Ya restablecido el planeta después del azote del COVID-19, la industria audiovisual orientada al streaming recupera sus fuerzas y se impone desde la pantalla chica con una nutrida oferta de producciones para todos los gustos.
Netflix continúa con la tendencia de las docuseries sobre grandes personalidades de la cultura pop, como Andy Warhol y Kanye West, mientras que Amazon Prime, con lanzamientos como El fin del amor o Porno y helado, apuesta por las series nacionales con gran aceptación de público y crítica. Como es costumbre, HBO extiende su catálogo destacándose en el género que se proponga, pero es Apple TV+ la plataforma que pega el batacazo con dos series impecables que se ubican con facilidad entre lo mejor del año.
Precuelas, esperados spin offs, una temporada final gloriosa, relatos de terror y mucho más conforman esta selección con las series que marcaron este 2022.
20. El fin del amor
Amazon Prime Video
El baile de una boda judía ortodoxa bajo los efectos de una pasti con música extradiegética de Nathy Peluso. O una chica trans que celebra el Pésaj cantando en hebreo en la cena familiar -una familia que, tampoco sorprende, no es la suya-. Estas dos escenas sintetizan el espíritu de El fin del amor, una serie construida a base de contrastes, de choques culturales y generacionales que debate sobre la adaptación (o no) a nuestros días de conceptos tradicionales como la religión, pero también el amor romántico, monogámico y heteronormado. Basado en el exitoso libro homónimo -mitad ensayo, mitad biografía- de la periodista Tamara Tenenbaum, es la también exitosa Lali Espósito quien, con mucha frescura, se pone en su piel: una joven feminista otrora ortodoxa del barrio de Once que, como puede, hace de eslabón perdido entre dos mundos muchas veces irreconciliables. Acompaña un gran elenco, sobre todo femenino, donde se destacan la gran Verónica Llinás y Mariana Genesio Peña.
19. El gabinete de curiosidades de Guillermo del Toro
Netflix
La antología de terror y fantasía creada y presentada por el director mexicano es bastante irregular y se podría decir que va de menor a mayor, con dos primeras historias con poco para ofrecer más allá de un despliegue de producción, arte y fotografía soberbio. Con excelentes ambientaciones enmarcadas en el gótico y el cuento de hadas y un nutrido desfile de monstruos de todo tipo, donde predominan los efectos prácticos sobre un uso correcto del CGI, la serie en términos estéticos resulta intachable. La parte floja viene por el lado de la narrativa. De haber una segunda temporada, habrá que pulir más los guiones, los varios problemas de ritmo, síntesis (“La autopsia” es una buena idea mal ejecutada) y originalidad. Se destacan –y mucho, por eso la inclusión en esta lista- la sátira gore “Por fuera” –dirigida por la siempre interesante Ana Lily Amirpour-, la tensión retrofuturista de “La inspección” -de la mano lisérgica de Panos Cosmatos– y “El murmullo”, dirigida por Jennifer Kent sobre un cuento del propio Del Toro, que cierra la serie en una nota triste y melancólica.
18. Our Flag Means Death
HBO
La manera más aproximada de resumir la nueva locura de Taika Waititi –esta vez en calidad de protagonista y productor ejecutivo- es pensar en los Monty Python después de jugar una partida de Monkey Island en el Mes del Orgullo. Hay sátira histórica con humor inglés, piratas de lo más variopintos y romances impensados en altamar. Our Flag Means Death está ligeramente basada en la increíble vida de Stede Bonnet (1688-1718), un aristócrata de Barbados que un día largó todo y zarpó en su barco para convertirse en pirata. Está claro que un señor de tal alcurnia no era apto para semejante faena y así el “caballero pirata”, como fue apodado, se convertiría siglos después en un personaje ideal para la comedia más absurda. Y castear para el papel a Rhys Darby, quien desde Flight of the Conchords se merecía un protagónico, también fue dar con el actor ideal. Después hace su aparición Waititi como el legendario Barbanegra y el nivel de hilaridad de la dupla se vuelve imparable. Pero también hay ternura y emoción cuando estos hombres tan opuestos se enredan en una amistad que rápidamente les queda chica. Luego de 10 episodios, la primera temporada terminó para el infarto. Por suerte, la segunda ya está confirmada.
17. El encargado
Star+
La nueva serie para Star+ creada por Mariano Cohn y Gastón Duprat confirma a Guillermo Francella como lo que realmente es: un actor extraordinario. Y ya no hay prejuicios por un pasado de humor chabacano que valgan. El encargado funciona tan bien por el prodigio gestual que le imprime a Eliseo, el protagonista absoluto -y fascinante- de esta historia en once episodios y segunda temporada confirmada. Luego de 30 años a cargo de un edificio, por un nuevo proyecto hay posibilidades de que Eliseo pierda su trabajo, pero éste lo defenderá con uñas y dientes a fuerza de todo tipo de engaños y manipulaciones para ganarse el voto de los vecinos. Eliseo puede ser servicial pero bajo amenaza se vuelve un ser siniestro que da vuelta como una media hasta a un policía. Pero también puede ser extremadamente leal con una vecina amiga y tener un sentido de la justicia implacable. Como es habitual en la dupla de showrunners, la lucha de clases sobrevuela caricaturizada con mucha agudeza siendo los vicios de clase de la burguesía porteña la materia prima para una sátira perfecta.
16. jeen-yuhs: A Kanye Trilogy
Netflix
A Kanye West se le pegó un tipo que lo empezó a grabar día y noche cuando aún no era nadie porque todavía eran los noventa. El visionario de la cámara era Coodie Simmons, referente audiovisual de la escena de hip hop de Chicago, quien luego se convertiría en su amigo y director, junto a Chike Ozah, de esta serie documental dividida en tres partes que Netflix compró por una fortuna. Es fácil entonces entender el enorme valor de este material y el efecto hipnótico que puede producir verlo a Kanye West, el rapero más exitoso y multimillonario de todos los tiempos, mendigando oportunidades en discográficas que prácticamente le cerraban la puerta en la cara. Entre ensayos y grabaciones cada vez más profesionales, esta es una historia de ascenso a un estrellato sin igual, pero también de la perdida de rumbo y de una amistad. La megalomanía y las controversias constantes lo cambiaron a aquel joven talentoso pero tranquilo al punto de pelearse con Coodie, su sombra de tantos años, y querer quedarse con la edición final del material. Por suerte no lo logró y esta es la versión de Coodie, sin dudas más humilde e imparcial.
15. The Sandman
Netflix
Finalmente ocurrió y el comic de culto de Neil Gaiman fue llevado a la pantalla chica con una primera temporada de once episodios y una segunda ya confirmada. Parecía una tarea imposible adaptar el complejo universo fantástico de Morfeo (Tom Sturridge) y el resto de los Eternos y un poco se nota porque, si bien el propio Gaiman estuvo involucrado, tiene algunas falencias narrativas del tipo “el que mucho abarca poco aprieta”. No se trata, por ejemplo, de la obra maestra que fue la serie de The Watchmen (2019), basada en el otro gran hito de la novela gráfica para adultos, pero de todas formas la serie se disfruta y cuenta con algunos capítulos realmente soberbios. La tensión insoportable en el dinner donde ocurre el episodio 6 es un punto muy alto y memorable y el paseo con Muerte (Kirby Howell-Baptiste) o esa amistad entre dos hombres inmortales que se encuentran cada 100 años hacen del capítulo 6 un poema entrañable y agridulce. Cada entrega maneja un tono diferente y los arcos narrativos van y vienen un poco a la deriva, pero en última instancia lo que importan son las historias y si Gaiman está detrás no fallan.
14. Esto no es un hotel
UN3TV
El típico reclamo de padres a hijxs que bautiza esta serie del canal de la UNTREF aquí se invierte: la madre se separa y cae al departamento de la hija veinteañera hasta encontrar un nuevo lugar. Julia (Mara Bestelli) está destrozada, ya no cree en el amor y siente que se le acaba el tiempo; Juana (Dana Crosa, quien también es la autora y directora) hará lo posible para acompañarla mientras lidia con una relación abierta que se viene abajo. Con profundidad pero también con mucho humor –la química entre ambas actrices es innegable-, la serie reflexiona de manera muy amena en ocho episodios de menos de 20 minutos sobre los vínculos, cómo superarlos y empezar de nuevo. Pero sobre todo, se trata de la siempre compleja relación madre/hija, con sus diferencias generacionales y esas críticas o reclamos disfrazados de comentarios inofensivos que cualquier hijx conoce muy bien. Como una especie de Fleabag versión argentina, Esto no es un hotel logró competir en el Festival de Cannes en la categoría de producciones cortas.
13. Midnight Club
Netflix
La nueva serie de Mike Flanagan es muy superior a Midnight Mass, su producción para Netflix del año pasado, y sin embargo estuvo lejos de tener la misma repercusión. Quizás visualmente sea menos impactante, pero Flanagan aquí sí desplegó todas sus capacidades como guionista. Con las novelas juveniles de Christopher Pike como base, logró dosificar esa necesidad de narrar historias (adiós a esos monólogos insufribles) a través de un club de medianoche donde chicos con enfermedades terminales se reúnen a contar historias de terror. Pero el manejo de géneros es notable y hay de todo: brujas y asesinos seriales, pero también un noir hiperbólico y ciencia ficción con despelote de líneas temporales.
Cada narrador a su vez tiene su historia de vida –hay un gran trabajo en el desarrollo de personajes- y le imprime a su cuento cositas de su propia biografía que nutren la trama principal que tampoco es poca cosa. La idea de adolescentes que tienen que lidiar con la muerte ya es atractiva de por sí, con tópicos como la eutanasia o el duelo tratados con una justa cuota de humor negro para evitar caer en la solemnidad extrema. Si además le agregamos que el internado donde viven acumula intrigas, entre sombras, apariciones, sectas y curas milagrosas, ya podemos decir que es un montón. Pero Flanagan se las arregló para articular todo eso a la perfección. Lamentablemente, la posibilidad de una segunda temporada –al menos en Netflix- fue cancelada debido al pase del showrunner a Amazon Prime.
12. Irma Vep
HBO
Olivier Assayas estrenó en 1996 el film Irma Vep, que se convirtió en sensación entre la cinefilia por tratarse de esos casos del cine dentro del cine al centrarse en el rodaje de una remake de Les Vampires, serial mudo de 1915 dirigido por Louis Feuillade y protagonizada por Musidora, la diva absoluta de la época. Ahora, Assayas decidió actualizar el asunto con una serie homónima en un juego metatextual desquiciado donde ficción y realidad se fusionan intra (la actriz Mira –Alicia Vikander- y su personaje Irma Vep) y extra diegéticamente con el director de esta nueva versión, René Vidal (Vincent Macaigne), como alter ego de Assayas. Este personaje le servirá para criticar el estado actual de la industria cinematográfica (a la eterna disputa entre Hollywood y el cine europeo ahora se le suma “cine versus series”) pero también para redimir los demonios personales que arrastra desde aquella Irma Vep de los noventa: tanto la película como el personaje, interpretado por Maggie Cheung, su expareja. La Irma Vep de Vikander no estará a la altura de sus predecesoras, pero de todas formas la versión serie 2022 es una jugosa reactualización con mucha tela para cortar, sobre todo para los amantes del cine.
11. Better Call Saul
AMC / Netflix
El spin off de Breaking Bad cumplía sin grandes estridencias, pero a partir de la temporada 3 pegó un salto de calidad monumental que la convirtió en una de las mejores series de todos los tiempos. Incluso, para muchos, superior a su serie de base, que además ya dejaba la vara muy alta. Está claro entonces que la expectativa por un cierre a la altura era enorme, pero el showrunner Vince Gilligan no defraudó. Y no tuvo piedad.
Better Call Saul bien podría haber concluido donde comienza el relato de Breaking Bad, con Jimmy McGill (Bob Odenkirk) más Saul Goodman que nunca tras separarse del gran amor de su vida, Kim Wexler (Rhea Seehorn). Pero metió cuatro capítulos más en blanco y negro sobre su devenir post BB en un desenlace tan poético y cinematográfico como amargo. “Siempre fuiste así”, le dice Walter White en un flashback y lo termina de desenmascarar. Jimmy siempre tuvo el germen corrupto de Saul y no hay vuelta atrás, así que decide pagar en un último gesto de humanidad. A lo largo de seis temporadas, la serie logró la empatía de la audiencia por un tipo sin escrúpulos, capaz de las peores cosas, así que se lamentará ese destino aun sabiendo que es lo más justo. Tal como ocurrió con la muerte de Walter White.
10. House of the Dragon
HBO
El esperado primer spin off de Game of Thrones está basado en la novela Fuego y sangre (2018) de George R. R. Martin y se remonta 200 años atrás para centrarse en el principio del fin del dominio de la Casa Targaryen sobre Westeros. Como era de esperarse, hay más dragones y también un relato más ágil que no mezquina grandes elipsis temporales. Pero ahí termina el fan service al dejar de lado las grandes batallas y enfocarse en el juego político de alianzas y sucesiones para mantener el linaje en el poder.
Los personajes cobran gran relieve al encontrarse constantemente acorralados por dilemas morales entre el deber y la traición a la familia, amistades o incluso sus propios deseos. Quien más se resiste a ir en contra de su naturaleza es Rhaenyra Targaryen (Milly Alcock/Emma D’Arcy) -tatarabuela de Daenerys-, la gran protagonista de este periodo histórico y, se podría decir, la primera feminista de este universo férreamente patriarcal. Con la ayuda de un rey padre benevolente y bastante progre dado el contexto (Paddy Considine), Rhaenyra viene a dar vuelta todo al convertirse en la primera mujer heredera legítima del trono. Una provocación que claro, no le gusta a nadie. House of the Dragon es un drama sagaz, un estudio de la dinámica de las relaciones humanas con el poder, una especie de GOT sin la épica y con perspectiva de género.
9. Somebody Somewhere
HBO
A todo el mundo le haría muy bien ver esta serie que sin embargo pasó desapercibida por ser una historia indie relativamente sencilla y carente de grandes estrellas. Además, cuenta con una protagonista improbable, con un perfil pocas veces representado con seriedad en el cine o la televisión. Sam (la comediante Bridget Everett en una actuación magnífica) tiene más de cuarenta y como no siguió ningún mandato social –no formó familia, no tiene trabajo fijo- no termina de encajar en ningún lado. Cuando su hermana fallece, ella, que había ido a su pueblo natal para cuidarla, queda perdida y estancada allí. Su otra hermana no para de juzgarla y su madre tiene problemas con el alcohol, pero Sam pronto encontrará refugio y dirección en la comunidad LGBTQ+, que se reúne clandestinamente en la iglesia para expresarse a espaldas del conservadurismo de un pueblo rural de Estados Unidos. Con un elenco lleno de personajes tan erráticos como entrañables, múltiples mensajes de aceptación y tolerancia y un humor bastante negro para equilibrar las cosas, Somebody Somewhere es una comedia dramática con una sensibilidad única y más que necesaria.
8. The Andy Warhol Diaries
Netflix
La serie documental producida por Ryan Murphy es un intento minucioso por desentrañar la enigmática figura de Andy Warhol, el padre del pop art, el artista devenido obra de arte que signó la segunda mitad del siglo XX como ícono indiscutido de época. A lo largo de seis episodios y gracias a un archivo extraordinario, por allí pasan la troupe contracultural de The Factory, el infame disparo que no terminó con su vida pero sí con los sesenta, las noches de disco en Studio 54, la redacción de Interview, el salto a la televisión con la flamante MTV y quién sabe qué hubiese hecho en los 90, porque en cada década Warhol puso su granito de arena, a través del medio que sea, para entender un poco más este mundo. Con el uso de sus diarios, editados antes de su muerte en 1987, la serie traspasa su vida pública y presta especial atención a los hombres de su vida (Jean-Michel Basquiat fue uno de ellos) y el recelo con respecto a su sexualidad. Andy Warhol quería ser un robot, terminó siendo una especie de Dios pero solo fue un ser humano bastante particular tratando de encajar y ser aceptado.
7. Pachinko
Apple TV+
Pachinko es una enorme superproducción surcoreana y canadiense por donde se la mire. Es un drama épico e histórico, una saga familiar de tres generaciones y también es un melodrama con ese tono entre grandilocuente, cursi y poético que los orientales saben manejar tan bien. Esta primera temporada de ocho episodios (ya se confirmó una segunda) transcurre en dos líneas temporales: a principios del siglo XX nace Sunja en un miserable pueblo pesquero de la Corea ocupada por el colonialismo japonés, quien luego será la abuela de Solomon, un exitoso ejecutivo de una firma financiera de la Nueva York de fines de los ochenta. Él nació en Japón porque a Sunja no le quedó otra que autoexiliarse al país enemigo. Entre ambos estilos de vida hay un abismo y la serie juega constantemente con opuestos como pobreza y bienestar o tradición y progreso para reflexionar sobre cómo prosperar sin olvidar las raíces ni sentir culpa por los que se quedaron atrás. Pachinko trata sobre valores importantes y universales sin bajadas de línea, además de contar con aspectos técnicos, narrativos e interpretativos impecables. Una serie que sin dudas está en otro nivel.
6. Andor
Disney
Después de la desilusión que significó la serie sobre Obi Wan Kenobi, Andor es un ejemplo de que no hace falta un protagonista icónico del universo de Star Wars para producir un spin off de calidad. Basada en el film Rogue One (2016), esta es la historia de origen de Cassian Andor (Diego Luna), la gestación a fuego lento del líder rebelde de la película que le devolvió dignidad a una franquicia que parecía agotada.
Esta precuela de doce capítulos firmada por el showrunner Tony Gilroy –responsable de la saga Bourne– requiere paciencia por su ritmo narrativo sosegado, más cerca del cine negro que de la épica de guerra intergaláctica, y con especial atención al desarrollo de personajes y sus condiciones de existencia bajo la opresión del Imperio. Claro que los fanáticos más convencionales que buscan acción y efectos especiales no estarán conformes y no pasarán de los primeros episodios, que son especialmente desafiantes, pero la serie luego paga con creces. Como The Mandalorian, Andor le inflige a la saga una profunda humanidad, justo lo necesario para no perderse entre androides y lasers de colores.
5. Dahmer
Netflix
A Ryan Murphy siempre le gustó provocar con sus series (Nip/Tuck, American Horror Story, Ratched), llevando lo absurdo y grotesco a veces al límite, otras derrapando. Por eso lo que hizo con Dahmer es admirable. La historia de uno de los asesinos seriales más impactantes que ha dado Estados Unidos podría haber sido un carnaval hiperviolento y sensacionalista a puro morbo y golpes bajos, y sin embargo el tratamiento que se le da a Jeffrey Dahmer (Evan Peters en total estado de gracia) es delicado y empático. A lo largo de 10 capítulos, la serie no lo juzga sino que trata de entender por qué hizo las cosas horribles que hizo indagando en su pasado y en los pequeños detalles de una infancia y adolescencia desgraciada.
El tipo mató, desmembró y comió carne humana, pero hay escenas que producen una pena genuina por él. Y tampoco hay romantización por el asesino. Hay que tener mucho talento y valentía para lograr algo así con una historia tan sensible, porque claro que hubo quejas. Otro punto a destacar es que el dedo sí apunta, pero hacia otro lado, y por eso la serie es antes que nada una crítica hacia un sistema racista y homofóbico, donde la policía hacía la vista gorda para que Dahmer siga haciendo de las suyas. La serie se convirtió en la tercera más vista de la plataforma. Es bueno saber que mucha gente quizás se quedó con algo más profundo que un baño de sangre y vísceras.
4. The Bear
FX
¿Qué pasa cuando un chef de Nueva York súper prestigioso de repente se tiene que hacer cargo de un humilde y caótico restaurant de Chicago? Inevitablemente se produce un choque de cocinas, lo gourmet versus lo tradicional de barrio peleando por imponer sus jergas, sus metodologías de trabajo, la manera de crear, servir y hasta sentir un plato. Carmen Berzatto (Jeremy Allen White) podrá ser el mejor pero se tendrá que ganar la simpatía del resto del personal, siempre reticente a los cambios, si quiere salvar The Original Beef de la quiebra. Para Carmen es algo especial y no un trabajo cualquiera: el negocio lo heredó de su hermano muerto. Y por eso dejó todo y está allí, haciendo malabares. En solo ocho capítulos de media hora (excepto el último), The Bear plantea un potente drama familiar y laboral con un elenco de personajes fantásticos y un timing frenético que deja estresado a cualquiera, como si realmente estuviésemos trabajando en una cocina, ese lugar que puede ser la gloria o la destrucción total para un chef. Cualquier parecido de Berzatto con el gran y malogrado Anthony Bourdain no es pura coincidencia.
3. Porno y helado
Amazon Prime Video
En ocho episodios de media hora, esta comedia de enredos cuenta la historia de una banda de rock que nació como una mentira y que, por miles de casualidades, tomó forma y empezó a hacer carrera de la manera más errática e inverosímil posible. Pablo (Martín Piroyansky) y Ramón (Ignacio Saralegui) son una dupla de hermosos perdedores que una noche conoce a Ceci (Sofía Morandi), una joven y astuta estafadora, y a partir de allí se produce la magia forjada por una gran amistad. El salto a las ligas mayores de Piroyansky como showrunner de una producción para Amazon Prime lo muestra en plena forma, desplegando su particular humor -absurdo y preciso a la vez- en un aluvión de gags y referencias pop para gran regocijo del espectador. Y como si fuera poco, en los últimos tres episodios se da el gusto de dirigir a Susana Giménez en su vuelta a la actuación con un personaje osado, grotesco y fabuloso.
2. The Rehearsal
HBO
¿Es un documental? ¿Un reality? ¿Ficción? La nueva serie del canadiense Nathan Fielder es lo más raro que la televisión ha dado en años, al punto de resultar inclasificable. Y por momentos parece una genialidad y, en otros, una burda tomada de pelo, pero es esa ambigüedad (como tantas otras) la que la vuelve brillante. Fielder tiene clientes a los que ayuda a ensayar hasta niveles exasperantes situaciones que les angustia enfrentar para que luego las cosas salgan como ellos esperan. Puede ser desde confesar a una amiga una mentira o algo un poco más complejo, como ensayar la maternidad de un hijo desde que nace hasta que es mayor de edad.
Para realizar estos simulacros se montan escenografías a escala (por ejemplo un bar exactamente igual al original), se contratan actores, infinidad de extras y es el propio Fielder, en su obsesión totalmente neurótica por evitar cualquier imprevisto, quien termina siendo el objeto de semejante experimento social, con momentos de mucha introspección, donde lo surrealista da paso a reflexiones filosóficas: sobre realidad (¿es lo mismo que verdad?), representación y la relación entre ambas; sobre el destino o el azar y la incapacidad de controlarlo aunque se ensaye mil millones de veces; sobre lo difícil que es a veces conectar con los demás, relajarse y dejar que fluya.
1. Severance
Apple TV+
La “separación” del título alude al procedimiento quirúrgico al que son sometidos los empleados de una misteriosa empresa antes de entrar a trabajar allí. Después de firmar un contrato, Lumon Industries toquetea cerebros y separa los recuerdos: por un lado, la vida personal y por el otro, la laboral. Ambos ámbitos son excluyentes y los sujetos se fracturan en una doble identidad en la que solo trabajan y no saben mucho más que su propio nombre, o viven sus vidas afuera de la oficina sin saber qué es lo que hacen ahí dentro. Algo muy conveniente ya que lo que allí se cocina es una incógnita de vibras turbias. La premisa es original, compleja y muy oscura. Es ese tipo de ciencia ficción distópica que produce angustia al pintar un panorama demencial y horrible pero no del todo lejano; cualquiera puede, en mayor o menor grado, identificarse con la alienación laboral extrema planteada en la serie.
De esta interesante idea se ramifican diferentes tramas con constantes giros, intrigas y cuestiones delicadamente éticas y existencialistas -hay algo de la fantasía de tener un clon para que trabaje- en un guion sobresaliente que no da respiro a la cabeza. Los demás aspectos también son inmejorables. Ben Stiller dirige seis de los nueve episodios con elegancia e inventiva en puesta y planos, exaltando el arte y el diseño de producción minimalista de la empresa, una elección estética que aporta al clima inquietante. Y como si fuera poco, el elenco, con Adam Scott a la cabeza, cuenta con figuras de la talla de John Turturro, Christopher Walken y Patricia Arquette. Es una lástima que Severance no haya sido estrenada en una plataforma más popular: todo el mundo debería estar hablando de la serie del año. Igual hay tiempo, una segunda temporada está en camino.