Durante una gira compartida en 1993, Lenny Kravitz vivió un episodio en su carrera musical que nunca olvidó: un intenso reto por parte de Robert Plant, el exlíder de Led Zeppelin. Lo más sorprendente es que, para el artista norteamericano, aquella bronca se transformó en uno de los consejos más sinceros y valiosos que recibió, ya que, según él, Plant actuó como un mentor más que como una leyenda del rock.
Kravitz, quien por aquel entonces ya gozaba de un gran éxito, confesó en una entrevista con Classic Rock a mediados de 2024: “Estaba haciendo una prueba de sonido, y supongo que estaba de mal humor porque no me gustaba cómo sonaba el escenario esa noche, y Robert me atacó y me destrozó, diciéndome básicamente: ‘¿Qué demonios te pasa?’”.
“‘Estás en la mitad de este gran éxito, tienes esta música, estás teniendo una gran carrera y deberías estar disfrutando de cada momento. ¡Déjate llevar, relajate!’”, continuó Plant. Aquellas palabras resonaron con fuerza en la vida de Lenny, el cual recurrió nuevamente al relato de aquel momento para describir el efecto personal que tuvo: “Me asustó y me dio un poco de vergüenza. Ahí estaba uno de mis héroes diciéndome lo perra que estaba siendo”.

“Pero fue lo más bonito, porque es un tipo real y me vio en este lugar maravilloso en el que él también estuvo, y me dijo: ‘Será mejor que te despiertes, disfrutes de esto y te diviertas’. Y eso me hizo cambiar. Desde entonces somos grandes amigos”, aseguró el oriundo de la Ciudad de Nueva York.
De esta manera, Plant no solo fue un héroe musical para Kravitz, sino que también se convirtió en una figura capaz de gritarle lo que necesitaba escuchar. Y esa valentía, combinada con una genuina admiración, explica por qué ese momento sigue siendo recordado como una de las lecciones más poderosas que el rock le regaló a un artista al que todavía le quedaba mucho por aprender.