Desde su irrupción en la década de los 90, Radiohead se consolidó como una de las bandas más influyentes y desafiantes del rock moderno. Lejos de conformarse con el éxito inicial de "Creep", Thom Yorke y compañía construyeron una trayectoria marcada por la experimentación, la reinvención constante y un espíritu crítico que dialoga tanto con la cultura popular como con los dilemas de la modernidad.
Su capacidad para combinar la sensibilidad melódica con la experimentación sonora exhaustiva, y de transformar la angustia existencial en himnos generacionales, los convirtió en un faro creativo que atravesó distintas épocas musicales sin perder vigencia ni identidad.

En su camino, Radiohead logró algo reservado para muy pocos artistas: ser populares y vanguardistas al mismo tiempo. Con cada disco empujaron los límites del género hacia terrenos electrónicos, experimentales y atmosféricos, influenciando a decenas de artistas posteriores y definiendo la banda sonora de un fin de siglo marcado por la incertidumbre y la tecnología.
De un catálogo amplio y diverso, hay cinco discos que se destacan sobre el resto, ya sea por su trascendencia, producción, innovación, o todo eso junto. Podés verlos a continuación.
5. Hail to the Thief (2003)
Cuando Radiohead publicó Hail to the Thief en junio de 2003, el clima global estaba marcado por la Guerra contra el terrorismo (campaña iniciada por los Estados Unidos) y el desencanto político. El sexto disco de la banda reflejó esa tensión con un sonido que oscilaba entre la contundencia del rock y la inquietud de la electrónica, grabado en apenas dos semanas en Los Ángeles bajo la producción de Nigel Godrich.
Lejos del perfeccionismo de OK Computer o del hermetismo de Kid A, en este trabajo primó la espontaneidad: estallidos como "2+ 2 = 5" o "There There" conviven con la delicadeza de "Sail to the Moon" y la oscuridad de "We Suck Young Blood". El título, tomado de un eslogan contra el entonces presidente de los EE.UU, George W. Bush, condensaba la sensación de cinismo de la época, aunque Yorke siempre negó haber hecho un disco "político" en sentido estricto.
Si bien en su momento fue recibido con críticas dispares y suele considerarse un LP irregular, Hail to the Thief funciona como puente entre la experimentación radical y la emotividad más directa de In Rainbows. Caótico y fragmentado, pero también vital para entender la mutación de la banda británica.
4. In Rainbows (2007)
En octubre de 2007, Radiohead sacudió la industria musical con un gesto que fue tan revolucionario como su propio sonido: lanzar In Rainbows en formato digital bajo la modalidad "pagá lo que quieras". En tiempos de crisis para la industria discográfica, este movimiento no solo cuestionó la metodología clásica de distribución, sino que además reforzó la autonomía creativa de una banda que acababa de liberarse de su contrato con EMI.
El disco, trabajado durante más de dos años -también junto a Godrich-, mostró a un Radiohead más íntimo y cálido que en sus entregas anteriores. Canciones como "Nude", "Weird Fishes/Arpeggi" o "All I Need" abrazan la vulnerabilidad, mientras que "15 Step" y "Bodysnatchers" mantienen la tensión rítmica y eléctrica que los caracteriza. Yorke describió varias de estas composiciones como "canciones de seducción" y, efectivamente, existe cierto magnetismo sensual y melódico que no se encontraba con tanta claridad desde The Bends.
La producción incluyó arreglos de cuerdas, pianos, ondas Martenot y capas electrónicas que, en lugar de sofocar las composiciones, las iluminan con una claridad inesperada. Es, como señalaron varios críticos, el trabajo más humano y accesible de Radiohead desde OK Computer, pero con la madurez de una banda que ya había explorado los límites de lo abstracto.
3. The Bends (1995)
Publicado el 13 de marzo de 1995, The Bends marcó el verdadero nacimiento artístico de Radiohead. Si Pablo Honey había quedado eclipsado bajo la sombra de "Creep", su sucesor fue un salto enorme en ambición y calidad, con canciones que abandonaban la etiqueta de "one-hit wonder" y los instalaban como una de las bandas más prometedoras del Reino Unido.
Grabado junto al productor John Leckie y con la primera colaboración de Godrich y Stanley Donwood -dos nombres que se volverían inseparables en la historia del grupo-, el disco equilibró guitarras estridentes con baladas cargadas de emotividad y letras más crípticas. Singles como "High and Dry", "Fake Plastic Trees" y "Just" mostraban el costado melódico y vulnerable de Yorke, mientras que "My Iron Lung" y "Street Spirit (Fade Out)" revelaban una intensidad oscura que anticipaba lo que vendría en OK Computer.
Aunque en Estados Unidos apenas alcanzó el puesto 88 del Billboard 200, en el Reino Unido escaló hasta el número 4 y consolidó a Radiohead en el centro de la escena británica de los 90. El tiempo lo puso en su lugar: The Bends es considerado hoy uno de los mejores discos de los 90 y una influencia decisiva para bandas como Coldplay, Muse y Travis.
2. OK Computer (1997)
OK Computer marcó un antes y un después en la historia del rock alternativo. Con producción propia junto a Godrich, la banda británica se alejó de la crudeza guitarrera de The Bends y apostó por un sonido más atmosférico, experimental y cargado de capas. Grabado en gran parte en la mansión St Catherine's Court, el disco combina guitarras etéreas, texturas electrónicas y letras contundentes.
El LP retrata un mundo dominado por el consumismo, la alienación y la ansiedad tecnológica, anticipando con sorprendente lucidez el clima del siglo XXI. Temas como "Paranoid Android", "Karma Police", "No Surprises" y "Lucky" se convirtieron en himnos para una generación entera, mientras que su propuesta lo llevó a ser considerado heredero de clásicos conceptuales como The Dark Side of the Moon de Pink Floyd.
Aclamado por la crítica desde su lanzamiento, alcanzó el número uno en el Reino Unido y fue el disco que consolidó a Radiohead como una de las bandas más influyentes de su tiempo. Ganó el Grammy a Mejor álbum de música alternativa y, con más de 7 millones de copias vendidas, hoy figura en la mayoría de las listas como uno de los mejores discos de todos los tiempos.
1. Kid A (2000)
Antes de que el mundo lo escuchara, ya había un aura de misterio alrededor. Nadie sabía muy bien qué esperar del nuevo disco de Radiohead después del éxito de OK Computer. Cuando llegó, lo hizo como un golpe contundente: un disco que parecía hablar otro idioma, como si la banda hubiera decidido empezar desde cero y reinventar las reglas del rock.
Ese disco fue Kid A (2000), una obra que descolocó a fanáticos y críticos con su viraje hacia la electrónica, el krautrock y la abstracción. Grabado en distintas ciudades y bajo la producción de Godrich, el álbum reemplazó guitarras por sintetizadores, ondas Martenot y experimentos digitales, abrazando la frialdad tecnológica y las atmósferas cambiantes.
El resultado fue desconcertante y fascinante a la vez. Debutó en el número uno de las listas de Estados Unidos sin un solo single oficial y dividió opiniones, pero con el tiempo se consolidó como un clásico. Con canciones como "Everything in Its Right Place", "Idioteque" o "How to Disappear Completely", Radiohead ofreció un retrato oscuro y visionario de un nuevo milenio que apenas comenzaba.
Kid A fue el salto al vacío que cambió las reglas del juego. Minimalismo electrónico, jazz, ambient y una radical ausencia de concesiones. Un disco que dividió en su momento, pero que con el tiempo se consagró como una obra maestra visionaria.