En un mundo que repentinamente se volvió peligroso en los actos más cotidianos como salir de casa o juntarte con tus seres queridos, el último bastión para no caer en la locura de tanto encierro de fases que van y vienen fue el acceso a internet y los servicios de streaming. Vale aclarar que no todos cuentan con los mismos recursos para sobrellevar -e incluso sobrevivir- a esta pandemia que insiste en no apagarse del todo. Por eso, tirarse a ver una serie en la comodidad del hogar para evadirse de una realidad inédita no deja de ser un lujo y un privilegio en estos momentos difíciles.
En un año sin cines y después con cines abiertos que de a poco dejaron de significar una odisea arriesgada e innecesaria, éstas son las 20 series que creemos que mejor nos ahorraron la excursión al exterior y la neurosis de pensarse habitando un planeta al borde la extinción. Dramas familiares y maritales, policiales, animación, comedias, biopics, otra plaga horrible como la del HIV y sobre todo mucho fantástico y ciencia ficción para irnos bien lejos en el tiempo y el espacio, entre distopías, ucronías y galaxias infinitas. Estas son, entonces, las 20 producciones que mantuvieron encendida la llama del medio audiovisual en épocas de incertidumbre, entre rodajes truncos y postergados.
20. Okupas
Netflix
Sí, ya sabemos que Okupas se estrenó en 2000 por la Televisión pública, pero no podemos dejar de celebrar su lanzamiento a nivel mundial a través de Netflix en su 20° aniversario. Esta nueva versión fue remasterizada y contó con una banda sonora a cargo de Santiago Motorizado, fan declarado que hizo un trabajo muy respetuoso con sus canciones para reemplazar los clásicos rockeros de la original por cuestiones de derechos de autor. El resto sigue intacto: Ricardo (Rodrigo de la Serna), Pollo (Diego Alonso Gómez), Walter (Staltari) y el Chiqui (Franco Tirri) haciendo de las suyas en los bajos fondos bonaerenses. Dirigida por Bruno Stagnaro, Okupas significó para la televisión argentina el primer retrato sensato de personajes marginales, lejos de estereotipos y estigmas, pintando así de manera muy precisa la aguda crisis social del país a fines de los noventa. Esto la convirtió en una serie de culto que los viejos fans hace años venían reclamando en el streaming. Finalmente llegó y ya está disponible también para las nuevas generaciones. Okupas a esta altura funciona como registro histórico pero sus problemáticas siguen más vigentes que nunca.
19. Reservation Dogs
Star+
En un claro guiño al debut de Tarantino, esta miniserie de ocho capítulos retrata la cotidianidad de los Rez Dogs, una pandilla de cuatro adolescentes indígenas de Oklahoma que, desesperados por irse a California, hacen lo que sea para juntar dinero. Venden comida pero también roban alguna que otra cosa y se meten en problemas. Esta producción es tanto un relato de iniciación como una fuerte toma de postura del lugar de pertenencia y situación actual de los pueblos originarios de esa zona de EE.UU. Pero nada se siente denso o muy serio, no hay bajadas de línea. Más bien todo lo contrario, porque quien está detrás de Reservation Dogs como showrunner -junto con Sterlin Harjo– es Taika Waititi, un tipo con un talento extraordinario para la comedia, capaz de interpretar a un Hitler totalmente caricaturesco y tirar los chistes más irreverentes sobre el nazismo y salir bien parado, al punto de llevarse un Oscar por el guion adaptado de Jojo Rabbit (2019). Acá hay mucho de ese humor absurdo que bordea lo incorrecto -los personajes secundarios son tremendos- pero también hay ternura, momentos duros y emotivos. Waititi combina muy bien todos esos elementos logrando un estilo único que vale la pena seguir de cerca.
18. WandaVision
Disney+
Cuando creíamos que ya lo habíamos visto todo, aparece un artefacto extraterrestre como WandaVision y encima de la mano de Marvel Studios, una firma que solo parece limitarse a repetir fórmulas ultra taquilleras a base de superhéroes. Pues bien, aquí hay superhéroes pero que ya no quieren serlo, y para eso se arman una burbuja de vida doméstica de ensueño con forma de sitcom de los años cincuenta y sesenta. Poco después de los sucesos de Avengers: Endgame (2019), Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen) esconde sus poderes de Bruja Escarlata y Vision (Paul Bettany) su naturaleza androide y construyen su refugio de amor en la pequeña ciudad de Westview. Pero la ilusión se empieza a desmoronar con el correr de los capítulos hasta culminar con escenas de acción típicas del UCM. La primera serie de Marvel para Disney+ es un trabajo notable desde todo punto de vista: por el riesgo de combinar, de manera tan eficaz y original, dos géneros muy dispares; por ser un gran homenaje a la televisión estadounidense que aplica a la perfección el tono, la retórica y la estética de las comedias de antaño; por meter infinidad de easter eggs en relación al UCM así como metadiscursos por el hecho de que WandaVision sea un programa (la sitcom) dentro de otro programa; por ser una rareza absoluta llena de misterios que volvió locos a los fans con cientos de teorías que invadieron internet. WandaVision es para verla varias veces: siempre aparecerán detalles increíbles.
17. Punto de quiebre
UN3TV
Un video en formato vertical de celular muestra a Santiago (Tomás Fonzi) cantando y tocando la guitarra. A la derecha surge una foto subida a Twitter y si seguimos para ese lado con el dedo, puntero o mouse -según pantalla digital- damos un giro completo de posteos y chats donde vemos como él y Manuela (Magui Bravi) hicieron un primer contacto en una app de citas. Luego los títulos y llegamos de vuelta al video inicial. Con ese recorrido se presenta Punto de quiebre y ya nos hacemos una idea de la dinámica inmersiva de esta innovadora miniserie de ocho episodios producida por UN3TV – el canal de la Universidad de Tres de Febrero- y Virtual 360: la primera ficción filmada en 360º en la Argentina. Estas cuatro historias de amor son narradas desde sus puntos de inflexión: el flirteo inicial y el momento en que algo se quiebra irreversiblemente. La técnica dispone planos fijos que el espectador puede ampliar explorando sus entornos mientras los protagonistas charlan, se conocen o se pelean. Así, se produce un juego muy interesante con espacios como terrazas, escaleras, esquinas, puentes o incluso videollamadas donde podemos elegir a quien observar. Punto de quiebre se siente como un aviso del modo en que consumiremos ficciones audiovisuales en un futuro no tan lejano.
16. Pose
Netflix
La serie creada por Ryan Murphy, que desde 2018 viene arropando con tanto amor a una comunidad tan golpeada y huérfana como la LGTBIQ+ de origen latino y afroamericano, llega a su fin con esta tercera temporada. De la Nueva York de fines de los ochenta con el albor de la cultura ballroom a puro voguing y perfos de looks despampanantes, pasando por el azote que significó para la escena la llegada del virus HIV, estos últimos siete episodios nos ubican a mediados de los noventa y se prolongan por cuatro años siguiendo a cada personaje para cerrar sus historias de la mejor manera posible. Hay eventos y situaciones para celebrar, otros para llorar; Pose es una montaña rusa de emociones que trata de ser amable con el destino de sus protagonistas, ya que representan un sector de la sociedad que continúa siendo marginado, pero sin olvidarse de ser fiel a una realidad que es dura y es necesario cambiar. Hay series que en términos sociales son más importantes y necesarias que otras. Pose es totalmente imprescindible y su final se sentirá como un vacío.
15. Mare of Easttown
HBO Max
Mitad policial, mitad estudio psicológico de su protagonista, Mare of Easttown sigue la vida de Mare Sheehan, interpretada por Kate Winslet en su regreso a la televisión después de una década. Verla a ella es un placer en sí mismo, algo que está garantizado ya que aparece en prácticamente todas las escenas cargándose al hombro esta miniserie de siete episodios con total dominio de su oficio. Antigua leyenda del básquet local, madre y abuela muy joven con un divorcio resuelto a medias, detective frustrada por no poder cerrar un caso que ya lleva un año, Mare es muchas cosas y está cansada. Demasiados problemas actuales y pesados traumas del pasado la volvieron una persona tosca que intenta no involucrarse demasiado con la comunidad de Easttown, un pequeño pueblo de Filadelfia que como siempre ocurre es un infierno grande. En paralelo a sus tribulaciones personales, transcurre la investigación del asesinato de una adolescente con la usual lista de sospechosos, y si bien el caso está bien escrito, con un par de giros que distraen y lo alejan de lo previsible, lo realmente interesante de Mare of Easttown, y lo que la destaca de cualquier otro policial correcto, es el peso del drama que acompaña a esta mujer en su lucha por salir adelante.
14. Arcane
Netflix
Otro batacazo de Netflix este año fue Arcane, la serie animada basada en el universo del videojuego League of Legends que, además de ser lo más visto después de El juego del calamar, rompió con los puntajes de páginas como IMDb y Rotten Tomatoes. Lo cierto es que esta serie de nueve episodios es un deleite audiovisual absoluto gracias a la coproducción, junto a Riot Games, del estudio de animación francés Fortiche Productions. Cuadros que parecen pinturas o fotografías, las técnicas en 2D y 3D se difuminan y se vuelven irreconocibles entre códigos estéticos que responden al gaming, el cómic o el animé, y en términos de género al sci-fi distópico, el cyberpunk y un entorno de fantasía donde la magia puede equipararse a la ciencia. El arte en el diseño de personajes y escenarios con ciudades como la opulenta Piltover y la subterránea Zaun ya por sí solo justifican su visionado. Además, no hace falta conocer la franquicia para sumergirse en la conflictiva historia de las hermanas Jynx y Vi, una trama que en un primer momento parece simplista pero que se expande de manera impensada a lo largo de tres arcos argumentales con saltos temporales e intenso crecimiento de personajes. Es bueno saber que a veces el hype no se equivoca.
13. Foundation
Apple TV+
Finalmente se logró llevar a la pantalla -y a buen puerto- la monumental saga de ciencia ficción dura -durísima- de Isaac Asimov denominada Fundación, cuya primera novela data de 1951 y narra el proyecto de salvar la humanidad de toda la galaxia reconstruyendo una civilización desde cero. Una empresa tan difícil como esta adaptación que los showrunners Josh Friedman y David S. Goyer (colaborador habitual de Christopher Nolan) lograron resolver descomprimiendo la densidad de una obra filosófica pesada y llena de ideas, con un mayor desarrollo de personajes y escenas de acción. Claro que los fanáticos de los libros ya se quejaron de antemano pero el mismo Asimov reconoció que la única manera de adaptar con éxito sus obras era tomándose muchas licencias. La acertada decisión de actualizar la ciencia ficción tan patriarcal de la época convirtiendo en mujeres a varios personajes importantes -en la original casi no hay- también fue motivo de lamentos entre los fieles más conservadores. Lo cierto es que la serie en su primer capítulo plantea los complejos conceptos básicos de la novela sin dejar de ser amena y entretenida, además de contar con un diseño de producción impresionante con imágenes filmadas en lugares como Malta, Islandia o las Islas Canarias dignas de ser vistas en un cine. Para el que vio Dune y se quedó con sabor a poco, la cosa es por acá.
12. The Nevers
HBO Max
The Nevers es una serie doblemente fantástica -por género y calidad- que tuvo la mala suerte de estrenarse en medio del revuelo por acusaciones de maltrato laboral contra su showrunner, Joss Whedon, quien ya se había retirado del proyecto un tiempo antes alegando estrés pandémico. Por esta situación, la serie fue sepultada bajo una catarata de malas críticas que lamentablemente no pudieron separar al autor de su obra. Porque lo cierto es que Whedon es un gran guionista que nos ha regalado las mejores horas de ficción televisiva salidas de Estados Unidos: Buffy la Cazavampiros y Firefly con sus todavía sólidos fandoms son ejemplos ineludibles. Y The Nevers, que con un gran despliegue de producción nos cuenta las aventuras de un grupo de heroínas de la Londres victoriana con poderes, como si de una versión femenina de X-Men se tratara -discriminación al diferente incluida -, está felizmente impregnada con su sello: girl power patea traseros (Laura Donnelly como la protagonista Amalia True está increíble) con escenas de pelea muy logradas, personajes con relieve psicológico, diálogos con un nivel de ingenuo que nunca decae ni cae en la pedantería y un guion complejo con un par de giros sorprendentes que logra atar todos los cabos. Una verdadera lástima que The Nevers haya pasado tan desapercibida.
11. Cowboy Bebop
Netflix
Que digan lo que quieran los puristas del animé de los noventa, fuente original de esta nueva versión live action, pero lo cierto es que la tarea de adaptar semejante obra de culto, y encima llevarla al plano de lo real, era complicadísima y se resolvió con mucha inteligencia y sentimiento. Ya con eso no hace falta nada más. En los apartados técnicos y estéticos, Cowboy Bebop es una serie inmejorable, lo mismo con el cast del trío de vaqueros espaciales: John Cho como Spike, Mustafa Shakir como Jet y Daniella Pineda en la piel de Faye son como una especie de milagro. La serie de Netflix, además de homenajear al animé con guiños por todos lados, adapta lo justo y necesario y tiene el coraje de tomar el guante y pulir lo que el original dejó a medias, velado u omitido. Así, se deja el misterio de lado en favor de un hilo narrativo que expande la historia de los personajes, sus pasados turbios y la relación de camaradería entre ellos. Reemplazando el formato de capítulo autoconclusivo del animé, esta nueva versión es mucho más fácil de ver y maratonear: es más divertida y pochoclera, sí, ¿y qué hay de malo con eso?
10. The Handmaid’s Tale
Paramount+
En esta nueva tanda de episodios, June (Elizabeth Moss cada vez más espectacular) finalmente escapa de Gilead. Ahora es una prófuga descarnada con una sed implacable de venganza que, a través de un territorio devastado por la guerra, trata de llegar a Canadá y reencontrarse con su marido Luke (O. T. Fagbenle). Pero The Handmaid’s Tale deja en claro que ella ya no es la misma, las vejaciones sistemáticas la convirtieron en un ser de temer. La adaptación al audiovisual de la distopía imaginada por la escritora canadiense Margaret Atwood en su novela homónima de 1985 continúa expandiéndose y para eso da un giro y se refresca ubicando la acción por fuera de esa sociedad perversa que utiliza a las mujeres como material descartable de reproducción, entre otras barbaridades. Las cosas afuera tampoco están mucho mejor pero June al menos recupera su libertad y ya no se le mueve un pelo al mancharse las manos de sangre. El impactante final de esta última temporada -se dice que la serie finalizará tras una quinta- es la prueba definitiva de ello.
9. The Beatles: Get Back
Disney+
El esperado megadocumental de Peter Jackson es un regalo del cielo de casi ocho horas para los fans de la banda más grande de todos los tiempos, es decir para prácticamente casi toda la población mundial. Get Back es como estar de colado en los ensayos de The Beatles durante casi un mes. El nivel de intimidad de ese vasto material inédito -más de 60 horas de imágenes y 150 de sonido- descartado de otro documental que ganaría el Oscar –Let it Be, 1970- es estremecedor: se trata de la rutina de trabajo, con sus procesos creativos, roces, peleas, bromas y chismes, de las personas más icónicas de la historia de la música popular, componiendo futuros clásicos desde cero y craneando lo que sería -aun no lo sabían pero ya se intuía, las cosas no andaban bien– su último recital en vivo: la famosa grabación en la terraza de su compañía Apple Corps. Cuatro años le llevó a Jackson y a su montajista Jabez Olssen esta labor titánica de hacerle justicia a un material de un valor incalculable. El resultado fueron tres episodios exhaustivos de más de dos horas que son una patada al corazón de por lo menos cinco generaciones.
8. The White Lotus
HBO Max
Una semana de vacaciones en un hotel exclusivo de Hawái suena a plan idílico pero por suerte existen series como The White Lotus para demostrar que ni todo el dinero y confort del mundo pueden garantizar una estadía soñada. El punto más fuerte de esta comedia negra de seis episodios es un elenco de personajes de lo más variado en sus miserias y extravagancias: una pareja de recién casados que no congenia demasiado bien, una familia de cuatro con una amiga, cada uno con sus cuestiones –el padre, Mark (Steve Zahn), por ejemplo se acaba de enterar que su propio padre ya fallecido llevaba una doble vida homosexual y queda catatónico-, una señora trastornada por la pérdida de su madre (la genial Jennifer Coolidge, mejor conocida como “la mamá de Stifler” en American Pie) y Armond (el actor australiano Murray Bartlett que se roba la serie), el gerente del hotel que tiene una recaída en el consumo de sustancias y derrapa de la manera más hilarante. Además de la excelente construcción de personajes, el guion se anima a meter comentarios sociales bastante agudos sobre el negocio del turismo en relación a la apropiación cultural y el complejo debate sobre los privilegios y cancelaciones del hombre blanco heterosexual. The White Lotus es una pequeña joya para para reír y pensar.
7. Scenes from a Marriage
HBO Max
Esta producción de HBO es una remake de Escenas de la vida conyugal, la miniserie de Ingmar Bergman de 1973, luego devenida exitosísima obra de teatro y también película al año siguiente. Tres décadas después, Marianne y Johan ahora son Mira y Jonathan y ya no viven en Suecia sino en Estados Unidos. Esta nueva versión del israelí Hagai Levi -conocido por crear la serie BeTipul, adaptada en numerosos países, en Argentina se la conoció como En terapia-, toma las ideas centrales de la original pero con una lavada de cara más contemporánea en torno a los vínculos, la religión, el sexo y los roles de género. En cinco capítulos, somos testigos de un matrimonio de diez años y una hija que se viene abajo, donde la mayoría de las escenas se basan en Jessica Chastain y Oscar Isaac -ambos excelentes- hablando en interiores. Una puesta minimalista que en verdad encierra un mundo extremadamente íntimo de emociones y situaciones que cualquier pareja duradera puede identificar. No era una tarea fácil esta adaptación: en tiempos donde se prioriza la sobreestimulación cinemática, Levi supo seguir los pasos de Bergman apoyándose solo en el guion y las actuaciones para lograr algo parecido a una obra de arte.
6. It’s a Sin
HBO Max
Russell T. Davies, además de ser uno de los guionistas televisivos más sobresalientes de su generación, hace más de 20 años viene dándole voz a la comunidad gay desde aquel programa fundacional para su genuina representación como fue Queer as Folk (1999). Así que escribir una miniserie sobre la crisis del HIV en la Londres de los ochenta y rendir tributo a su propia experiencia era una cuota pendiente. Davies nunca falla y por eso It’s a Sin tiene todo que lo tiene que tener una obra de su autoría: personajes de los que te querés hacer amigo, desde el protagonista hasta el más secundario, escenas que van de la risa histérica a la emoción lacrimógena, una banda de sonido hermosa -sí, el nombre es por la canción de Pet Shop Boys– y un guion con una gran lucidez y sensibilidad en torno a conflictos sociales. Ritchie (Olly Alexander), Roscoe (Omari Douglas) y Colin (Callum Scott Howells) llegan a Londres para estudiar pero sobre todo para zafarse de las ataduras de sus pueblitos y explorar a pleno su sexualidad. Una fiesta desbocada que se transforma en una pesadilla de discriminaciones y negligencia por parte del Estado. Desde el principio se sabe que varios de la pandilla no sobrevivirán y eso es terrible, pero Davies nunca deja de tratar a sus personajes con mucho amor y cuidado.
5. The Underground Railroad
Amazon Prime Video
The Underground Railroad primero fue una aclamada novela escrita por Colson Whitehead y publicada en 2016. Allí, el escritor aplicaba un revisionismo histórico con toques de fantasía del periodo pre guerra civil estadounidense, llevando a la literalidad la metáfora del “ferrocarril subterráneo”, nombre que se le dio a una red de abolicionistas que ayudaba a los esclavos negros a escapar a través de rutas secretas. Unos años después, el oscarizado director Barry Jenkins (Moonlight, 2016) le pone imágenes a este tren imaginado e inmerso en un contexto tan real como brutal en diez episodios que son un soberbio ejercicio de cinematografía. Cora (Thuso Mbedu) sigue los pasos de su fugitiva madre y logra escapar de una plantación en Georgia en una huida interminable hacia el norte, con su cruel amo (Joel Edgerton) pisándole los talones. Así, va atravesando varios estados con la desesperación de saber que en realidad no hay un lugar seguro para las personas como ella en ese país. Con un gran despliegue de producción -no hay un cuadro que no sea bello aun mostrando lo inhumano-, The Underground Railroad sigue el derrotero de Cora y, sin caer en golpes bajos, nos recuerda la inconcebible crueldad de un pasado no tan lejano.
4. Succession
HBO Max
El final de la segunda temporada de Succession dejó todo listo para que terminara de explotar toda la inmundicia de la que el ser humano es capaz entre los Roy, familia de alta alcurnia propietaria de un gran conglomerado multimediático radicado en la ciudad de Nueva York. Si hasta acá los juegos de poder para quedarse con la torta entre papá Logan (Brian Cox) y sus hijos -Roman (Kieran Culkin), Shiv (Sarah Snook), Connor (Alan Ruck) y sobre todo el inestable Kendall (Jeremy Strong)- dieron que hablar por el nivel inconcebible de maldad, cinismo y manipulación, eso no es nada comparado a lo que se viene en esta nueva tanda de episodios. Las virtudes de Succession entonces se mantienen pero reforzadas: grandes actuaciones, diálogos maliciosos, muchísima tensión y humor negro. Además, se incorporan grandes nombres como Justin Kirk, Alexander Skarsgård y Adrien Brody para terminar de darle forma a un elenco de primera. Para disfrutar, no sin una cuota de morbo, agradeciendo no ser parte de una familia así de despiadada.
3. Katla
Netflix
Como todo lo que los nórdicos producen se convierte en oro -¿no hace nada mal esta gente?-, la primera serie islandesa para Netflix no podía ser menos que un tesoro. Creada por Baltasar Kormákur -también responsable de Trapped (2018), la otra serie islandesa disponible en la plataforma- Katla es un thriller con elementos de terror psicológico y ciencia ficción que involucra un volcán en erupción permanente en un paisaje de por sí inhóspito y un pueblito semi abandonado y desolado por esta situación. Todo empeora aún más cuando empiezan a aparecer de la nada personas desnudas y al borde de la hipotermia que no son del todo extrañas para la comunidad. ¿Son muertos vivos? ¿Son clones? Con cada aparición que rompe una posible teoría, la intriga crece y se sostiene hasta un final sorprendente por su originalidad y profundidad para tocar temas como la pérdida en todas sus formas: de personas, del deseo, de oportunidades. Katla es asfixiante por su ritmo narrativo y el entorno que retrata, tiene tramos muy oscuros y toca una fibra sensible que nos atraviesa a todxs. En otras palabras, Katla es una gran experiencia frente a la pantalla.
2. El juego del calamar
Netflix
Difícil que a esta altura alguien todavía no sepa de qué va esta serie surcoreana que arrasó con todo, convirtiéndose en la más vista en la historia de Netflix. Tal es su injerencia en la cultura pop -viralización de memes, merch de muñecos y accesorios, disfraces con los conjuntos rojos para festejar Halloween, simulación de los juegos en espacios públicos- que ni siquiera hace falta verla para tener una idea. El descomunal éxito de El juego del calamar fue una sorpresa pero es más que merecido. Porque esta trama que se centra en una competencia al estilo battle royale lo tiene todo: personajes bien definidos por los que alentar y sufrir, critica social de la dura situación de Corea del Sur, cliffhagers que no te dejan soltar la serie, intriga, humor negrísimo, violencia, sadismo y un nivel de tensión que no para de aumentar con cada capítulo. Es una genialidad cómo para la tercera prueba algo tan básico y hasta ridículo como es el juego de la soga pueda generar tanto dramatismo. Y que unos partidos a la bolita nos sacudan emocionalmente de esa forma. Ya se habla de una nueva temporada y aquí ya estamos esperando por una nueva dosis de morbo masoquista.
1. Maradona: Sueño bendito
Amazon Prime Video
Para narrar el mito de un hombre con status de Dios había que tirar toda la carne al asador con una superproducción internacional producida por Amazon Prime Video a estrenarse en 240 países. Para una vida épica e hiperbólica, era necesario destinar todos los recursos posibles. Y ahí están las numerosas locaciones entre Latinoamérica y Europa, un elenco enorme en todo sentido (abundan las excelentes caracterizaciones destacándose el Diego de Nazareno Casero y el Carlos Bilardo de Marcelo Mazzarello), una fotografía inmejorable y muy buen gusto y criterio en el uso de la banda sonora y el abundante material de archivo sobre la carrera de Diego, pero también sobre hechos históricos de la Argentina.
Porque lo mejor de todo es que Maradona: Sueño bendito no es solo Villa Fiorito, Argentinos Juniors, Boca, el Napoli, el Mundial de México 86, las drogas y las mentiras a Claudia. Es también la muerte de Perón, el horror de la dictadura y la Guerra de Malvinas, Las Madres de Plaza de Mayo siendo reprimidas mientras Videla le da la mano a Diego en La Casa Rosada después de salir campeón con la selección juvenil. Porque contar la historia de Maradona es contar la historia de un país. Es la única forma de entenderlo, a él y al amor eterno que se le tiene. Y a su vez, Maradona encarnó el gen argentino y la lucha de clases como nadie. Por suerte, los creadores fueron conscientes de eso y, con un claro compromiso social, se hicieron cargo de pintar un panorama general de la convulsionada Argentina de los setenta y ochenta. No hay lugar para tibiezas porque esta es la serie que Diego se merecía.