Pocos conciertos tan icónicos en la historia de la música como el de The Beatles arriba del techo. El 30 de enero de 1969 la banda se subió a la terraza de las oficinas Apple Corps. para dar un inesperado concierto que sería su última presentación en vivo.
Hacía dos años que los Fab Four no tocaban en vivo; las cosas estaban tensas entre la música, los negocios y las relaciones personales, pero aún así estaban trabajando en un nuevo álbum que se llamaría Let It Be. Este disco contaría con un sonido más rockero y despojado, a diferencia de las altas experimentaciones que venían haciendo en discos anteriores como el White Album. Mientras tanto, la banda se encontraba rodando el film homónimo, en el que se vería el proceso de producción y grabación de este álbum y quedarían al descubierto las intimidades y rispideces que estaban finalizando la etapa en conjunto de los cuatro músicos. Este documental fue dirigido por Lindsay-Hogg, hijo no reconocido de Orson Welles, quien también dirigió la filmación del concierto.
El show inesperado, que captó la atención de los transeúntes desprevenidos, completa un acto de rebeldía que anuncia el final de la banda más grande de todos los tiempos. El concierto no autorizado, por supuesto que llamó la atención de la policía, que terminó desalojando a los músicos del improvisado escenario.
Los Beatles no fueron pioneros en esta idea, ya que Jefferson Airplane había hecho lo mismo un año atrás en Nueva York, pero este show no tuvo la misma relevancia histórica.
Hoy se cumplen 50 años de aquella épica performance y te contamos algunas curiosidades:
1. La terraza no fue la primera opción para llevar a cabo el concierto
Si nos parece insólito el concierto arriba de una terraza, es porque no conocíamos las demás opciones que se barajaron. Si el concierto se realizada en Londres, habían pensando en el Palladium y el Roundhouse. Pero lo más alocado fue considerar el desierto del Sahara e incluso las pirámides de Giza. Además de pensó en el transatlántico QE2, el crucero de la Reina Isabel.
2. John Lennon y Ringo Starr vistieron prendas de sus esposas.
Además de la música, los Beatles marcaron tendencias desde su estética, que fue variando considerablemente a través de los años. En este concierto, debido a la época del año, los músicos vestían suntuosos sacos, anticipando la moda de los 70. Pero, lo curioso es que tanto John Lennon como Ringo Starr usaron abrigos de sus parejas. John un tapado de piel marrón y Ringo un piloto charolado rojo.
3. El show duró 42 minutos
Si bien sólo conocemos 21 minutos del icónico concierto gracias al film Let It Be, el show duró 42 minutos. Uno de los temas que más se recuerda es “Don’t Let Me Down”, que fue interpretado dos veces por la banda. “One After 909”, “Dig to Pony”, “I’ve Got a Feeling” y tres versiones de “Get Back”, fueron otras de las canciones que formaron parte del setlist.
4. La frase final de Lennon
La “travesura” de los Beatles merecía un gran final. Si bien podría haber durado más de lo que duró, este show tuvo un frase pronunciada por John Lennon como final: “Me gustaría decir gracias en nombre de la banda, y espero que hayamos pasado la prueba”. Ironizando acerca del éxito y de cómo lo consiguieron a pesar de salirse del molde. Esta frase quedaría como final de la canción “Get Back” que cierra el álbum Let It Be.
5. Billy Preston fue el quinto Beatle
Este concierto en la terraza tiene algo a la vista que nos llama la atención: hay 5 músicos en escena. Se trata de Billy Preston, en teclados. El músico se sumó también para el disco Abbey Road en dos canciones: “I Want You (She’s So Heavy)” y “Something”.