10. Nick Cave and the Bad Seeds – Skeleton Tree
Bad Seed Ltd.
Nick Cave lo ha vuelto a hacer. Si en 2013 nos regaló un gran trabajo como Push the Sky Away, que resultó ser de lo mejor del año, este 2016 vuelve a tocar el olimpo de los más grandes con Skeleton Tree. Se trata de un disco de duelo, o al menos todo hace indicar que muchas de las canciones tienen que ver con la muerte de su hijo Arthur. Aunque lo cierto es que algunas de ellas ya estaban escritas cuando sucedió el trágico suceso. Nos encontramos así con “Jesus Alone“, pieza que abre el disco, que es la que más paralelismo tiene con Push the Sly Away en cuanto a sonoridad. Una pieza profética y dura, como casi todo el largo. Sonidos oscuros como los de “Rings of Saturn“, que nos ofrece a con un Cave casi hablado. “Girl in Amber” nos desgarra. Cave al piano y Warren Ellis al violín no dan tregua y consiguen conmovernos. “Anthrocene” nos vuelve a recordar el anterior disco, y “I Need You” nos desvela a un Cave desgarrado, tratando de despojarse de un dolor insoportable. Cuesta digerir el tema sin ponernos en su piel. La voz de la vocalista danesa Else Torp, convierte “Distant Sky” en música celestial. La guinda final a un álbum perfecto llega con la canción que le da nombre, “Skeleton Tree“, con un predominio de teclados envolventes que nos cautivan a la par que las letras nos ponen la piel de gallina. Siguiendo el paralelismo con Push the Sky Away, que vino acompañado de un maravilloso documental, 20,000 Days on Earth, Skeleton Tree fue presentado junto a One More Time With Feeling. En el film se nos presenta a un Cave tratando de encontrarse durante la producción del disco, sobrellevando un oscuro bache que quedará, como Skeleton Tree, para la posteridad. Un trabajo que ha ejercido de terapia compartida con su público. – Guiomar Fernández Rodríguez
09. The Radio Dept. – Running Out of Love
Labrador
En un desesperanzador contexto histórico global [inserte aquí la causa que más lo moviliza entre todas las disponibles], The Radio Dept. se armó de valor y produjo su obra más osada en términos de conciencia social y activismo político. Intervenir en un escenario desfavorable, con un elemento tan noble como líricas y espacios sonoros que engendran emociones, recuerda que posicionarse de un lado de la contingencia u otro depende de la intensidad con la que se responda al llamado del amor. Running Out of Love no es más que otra prueba de que cualquiera sea la elección, esta debe construirse con fervor todos los días. En un mundo donde es tan fácil naturalizar el desamor, la soledad y la falta, The Radio Dept. nos recuerda que el margen de acción para ceder o combatir esas imposiciones se encuentra dentro de cada uno. – Reseña completa – Agustina Checa
08. Anohni – Hopelessness
Secretly Canadian / Rough Trade
Hopelessness representa una metamorfosis que observó a su autora adoptar un nuevo nombre y un estilo musical diametralmente opuesto a todo lo precedente: la electrónica. Sintetizadores y beats sustituyeron al piano y las cuerdas, y el único instrumento que persistió fue la voz esplendorosa de la misma Anohni, inmediatamente reconocible por su rango increíble, sus inflexiones imbuidas de soul y su vibrato icónico. Esta transición sónica fue asistida por los productores Hudson Mohawke (colaborador de Kanye West) y Oneohtrix Point Never: el maximalismo festivo del escocés y la ornamentación experimental del norteamericano confluyen en perfecta simbiosis con las melodías de la pianista, culminando en un LP moderno y vanguardista que temáticamente ilustra la cosmovisión de la ganadora del Mercury Prize sobre asuntos de mayor urgencia. Ella inventó con Hopelessness el género de protesta electrónica, capitalizando sobre la accesibilidad de la discoteca como conducto mediante el cual vehicular e infiltrar su activismo yuxtapuesto. – Reseña completa – Bartolomé Armentano
07. DIIV – Is the Is Are
Captured Tracks
Las enormes expectativas que pesaban sobre Zachary Cole Smith y compañía tras el éxito de Oshin, definitivamente no fueron defraudadas con la presentación de su segundo álbum. Con esta producción, un dream pop enérgico y certero es presentado desde “Out Of Mind” y “Under The Sun“, para después transitar por el ambiente lisérgico y sugerente de “Bent (Roi’s Song)“; aunque uno de los mejores momentos del disco los ofrece “Dopamine“: una sublime oda yonki con un ímpetu envolvente. De ahí hasta “Waste Of Breath“, que cierra este compedio de canciones, los neoyorquinos exploran diversos matices -algunas veces más osados, otras más instrospectivos- de aquel estilo musical propio tan bien logrado; destilado del shoegaze, el grunge y una vida llena de excesos. – Laura Camargo
06. Riel – Sueño eléctrico
Cíncope Records / Buen Día Records / Casa del Puente
Sueño Eléctrico es un trabajo aptamente titulado, puesto que tanto musical como líricamente, funciona según una lógica decididamente onírica. No es únicamente un álbum atmosférico, que evidencia maestría para establecer climas y sostenerlos. A lo largo de diez canciones y poco más de treinta minutos, los Riel componen paisajes sónicos etéreos y cálidos, que con tanta frecuencia son capaces de derivar en una pesadilla, sea por exabruptos de distorsión o por letras punzantes. La poesía presente emana del flujo de consciencia impresionista de su autora, que describe paisajes nocturnos, vínculos complicados y noches insomnes. Hoy en día, el consumo musical está barnizado de cierto escepticismo en lo que concierne a las guitarras. Ante el agigantado avance de la electrónica y el pop, una formación guitarra-batería con tendencias analógicas como sucede con Riel (y como sucedió con los White Stripes durante su apogeo) es proclive a ser tildada de anticuada. Que no quepan dudas: lo de Mora y Germán no es romanticismo gastado. Al igual que bandas como Thee Oh Sees y Speedy Ortiz, ellos reanudan fórmulas conocidas sólo para actualizarlas, refrescarlas y hacerlas que suenen mejor hoy que cualquier producto noventoso de aquella época. Miran al pasado, pero lo llevan más hacia adelante que nunca. Que los Riel logren esto con semejante economía de recursos es digno de aplausos; y que sigan encontrando formas de sorprender con guitarras y baterías en general es un testamento fidedigno de su talento como artistas. – Reseña completa – Bartolomé Armentano
05. Frank Ocean – Blonde
Independiente
Blonde es gigante en sí mismo, y es por eso que se presta a complejas y ricas interpretaciones (una cualidad difícil de alcanzar contemporáneamente). Me gusta identificarlo como una exteriorización del Frank Ocean actual: un hombre intrincado acercándose a los treinta años de una vida rica y a su vez tumultuosa, que supo revelarse contra la heteronorma y el convencionalismo social cuando necesitó hacerlo y que continuamente inspira a jóvenes de todo el mundo aun trascendiendo la impronta racial inherente en sus canciones. Las intenciones, reflexiones, y los nostálgicos reclamos de Blonde no podrían conmover, movilizar o alcanzar ese nivel irreal de empatía sin la belleza de las composiciones que les dan forma. Tal como lo hizo líricamente, también es con dinamismo que se desenvuelven sus elecciones estéticas (frenesí y despecho separados en cuestión de minutos). La nueva producción de Ocean es un vaivén de emociones contrapuestas. Adoro la predominancia de la guitarra y los cambios de ritmo en el disco casi tanto como aquellas necesarias dosis de introspección y susurros. Blonde es fuerte compositivamente. Refleja la versatilidad de un artista que se presume importante en cada una de sus elecciones estéticas y con esa confianza se afirma de tal modo. La posibilidad de dejar los sentimientos a merced de Ocean, sus frescas guitarras y punzantes ritmos, y dejar que los lleve a dar una vuelta es el componente más adictivo del disco. – Reseña completa – Agustina Checa
04. Iggy Pop – Post Pop Depression
Loma Vista
Post Pop Depression no suena a nada de lo que el ex–Stooges haya hecho antes (y es mucho decir considerando que es poco común ver a una leyenda del género produciendo algo novedoso y auténtico). La principal virtud de este acontecimiento reside, claramente, en la sociedad tejida con el inquieto y prolífico Josh Homme (líder de Queens of The Stone Age), la cual garantiza que el sonido general del disco esquive las categorías a las que estamos acostumbrados a través de combinaciones exóticas que no desilusionan en ningún tramo del recorrido. Canciones como “Break Into Your Heart”, “Sunday”, “Vulture” y “Chocolate Drops“, con su amplitud de estilos, representan de manera cabal ese abanico de registros impredecibles que muestran a un Iggy Pop desprejuiciado y predispuesto a reinventarse a través de una interpretación libre de sí mismo (aunque sin caer en el excentricismo de otros trabajos previos, como supo ser el afrancesado Ápres). “Gardenia”, “American Valhalla”, “In the Lobby” y “German Days” confirman el potencial de la banda soporte que, además de Homme, cuenta con los aportes fundamentales del multi-instrumentista Dean Fertita (QOTSA, The Racounters, The Dead Weather) y Matt Helder (Arctic Monkeys) en batería. – Reseña completa – Calamar Xig
03. Leonard Cohen – You Want It Darker
Columbia / Sony
Sin duda 2016 será recordado como el año de las grandes despedidas en clave sonora de crónicas de muerte anunciada, donde en dos de los casos más icónicos, los discos fueron la herramienta perfecta para decir hasta acá hemos llegado, celebramos la vida (o no) y nos preparamos para el próximo nivel, nos vemos. A fines de octubre el mundo entero recibía la dicha de poder conocer nuevo material proveniente de ese planeta refinado, peligroso y casi instinto, el Mundo Cohen daba a luz a esa nueva criatura oscura de 36 minutos, You Want It Darker, que desde su primera canción dejaba en claro cuál era su verdadero legado. “Hineni, hineni / I’m ready, my lord” (aquí estoy, aquí estoy / estoy listo, mi señor) rompe el hielo la voz grave y única de Leonard Cohen desde el comienzo en la pieza que da nombre al disco y ya las cartas están echadas. Meses antes sus declaraciones habían puesto el tema sobre la mesa, la muerte de Marianne Ihlen, su musa (apenas conocida la noticia su “Marianne te seguiré muy pronto” estremeció el alma de todos) sumado a algunos lesiones físicas, adelantaban lo que algunos de los versos de You Want… convertían en poesía y que días después se confirmaría en hechos. Pero lejos de la oscuridad depresiva y desgarradora, el disco de estudio número 14 del canadiense, se trata de un paseo por el parque viendo el mundo arder, brillar y transformar desde la sincera reflexión poética de un tipo de 82 años con una vida digna (y necesaria) de estudio de cátedra universitaria. Producido por su hijo Adam Cohen (quien además participó desde la guitarra y composición), You Want It Darker es una obra final grandiosa e hipnótica, que pone de vuelta al gran Leonard y a su magia elevada en el epicentro de una nueva generación, como lo hiciera I’m Your Man en 1988, dotando a su retirada de hermosa, extraña e inmortal belleza. Una banda sonora perfecta, a la altura justa de semejante despedida. – Alejandro Hoffmann
02. Radiohead – A Moon Shaped Pool
XL
Íntimas, cálidas en su forma, autobiográficas (tanto para ellos como para nosotros), las canciones renovadas del disco se presentan como fragmentos de un discurso post-amoroso cuya clave se podría hallar en un acontecimiento preciso: la separación de Thom Yorke “después de 23 altamente creativos y felices años”. Emocionalmente exigente, A Moon Shaped Pool se resume sincero en su nostalgia y en su capacidad de motivar imágenes personales (sobre todo para los que estamos de este lado, presos también de nuestras silenciosas batallas), lo cual le otorga un aura imperecedera que lo vuelve susceptible a múltiples interpretaciones. Y si esta vez no te encontró porque estabas en otra, seguro va a ser cuestión de tiempo… Porque tiempo, perspectiva y soledad es lo que le sobran a estas once canciones peregrinas, que invitan a ponerse mal-pero-no-tanto, con un sentido de revancha que permita disfrutar del goce ambiguo de una derrota digna, digamos: el intento de tocar fondo para salir a flote, renovado. – Reseña completa – Calamar Xig