Hay una fuerte impronta caleidoscópica en el reciente disco de Defensa. En 7 canciones antes de que nos corten la luz, el dúo argentino liderado por Furio y Garoto 3000 remarcó su orbital inclinación vanguardista combinando destellos de hip hop, dancehall, reggaetón, house e hyperpop en una fluorescente elegía a la noche.
Apostando más que nunca al método catártico del trance y al juego de voces dinámico que acrecienta su pulso bailable, el seguidor de Vs (2018) propone exteriorizar una sucesión de intensidades y contingencias en una cadencia casi epistolar mediante un semblante enraizado al imaginario de tradiciones nacionales y a la escena de música club contemporánea. La producción musical plagada de detalles destapa nuevos estímulos que amplifican su energía cinética, mientras que la sinergia entre sonoridad y lírica reafirma la fuente promisoria del zigzagueante y a la vez magnético modus operandi de Defensa. Hay también una tonalidad menos afligida, y su poética desenfrenada tiene al sigilo como protagonista de una disrupción emocional.
En su formato conceptual, 7 canciones es una excusa para capturar la fugacidad de lo incorpóreo entre la euforia y el desconsuelo, un depósito de instantes pasajeros, una maquinaria de pop futurista para almas sensibles. En las propias palabras de Defensa, en un breve poema que acompaña el lanzamiento: “Un piano lleno de naftalina. Olor a lluvia y luces que titilan. Dos miradas que se evitan. Guitarra de folclore. Labios de cantor. Tres chispazos de encendedor. Remeras de rock en una fiesta de reggaetón. Cuatro de la mañana y todavía no me respondés. Equivocarse de puerta, sentarse en el cordón. Pasar música de YouTube. Tirarme en algún colchón. Top 5 besos que nunca te olvidarás. Caminar de noche ocupando toda la vereda. Seis llamadas perdidas. La música a todo lo que da. El fusible a punto de reventar. 7 canciones antes de que nos corten la luz”.
A tres meses de su salida, la dupla bonarense instalada en Barcelona habló con Indie Hoy sobre la depuración estilística y el devenir temporal de su proyecto.
¿Qué pensamientos y cambios florencieron al momento de adecuarse en otra ciudad y establecerse en el extranjero?
Furio: Llegamos hace pocos meses, estamos conociendo, tratando de entender la dinámica. Para nosotros tiene que ver con expandir horizontes. Cuando salió Vs también nos fuimos a México a presentarlo y conocer gente. Siempre sentimos que Defensa es un proyecto con un sonido muy internacional, siempre quisimos conversar con la música de todo el mundo.
Frente a este sonido internacional, 7 canciones antes de que nos corten la luz tiene una impronta muy nacional. Desde la imagen de portada hasta la yuxtaposición de sonidos, se puede deducir cierto apego al imaginario popular argentino.
Garoto: Eso es algo que terminamos de madurar con los intentos que fuimos haciendo. Nunca quisimos poner en un pedestal por encima de lo que hacíamos a la música internacional con la que crecimos. Se puede hacer música que esté a la altura de lo mejor que se haga afuera en cualquier parte del mundo y en cualquier contexto de la historia. Eso es lo que nos hace sentirnos internacionales, pero al mismo tiempo tenemos que pararnos a pensar quiénes somos. Ahí es por donde nosotros agarramos la argentinidad. Siempre utilizamos símbolos que nos parecen atractivos de Argentina en muchas cosas que hacemos. No lo hacemos a propósito, es parte de nuestra identidad, y tampoco creo que dos personas pueden representar lo que es un país. Porque se mezcla mucho lo que somos en el fondo, es totalmente arbitrario, cada uno tiene su personalidad.
Un buen ejemplo de lo que mencionás es que utilicen el escudo nacional en sus diseños.
F: Hay una cuestión en esto de cómo uno se presenta al mundo, y no necesariamente desde una postura de “estoy representando a mi país”. No estamos en las olimpíadas de la música, pero sí hay una cuestión de que estas cosas nos atraviesan y nos tocan. Puntualmente, con lo que respecta al arte de tapa, sentimos que nuestra posición artística está en encontrarle la belleza a las cosas que nos pasan todos los días. Las fiestas, la noche, esos momentos con amigos, o con gente que recién conocés… la noche nos inspira mucho y atraviesa toda la música que hemos hecho, no solo en este disco. Para nosotros es como un altar a la noche, tiene que ver con los cementerios del interior, donde la gente va y le deja a sus difuntos regalos. Hay algo de lo folclórico y de lo autóctono. Hay muchísima música argentina que a nosotros nos inspira un montón, pero quizás nos inspira en la misma medida que nos inspira música que no es argentina.
El disco se sumerge en la mística nocturna con todos sus vaivenes y ensoñaciones. ¿Qué particularidades y contradicciones de la noche quisieron profundizar en el disco?
G: Pasó como sin querer, porque este disco en realidad lo empezamos a trabajar apenas terminamos Vs. Salió “La nueva”, pero los demos de estas canciones ya estaban dando vueltas desde 2019, y en el medio hicimos otro tipo de canciones como “Carajo”. Lo de la noche es algo que surgió hacia el final y, mientras más lo pensamos, tuvimos un proceso de introspección en el que sentimos que la noche es el único momento en que uno se puede llegar a cruzar con una persona que durante el día era imposible. ¿En qué momento se cruzan un profesional, un chico de 18 que le gusta la música, un DJ, un viejo…? La noche es el momento en donde se cortan todas las barreras, las corbatas y las etiquetas de la gente. Y estás siempre a un paso de no saber si la persona que tenés al lado es alguien importante, alguien que podés admirar o alguien que vas a inspirar. Se trata de eso, de dejar que pasen cosas que durante el día no pasan. En la noche uno se prepara para ese momento social. No hay horarios, no hay nada que divida la noche.
F: Siempre estuvimos haciendo el disco. Siempre estamos tratando de trabajar en algo más grande y también pensando en el paso siguiente. Somos muy de hacer, somos muy obreros de lo que hacemos, más allá de lo conceptual. Los conceptos van fluyendo después porque somos las mismas dos personas teniendo conversaciones que giran en torno a determinados temas, aparecen nuevos estímulos, nuevas colaboraciones, pero hay algo que nos une claramente y la búsqueda siempre está. En el momento que empezamos a ordenar el disco nos dimos cuenta que la historia se armaba sola. Si trabajás tanto en algo, de una manera, dentro de un código, el concepto aparece solo después. Fue muy lindo descubrir que al ordenarlo se podía hacer una especie de relato que va de la medianoche hasta las siete de la mañana. Cada canción se mete adentro de la noche hasta que llega al momento de la reflexión y la epifanía, con esa posibilidad de que todo empiece de nuevo al día siguiente. Y los interludios también funcionan a modo de descanso, porque no lo pensamos en físico, pero el disco tiene una especie de lado A y lado B, que para mí lo divide “Nueva receta”. Y se resetea nuevamente con “Relajo”, porque venís de una seguidilla que después de “Calor” y “Fiebre”, hay que hacer algo para respirar. Como ese momento de la noche en que salís a la calle y vas a otro lugar, tomás aire, te fumás un pucho. Hay toda una cosa cinemática incluso para nosotros.
¿Cómo fue ese proceso de ensamblaje del disco?
F: Si bien no nos interesa hacer hincapié en la cuestión pandémica del disco, ya que muchas canciones las escribimos antes, siempre buscamos hablar desde un lugar sincero y nos cuesta escribir temas que sean cien por ciento “vamos a divertirnos”, sin ponerle al lado algo que te ponga un poco en contexto. “Vamos a pasarla bien” pero porque necesitamos ese momento, necesitamos ese quiebre porque están pasando muchas cosas, estamos colmados de estímulos. El proceso fue el que hicimos siempre: juntarnos mucho, hablar mucho, intercambiar demos, letras. Todo en un muy ida y vuelta. Son pocos los casos en los que trabajamos sobre bases que nos dio otra gente. Nuestro proceso suele ser incluso de tener un demo ya muy avanzado y llegar al momento de transformarlo en una canción. Nos damos cuenta de que todo va a aparecer trabajando. Si hablás demasiado antes, te generás una idea falsa antes de arrancar.
La vertiente nacional que inspira al disco también puede relacionarse con la elección de entablar un diálogo con el emblemático grupo de folclore argentino Los Huanca Hua en la canción “Chacarera (Qué?)”. ¿Cómo llegaron a ese sample?
G: Entramos en el folclore un poco más de grandes, me acuerdo que nos impactó la frescura de Chancha Vía Circuito, en un mix metió un coro de ellos. Los Huanca Hua es de la música que más escuchamos nosotros. Me compré un vinilo firmado por los cinco integrantes en Avenida Pueyrredón a 20 pesos. Es un disco que ni siquiera está en Spotify.
F: Música argentina de Los Huanca Hua es una influencia muy fuerte para nosotros. De hecho, con nuestra banda anterior en vivo hacíamos un cover de “Yo sé que un día”. Es una banda que nos marcó mucho, creo que yo no sabía que existía música argentina así hasta que escuché Los Huanca Hua. Porque tiene una cuestión de arreglos de voces, musicales, la curaduría de los temas que eligen, mismo la interpretación que hacen, todo resignifica un montón la canción. Es una banda preciosa realmente, un conjunto en realidad porque pasó por muchas formaciones.
G: Cuando Kanye West los sampleó fue increíble, porque nosotros lo habíamos visto hace cinco años a eso y comprueba que había una joya ahí.
F: Nosotros ya teníamos este tema dando vueltas, que es un folclore tradicional reinterpretado que se llama “Chacarera a las piedras” y nos gustó el arreglo que hicieron Los Huanca Hua.
G: Siempre hacen coros, son una guitarra o dos, y los cuatro o cinco cantan. Queríamos tener un poco de eso, así que por la mitad del tema hacemos un guiño al método de Los Huanca Hua. Fue lo último que sumamos para que se entendiera que iba por ese lado.
A su vez, acuñaron el término “pop futurista”, ¿de qué se trata este concepto?
F: No se trata de la idea del futurismo italiano, sino del futurismo en el sentido de cruzar los límites y empujar un poco más allá de lo que puede ser una canción pop. Para mí esa es el ideal del futurista, dar siempre un paso más. Si nos quedamos encasillados en donde está delimitada la cosa hoy, la composición no va a avanzar. Animal Collective y Joy Division son bandas que agarraron lo que sea que estaba pasando y, con la tecnología del momento e ideas muy creativas de cómo combinar cosas que nunca habían sido unidas, llevaron más allá los recursos. Hoy, muchas de las cosas que antes parecían rarísimas están por todos lados. Cuando salieron las producciones de Ariana Grande a principios de la década pasada que sonaban como Arca a la gente no le entraba en la cabeza, y hoy en día suena en la radio y la gente ya no se da cuenta del proceso que pasó para llegar a eso.
G: El otro día me preguntaron por qué Garoto 3000, y es porque viene del futuro. Siento que encontramos que nuestro lugar está más en lo totémico, poniendo ladrillos en la historia de la música. Hay gente que levanta una muralla hacia los costados y otra que construye una pirámide. Nuestro camino es siempre hacia delante, en pensar cuál va a ser el aporte en la historia del arte.
F: Nos hemos propuesto muchas veces ser más simples, pero lo que escuchás es lo más simple que nos sale. Siempre estamos intentando empaquetar la cosa para que sea lo más entendible y digerible posible, pero hay algo que claramente es un toque raro.
G: Buscar la simpleza te hace complejo en algún sentido.
F: Yo creo que al día de hoy somos mucho mejores songwriters, interpretes y productores. Tiene que ver con querer llegar al corazón de la gente, y sabés que si le ponés un alambre de púas a lo que estés haciendo para llegar a ese mensaje te estás alejando de lo esencial del arte que es generar una sensación en el otro y abrir conversaciones. Se trata de escribir sensaciones que todavía no están en el diccionario. Y para hacer eso la simpleza es elemental, es lo que más te va a ayudar a llegar a ese resultado.
Ambos son muy fans del cine y del animé. ¿Cuánto podrían decir que aportan estas disciplinas al método compositivo de Defensa?
F: Un montón. Nuestra amistad con Juan arrancó en el colegio, giraba mucho en torno a la música. De hecho no nos llevábamos tan bien, hasta que en un momento nos sentaron juntos. Los dos dibujábamos mucho y creo que se había generado una especie de competitividad entre nosotros, una rivalidad bizarra típica de cuando sos muy chico. En ese momento vimos que nuestras cartucheras y carpetas estaban llenas de nombres de bandas, compartíamos muchos gustos y ahí empezó algo que nunca terminó. Además de Led Zeppelin, algo que nos gustaba mucho a los dos era Digimon. Digimon siempre fue el under de Pokemon, mil veces mejor y mucho más adulta. Nuestra relación arrancó con ciertos fanatismos muy marcados, y nuestra cultura cinematográfica la arrancamos juntos. Nuestros familiares nos recomendaban películas, intercambiábamos DVDs truchos de Twin Peaks y La naranja mecánica. Somos muy visuales, muy musicales y cada uno trae distintas herramientas, ya sea desde la producción, a lo gráfico, y nos complementamos al punto de que no vemos que una parte sea separable de la otra.
Y en visto a esto, ¿cuál es su relación con los videoclips? ¿Se meten de lleno en la creación?
F: Guionamos todo. A veces hemos guionado solo los dos y le insistimos a un director para que nos ayude a hacer la idea. Pero es una involucración súper profunda. Hemos editado, hemos producido al nivel de reservar equipos, locaciones y cámaras. Todos los roles que alguien pueda ocupar, los hemos ocupado a todos.
G: Antes de ser músicos queríamos ser artistas, en el sentido amplio de la palabra, de quien hace arte en general. La otra vez hablábamos que los que son realmente artistas pueden traducir de un formato a otro. Pueden agarrar lo que es imagen o video y pasarla a música, o representarlo a través de un texto. Creo que eso en Defensa está latente, por más que somos músicos no dejamos de lado que podíamos ser cineastas, escritores o pintores. Cuando nos conocimos en la adolescencia yo dibujaba en la carpeta y no sabía si quería ser director de cine, escritor o músico, no estaba definido. Y siento que todavía nunca lo definimos. Lo que estamos haciendo en este presente es lo que nos late y nos gusta, sin descartar que capaz podríamos pasar a otro tipo de rubro, porque en el fondo es más o menos lo mismo.
F: El otro día escuché una entrevista de Patti Smith que cuenta que llegó a Nueva York pensando que iba a ser artista plástica y en el medio conoció a otros amigos. Ella no se define como música, yo creo que tampoco. Me defino más como songwriter e intérprete que como músico. A lo sumo un productor medio intuitivo. Pero vuelve a esa cuestión de que si tenés algo para contar, es más importante eso que el cómo, porque va a ser a través de una foto, un cuento, o una canción. La música me fascina, pero yo creo que mis habilidades naturales están más en lo visual. Aún así, me parece que hay algo de la música y su capacidad de generar comunidades, conversaciones y espacios, que no tiene igual. También de chicos leíamos mucha literatura beat de los cincuentas y sesentas, y te das cuenta que esos tipos también estaban obsesionados con la música. Podés pasar de [Jack] Kerouac a los primeros hippies y siempre están atravesados por la música, por juntarse a ver cantantes y saxofonistas de jazz. En relación a lo que significa el evento social, creo que la música participa más dentro que cualquier otra arte.
Considerando la evolución de Defensa hacia una búsqueda de la simpleza, de un disco a otro fueron probando diferentes caminos que hoy encuentran un grado de asimilación relumbrante con la cantidad de elementos involucrados. ¿Cómo podrían llegar a un acuerdo en la forma de experimentación del proyecto?
F: Creo que en este disco finalmente aterrizamos en lo que es Defensa y en un formato en el que están muy presentes todos nuestros matices. Para mí, Vs es un disco hermoso, muy adolescente y romántico, con mucha sensibilidad a flor de piel. Y nuestro primer disco es más cerebral, como que estás viendo la película pero desde afuera. Y acá dijimos: “No entiendo por qué tenían que ser uno o el otro”. Cuando hicimos Vs pensamos que antes habíamos hecho algo muy intenso, por eso fuimos más por la simpleza. Acá nos dimos cuenta que realmente somos todo eso junto. Hemos probado muchas cosas y ya sabemos qué nos queda mejor y qué sentimos que es más propio. También nos animamos a poner un breakdown instrumental re agresivo al final, como que es un reggaetón y un house al mismo tiempo. Justamente porque, como dijo Garoto, nos sentimos directores de toda la película. Elegimos la música como medio porque te permite hacer minipelículas cuando hacés videoclips, o hacer miniobras de arte cuando hacés portadas de singles o remeras.
G: Vos vas a ver una película de DiCaprio, pero nunca lo ves en persona. Cuando viene Björk a tocar a Argentina, está esa persona parada adelante tuyo. No hay otro rubro igual. ¿Cuántas veces lo viste a Tarantino en persona? Nunca. ¿Cuántas veces lo viste a Paul McCarthney? Y por ahí si pagaste la entrada, cinco. Es una locura verlo en persona, es como tener al presidente de los Estados Unidos, es un montón. La música cuida mucho a sus fans. En cuanto a la experimentación, lo nuestro está alejado de la connotación intelectual, va más por el lado de no tener miedo a los tabúes, a las trabas del respeto cultural, como mezclar una chacarera con un ritmo actual, o hacer un reggaetón que no hable de fiestas. Donde vemos una barrera, buscamos romperla.
F: La experimentación tiene que ver con eso, con animarse. Vivimos en un contexto cultural que me parece que está bien que se hayan delimitado algunas cosas con las que estamos jugando, ritmos, temáticas, muy propias de ciertas culturas y personas. Pero para nosotros es muy rápido saber que si nos agarramos de un ritmo o de algo es porque ya lo sentimos propio. Nos criamos escuchando reggaetón en fiestas, nos criamos intercambiando discos de Joy Division, prestándonos libros, todo esto parte de una conversación muy larga que empezó hace mucho tiempo. A esta altura no nos decimos ni hola ni chau porque nunca no estamos hablando de algo. Defensa es lo que es propio de nosotros, es lo que pasa cuando nos juntamos. Y la experimentación tiene que ver con lo que nos divierte, con probar y con llevar adelante las ideas.
En retrospectiva, ¿cómo sienten que se resignificó Vs tras la salida de 7 canciones antes de que nos corten la luz?
G: Le tenemos mucho cariño, creo que tiene algo muy lindo de la inocencia, de buscar cosas. En el vivo de Defensa no te das cuenta si las canciones son de Vs o del disco nuevo, suenan muy bien.
F: Yo creo que en Vs como consigna nos obligamos a escribir canciones más compactas. El primer EP de Defensa está buenísimo, yo estoy súper orgulloso de ese trabajo, pero estábamos muy en otra. Todavía había mucha guitarra y mucha influencia de un indie experimental medio oscuro. Ahí se escucha esa parte que estamos obsesionados con James Blake, Charlie XCX y Arca, pero estábamos aprendiendo a cantar sobre canciones que no estaban hechas con guitarras. También estábamos aprendiendo a componer juntos, a encontrar el vocabulario del pop, de la música urbana y de querer hablar de las cosas que, creo hoy en día, nos sale muy bien. Y Vs es la respuesta a ese disco. Nos obligamos a escribir canciones de verso-estribillo y querer que sean inmediatas para que a la gente les de ganas de bailar. Siento que nos encontramos como intérpretes. Si tengo una crítica para hacerle a Vs es que no sé si está bien grabado, porque lo grabamos con micrófonos medio falopas. En ese momento creíamos que sonaba increíble, pero en retrospectiva reconozco que está medio explotado. Era simple y lindo, pero para nosotros era enorme a nivel de Sgt. Pepper’s. Y habiendo aprendido de esa búsqueda de la simpleza, pudimos animarnos nuevamente a ser raros.
G: Retomando lo que dijo Furio de que Vs fue una respuesta al EP, me hace pensar: ¿cómo responderíamos a este disco nuevo que acabamos de sacar? Todavía no lo sé. Nos gusta bastante este disco, fue el que más escuché antes de que saliera. En las semanas previas, me levantaba y arrancaba el día escuchándolo. Creo que nunca escuché un disco nuestro tantas veces.
F: Yo lo que no sé si siento es que 7 canciones sea una respuesta a Vs. Me parece que este disco es el que más propone, el que más confianza tiene y en el que las ideas más están llegando a tocar las fibras que tienen que tocar. Espero que así sea de acá en adelante, es una búsqueda del método que finalmente encontramos ahora y que probablemente tengamos para siempre. Van a ser otros estímulos que nos van a llevar a hacer otros discos, pero hay una cuestión de haber encontrado el lenguaje.
Escuchá 7 canciones antes de que nos corten la luz de Defensa en plataformas de streaming (Spotify, Tidal, Apple Music).