Sean cuales sean las coordenadas donde se celebre el Primavera Sound, el espíritu disruptivo e innovador alimentado por el festival durante 19 ediciones se mantiene intacto. Este año, el evento originario de Barcelona también llegará a Argentina para dar la bienvenida al Primavera Sound Buenos Aires del 7 al 13 de noviembre y cuyo line up se dará a conocer el 27 de abril.
Este nuevo concepto de festival urbano coproducido por DF Entertainment, en concordancia con cada aventura internacional de Primavera Sound, buscará integrarse con su entorno para enriquecer el ecosistema cultural de Buenos Aires. Para conseguirlo, repartirá su actividad entre varios espacios de la ciudad durante la semana y trasladará su programación al Parque de los Niños el fin de semana. Se amplía así la llegada de Primavera Sound a este lado del Atlántico, tras haber confirmado paradas en Los Ángeles y Santiago de Chile. Las tres citas en territorio americano, sumadas a los festivales de Barcelona y Porto, siguen completando un trayecto musical que en 2022 conectará algunas de las principales ciudades del planeta para entender qué está pasando en la música de hoy desde su inconfundible prisma.
Con este nuevo viaje transoceánico, Primavera Sound exportará los pilares básicos que, después de 19 ediciones, distinguen al festival de Barcelona: sustentabilidad, igualdad de género, compromiso social e integración urbanística. Unos valores inquebrantables que garantizan que el impacto de Primavera Sound como comunidad de alcance internacional va más allá de lo estrictamente musical. En conversación con Indie Hoy, la responsable de comunicación del festival Marta Pallarès nos contó sobre el espíritu del evento de música más importante de Barcelona, su fuerte compromiso social y sobre su arribo a nuestro país.
Los carteles del Primavera Sound siempre se caracterizaron en sus distintas ediciones por presentar una curaduría muy cuidada, ¿qué aspectos tienen en cuenta para armar la grilla y qué lo distingue de otros festivales?
Tanto en Barcelona como en las ediciones que ahora vamos a exportar a Latinoamérica, Primavera Sound cuenta con cuatro grandes pilares. Primero: la curaduría musical, como bien mencionaste. Segundo: la sustentabilidad, es algo que vamos a estar sosteniendo en todas las ediciones tanto en Latinoamérica como en Barcelona. Tercero: el compromiso social, basado en la igualdad de género. Y el cuarto pilar sería la unión del Primavera Sound con su ciudad, es decir, como un festival intrínsecamente urbano, no como un festival como puede ocurrir en Glastonbury que sucede en medio de un campo. Comenzamos en 2001 con unos carteles que estaban enfocados al indie rock alternativo más clásico. Hablando claro, cuatro tíos tocando la guitarra. Así comenzamos, pero desde entonces los carteles se han ido ampliando en varias direcciones. Una de ellas fueron apuestas de pop. Por ejemplo, este año tendremos a Dua Lipa, a sonoridades más enfocadas a lo urbano, bien sean del hip hop o de ritmos latinos. Hemos tenido estos años desde reguetón hasta trap y otra corriente que sería la electrónica, la música de baile. Entonces con estos cuatro géneros se conforma el cartel del Primavera Sound, siempre tratando que se combinen de una forma bastante ecléctica y que cada cual pueda hacer su festival de festivales. Incluso si lo tuyo son sonoridades más extremas y te gusta el metal, también vas a tener opciones: vamos a tener a Napalm Death, hemos tenido a Motörhead, así como también hemos tenido a Miley Cyrus. Cada cual puede hacer un recorrido de tres o cinco conciertos y que tenga un sentido para nosotros. Hay una cita de nuestros bookers que dice que el día perfecto en cualquier festival sería en el que tú has visto a tu banda favorita, una banda clásica que nunca has podido ver porque nunca vino a tu ciudad, un grupo que no conocías y que de pronto te vuela la cabeza y se va a convertir en tu nuevo grupo favorito, y, por último, un concierto en el que lo vas a pasar muy bien sea de lo que sea, pop, rock o electrónica. Si estos cuatro factores se reúnen, como puede suceder en Primavera Sound, será una jornada perfecta.
Contanos un poco sobre la campaña de cartel igualitario “La nueva normalidad”, ¿cómo surgió la idea?
Aunque por desgracia el coronavirus nos robó la expresión y la nueva normalidad se haya convertido en que nos hemos tenido que adaptar a ir con cubre bocas y a usar alcohol en gel, en 2019 era un objetivo bastante más noble el de convertirnos en el primer festival de gran formato en conseguir un cartel paritario de un 50% de hombres y 50% mujeres. ¿Por qué digo de gran formato? Porque ha habido propuestas más pequeñas que lo habían hecho, pero obviamente no es lo mismo bookear un cartel donde haya diez bandas y que sean cinco y cinco, que bookear un festival donde sean 250 bandas y tengamos que tener 125 de cada una. En 2018 nos dimos cuenta que, sin haberlo calculado, estábamos en un porcentaje que no estaba nada mal, que estábamos alrededor de un 38% más o menos de mujeres o de bandas con integrantes femeninas, o que incluso en uno de los escenarios de las jornadas habían sido 100% de representatividad femenina. Nos dimos cuenta posteriormente, cuando empezamos a hacer la nota de cierre de prensa, que hemos tenido muchísimas artistas mujeres este año y no nos habíamos dado cuenta porque es la música que escuchábamos aquí habitualmente. Entonces, si esto lo hicimos sin querer, nos preguntamos qué pasaría si lo hiciéramos si quisiéramos. Así fue que nos propusimos para el 2019 lanzar un cartel paritario. También tuvimos mucha suerte ese año ya que con los discos de 2018 que se bookearon para 2019 nos lo dejaron muy fácil. Fue una cosecha increíble en la que tuvimos a Christine and the Queens, a Solange, a Janelle Monáe y a Rosalía sacando discos. Es decir, era una tendencia que ya se estaba produciendo en los premios, en las listas de éxitos o en los tops de reproducciones de cualquier plataforma digital. Entonces ¿por qué ellas no estaban aún encima del escenario? No tenía ningún sentido. Era la última fase que se tenía que lograr.
¿Cuál fue la repercusión de esto?
Fue un movimiento que en un principio sorprendió. Estábamos muy convencidos de hacerlo, sabíamos que confiábamos en este cartel, pero luego en las redes aparecieron las típicas reacciones negativas del estilo “qué importa si son hombres o son mujeres, importa el talento”. Y la verdad que sí importa, porque la visibilidad es fundamental. Nosotros somos uno de los festivales más grandes de Europa y, con este movimiento ahora a Latinoamérica, pues ya del mundo. Por tanto, si decidimos que Erykah Badu, una dama de la música como ella tiene que estar como headliner, es un valor que nosotros adoptamos y decidimos ponerlo en lo más alto del cartel. Lo que sucedió con esto es que muy rápidamente esta tendencia se subvirtió, nos entrevistaron en medios enormes, fue apabullante el movimiento a favor. Se generó una corriente positiva, absolutamente increíble, es la cosa más bonita que me ha pasado a nivel profesional, poder ser la portavoz de todo lo que pasó ese año. Y luego nos dimos cuenta que no estábamos solas en esta elección, el público también la estaba apoyando. Incluso si quieres verlo desde un punto de vista absolutamente económico, financiero o monetario, la diversidad es buena para tu negocio porque va a atraer a un público diferente. Nos encontrábamos que había muchas chicas que nunca habían ido a un festival solas o concurrían solamente con sus amigas porque quizás no les parecía un entorno seguro. Nuestro festival, abriéndose a estilos, no solo a géneros musicales sino también sexuales y de identidad, se convirtió en un espacio seguro para todo el mundo. Por tanto, sucedió que ese sábado de 2019, la última jornada que cerraba el festival ese año, se convirtió en la jornada con mayor jornada de asistencia en el Primavera Sound con un artista mucho más clásico encarnando el artista blanco, hombre, europeo, occidental que era James Blake, a la mayor superestrella de música popular que era en ese momento de reguetón y colombiano, J Balvin. Y también a una chica de un pueblecito lindante a Barcelona convertida en la nueva reina de la música global, que era Rosalía. Por todo esto, para mí eso fue el epítome de la diversidad. Ese día metimos a 60 mil personas en el Forum que es donde se hace el festival. Con lo cual, incluso si se quisiera ver desde un punto de vista financiero, que evidentemente no era nuestro caso porque nos la jugamos, no sabíamos cómo iba a salir esto, la diversidad también es buena porque provoca que el público se sienta más seguro. Desde ese momento pasaron cosas muy chulas, como cuando la ONU vino a buscarnos para ser partners de la campaña de objetivos de desarrollo sostenible. Entendían que colaborando íbamos a llegar a gente más joven que se iba a sumar a estos objetivos relacionados con la sostenibilidad, el desarrollo de las ciudades y la igualdad de género. O también el protocolo que hicimos en contra de las agresiones sexuales con el ayuntamiento de Barcelona en 2018 y que en 2019 lo ampliamos a un protocolo que se llamó “Nobody’s normal”, por el respeto y el fomento de la libertad de todas las libertades sexuales, de género y de raza.
¿Cómo surgió la idea de hacer ediciones en Latinoamérica? ¿Qué expectativas tienen con el público a nivel convocatorio?
Notamos que teníamos un público de Latinoamérica que estaba muy interesado en venir y cada vez más medios latinoamericanos querían venir a cubrir el festival, con lo cual entendíamos que había un real interés. Es muy fácil detectar este estilo de tendencias hoy en día. Nosotros también estábamos cada vez más interesados en programar música que venía de Latinoamérica y de ampliar la diversidad, que esto no continúe siendo un coto de personas blancas tocando. Por ejemplo, al igual que podíamos programar a Les Amazones d’Afrique y traer ritmos africanos o traer un coro de voces búlgaras para acompañar a Lisa Gerrard, pues también podíamos tener a Ivy Queen como la predecesora de todo el reggaetón o podíamos tener a DJ Playero. Por tanto, el hecho de empezar a incurrir a otras músicas podían venir de Asia y tener al J-Pop o al K- Pop, o podían venir de África o de Latinoamérica, también nos parecía que crecer hacia allá tenía su razón de ser. Entonces, ¿qué es lo que nos hacía falta? Nos hacía falta el partner local y el venue donde hacerlo. Porque nosotros no queríamos llegar a un sitio y ser una especie de extraterrestre que llega allí y decide qué es lo que se va a hacer o qué es lo que va a gustar porque no somos ni infalibles ni conocedores de todo lo que pasa en el mundo. Por tanto, encontrar el partner perfecto y el venue en cada ciudad era lo esencial. Aquí en Barcelona, el Parque del Fórum es un lugar muy especial, es un espacio muy grande con una capacidad enorme de público y también muy característico: está al lado del mar y tiene un skyline muy particular. Nos gusta encontrar espacios únicos y diferenciados para hacer el festival porque también queremos cuidar muchos los servicios y las comodidades que se dan al público que viene. En estas tres ciudades encontramos las tres cosas, tantos los partners locales con quienes hacerlo de la manera que queremos, y el venue donde desarrollarlo. La expectativa es una aventura y por ahora solamente nos podíamos guiar por las ediciones previas de Barcelona y cómo la gente de allí nos había respondido y qué tal iban a responder cuando anunciáramos que nos íbamos a esas ciudades. Fue alucinante. Recuerdo haber acompañado el lanzamiento de la campaña Primavera Sound Destination. En redes fue una locura. La gente preguntando si vamos a ir a Buenos Aires, o a Brasil o a Colombia. Así que por ahora lo que sabemos es que contamos con un partner perfecto, con un venue perfecto y que la respuesta ha sido bastante abrumadora. Las expectativas por ahora creo que no pueden ser más halagüeñas. Tenemos muchas ganas de ver qué va a suceder.
El festival tendrá shows en los lugares más icónicos de la ciudad durante la semana y las jornadas principales serán los fines de semanas en el Parque de Los Niños. ¿Cómo se da esta idea de integración urbanística?
Desde siempre hemos querido ser un festival enraizado en su ciudad. Primavera Sound es promotora de conciertos durante todo el año, con lo cual trabajar con las salas no solamente no nos es ajeno sino que es lo que hacemos durante todo el año cuando no tenemos el festival. Nada más la semana pasada entre Madrid y Barcelona tuvimos diez conciertos, la mayoría de artistas internacionales. Estábamos con cinco giras: desde Metronomy, hasta Boy Pablo y Far Caspian, por mencionar algunos. Trabajar con salas a nosotros nos parece que sigue teniendo mucho sentido, y si siempre había sido así históricamente, ahora viniendo de dos años de pandemia, nos parecía que era lo justo y necesario. Las salas se han llevado el impacto más enorme de la pandemia. Al final, los festivales, quieras o no, hemos pedido tener el músculo financiero para intentar capear esta situación y esperar que en dos años se pudieran realizar. Es por eso que este año, aquí en Barcelona, queríamos que entre los dos fines de semanas que se van a producir el Primavera Sound haya conciertos en todas las salas entre la semana. Y nos pareció también que deberíamos exportar este modelo a Buenos Aires porque las salas de concierto han estado sufriendo, mucha gente ha perdido trabajo o lo han tenido que poner en suspensión mientras esto no se solucionara. También nos parece que es una manera hermosa de devolverle a la ciudad, que el festival no sea algo ajeno a la ciudad, que también lo sienta suyo. Aquí en Barcelona nos damos cuenta que cuando llega el Primavera Sound se nota. Se nota en la calle, se nota que hay más gente, vas en el metro y ves a las personas que llevan la pulsera. Ese mismo mensaje queríamos hacer llegar a Buenos Aires, y más en una ciudad en la cual la tradición musical no la tenemos que llevar nosotros, sino que ya existe. Si hay un país en Latinoamérica en el que la música nos ha llegado más, sobretodo en la parte del rock, es Argentina. Por tanto, no tenemos que ir allí a inventar absolutamente nada porque ya lo tienen inventado. Entonces qué mejor que aprovechar todas las infraestructuras que ya ofrece la ciudad para dejar que la música suene en el que siempre fue su hábitat. Los festivales de música son una locura maravillosa, pero todos sabemos también que, si eso lo podemos combinar con un circuito de salas potente y cuidado, es lo idóneo.
¿Alguna anécdota que recuerdes de artistas argentinos que programaron para el festival en ediciones pasadas?
En el caso de Argentina, tiene una especial gracia. Tú ya has mencionado su nombre que es el de El Mató a un Policía Motorizado. Nosotros somos muy fan de ellos desde el principio. Recuerdo la primera vez que los vi, no fue aquí en Barcelona, fue en un festival en México ya que viví allí por unos años. Me parecieron una cosa increíble. Luego empezaron a sonar por aquí y fue muy guay que desde Primavera Sound se los pueda programar. A lo largo de los años, con las diferentes actuaciones que han estado ofreciendo aquí, cada vez más gente se acercaba al escenario que los programábamos. Yo creo que es un intercambio muy chulo. Cuando anunciamos el festival allá, hicimos un pequeño video con Gabi Ruiz, el director del festival, y con Santiago Motorizado jugando al metegol en nuestras oficinas. Creo que es un símbolo muy chulo de cómo hasta ahora nosotros habíamos estado trayendo grupos de Argentina para Barcelona y que ahora ha llegado el momento de ir a ver realmente cómo suenan allá y cómo se comporta el público porque realmente esta conexión transoceánica ya viene de unos años para atrás, especialmente con Argentina.
Primavera Sound Buenos Aires llegará del 7 al 13 de noviembre, más información en el sitio oficial del festival.