Tras un apoteósico primer fin de semana, el abanico de opciones del Primavera Sound continuó en la ciudad de Barcelona. En una misma semana, se celebraron el Primavera a la Ciutat, el Primavera Pro 2022 y el segundo fin de semana del festival, con artistas de talla de Dua Lipa, The Strokes, Phoenix y The Smile como headliners.
Beck, Interpol y Phoenix toman las salas de Barcelona
Del 5 al 8 de junio, diferentes salas de Barcelona se convirtieron en lugar de peregrinaje para los miles de abonados del Primavera Sound. 40 mil personas se repartieron entre Poble Espanyol, Upload, La Sala Apolo y La 2 de Apolo, La Textil, Laut, Paral·lel 62, Razzmatazz, Razzmatazz 2, Red 58, Sala Vol, Bóveda y Sidecar, con salas tan llenas como en los mejores tiempos prepandemia. Ya a primeras horas de la tarde se formaban, cada día, largas colas en sus entradas, incluso cuando los aforos ya estaban completos. No es de extrañar con nombres como Beck, Jorja Smith o Interpol. ¿Quién no querría verlos en una sala?
La mayoría de los artistas se presentaron también en el Parc del Fòrum, bien en el primer o segundo fin de semana, pero muchos otros actuaron exclusivamente en Primavera a la Ciutat. Fue el caso de Beak>, banda con componentes de Portishead que ya había actuado en el Primavera Sound de 2019, o Lost Girls, la banda de la noruega Jenny Vhal, quien pasó por el Parc del Fòrum con su proyecto solista durante el primer fin de semana. A su vez, brillaron Soccer96, cuya propuesta electrónica jazzística, casi por completo instrumental, hizo temblar las paredes de Apolo.
King Hannah fueron un caramelo a degustar en La 2 del Apolo. Esta joven banda, que bien podría ser un cruce entre Portishead y PJ Harvey, fueron la preparación ideal para la intensidad de Los Bitchos, que tocaban justo después sobre el mismo escenario. Esta última banda de chicas afincada en Londres está formada por una uruguaya (Agustina Ruíz), una inglesa (Nic Crawshaw), una australiana (Serra Petale) y una sueca (Josefine Jonsson); juntas trabajan una mezcla de estilos como el rock surfero, la cumbia y la psicodelia. Su entrega es máxima y convierten su show en una fiesta, como indica el nombre de su primer y único trabajo, Let the Festivities Begin!, producido nada menos que por Alex Kapranos de Franz Ferdinand. La guitarra de Petale parecía una extensión de su cuerpo, ella llevaba la batuta y transmitía su ímpetu a sus compañeras.
Dominique Jackson y John Waters, invitados de lujo en el Primavera Pro 2022
De forma paralela al Primavera Sound, se desarrolló Primavera Pro 2022. Del 6 al 9 de agosto, las instalaciones del CCCB (Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona) acogieron este punto de encuentro global para el ámbito de la música, ciclo de conferencias relacionadas con la industria y showcases a cargo de bandas locales. Esta edición ha contado con dos invitados de altos vuelos para dos ponencias abiertas al público: Dominique Jackson y John Waters.
“El silencio tras la fiesta: una conversación con Dominique Jackson y Lux Venérea”, juntó a ambas artistas transexuales en una charla cercana y honesta sobre los retos a los que se enfrenta el colectivo. Dominique, actriz y modelo, es conocida por interpretar a Elektra Abundance en la serie Pose, dirigida por Ryan Murphy. Lux Venérea, artista y performer brasileña, preguntó a la actriz por su experiencia como emigrada desde Trinidad y Tobago a Estados Unidos y con la industria del cine. La charla se tornó en una especie de terapia para Lux Venérea, quien se sintió identificada con la historia de Dominique. Se habló de los derechos LGTBIQ+ y el respecto entre las diversas identidades que conforman el colectivo. Dominique destacó la importancia de que directores como Murphy den salida a artistas de estas minorías, recordó Stonewall y que la lucha continúa porque, afirmó, “no nos quejamos, sino que defendemos nuestros derechos”. Una cita ineludible dentro del ciclo “Insumises” comisariado por Personaje Personaje, travesti nacida en Ecuador que reside en España desde 2015 y desempeña una labor de investigación de la cultura y universo travesti y de disidencias sexuales.
La otra conferencia, “Cómo desarrollar el gusto musical con John Waters y Samantha Hudson”, reunió sobre el escenario a dos maestros de lo irreverente, dos referentes generacionales de lo que significa romper con lo establecido. Un mito como es el cineasta y escritor John Waters y el fresco y rebosante descaro de la actriz, cantante y figura de internet Samantha Hudson. Él en la cúspide de su carrera, ella saboreando las mieles del éxito inesperado. El título de la charla fue la mera excusa para una entrevista que repasó cómo surgió el interés por la música en Waters ya desde pequeño, en su Baltimore natal. Como apunte para desarrollar ese gusto, el artista destacó, “simplemente guiate por toda aquella música que odien tus padres“. Bromas aparte, el creador de films como Pink Flamingos, Polyester o Female Trouble, dejó constancia de su amplio y variado gusto musical, explicando cómo la música forma parte fundamental de sus películas y recordando momentos impagables con Divine. Su ingente actividad artística lo ha llevado a colaborar con festivales de música, como el Mosswood Meltdown, en Oakland, y a ir evolucionando en su relación con ciertos estilos musicales.
Waters incluso aprovechó la ocasión para dar consejos a Hudson: “prepara un plan B para cuando dejes de estar en la cumbre, porque te esperan momentos altos y bajos que has de saber cómo afrontar”. Preguntado por qué canción querría que sonara en su funeral, Waters se decantó por “Happy Go Lucky Me” de Paul Evans y “The Joker” de Billy Myles. El rey del trash “no volvería, de ninguna manera, a hacer películas con un presupuesto de cinco mil dólares”, respondió cuando en el Q&A posterior a la charla fue preguntado acerca de la posibilidad de volver al cine que lo lanzó a la fama en sus inicios. Confusiones idiomáticas, naturalidad y respuestas inesperadas marcaron una conversación divertida e irrepetible.
Grandes cabezas de cartel y clásicos que son apuestas seguras
El segundo fin de semana de Primavera Sound nos dejó un cartel para todos los gustos, desde gemas pop y oscuridad post punk, hasta hip hop explosivo y electrónica bailable. Quedaban grandes citas como Interpol, Dua Lipa, The Strokes, Lorde, M.I.A., Jorja Smith, Yeah Yeah Yeahs, Brittany Howard y Phoenix, además de las segundas actuaciones de Tyler, the Creator, Gorillaz y Tame Impala. Las cifras de asistentes fueron nuevamente de vértigo, superando incluso a las del primer fin de semana: 240.000 personas, repartidos en 79.000 el jueves, 81.000 el viernes y 80.000 el sábado.
La diva del pop Dua Lipa había actuado hacía unos días en el Palau Sant Jordi de Barcelona, pero ahora era su turno en el gigante escenario Pull & Bear del Primavera Sound. La londinense era uno de los platos fuertes del jueves y la explanada más grande se llenó hasta límites agobiantes. Lo malo del Primavera es que, muchas veces, las actuaciones más esperadas se tornan en decepción por la imposibilidad de disfrutar del concierto, ya sea por la distancia del escenario o por lo ruidoso de muchos de los asistentes, más pendientes del jolgorio que de la propia música. Aun así, la artista cumplió con su cometido y encandiló enfocando la gran mayoría de su repertorio en su disco de 2020, Future Nostalgia.
The Jesus and Mary Chain volvían a Primavera Sound, donde ya son viejos conocidos, para dar el mejor show que se vio el viernes 10. Se intuían numerosas cabelleras blancas entre el público, pero también jóvenes que estaban a punto de experimentarlos por primera vez. Jim y William Reid están en plena forma. Su aspecto no es ya el de unas promesas rebeldes, enfundadas en negro riguroso y generadores de polémicos directos, pero su música sigue sonando igual de placentera para nuestros oídos. Y las guitarras, por supuesto, impecables. Sus amplificadores y altavoces con la palabra “JESUS” siguen presidiendo el escenario. William, aferrado a su guitarra, apenas se movió del fondo del escenario, donde un ventilador movía su alborotado pelo canoso mientras rasgaba las seis cuerdas enfervorecido. Jim lideró el espectáculo como nadie, aunque en un par de ocasiones confundió el orden de las canciones, cosas del directo. La cita contó con la DJ y productora HAAi como artista invitada para acompañar con su voz en “Just Like Honey”. La banda publicó en 2017 su último LP, Damage and Joy, del que escuchamos algún tema durante el concierto, como la notable “All Things Must Pass”. Cerraron, eso sí, con uno de sus clásicos, Reverence.
Interpol significa triunfo asegurado. Paul Banks y los suyos no defraudaron el jueves en cuanto a hitazos. La banda neoyorquina sigue causando momentos memorables con maravillas como “C’mere” o su clásico cierre “Slow Hands”. Tampoco bajó el listón Tame Impala en su concierto del sábado respecto al del primer fin de semana. Da igual las veces que veas Kevin Parker en acción, sus shows siempre ofrecen un sonido potente y visuales psicodélicas hipnóticas. El enorme entramado de focos en lo alto del escenario parecía una nave espacial, un despliegue a la altura de las circunstancias. No versionaron a The Strokes porque el segundo fin de semana no hizo falta, ya que Julian Casablancas, Albert Hammond Jr. y compañía actuaron por fin el viernes 10, con un concierto correcto que para muchos resultó algo descafeinado. Por otra parte, los asiduos al festival seguramente hayan visto a Ride, Slowdive o Mogwai en alguna que otra ocasión, quienes tocaron el segundo fin de semana, al igual que King Gizzard & The Lizard Wizard. Todos ellos se convirtieron en comodines a los que es difícil resistirse.
Phoenix se presentaron el segundo fin de semana tras tocar en el Primavera a la Ciutat. La banda liderada por Thomas Mars comenzó su concierto el sábado por la noche de forma apoteósica, nada menos que con “Lisztomania”, con unas visuales impresionantes de palaciegos como no puede ser de otra manera para la banda de Versalles. Y la intensidad no decayó ni un momento en la electrizante actuación de los galos. Su icónico LP Wolfgang Amadeus Phoenix tuvo predominancia en la lista de temas y remataron con Mars dándose un baño de masas entre el público tras un show eufórico.
El viernes fue el turno de The Smile, el nuevo proyecto de Thom Yorke, Jonny Greenwood y el baterista Tom Skinner. El proyecto surgió durante el confinamiento, cuando sus miembros decidieron juntarse a tocar. El resultado es una propuesta muy similar a Radiohead, ahondando en derroteros experimentales, con influencia del rock progresivo e incluso afrobeat, por lo que fue una gran oportunidad para disfrutar de su show en un escenario más pequeño como es el Cupra. Compartieron con el público temas con vías de convertirse en himnos, todos liderados por el falsete tan característico de Yorke. En “Pana-Vision”, el artista se sentó también al piano, recordando a esa mítica sesión del From the Basement de Radiohead. El show fue una especie de trance, con juegos de luces tras los músicos y un Yorke inspirado que se dejó llevar con su personalísima forma de bailar, como poseído por sus composiciones. Por supuesto, disfrutamos también del lucimiento del mago Greenwood con la guitarra, bajo y teclados.
Frescura, ruido y baile a reventar
Además de los cabezas de cartel, el segundo fin de semana del Primavera Sound nos dio la oportunidad de disfrutar de más increíbles artistas que merecen la pena ser destacados.
El primero de ellos es Alex Cameron, un ejemplo de esos músicos que aúnan carisma y calidad a partes iguales. El australiano es todo un dandy. Si sus discos anteriores ya lo confirmaron como un artista sobresaliente (véase el caso de Miami Memory), su último trabajo, Oxy Music, no se queda atrás. Presentó sus canciones bajo un sol de justicia el jueves, en un show sobre el escenario Binance que fue todo un bálsamo refrescante. Andrógino y sexy, Cameron se metió al público en el bolsillo con sus sinuosos bailes y maravillosas canciones. La también australiana Courtney Barnett electrizó al público el viernes en ese mismo escenario. Barnett es otra artista cuyo talento es ya incontestable. Toda una jefaza que se mete al público en el bolsillo, muy bien rodeada con una banda que presentó canción a canción. Desgranó temas como la nueva “Rae Street”, que es ya un hitazo, o su mítica “Walkin’ on Eggshells”.
Uno de los mejores conciertos del jueves 9 fue el de Khruangbin, el trío de Houston formado por Laura Lee en bajo, Mark Speer en guitarra y Donald “DJ” Johnson en batería. El nombre de la banda es una palabra tailandesa que significa “motor volador” o “avión”, y ese exotismo no es raro pues su música está influenciada por el rock psicodélico, el soul y el funk, entre otros estilos. Escucharlos en vivo es como un viaje en el tiempo a los años sesenta y setenta. El dominio del bajo de Laura va marcando un ritmo pegadizo que pasa por el protagonismo a la guitarra de Mark. Ambos recorrieron de lado a lado el enorme escenario Estrella Damm varias veces. Donald, por su parte, presidía la batería sobre una plataforma también más propia de los años sesenta. Lo suyo fue un groove continuo con el que resultó imposible no bailar.
Big Thief era una de las citas más esperadas del festival y tocaron el jueves en el escenario Plenitude. La banda de Brooklyn ha puesto de acuerdo a crítica y público en postularse como una de las propuestas más llamativas del cartel de este año. La magnética voz de Adrienne Lenker es una de los fuertes de esta formación cuya música despierta grandes emociones. El escenario estaba desbordado de gente para no perderse ni un momento de la magia de Big Thief, magia que tuvo su momento cumbre con la canción “Not”. Lenker, visiblemente emocionada, se deshizo en elogios con el público al terminar la actuación.
El segundo fin de semana nos dejó también ruido del bueno. Amyl and the Sniffers revolucionaron el escenario Pull & Bear el jueves por la tarde. El torbellino Amy Taylor, líder de la formación, es motivo suficiente como para llenar el macro escenario. Como toda una buena reina del punk, en seguida provocó pogos bajo sus pies para generar una intensidad que permanecería durante el resto de su actuación. Otra mujer, Florence Shaw, añadió un carisma muy especial al show de Dry Cleaning. Su spoken word unido a un acompañamiento cargado de guitarras hacen de esta banda una de las más destacadas de la nueva oleada de bandas británicas. La actitud de Shaw sobre el escenario, aparentando cierta indiferencia, fue un ingrediente más para un espectáculo que valió la pena ver.
El escenario OuiGo fue durante el segundo fin de semana un centro neurálgico de bandas abanderadas del post punk, de las que destacaríamos a los españoles Rata Negra, con su desparpajo y simpatía. Los británicos Working Men’s Club, liderados por un Sydney Minsky-Sargean con madera de líder, fueron de lo mejorcito del jueves. El viernes, los irlandeses The Murder Capital trajeron un impetuoso show, de nuevo una fórmula con James McGovern como líder entregado. Las primeras filas se fundieron en un pogo y, por supuesto, McGovern se terminó uniendo a él. Testosterona en estado puro es lo que destilan estos chicos, que siguen la estela de sus compatriotas Fontaines D.C. Por último, también en OuiGo presenciamos el sábado el directo de Molchat Doma. Los bielorrusos llevan desde 2017 demostrando que el post punk y el coldwave están más vivos que nunca. Cosechan una legión de seguidores que seguro se incrementaron tras este Primavera Sound.
En Primavera Sound conviven, como ya apuntamos, estilos muy distintos. Un ejemplo es Caterina Barbieri, la artista italiana creadora de atmósferas electrónicas con sintetizadores que actuó en el escenario Tous el sábado. Todo un viaje acompañado por proyecciones de cielos y nubes en movimiento. El fin de semana dio mucho de sí con propuestas para bailar sin fin. Romy, Fred Again, Grimes con un DJ set y una larga lista de artistas mantuvieron a los miles de asistentes bailando hasta altas horas de la madrugada durante los tres días. El escenario Boiler Room x Cupra fue un hervidero de DJs y baile sin descanso.
Fue sido una edición larga, muy larga, no exenta de vicisitudes, y que ha estrenado un premio, el Can’t Do Without You Award, llamado así con un guiño a la canción de Caribou con el mismo nombre. Se trata de un reconocimiento a artistas que, de un modo u otro, han sido esenciales para la trayectoria del festival. Los primeros galardonados con este premio han sido Dinosaur Jr., Low, Pavement y Shellac. El domingo 12 el festival cerraba el ciclo, para los más valientes que aun aguantaron una cita con más artistas y DJs en los escenarios de playa del recinto del Fòrum.