En tiempos inciertos y difíciles, la música siempre estará para acompañarnos. Un disco puede ser un refugio, un universo con sus propias reglas en donde podemos escaparnos y encontrar una forma diferente de ver las mismas cosas de siempre. Pero también puede ser sentirse como un baldazo frío de realidad, una chispa para encender discusiones acerca de temas que se sienten tan actuales y personales como eternas y universales.
Como es costumbre cada vez que nos acercamos al final de un nuevo año, el equipo de Indie Hoy se tomó un momento para revistar la música que estuvo con nosotros durante los últimos doce meses. Sintetizar en 50 discos un año lleno de tanta música nueva como lo fue el 2023 no es una tarea sencilla: tuvimos el regreso de grandes nombres del rock y pop, nos sorprendimos con los debuts de artistas que apuestan a la autogestión, y vivimos la consagración de una escena nacional cada vez más fuerte.
Mucho más que una selección, estos 50 álbumes capturan la esencia de un año que difícilmente podremos olvidar.
50. The Rolling Stones – Hackney Diamonds
Geffen
La última vez que The Rolling Stones habían publicado nuevas canciones -más allá de un puñado de singles- había sido en 2005 con A Bigger Bang. Pero esta no es la única sorpresa de Hackney Diamonds, un álbum plagado de invitados estrellas y el primero de la banda luego de la muerte de su baterista Charlie Watts, quien solo pudo grabar dos canciones. La tajada inicial al corazón, como lo muestra su tapa, la dan con “Angry”, canción de desamor con una batería potente y una melodía furiosa. A lo largo del que posiblemente sea su disco final, los Stones recorren sus más de 60 años de trayectoria y pasan por todas las emociones. No es casualidad que hayan elegido cerrarlo con la píldora musical que sentó las bases para su larga y legendaria carrera: el “Rolling Stone Blues”, aquel clásico blues con armónica de Muddy Waters, al cual deben su nombre. – Nahuel Guastapaglia
49. Camionero – Todo lo sólido se desvanece en el aire
Independiente
La misma fórmula que Camionero encontró en su disco anterior, con alteraciones en algunos de sus elementos, volvió a funcionar en Todo lo sólido se desvanece en el aire: siete canciones de latencia hard rock prepotente, una verborragia compositiva y un reloj que pareciera favorecerlos ante la falta de tiempo. El dúo de la Zona Norte del Conurbano se atreve a jugar en territorio foráneo manipulando melodías que coquetean con el pop -como construcción cultural y no tanto por el género-, pero transpiran energía rockera, asumiendo el riesgo de llevar al escenario una bola de sonido que jamás va a revelar que son simplemente dos. El resultado es un álbum enérgico y ambicioso, pero siempre bordeando las asfixiantes orillas del rock. – Hernán Etcheverría
48. The Waeve – The Waeve
Transgressive
No todo lo que brilla es Blur en la vida actual de Graham Coxon. Incluso en el apogeo del revival britpop, que tuvo su punto álgido con el reciente lanzamiento de The Ballad of Darren, el emblemático guitarrista nos sorprendió mucho antes con una de esas joyas extrañas que sin duda quedarán en la historia como un objeto de culto. Al comenzar este 2023, Graham inauguró un proyecto paralelo junto a Rose Elinor Dougall, exvocalista de The Pipettes. El resultado: dos estrellas brillantes de la música inglesa que gravitan alrededor de una misma estela llamada The Waeve. Cada canción de su disco debut ofrece historias sofocantes y expresionistas, teñidas de esperanza y naturaleza, para dejar una profunda huella en el alma del oyente. – Juampa Barbero
47. Odd Mami – Ultra
Bohemian Groove
Demostrando que la intimidad y la opulencia no son mutuamente excluyentes, Odd Mami fusiona una voz dulce y guitarras pesadas en un trabajo de estudio que ella definió como “pop pesado”. Sus cinco canciones se proyectan a través de un aura visceral y vulnerable, con un desarrollo narrativo sobre la pérdida, sobre hegemonías ya caducas, y sobre el carácter fatídico del deseo. En esta dualidad de voces pegadizas y letras abatidas, Ultra es el epítome del punto de vista de quien está sin participar y mira el mundo a través de un vidrio. Una y otra vez, el álbum cristaliza el momento en el que aquello que codiciamos parece al alcance de la mano y a una distancia insalvable a la vez, enrareciendo y demostrando lo inaceptable de lo cotidiano. – Delfina Montagna
46. Bestia Bebé – Vamos a destruir
Primavera Labels / Laptra
Vamos a destruir es el quinto disco de la banda oriunda del barrio porteño de Boedo, un trabajo destinado a destruir todo lo que hay para mezclarlo con el barro y agua del mar. Con un sonido más amable y una aparente estética costera, Bestia Bebé dialoga con la melancolía y la soledad al compás del rock más refinado que se puede encontrar en la generación Laptra. En el centro del disco está “El rock and roll pasó de moda”, que más allá de ser una declaración acerca de los tiempos actuales de la industria musical, relata la fundación del grupo, que aún se mantiene con vida y carga con más de 10 años de trayectoria sin señales de tirar la toalla. – Gerónimo Pose
45. LvRod :: Cruz – Caudal
Independiente
Una fuerte ambición de experimentar y aventurarse a cruzar límites atraviesa Caudal, el primer disco del dúo formado por la cantautora Lucía Rodríguez y el productor Ignacio Cruz. Sus diez canciones crean un paisaje sonoro profundo entre lo moderno y lo ancestral sin punto medio, un collage de beats minimalistas, samples vocales y texturas plagadas de pequeños detalles ASMR que la dupla acumuló a lo largo de viajes y meses de encierro. Sin embargo, una brillante sensibilidad prima sobre esta experimentación, puesta al servicio de canciones despojadas y emotivas con una fuerza poética expansiva. Alejada del funk de su banda Crewrod –Caudal es un disco anti groove-, la voz de LvRod se posa siempre al borde del susurro para cantar sobre el deseo, la memoria y la soledad, tópicos que podrían sentirse como “grandes temas” pero que encuentran un arraigo personal en su sollozo. En una época de extremos e inmediatez, apostar por lo sutil e incierto no es poco. – Eric Olsen
44. Simona – Esfera de amor
Yuukii Music
Simona brilla en su universo pop irreverente, un santuario escapista saturado de hedonismo y amor propio. Su imaginario musical es una fuga a un bosque de fantasía, creando una burbuja íntima que celebra la amistad, liberación y comprensión. Esfera de amor no solo es un testimonio de la música que trasciende géneros y estilos, sino también una exaltación de la autenticidad y diversidad emocional. La talentosa cantante mendocina establecida en Barcelona explora texturas sonoras electrónicas, desde el house hasta el drum and bass, fusionadas estas influencias con la suavidad del R&B, reggaetón y pop, resultando un álbum dinámico y ecléctico. Un collage de sensaciones frescas que invita a bailar sin remordimientos, en perfecta armonía con nuestras propias contradicciones. – Ariadna Sofía Jara
43. La Paloma – Todavía no
La Castanya
Es difícil escuchar a La Paloma y no sentirse interpelado por su sonido. En él conviven pulsos familiares, destellos nostálgicos de las primeras épocas de bandas como Las Ligas Menores o El Mató a un Policía Motorizado. Igual, el vínculo es anecdótico: a éstas las separa un océano y algunos años de por medio. A diferencia de las últimas dos, La Paloma nació en Tetuán, el corazón madrileño, justo antes de que el covid parara el mundo a principios de 2020. Su álbum debut se cimenta bajo la solidez de su sección rítmica y en la policromía que aportan cada uno de los miembros del grupo. Todas las canciones de Todavía no manifiestan como lecturas sinceras de un mundo hostil pero hermoso, con las dosis justas de escepticismo y desencanto millennial. Aunque el LP fluye vehemente a lo lo largo de sus once canciones, la obra encuentra el espacio para tomar un respiro y plantear reflexiones cáusticas. Aunque los españoles insistan que “todavía no”, este es su momento y lo están aprovechando. – Lucas Santomero
42. Fermín – Todo sobre la nada
Yuukii Music
Todo sobre la nada devela la nueva metamorfosis de Fermín Ugarte. En su segundo álbum, el artista nacido en Chascomús hace eco de su deconstrucción estética para crear un collage pop que toma elementos del funk brasileño, el trap y el reggaetón, sin perder la estela de música electrónica que refulgió en su EP Mañana es peor (2022). A lo largo de estos ocho tracks, el también productor y DJ nos demuestra que la música es tanto un canal para transmitir sentimientos intensos, como un juego divertido y necesario en pos de encontrar el estribillo perfecto. Entre melodías luminosas, versos magnéticos y destellos experimentales, el sucesor de Orden y progreso (2021) da cuenta de un artista que no le importa seguir manuales. Así lo escuchamos orbitar las auras de Dillom y Six Sex en colaboraciones desafiantes, o fluir sobre beats surrealistas que hacen de las penas una pista de baile brillante. Fermín nos lleva a su propio paraíso donde siempre es primavera. – Juampa Barbero
41. King Krule – Space Heavy
Matador / XL
A pesar de haber dialogado con la esperanza y la luminosidad, y tratar al odio y la angustia como pasajeras olvidadas y desinteresadas, Archy Marshall decidió retomar aquellos temas que tanto lo alentaron a crear grandes composiciones cargadas de poesía surrealista que remiten al poeta W. H. Auden. Space Heavy amalgama la visión del artista británico, y esta parece estar en constante conflicto, luchando contra la oscuridad a pesar de que la luz se empecine en entrar por la ventana. Es un disco endogámico que bien parece estar inspirado en el estilo de King Krule y sus anteriores proyectos. Un lugar diseñado para perderse, para sentir la desconexión y la atmósfera como un rudimentario artefacto endeble que intenta atrapar las cosas que inevitablemente se le escapan de las manos, temerosas y lastimadas como su voz. – Gerónimo Pose
40. Kali Uchis – Red Moon in Venus
Geffen
Según la astrología, tanto la luna como venus están profundamente relacionados con la poderosa energía de lo femenino. Más aún, las “lunas rojas” son lunas llenas que implican un clímax emocional, que sacan a la luz los anhelos más profundos de nuestra mente subconsciente. En su tercer disco de estudio titulado Red Moon in Venus, Karly Marina Loaiza se inspira en algunos de esos conceptos esotéricos para entregar una obra musical que defiende a capa y espada las utopías románticas y las relaciones significativas en la época del ghosting y las situationships. El resultado es un álbum con un mensaje de poder femenino contundente que lleva al siguiente nivel el R&B con tintes de reggaetón y bedroom pop que ha propuesto Kali Uchis desde sus primeras canciones y la consagra como una estrella con brillo propio, quizás una de las mayores referentes del talento latinoamericano a nivel global. – Laura Camargo
39. Marina Fages – El mundo pequeño
Gonna Go! Records
En Mi mundo pequeño, Marina Fages abre el juego (su propio juego) y amplía el campo sonoro de batalla (su propio y único campo de batalla). Hay rock, sonidos orientales, pop, guitarras distorsionadas, voces podridas y voces dulces y líricas de afirmación metafísica, aunque también las hay juguetonas como “Más vino”. Y a veces, hay que decirlo, todo junto en la misma canción. Extrañamente, o no, funciona siempre. Por eso es uno de los discos del año: Fages muestra una ambición artística que se conquista dándole al formato disco lo que uno siempre busca cuando de play: encontrar una experiencia fuera de lo habitual. Mi mundo pequeño es una invitación a viajar con la mente y el cuerpo en un territorio inclusivo. ¿La mejor canción? Quizás “Mi casa en llamas”, porque dice: “No soy mi dolor aunque todo falle”. Fages se reinventa. Ganan todos. – Walter Lezcano
38. Broke Carrey – Buenos Aires Motel
Bohemian Groove
De ver la luz por la ventana a ahogarse en la bañera, de brillar en el espejo a vomitar en el basurero, de saltar desde la terraza al sótano de su alma, Broke Carrey hace un recorrido emocional en su primer disco, Buenos Aires Motel. Autobiográfico por momentos, delirante y figurativo también, el integrante de la Rip Gang logra excitar y conmover por igual en cuestión de parpadeos. Se trata de un álbum desbordado de pulsaciones y recovecos existenciales conjugado con ansias experimentales de desbordar géneros populares con un dejo de capricho, otro de nostalgia y, por sobre todo, de una ilusión corrompida pero erguida al pie del cañón. En su obra debut, el artista argentino garabatea su Buenos Aires querido, tan lejos y tan cerca de lo que creemos, en el marco de una desdichada fiesta ardiendo hasta el amanecer. – Juampa Barbero
37. Slowdive – Everything is Alive
Dead Oceans
Tomarse un tiempo puede salvar vidas. Hay un viejo adagio que reza que no hay mejor médico que el tiempo, que este lo cura todo. Ese fue el caso de Slowdive, una banda que tuvo que separarse, madurar y reinventarse para volver más formidable que nunca. Tras el regreso triunfal que significó su disco homónimo de 2017, el icónico grupo de shoegaze volvió a sorprender con Everything is Alive, un potente álbum de estudio producido por la misma banda e inspirado en los tiempos adversos que vivieron durante la época de aislamiento. Sin embargo, el disco mantiene una mirada positiva sobre el presente, como un testamento de que la esperanza siempre se abre paso ante las situaciones más hostiles y desafiantes. – Lucas Santomero
36. Manza – Inventario
Fuego Amigo Discos
Parece difícil creer que Inventario es el primer disco solista de Manza -aka Mariano Esain-, un artista sumamente reconocido y un nombre más que familiar para cualquier amante de la música alternativa argentina. Luego de su aporte destacado al frente de Menos que Cero, Flopa Manza Minimal y Valle de Muñecas, y como productor de casi 200 discos de la escena independiente, Manza debuta en solitario con este álbum en el que conjuga las melodías pop de su camino cancionero con las texturas sonoras del shoegaze, ambient y dreampop, mientras su reconocible y cándida voz entona versos sobre un amor que terminó. Este es un disco cercano, íntimo, para escuchar con auriculares y dejarse llevar por los caminos del recuerdo guiados por una melancolía dulce sin tristeza. Capas de sonido que abrazan y transportan, una búsqueda para celebrar, y la confirmación de que en Manza hay un artista sin final. – Claudio Kobelt
35. Miranda! – Hotel Miranda!
Sony Music
¿Quién nos iba a decir que hace poco más de dos décadas, cuando cantábamos “Dame solamente una chance”, esta banda de la que no sabíamos ni el nombre estaba creando lo que se convertiría en el imperio del pop más chicloso y meloso? Porque desde que nos envolvieron al son de “Bailarina“, Ale Sergi y Juliana Gattas nos han hecho saltar y llorar casi al mismo tiempo. Y este año se encargaron de que también sigamos cantando. Hotel Miranda! es un disco que reversiona once de sus éxitos acompañados con las voces de estrellas pop como Lali, Cristian Castro y María Becerra. “Nos sentimos afortunados de contar con tanto talento a favor nuestro. Y de alguna manera sentimos que este es un homenaje que nos hacemos a nosotros mismos”, dice Sergi, demostrándonos cómo, después de veinte años, la magia de este dúo sigue intacta. Y claro, si es Miranda!, mi amor. – Magy Meyerhoff
34. Olivia Rodrigo – Guts
Geffen
Cuando Olivia Rodrigo se sentía incapaz de encarar el proceso creativo de su segundo disco, su ídolo Jack White le escribió una carta con el siguiente consejo: “Tu única responsabilidad es escribir canciones que te gustarían escuchar en la radio”. Rodrigo tomó nota y creó Guts, un disco que reúne influencias del punk rock de los 90 con una pátina pop que nos hacen bailar al son de la female rage que descarga la cantante. Guts es también una radiografía de lo gracioso e incómodo que es ser una adolescente enfrentando los dolores de crecer. En la canción de rock dosmilero, “Ballad of a Homeschooled Girl“, Rodrigo despotrica sobre sentirse una outsider: “Todo lo que hago es trágico/ Todos los chicos que me gustan son gays”. Entre otros momentos cumbres del disco encontramos el punk pop de “Bad Idea Right?“, en donde Rodrigo hace un raconto de una noche fatídica con un ex, y “Teenage dream“, una balada sobre las presiones que enfrenta la cantante al ser una joven estrella pop creciendo bajo el escrutinio público. – Chiara Pizzichini
33. Usted Señalemelo – Tripolar
Sony Music
Lejos de limitarse en ser solamente un disco, Tripolar se proyecta como el registro sonoro de los cinco años que transcurrieron desde el lanzamiento de II hasta el presente. El tercer disco del trío mendocino representa la culminación de una exploración sin precedentes, donde profundizan en su apertura a la música más allá de los géneros y las convenciones tradicionales. La familia, los viajes, la distancia, la ciudad y los cambios son temáticas que se abordan en cada una de las composiciones y representan la madurez creativa a la que han llegado en este momento de su vida. Usted Señalemelo invita a celebrar las luces y sombras, las fortalezas y debilidades y a encontrar la belleza en la complejidad de nuestra propia existencia. – Lucas Santomero
32. Lucía Tacchetti – Flaps
Costa Futura
En la portada de Flaps, Lucía Tacchetti mira desde el interior de un avión. Según ella misma explicó, “Inercia”, el tema que abre el disco, emula la sensación de estar en un avión y pegar el cuerpo al asiento al momento de despegar. Después de la pandemia, Tacchetti se volvió una habitué de los aeropuertos para llevar las canciones de Eleté por el mundo. En esas horas muertas entre migraciones y esperas, la oriunda de Bahía Blanca tomó la decisión de radicarse en Madrid, donde comenzó a trabajar en un nuevo álbum con otra impronta, en sintonía con lo que fue aprendiendo e incorporando a su sonido en los últimos tiempos. “El modo” fue el primer adelanto que dio a conocer, marcando el sonido que definiría el resto del repertorio: un vuelco a la electrónica analógica en una canción exuberante y oscura a la vez. Flaps es un cambio de piel para la artista argentina: huye de todo (“El modo”), sin querer volver a lo que era antes (“A.D.T.”). En Flaps, el viaje es el destino. – Rodrigo Piedra
31. El Club Audiovisual – El Club Audiovisual
Casa del Puente
Desde sus inicios, el nombre de la banda El Club Audiovisual carecía de un significado concreto para sus integrantes, pero con el tiempo adquirió profundidad y sentido. La clave fue encontrar un vínculo entre los tres singles adelanto del disco, que abarcaban diferentes épocas y estilos musicales: el furor por los años 60, la nostalgia de los 90, y el Y2K dosmilero. Al principio, este espacio imaginario cobró la forma de videoclub con reminiscencias de un local de Blockbuster, pero la narrativa evolucionó en algo más parecido a un taller de reparación de televisores atrapado en otra dimensión. Los envolvía la idea de mantener viva la llama de lo retro en el mundo moderno, detenidos en el tiempo y enfundados en mamelucos azules que simbolizaban su compromiso con la música y la experimentación. Así, la banda comenzó a pulir las sensaciones dentro de su torbellino sonoro de distorsión y pedales de efectos. Dejando atrás las fórmulas del shoegaze y el dream pop de sus comienzos, El Club Audiovisual terminó de dar forma a su “pop sónico” en un disco tan heterogéneo como auténtico. – Delfina Montagna
30. Shame – Food for Worms
Dead Oceans
Hasta febrero de 2023, Shame tuvo acostumbrado a su público a un determinado sonido al cual la banda parecía serle muy fiel. Por el contrario, en Food For Worms barajaron, dieron de nuevo y apostaron a nuevas posibilidades sonoras y estéticas. La banda oriunda del sur de Londres cortó sus lazos con el post punk que tanto los identificaba y optó por transitar novedosos caminos junto a sus más recientes composiciones. En un disco mucho más introspectivo y donde reinan los matices, aunque sin dejar de lado la potente energía que siempre los caracterizó, podemos notar la madurez artística y también humana del conjunto inglés. Lejos de encasillarse, Shame -bajo la producción del prestigioso Flood- amplió sus horizontes musicales y poéticos haciendo de Food For Worms una oda a la progresión y a la evolución. – Juan Alonso
29. Varese – Uno
Independiente
Sin resetear el relato, Uno nos asegura que todo lo que supimos hasta el momento de Varese era tan solo el preludio. Inspirados en el tango de Enrique Santos Discépolo, el dúo originario de Mar del Plata y radicado en Buenos Aires ofrece una elegía a lo largo de nueve tracks que oscilan de manera pendular entre momentos de frenesí e introspección. La nocturnidad impregna cada rincón, mientras fluye desde el techno agresivo con pinceladas rockeras hasta momentos downtempo y ácidos que refractan sonoridades dubstep. Con reminiscencias kraut, Varese codifica una ensoñación cyberpunk donde la verdad es distorsionada por los medios de comunicación, lo esencial se diluye en algoritmos y el éxtasis en un espejismo virtual. Ante la desesperanza, paranoia y melancolía que sofoca nuestros tiempos ardientes, Uno ahonda en la importancia de conectarse con el otro, de apostar a lo colectivo y de poner el cuerpo en movimiento contra todos los males de este mundo cruel. – Juampa Barbero
28. Fransia – Vida real
Costa Futuro
El tercer álbum de Fransia demuestra la evolución conceptual y compositiva del proyecto musical liderado por Francisca Quintana. Vida real atraviesa synth pop y el eurodisco de comienzos de los años 80, cuando el mundo tomaba a la modernidad y al baile como una forma de expresión no solo corporal sino también reflexiva. Revelarse a través del baile es una tarea compleja ya que es uno de los pocos momentos en los cuales la mente armoniza con el cuerpo. Con canciones como “Xtasis”, “Vitamina” y el tema que titula el disco, Fransia da cuenta de cómo se puede ser moderno indagando en lo mejor del pasado para aggiornarlo al contexto actual. – Bernardo Diman Menendez
27. Sakatumba – Puro teatro
Independiente
Puro teatro es el audaz debut de Sakatumba, una de los pilares de la escena porteña gracias a su fusión de estilos y estética dramatúrgica. El álbum atrapa desde la primera escucha con “Basta ya!“, donde una nebulosa rítmica eleva la poderosa voz de Renata Bade, creando un ambiente fantasmagórico. “Corazón” nos adentra en una despedida íntima y melancólica, mientras que “Me estoy olvidando de vos” nos regala una dosis de alegría vibrante, al estilo de un cántico popular contagioso. “Chika gótika” y “Trepan los esclavos” son opuestos complementarios que abrazan al oyente con una energía arrebatada y una intensidad desgarradora. En el epílogo, “No te vuelvas a sentir mal” y “Ropa equivocada” envuelven todo en oscuridad, pero con destellos de luz, mostrando su destreza para encontrar pequeños rayos de esperanza en la penumbra. Bronca y alegría entrelazadas, odio y amor en perfecto equilibrio. – Juampa Barbero
26. Sofia Kourtesis – Madres
Ninja Tune
En su LP debut, la productora peruana afincada en Berlín utiliza los fundamentos de la música house para crear una obra profundamente personal. Madres es un disco donde el itinerario biográfico confluye con la historia más reciente de su país de origen y con los rasgos más distintivos de la música de club europea. Conocedora del poder de reunión que la música house tiene en la pista de baile, Sofía Kourtesis se vale de esta misma fuerza para entrelazar pedazos de su vida –la muerte de su padre, la enfermedad y recuperación de su madre, el cirujano que le salvó la vida, su condición de migrante y su nostalgia por el hogar– con marcas sonoras provenientes del Perú y América Latina –ritmos afroperuanos, grabaciones de campo de pueblos indígenas, cánticos en una marcha anti-homofóbica realizada en Lima– así como con ritmos, melodías y timbres de la más vibrantes tendencias de la música house actual. – Francisco Melgar Wong
25. Nina Suárez – Algo para decirte
Discos Laptra
Nina Suárez -hija de Rosario Bléfari y Fabio Suárez– irrumpió en el panorama nacional con un conmovedor álbum debut. Publicado por el emblemático sello platense Laptra, Algo para decirte es una expresión auténtica de deseos e incertidumbres, una carta abierta que busca resonar en lo más profundo del corazón. A través de siete canciones, la artista nos lleva de una “Corrida al arco“, desde los paisajes de “Quequén” hasta los destellos de “Drescher“, puliendo la nostalgia de una “Ciudad” crepuscular. Cada tema es una postal única que invita a explorar la vastedad de la experiencia humana con un revelador intimismo, como si contempláramos el mundo a través de unos enigmáticos “Chinos ojos rojos“. Como en una “Batalla naval” que nos invita a naufragar en una marea de emociones insurrectas, Suárez logra cristalizar la belleza oculta en instantáneas pasajeras de la vida cotidiana. – Juampa Barbero
24. Sufjan Stevens – Javelin
Asthmatic Kitty
¿La vida y la muerte son dicotomías o son una? El dolor y el placer, la tristeza y la felicidad no se pueden desligar… así como nosotros nunca dejamos de ser luz y sombra al mismo tiempo. Javelin de Sufjan Stevens quedará atrapado en sus sonidos y letras como el recuerdo de lo que fuimos, somos y seremos cuando no estemos. Escrito de manera autobiográfica para capturar este momento en el que perdió todo, su salud y su amor, para recordarnos en este instante que estamos aquí para disfrutar de cada latido, silencio y segundo junto a las personas que tanto amamos porque no sabemos qué va a pasar mañana. – Adriana González Olivo
23. Paramore – This Is Why
Atlantic
Si en After Laughter (2017) los integrantes de Paramore se habían visto influenciados por distintas variantes pop, This is Why los encuentra yendo tras el new wave, el post punk y el revival neoyorkino de estos sonidos. Y es que Paramore es una banda en constante evolución. A sus 34 años, Hayley Williams detiene la mirada en sus miedos para enfrentar el mundo. Componer junto a sus compañeros terminó siendo una solución. Su voz, tan versátil como siempre, trae los nuevos matices de los discos solistas que publicó en la pandemia. La guitarra de Taylor York toma elementos del funk en “This is Why” y explora en la melancolía en “Big Man, Little Dignity”. Zac Farro es el acompañante ideal en la batería, dueño de un groove envidiable. Pero si hay una canción para describir el estado emocional y musical del grupo, esa es “Crave”. La introspección funciona de manera universal, un abrazo sincero para los fanáticos de siempre y también para los nuevos. – Gerónimo Kener
22. Stiffy – Stiffythoven
Independiente
Como representantes locales del hyperplugg -ese microgénero más psicodélico, chistoso y lo-fi de trap-, los Swaggerboyz son un fenómeno orgánico nacido en y para internet. Casi como una respuesta a las megas producciones, los estadios agotados y la seriedad autoimpuesta que abundan en el trap nacional actual, la música de Stiffy y su socio Agusfortnite2008 nos recuerda lo divertido y excitante que era el género en sus comienzos. Entre chistes sobre enamorar a las profes de secundaria y tags que anuncian la muerte de la música con el nacimiento de “la música 2.0”, Stiffythoven -el debut del rapero más joven del grupo- tiene todos los ingredientes necesarios para generar confusión, risa y fascinación al mismo tiempo. – Eric Olsen
21. Taichu – Rawr
Dale Play Records
El LP debut de Taichu se presenta como una playlist acalorada que rompe estereotipos y rebalsa de sensualidad, dembow y pop caótico. En Rawr hay un magnetismo que aparece de forma instantánea desde el minuto cero y se extiende por los trece temas que lo componen. Con un flow contagioso y un abanico de beats tan portentosos como adictivos, la artista de 22 años pasea por instrumentales que viran entre el neoperreo sucio, baladas de desamor lo-fi, hyperpop descontracturado, guiños a Moria Casán y retazos de rave ensordecedor. Dentro de toda esa entropía musical y conceptual, Taichu consolida una armonía de estilos que decanta finalmente en una obra disruptiva y deslumbrante. – Lucas Santomero
20. WRRN – ¿Qué se siente estar mejor?
Inerme Discos
En búsqueda de consolidar una identidad propia, había llegado el momento para Wrrn de pensar en un disco. Fue en agosto de este año que salió ¿Qué se siente estar mejor? a través de Inerme Discos, lo que fue un detalle no menor: el sello de Sebastián Saire, cantante de Mofa, publicó a bandas referentes del género y era la persona ideal para hacerse cargo del debut de Wrrn. Dentro del disco, “Sigo preguntando” engloba perfectamente las ideas del grupo. Está la melancolía inicial y la agresividad en los gritos y en la batería, que derivan en el ingrediente extra de la voz de Joaquín Murray de La Real Academia como invitado. “La muralla” es el tema instrumental que divide y lleva a la segunda parte que va hacia las experimentaciones que fueron plantando a lo largo de los años. Ahí está la densidad de “Este agujero” o el shoegaze que predomina en el final con “Calles calladas” y la emotiva “Para volver a casa” con Candela Gomez de invitada. “Que drene toda herida” es la última frase que se escucha, para dar lugar a una pared de guitarras que se deshacen hasta el pleno silencio. – Gerónimo Kener
19. Jessie Ware – That! Feels! Good!
Interscope
Cuando Jessie Ware publicó What’s Your Pleasure? en medio de la segunda ola del covid-19, se escuchó como la promesa de una inminente reunión bajo la bola de espejos. That! Feels Good!, con sus elegantes violines disco, insistentes pianos house y desvergonzadas arias eurodance, se escucha como la explosiva consolidación de esa promesa. Junto con las manos divinas de los productores James Ford y Stuart Price, la artista británica confecciona un vibrante mapa de la música bailable de nuestra era. La canción que abre y da título a la placa muestra a todos los involucrados en completo dominio de su arte: una poderosa base de funk robótico, arreglos de violines acentuados por una sección de trompetas, un coro de voces femeninas que –siguiendo la línea pautada por Norma Jean Wright y Alfa Anderson en sus días de gloria en Chic– susurra ingentes llamados al calor corporal. – Francisco Melgar Wong
18. Everything But the Girl – Fuse
Buzzin’ Fly
Fuse es todo menos un disco nostálgico. El regreso de Everything But the Girl no suena a algo que podría haber aparecido en los 90, durante el auge del dúo inglés. Los ritmos drum and bass no tienen un papel protagónico sino secundario, como un telón de fondo que alude a episodios de una temporada pasada. Los pulsos house no nos sitúan en medio de la pista de baile sino en un lugar de tránsito, como el rumor de una fiesta que llega hasta un estacionamiento vacío desde las puertas cerradas de una discoteca. Cada una de sus canciones cuentan una historia o, más bien, buscan continuar una historia que parecía haber terminado mucho tiempo atrás. El resultado es un disco donde el lenguaje del pasado es reinventado para expresar nuevos hábitos y costumbres. Ben Watt y Tracey Thorn buscan recordar quiénes fueron, no exactamente para volver a tiempos mejores, sino para construir un mejor presente. Sus viejas identidades, con sus siluetas y contornos desdibujados por la memoria, aparecen para indicar la ruta a seguir. – Francisco Melgar Wong
17. Dum Chica – Dum
Casa del Puente Discos
El álbum debut de Dum Chica es una experiencia destructiva que desafía los límites de la esquizofrenia sonora. Con una formación austeramente minimalista de bajo, batería y voz, el trío desata una brutalidad impactante. Los gritos endemoniados de Lucy invaden cada espacio, liberando una energía frenética y cortante como una navaja afilada, mientras se funde entre risas y furia para crear una esencia intoxicante. Los bajos se erigen como una muralla firme al igual que el cemento, marcando un pulso implacable. Las baterías son una fuerza demoledora, golpe tras golpe, arrasando todo a su paso. Las canciones de Dum Chica son crudas y narcóticas, sumergiendo al oyente en un vendaval de emociones ensordecedoras. En conclusión, Dum es un explosivo testimonio de la vertiginosidad desatada por la banda en vivo, dejando una marca imborrable en quienes se aventuran a adentrarse en su escucha. Un caramelo agridulce que te deja sin aliento y deseando mucho más. – Juampa Barbero
16. Lana Del Rey – Did You Know That There’s a Tunnel Under Ocean Blvd
Interscope
Lana Del Rey no falla. En la tierra de las palabras poéticas e inclementes, ella es la monarca. Erguida sobre su trono, mira a las multitudes acercarse a ella con admiración, tomando nota de cada detalle. Taylor Swift, Olivia Rodrigo, Billie Eilish, las mujeres más exitosas en la escena musical al día de hoy fácilmente podrían considerarse hermanas, puesto que tienen la misma madre. Si cada canción dentro de su último proyecto, Did You Know That There’s a Tunnel Under Ocean Blvd, fuera un dardo, el tablero quedaría polarizado justo al centro, en el espacio de más valor. – Julia Perata
15. Barbi Recanati – El final de las cosas
Goza Records
“Me gusta ver el final de las cosas llegar”, enuncia Barbi Recanati en “Lo que queda”, canción que esconde el título de su segundo disco solista. Si Ubicación en tiempo real supo definir el ánimo colectivo de 2020, El final de las cosas pone el pie en el acelerador del pesimismo y confirma que no salimos precisamente mejores. Un pesimismo brillante y por ocasiones bailable -los teclados de Lux Raptor siguen ahí-, con referencias al pasado y una persistente sensación de pérdida y de vínculos resquebrajados. Las canciones de Recanati se sienten como documentos íntimos: acompañados por una instrumentación cristalina, encuentran el equilibrio entre la rabia y la confesión para salir al mundo como un talismán para nuevos niños sensibles. – Rodrigo Piedra
14. Róisín Murphy – Hit Parade
Ninja Tune
Hit Parade, el flamante sexto disco solista de Róisín Murphy producido por DJ Koze, es una exploración y reinvención de la más representativa música de baile de nuestro tiempo. Aunque su sonido está basado en el R&B, el funk, el disco y el house, el álbum no es un mero repaso de estos géneros, sino una mutación de sus premisas estilísticas en pos de un disco de pop electrónico que se siente fresco y contemporáneo. En este contexto, el término “electrónico” puede llevar a equívocos. Si lo comparamos con su predecesor, el ultrarobótico Róisín Machine, Hit Parade suena orgánico y natural, como el ensayo de una banda que lleva años tocando en vivo. Y es que, a pesar de haber sido elaborado a distancia, en un intercambio de archivos digitales entre Róisín y Koze, los sonidos del álbum –sus baterías, sus líneas de bajo, sus rasgueos de guitarra– evocan la fluidez de una grabación en directo. Como en un inspirado ensayo, podemos escuchar cómo la base rítmica y las líneas melódicas responden intuitivamente a la estructura de las canciones, retrocediendo en sus estrofas, saltando hacia adelante en sus coros, cediéndole espacio a quien tenga que brillar. – Francisco Melgar Wong
13. Winona Riders – El sonido del éxtasis
Indie Folks
Ni siquiera habían lanzado su primer disco y ya estaban teloneando a The Brian Jonestown Massacre, uno de sus máximos referentes musicales. “La expresión más arrogante del momento”, así se autodefinen los Winona Riders, y no se trata de una mera pose para las redes. Basta con presenciar alguno de sus shows para comprobarlo. Esa mezcla de irreverencia y catarsis colectiva explica en buena parte el fenómeno, y lo vertiginoso de su crecimiento allá por la post pandemia, cuando irrumpieron en el underground con su combo adictivo de rock espacial, garage y psicodelia. Siguiendo el sendero que habían empezado a trazar con Esto es lo que obtenés cuando te cansás de lo que ya obtuviste, aquel debut urgente con el que inmortalizaron las canciones que venían tocando en vivo, El sonido del éxtasis vuelve a capturar con fidelidad ese trance brumoso y enérgico que caracteriza a sus shows, en once sólidos tracks que transpiran psicodelia, distorsión y trance instrumental. Al mismo tiempo, le da una vuelta de tuerca desde la producción a esa fórmula que supo conquistar al público adolescente (y no tanto) ávido de adrenalina y liturgia rockera, y que a esta altura también constituye la esencia de la banda. Grabado en los míticos Estudios Panda, este segundo álbum de estudio es otra muestra de por qué el sexteto del conurbano bonaeresense se erige como una de las propuestas más estimulantes y prometedoras de la escena actual. – Marina Cimerilli
12. La Piba Berreta – Un Dios nuevo
Independiente
El segundo disco solista de La Piba Berreta es un trabajo conceptual y caleidoscópico que indaga en el autoconocimiento y la amistad, rastreando la esencia mística de la música con una brillantez deslumbrante. A través de sus trece canciones, la cantante de Lxs Rusxs Hijxs de Putx nos invita a explorar diferentes estados de descubrimiento emocional y nos recuerda la importancia de escuchar nuestra intuición. Un Dios nuevo funde los límites del pop industrial, el dream pop, la rave y el garage, con el punk como influencia principal. Con colaboraciones de Sara Hebe, Anyi, K4, Odd Mami y Cartón Pintado, y un libro oracular que expande su búsqueda, Luludot Viento despliega su sensibilidad lírica en canciones cargadas de poesía nuclear, mientras se mete de lleno en un viaje de conexión espiritual. – Juampa Barbero
11. Dani Umpi – Guazatumba
Yolanda Discos / La Banda del V.I.P.
Cada obra de Dani Umpi se siente como una manifestación de su alter ego. Desde sus primeros pasos como cantante hasta la evolución presente, el artista uruguayo construyó un universo en constante transformación. Guazatumba, siendo su cuarto álbum, presenta una dualidad intrigante, con raíces que se hunden en lo orgánico y ramas que exploran lo tecnológico. Esta vez, la música es una entidad más acogedora, más cercana, sin perder la complejidad que lo hizo brillar. Detrás de este título enigmático se esconde un viaje ancestral meticulosamente diseñado. Atravesando giras, mudanzas y conexiones digitales, Umpi colaboró con el productor Dr. Taba para ofrecer un álbum íntimo y eléctrico. Este no es solo un conjunto de canciones: es un tapiz sonoro que revela capas más profundas de la identidad artística de Umpi. Al igual que un árbol de guazatumba al norte de Uruguay, sus letras y melodías actúan como desinfectantes para el alma, curando con la misma fuerza que desafía. – Juampa Barbero
10. Blur – The Ballad of Darren
Parlophone
Una profunda melancolía atraviesa The Ballad of Darren, cuyo título refiere a Smoggy, el querido seguridad que cuida y acompaña a Damon Albarn cada vez que sale de gira y cuya foto aparece en el interior del álbum. Un sentimiento que también se traspasa al plano sonoro, marcado por las baladas y los medios tiempos con arreglos cinematográficos y climas que no desentonarían en la última encarnación de Arctic Monkeys, pero tampoco en The Waeve, el hipnótico proyecto del guitarrista Graham Coxon junto a Rose Dougall. Atravesados por las tormentas personales de su mayor mente creativa y por el irrefrenable paso del tiempo, Blur elige lanzarse a nadar en aguas incómodas y desconocidas. El noveno disco de los británicos está lejos de intentar recrear el sonido de los tiempos de gloria del grupo y propone un nuevo recorrido por un neblinoso paisaje musical. – Diego Valente
09. Faraonika – Farsanta
Independiente
Bajo el título de Farsanta, el disco debut de Faraonika es uno de los trabajos más finos y experimentales del pop 2023. La producción de un artista con la imaginación de Coghlan eleva conceptualmente un trabajo en el que la protagonista despliega un estilo vocal que combina la sensualidad del reggaetón clásico, el frenetismo del techno, la dinámica del pop y el neo soul de los 2000s, y la agresividad del trap originario. Desde lo performático, Farsanta parece ser el módulo creativo ideal: cada una de sus canciones tiene una esencia que pide a gritos ser completada en el vivo con una puesta en escena que iguale las notables imágenes sonoras creadas por una dupla que, en el corto plazo, puede ser una de las grandes ganadoras de la escena nacional. – Rodrigo López
08. Yo La Tengo – This Stupid World
Matador
No hay sensación de apuro en Yo La Tengo. Desde su debut hace casi cuatro décadas, la banda de Nueva Jersey fue plasmando disco a disco su propio sentido del paso de los años, de cómo ocupar el tiempo y el espacio con música. Por eso la música de Yo La Tengo suena a limbo. El proceso detrás de This Stupid World lo ilustra: fue grabado y producido por ellos mismos -es la primera vez que no cuentan con un productor ajeno al grupo- de manera intermitente entre 2020 y 2022, antes, durante y después de la pandemia -en el medio sacaron el álbum We Have Amnesia Sometimes, de un talante más experimental, y el EP Sleepless Nights-. En This Stupid World -su mejor álbum desde Fade-, Georgia Hubley, Ira Kaplan y James McNew ponen sobre la mesa sus credenciales como institución del indie rock con canciones que abordan la ansiedad, la existencia y el paso del tiempo con ironía y noise. En tiempos violentos, Yo La Tengo es un ruido que abraza. – Rodrigo Piedra
07. El Mató a un Policía Motorizado – Súper terror
Laptra / Primavera Labels
En Súper terror, El Mató a un Policía Motorizado se aventura hacia horizontes sinuosos que expanden su lenguaje musical. Su esperado cuarto álbum refleja la conexión del pasado con el presente, mientras busca hacerse paso hacia un futuro inexplorado. Al transitar entre la luz y la oscuridad, un mundo de incertidumbre y cambios, la banda platense aborda temáticas ligadas al paso del tiempo, el destino y la búsqueda de nuevos comienzos. En ese camino, se encuentran con un universo desolado, pero también con un atisbo de esperanza. Cada canción de Súper terror oculta un secreto, una obsesión y un cuidadoso sonido que agrega una complejidad distintiva al sucesor de La síntesis O’Konor (2017). Con guitarras espaciales, sintetizadores envolventes y baterías electrónicas, el álbum despliega atmósferas densas y melodías épicas que abrazan con devoción lo desconocido. Entre auroras artificiales, laten emociones imperiosas e intrincadas, revelando la dualidad del alma y la belleza sutil inherente a la lobotomía sónica de sus entrañas. – Juampa Barbero
06. Nenagenix – Lo más cercano a caer
Bohemian Groove
Con una potencia avasallante y vibrante en partes iguales, el álbum debut de Nenagenix llegó como un bastión necesario en la nueva escena argentina. Con ocho canciones que flotan en un lecho indómito de distorsión, Lo más cercano a caer se manifiesta como un lugar de resistencia para los espíritus adolescentes capaces de ver la hermosura que yace en lo oscuro. La ira y la melancolía imprimen cada una de las composiciones del quinteto, reforzando una identidad honesta pero desgarradora. A través de arpegios punzantes y murmullos titilantes, cada canción desvela su propia narrativa entrelazando un collage de vivencias que conmueven y cautivan. – Lucas Santomero
05. Boygenius – The Record
Interscope
The Record se siente como una mixtape o un CD hecho por almas gemelas para capturar esas experiencias que unen a Lucy Dacus, Phoebe Bridgers y Julien Baker. Es el inicio de un camino en el que tres amigas, colaboradoras y amantes de la vida y del amor, pero con personalidades distintas, se seguirán uniendo para crear música mágica que transporta a otro lugar, a otro momento y a otra vida en la que los lamentos son lo que hace que el mundo sea tan caóticamente hermoso. Así las separe el universo en algún punto de sus vidas, quedará su unión en este proyecto. – Adriana González Olivo
04. Fonso – Día del trabajador
Indie Folks
En Día del trabajador, Lucas Difonzo abandona el collage de samples que caracterizó sus primeros discos para abrazar el legado del rock nacional más puro. A lo largo de sus diez canciones, el cantautor bonaerense juega con elementos del rock progresivo, el garage y el folk, toma influencias tanto de Andrés Calamaro y Charly García como de Television, Sparklehorse y Lou Reed, y las entrelaza con la potencia literaria de Lucio Mansilla, Witold Gombrowicz y Domingo Faustino Sarmiento. Fonso aborda el amor mientras critica la norma pop y advierte la decadencia humana en la vida urbana. Tan conmovedor como punzante, ofrece una oda poética e irónica al trabajo como fuente de dignidad. – Juampa Barbero
03. Caroline Polachek – Desire I Want To Turn Into You
Perpetual Novice
¿Por qué querríamos permanecer en esta realidad? En un mundo en el que las cosas pueden salir mal, tan mal que no sabemos cuál será el final de toda nuestra historia. Un mundo impredecible que nos abruma a cada minuto, del que podemos escapar con el llamado de sirena de Caroline Polachek. En Desire, I Want to Turn into You, la cantante estadounidense nos lleva a una isla de fantasías donde podemos ser quien queramos ser y no podemos escapar de nosotros mismos. Con su segundo disco, demuestra que tiene la cuota de imaginación y ambición necesaria para convertirse en una referente para el nuevo pop. – Adriana González Olivo
02. Alex Anwandter – El diablo en el cuerpo
5 AM
En su cuarto álbum, Alex Anwandter busca transformar la pista de baile en el centro del mundo. Como tantos otros dedicados a esta tarea –piénsese en Chic y sus exquisitas utopías disco, en Sylvester y sus himnos gay salpicados de brillantina, en Frankie Knuckles y sus anabolizantes remixes en pos de una noche interminable– el cantante y productor chileno no aspira solo a hacernos mover los pies con una arrebatada base rítmica, sino a convertir la discoteca en el lugar donde los conflictos se resuelven al compás de la música. Gracias a un pulso que metaboliza la mejor música bailable de las últimas décadas y una sucesión de letras donde nuestras penas son purificadas en la fiesta, El diablo en el cuerpo nos recuerda las razones por las que volvemos a la pista de baile: para reparar la expulsión de nuestros propios paraísos personales, para echar abajo las limitaciones impuestas por las convenciones sociales y, por último, para librarnos de las divisiones que sufrimos en el mundo. Al finalizar el álbum, cuando la fiesta ha terminado y la luz del sol reemplaza a la bola de espejos, volvemos a la calle sintiéndonos un poco más puros, un poco más plenos, un poco más nosotros mismos. – Francisco Melgar Wong
01. Mujer Cebra – Clase B
Sony Music
Con más adrenalina y más veneno, el segundo álbum de Mujer Cebra es un manifiesto visceral, una declaración de intenciones que busca transformar la escena local de rock alternativo. Conformado por once canciones que van desde la exaltación violenta hasta la perturbación anímica del inconsciente colectivo argentino, Clase B exhibe toda la energía, versatilidad y dinámica que caracteriza al power trío. Mujer Cebra sabe que el fuego es para quemar, sea por dentro o por fuera. “Si el mundo deja de girar, para algunos todo sigue igual”, vocifera con desazón en “Otoño imperdonable” el cantante y guitarrista Santiago Piedra, y condensa el sentimiento de abatimiento por parte de una generación postergada que encontró en las canciones del conjunto porteño el fermento ideal para exorcizar sus inseguridades. Esa misma generación que viste con orgullo sus camisetas y las transpira con fervor en cada una de sus presentaciones. Este monstruo mitológico muestra sus cicatrices sin prejuicios, entendiendo que del otro lado hay otros igual de rotos. Es por ese motivo que Clase B, además de ser una obra confesional sobre la ansiedad, las inquietudes que presenta la coyuntura actual y los matices de la fragilidad, representa también un espacio, no solo de identificación, sino de pertenencia.
La producción del disco -en manos de Estanislao López– fluctúa entre lo crepuscular y lo etéreo, para después rascar con efusividad lo terrenal. Las guitarras pueden explosionar o reposar en arpegios adormecedores, mientras que el trabajo de Patricio Seminara en batería y Gonzalo Muhape en bajo funciona en tándem como una maquinaria avasallante que enaltece un sonido simple, compacto, pero desgarrador. Cortando el aire con distorsión, la banda emprende una mutación sónica que atraviesa afilada los confines del dream pop, el shoegaze, el new grunge, el noise y el post punk. Su temperamento se manifiesta en los rugidos y susurros que arrastran consigo las dualidades de la vida moderna mediante un rayado blanco y negro intermitente. En este elegante caos, la soledad es un fantasma enfermo que amenaza con desaparecer tras ser expuesto.
Los nuevos miedos de la era postpandémica implicaron nuevos desafíos para la banda porteña. En medio de la turbulencia del presente, Clase B se convierte en el soundtrack de una generación que no teme enfrentar lo desconocido, pero que también sabe abrazar su propia vulnerabilidad allí donde termina el silencio. Entre la furia y la melancolía, Mujer Cebra encuentra el equilibrio adecuado para echar luz sobre la complejidad de estos tiempos ardientes. – Juampa Barbero y Lucas Santomero