un imaginario, nos servimos de eso para hablar de otras cosas siempre desde la fascinación. Hay una idea de lo fantástico que nos gusta, quizás no se plasma en las líricas concretamente, pero sí en la noción de la aventura y de lo posible. En este pequeño EP hay un principio de eso, una idea de tener que luchar contra algo, resistir contra algo. Pienso en la portada, hay algo de lucha, de supervivencia, y algo también de juego y de inocencia que no es lo mismo que ingenuidad. Hay una inocencia que no se tiene que perder.
¿Qué nos podés decir acerca de los videos que refuerzan este imaginario?
Fach, amigo y gran DJ, es un realizador audiovisual autodidacta que está trabajando de eso hace tiempo. Empezamos a cerrar la idea, hablamos esto de que sea un rostro pregnante, que sea un niño o niña. Terminó siendo Vicente el protagonista. A partir de ahí, se pensó una historia bastante implícita que se ve en el video, utilizando la geografía bonaerense no desde un lugar costumbrista sino desde otro enfoque que tiene que ver con la mirada que tenemos nosotros de ese universo cercano desde lo geográfico, pero que también puede funcionar desde cualquier parte del mundo. A eso además le sumamos un video previo, “Sobretodo marrón” realizado acá en La Plata, completando una línea que va a ser finalizada. Falta una última parte, pero bueno, nuestro protagonista tiene escuela y otras obligaciones.
¿Cuál es tu relación con el cine?
No me considero un cinéfilo, pero es de esas cosas que después me doy cuenta que me ha conformado muy profundamente. Tengo un vínculo fuerte con las narrativas, entonces el cine, algunos documentales deportivos, creo que puede haber alegoría y coincidir todos. Siempre me interpelan. Hay una relación inherente con la fundación del universo que presidió a Las Armas cuando todavía alguno de los integrantes formaban parte de otros grupos. Este imaginario bonaerense guarda relación con El Pampero Cine, con la obra de Laura Citarella y Mariano Llinás –Historias extraordinarias-, y toda esa idea de entender nuestra geografía no como un espacio que nos acota, sino todo lo contrario. Lo más grande que tiene la llanura es el cielo. Nos gusta Salamone porque es una explosión descomunal y megalómano en el medio de la supuesta hilera de pueblos dormidos, como decía Atahualpa. Ahí tenés un vínculo con el cine muy grande. Por supuesto que Apocalypse Now, Blade Runner, Volver al futuro, son películas que amo. Lo mismo con todo lo de Kubrick. Me parece que un error en la evaluación de las obras es hacer demasiado hincapié en el qué y no el cómo, sea Kubrick en una nave espacial o el coronel de Apocalypse Now en un barco, estamos hablando de otra cosa, estamos hablando de la existencia, de Dios o la muerte.
¿Y de qué habla las historia de Las Armas?
Nos gusta hablar un poco de eso mismo: la idea es encontrar formas nuevas e imaginarios nuevos, personajes nuevos, sonidos nuevos y todo lo que tenga que ver con esa narrativa. No a la calidad de audio, sino a los colores y las formas. Es complejo y a la vez espontáneo. Se empiezan a conjugar esos elementos y se genera algo que fluye. Nunca habría escrito una letra como la de “Pantalla” en otro tipo de canción, pero en esta idea tántrica y electrónica me pude permitir el lujo de repetir. Tener un estribillo reiterativo que ni siquiera tenga rima no lo había hecho nunca, pero funciona acá. Las elecciones siempre son en el marco de una composición general, de un cuadro. Los elementos se articulan de modo que funcionen en conjunto.
Hablamos mucho de la distopía, a raíz de esto, ¿qué significó publicar Incógnito poco antes de la pandemia sabiendo que el porvenir era algo completamente incierto?
Fue raro porque el disco se terminó de grabar un toque antes de que se decretara el aislamiento. No estaba programado, de hecho lo charlamos porque sabíamos que no era el modo más grato de presentarlo. Uno hace un disco para después tocarlo en vivo. Pero lo que ocurría con una banda de rock ante el inminente peligro para toda la humanidad siempre es irrelevante, entonces tener ese disco nos ayudó a estar juntos porque no nos podíamos ver. No nos vimos por muchos meses, respetamos muchísimo el aislamiento. Éramos amigos que se extrañaban, entonces era una excusa para estar vinculados. Siempre nuestros discos están dialogando con lo que ocurre. Había una idea en Incógnito de que en un tiempo en que todo se expone y donde pareciera que todo lo que ocurre debe contarse, hay que recordar que a veces los mejores momentos de tu vida los sabés vos y ni los tenés que contar. A veces es hermoso cuando algo ocurre ante los ojos del mundo, pero otras veces no es necesario. Si alguien publica un disco en internet y nadie lo escucha, ¿es música? Yo creo que sí. Entonces en Incógnito, a través de historias que parecían más del tipo vinculares, también estamos dialogando un poco con esta idea de que a veces los secretos, lo no manifestado bajo los focos luminosos y las luces estroboscópicas también tienen valor.
¿Cómo se originó la participación de Amparo Torres y Carmen Sánchez Viamonte?
Se dio de manera espontánea. No hay que olvidar que el disco fue grabado en un momento de la pandemia más flexible, pero que aun seguían habiendo distanciamientos. Tanto Carmen como Ampi pudieron venir a grabar a casa en épocas donde ya te empezabas a ver. Esencialmente son dos amigas. Ya habíamos grabado con Carmen el single de boleros, Ampi grabó en Mixtape, un disco que saqué en 2018. Hay un vínculo, una amistad. Carmen fue la primer persona que escuchó “Sobretodo marrón”. Durante la pandemia le pasé casi todas las canciones que hice. Entonces, en un momento empezamos a pensar que en el primer tema apareciera una voz y nos empezó a cerrar la idea de que las dos estuvieran todo el tiempo. No hubo mucha reflexión al respecto, lo que sí hubo fue fluidez. Las chicas tienen un talento descomunal, estoy enamorado de sus voces desde siempre. Además de que las adoro como amigas, también las admiro como compositoras.
¿Cómo cambió el proceso de experimentación en Las Armas a lo largo del tiempo?
A veces lo conceptual termina mitigando, o vaciando de sentido algo que en realidad es inherente a la música que es la experimentación. De por sí, es una experiencia la música, después cada uno plantea esa experiencia con el nivel de intensidad, de variaciones y de fluidez que le nace o necesita. En nuestro caso, nunca tuvimos una propuesta estética. Ese era el desafío cuando armamos una banda de rock and roll y de blues. Uno de los primeros versos del primer EP dice “Vine a dar vuelta el lugar común”. No éramos una banda bonaerense de realismo sucio, sino claramente todo lo contrario. Era sobre tomar esos géneros que amamos y hacerlos sonar como se nos cante. Si quisiera sonar como Curtis Mayfield cuando hacíamos una cosa más soulera, o como Depeche Mode, no nos va a salir. Entonces la experimentación está entre el vinculo de las ideas que tenés, los gratos accidentes que ocurren en medio, los obstáculos irreductibles de la vida misma y tu capacidad de imaginación. No es lineal. Entre todo eso está la experiencia y la experimentación. Es sencillamente aceptar que es parte propia de lo que hacemos y del juego. Me parece muy divertido cuando eso se lleva a cabo de una manera natural. Siempre mantengo una línea, porque tampoco me interesa un artista que no mantiene una identidad. La identidad es como decía Whitman: “Contengo multitudes”. La identidad no es uniformidad, es diversidad.
¿Tiene que ver con la búsqueda de lo esencial?
Creo que es la ambición de cualquier artista o banda, poder ir generando una voz propia que transite y trascienda los tiempos. En la tapa anterior, quizás como referencia más importante en lo personal, está la mirada de Bob Dylan. Como esa idea de artista: Elvis, Beck, Patti Smith y Bowie. La idea de ir transformándose constantemente. Cualquiera puede cambiar, lo difícil es transformarse y mantener una identidad. Después puede salirnos o no. Tiene que funcionar en diferentes niveles, para mí no sería divertido si no estaríamos tan comprometidos emocional, intelectual y sentimentalmente con eso. Pero no pretendemos que a toda la gente le pase lo mismo, ni que la gente diga “ellos han construido una obra”. No pretendo que la gente sepa sobre Las Armas. Si nosotros sabemos que hay un camino y una búsqueda, después puede lograrse o no. Lo que no te podés permitir jamás es no aventurarte. “Without danger there ain’t no style”, diría The Growlers, una banda que ya no existe más: sin peligro no hay estilo. En este mundo digital donde entramos al celular para ver la misma publicación que ya queríamos y la misma ropa que dijimos que nos queríamos comprar, o la app de música, lo que sea, sigue siendo nuestro refugio, o mejor dicho al revés, el campo abierto para salir a batallar contra eso, asumir los peligros y encontrar el estilo.
Las Armas Bs. As. se presenta el viernes 14 de octubre a las 20 h en Strummer Bar (Godoy Cruz 1631, CABA) junto a Juan Irio, entradas disponibles a través de Ticket Hoy. Escuchá El futuro vol. 1 en plataformas de streaming (Spotify, Apple Music).