Se aproxima el fin del 2018, y con él aparece la compulsiva obsesión de hacer un balance. En un año marcado por movimientos sociales en respuesta a un clima político cada vez más adverso, el sentimiento de protesta hizo eco y reverberó en el arte. Esto significó una proliferación de discos con carga política y de crítica social; pero la música también sirve como una vía de escape a una realidad asfixiante, y no escasearon los discos que a través de la creatividad imaginan nuevos mundos hacia donde proyectar nuevas utopías. 2018 también fue un año atravesado por la hegemónica era del streaming, lo que afecta tanto los hábitos del oyente como del artista. Puede que el formato de la playlist se haya vuelto el predilecto de la nueva industria musical, pero el disco sigue teniendo una fuerza indiscutible y nuestra lista de los mejores 50 discos del 2018 lo demuestra.
Como cada diciembre, el staff de Indie Hoy hizo una selección de los discos que de alguna manera definieron el 2018. Durante toda la semana publicaremos el listado, 10 discos por día, hasta llegar al #1. El lunes vimos del 50 al 41, el martes sumamos del 40 al 31, y así sucesivamente. Si hacen clic en las portadas, pueden ir a la plataforma digital que ofrece el disco en streaming. Algunos títulos también tienen una reseña completa, previamente publicada, que pueden leer siguiendo el link que aparece al lado de la firma del autor.
50. El Sur – Antes de que sea muy tarde
Casa del Puente
En abril, El Sur publicó su tercer disco de estudio, Antes de que sea muy tarde, horas antes de subirse al escenario de Niceto Club para oficiar de banda soporte de Wavves. El sucesor del EP La muerte del verano, y el primero en pulicarse por Casa del Puente, tiene la crudeza que caracterizó a la banda desde sus inicios, acercándose al garage pop en sus momentos más melódicos. En las 10 canciones del disco, la dupla conformada por Esteban Giannone (guitarra y voz) y Pablo Capurro (batería y voz), aborda los distintos estadios de una ruptura amorosa. La urgencia, marca registrada de la casa, se alía con emociones a flor de piel para dar canciones como “Abrazame”, “Sin vos estoy mejor” y el hit “No”. – Rodrigo Piedra
49. Los Mundos Posibles – Pintura de guerra
Plastilina Records
Los Mundos Posibles es el nuevo proyecto que a comienzos de este año presentó Rosario Bléfari y Julián Perla de Mi Pequeña Muerte. Un dúo de voces que hacen del desamor, una pintura de guerra. En su debut Pintura de guerra muestran lo que quedó en el campo de batalla, el vacío y sus minas activadas que pueden estallar en cualquier momento como un volcán. Son vestigios de lo que alguna vez fue, una vela que alumbra la posibilidad de que una despedida culmina en una canción hermosa. El trabajo en las voces va variando: por momentos cantan a la vez y se genera una armonía muy complaciente; luego se abandonan y queda solo una y la otra responde entablando un diálogo. El abandono nunca es completo porque los coros siempre son un elemento perfecto para acompañar y darle otra pincelada con un color diferente. Ella con su dulzura cierra con “La ciudad más austral del mundo”: la despedida termina y el disco vuelve a empezar. – Juampa Barbero – Reseña completa
48. Conociendo Rusia – Conociendo Rusia
Geiser
El proyecto solista de Mateo Sujatovich es una de las revelaciones del 2018 y uno de los artistas a mirar en los años venideros. Este disco homónimo ofrece una serie de canciones que se encuentran entre el indie y un nuevo formato de rock nacional. Temas como “Loco en el desierto” dejan ver el lado más cantautor del ruso mientras que otros como “Juro” usan la producción como motor para dejar ver el contexto sonoro de su creación. Si bien cae en ser poco transgresor, el cancionero armado es sólido y una buena base para partir. Ha tenido una aceptación notoria en la escena, a tal punto de hacerle conseguido al ruso la chance de abrir para varias bandas consagradas y un lugar en el Lollapalloza 2019. – Martín Cordova
47. Medalla Milagrosa – Fantasía peligro
Fuego Amigo Discos
La banda porteña retoma en su disco debut la sutileza del pop experimental de artistas como Stereolab. Fantasía peligro despliega pasajes llenos de reverberaciones y secuencias envolventes propias del shoegaze. Sus canciones deambulan entre el sueño profundo y la vigilia. Y aunque en muchas de sus letras se abordan asuntos que parecen salidos de los cuentos de Ray Bradbury, sobre todo en canciones como “Fuerza débil” y “La veloz figura”; también lo personal y lo íntimo se enredan en las poéticas estrofas de cortes como “Amateur” y “Transeúntes”. Su estilo da cuenta del vasto universo interno que podría habitar en la mente de cualquier chico tímido de nuestra cuadra. Sin dudas, una propuesta sonora auténtica que nos invita a escuchar más allá de lo evidente. – Laura Camargo
46. Francisca y Les Exploradores – Hermafrodita
Geiser
Dos años después de la publicación de Franco, la banda liderada por Franco Saglietti lanzó Hermafrodita. Grabado en la ciudad de México y producido por Gonzalo Aloras, el disco está compuesto por ocho canciones que tienen en su base la esencia y tradición del rock argentino combinada con el uso de sintetizadores, samplers y demás instrumentos modernos propios de la electrónica. Este trabajo dura tan solo 25 minutos, lo justo y necesario para que Franco y compañía nos lleven a través de pequeños relatos en los que se entremezclan imágenes poéticas, odas a la amistad y el hogar, algo de nostalgia y una fuerte influencia del feminismo. – Josefina Chalde
45. Cajú – Astrology Went Stupid
Yolanda Discos
El debut de Cajú es un disco rockero pero sensible, ambicioso pero minimalista, que se influencia del rock psicodélico de otras épocas para ahondar en un recorrido introspectivo acerca del amor y la soledad. Astrology Went Stupid tiene tantas canciones en inglés como en castellano, y podemos conocer mucho del proyecto de Juan Manuel Rodríguez por la forma inocente y libre en que canta sobre relaciones a larga distancia o la frescura de un nuevo amor. Con la fuerza del sonido de una banda de rock y el poder de síntesis de sus canciones más pop, Cajú toma lo mejor de ambos mundos para crear uno propio. “Girasoles”, “Sos más linda” y “Beach House” son los singles que funcionan como la base de un trabajo que logra destacar al productor bonaerense en la escena independiente nacional. – Eric Olsen
44. Gorillaz – The Now Now
Parlophone
El nuevo disco de Gorillaz muestra otra faceta de la banda, quizás una mucho más pura. Lo que algunos comentarios critican, se puede ver como una cualidad. The Now Now no cuenta con tantas colaboraciones: apenas dos canciones tienen músicos invitados y esto es muy favorable porque ayuda a pensar que con Gorillaz no hay que acostumbrarse a nada, ya que es una banda que enseguida se sale de cualquier lugar donde pueda ser encasillada. Desde la tapa del disco ya podemos ver que se trata de, quizás, el disco más personal de Damon Albarn en Gorillaz. De la fiesta, el baile y la aglomeración de distintas voces de Humanz, Gorillaz toma un sendero obligado para la humanización. Es difícil no pensar en un corazón abierto, humano y sangrando, cuando suena “One Percent“ o con la que cierra el disco “Souk Eye“. – Juampa Barbero – Reseña completa
43. Mi Nave – Ojos cuadrados
Polvo Bureau
“Formamos un nuevo pacto de eslabones dorados”, enuncia Josi Mai en algún punto de Ojos Cuadrados. Es casi una declaración de principios para la banda, dado que la destreza de Mi Nave reside precisamente en abandonar todo verticalismo jerárquico a favor de algo hermanado y horizontal. Ver a esta tripulación en vivo es observar a los talentos individuales de Feli, Andrés, Josi, Martín y Ale fundirse en un mimetismo orgánico inusitado. A lo largo de las nueve canciones que integran Ojos Cruadrados, cada elemento parece caer en su lugar indicado. Sean las melodías vocales, las líneas de sintetizador o el riff DIIV-esco de Redondel, todo componente logra intersecarse con la fluidez e ingenio propia de una banda en plena forma. Ojos Cuadrados es la mejor edición a la fecha de la dinámica Mi Nave: mientras sus integrantes exploran las posibilidades del sonido, también propician aquellas de la introspección. – Bartolomé Armentano
42. The Internet – Hive Mind
Columbia
Demasiado ego nunca es saludable, y por suerte los miembros de The Internet lo tienen bien claro. Por eso en 2015 titularon Ego Death a su tercer LP que además de dejar la vara bien alta les valió una nominación a los premios Grammy. Tras un hiato de tres años, estos californianos regresaron convertidos en artesanos del neo-soul con el flamante Hive Mind, título que podría traducirse como “inteligencia colectiva”. La filosofía detrás del proyecto apunta a enviar un mensaje de unidad para promover la camaradería entre la juventud negra. Pero además de predicar con el ejemplo, la propuesta de esta comunidad creativa fundada por Sydney Bennett (a.k.a Syd tha Kyd) y Matt Martians, continúa celebrando la amplia herencia de la música afroamericana. Pocos imaginaron que algo tan sensual podía emerger de las cenizas de Odd Future, esa crew delirante de hip-hop alternativo que también integraron Frank Ocean y Tyler, The Creator; pero todo encaja cuando la agrupación confiesa su amor por Prince. Y a juzgar por las demás influencias que resuenan en Hive Mind, como Parliament Funkadelic, Sade, Thundercat o Erykah Badu, es evidente que The Internet encontró el balance perfecto. Mientras tanto, su colectivismo musical se adentra cada vez más en el estimulante sendero del groove. – Marina Cimerelli
41. Telescopios – Doble de riesgo
Independiente
Sobre los cimientos del Templo Sudoku (2015) los cordobeses se plantearon el desafío de subir la apuesta. El resultado no es un disco, sino un sistema de estímulos audiovisuales que conjuga continuidad y cambio sin perder frescura y crudeza. Un pequeño ensayo estético que, bajo la figura poética del doble y la simulación, deconstruye el imaginario conceptual del pop serializado –la sensualidad, el placer, los encuentros, las distancias y cierto sentido de la superficialidad– tanto así como sus posibilidades formales: un disco que se paladea ácido desde la ironía y degenerado en sus maneras de llevar adelante los imperativos de la canción de moda. Doble de riesgo es un disco que se disfruta de un saque, como tiene que ser. Pero que sin caer en la evidencia, invita a perderse entre alusiones, hipertextos y sonidos ambiguos que se disfrutan como los rastros confusos de un buen sueño. – Calamar Xig – Reseña completa
40. Yves Tumor – Safe in the Hands of Love
Warp Records
En su tercer disco, Yves Tumor arriesga y gana. Safe in the Hands of Love es una compleja pieza con paisajes sonoros sombríos e introspectivos que nos ponen de cara a una realidad bizarra marcada por la experimentación y el hip hop. Canciones como “Economy of Love” o “Hope in Suffering” nos dejan ver la naturaleza sangrienta y aterradora que marca a todos los temas. En contraparte, el disco roza sus momentos más alegres y accesibles en temas como “Noid” o “Licking an Orchid” pero no deja de jugar con lo incómodo: a veces los espacios que podrían ser llenados por arreglos o coristas tienen glitches, gritos y demás sonidos que mantienen el norte siniestro. En este álbum, lo apocalíptico convive (pero se impone) con lo cinematográfico y transmiten una serie de sensaciones que incomodan, rompen y estimulan. – Martín Córdova
39. Kacey Musgraves – Golden Hour
MCA Nashville
El último álbum de Kacey Musgraves es casi perfecto. A través de la combinación de los elementos claves del country con lo mejor del pop, la artista texna ade 30 años reafirma que es cosa seria. Subestimada y criticada durante años por ser políticamente incorrecta y llevar adelante un country de letras progresistas (cargadas de ironía, acidez y crítica social), Musgraves decide dar un volantazo y orientar sus canciones a todo aquello que le hace bien, sin perder el humor y la rebeldía. “Space Cowboy” es una de las mejores canciones del disco, una hermosa pieza country al mejor estilo Lady Antebellum. En esa línea, se destaca también “Butterflies”, una dulce carta de amor a su marido que nos recuerda a la Taylor Swift de los inicios. Si bien las mandolinas y los banjos aparecen con frecuencia a lo largo del disco, hay mayor lugar para las guitarras eléctricas, las percusiones repetidas, los sintetizadores y los vocoders. El pop toma la posta en Golden Hour de la mano de la bailable “High Horse” -un tema con alma de hit- y la pegadiza “Velvet Elvis”. Pero también hay lugar para las baladas de piano y por eso Musgraves nos deleita con “Mother” y “Rainbow”, que demuestran la versatilidad con que la norteamericana se mueve a lo largo de este álbum sin perder nunca la esencia. Nominado a varios premios Grammy, Golden Hour es uno de los discos del año y el triunfo de una artista que pisa cada vez más fuerte. – Josefina Chalde
38. Tani – Mew
Yolanda Discos / Discobabydiscos
Mew, el segundo LP de Tani, está compuesto por siete canciones que conjugan entre ellas una especie de espiral. Tiene la punta de los pies en la melancolía y el talón en la felicidad: Alegra, angustia, vuelve a hacer reír y quiebra la sonrisa una vez más. Lo demás es un sube y baja como los que están en los parques y donde se pasa la niñez. La música de Tani es un flechazo directo a la nostalgia pero con una chispa pop que impide caer al suelo. Se flota entre algodones y un arcoíris, tiene inocencia y dulzura; pero a la vez algo frío y robótico que pone la figura del sube y baja en movimiento circulares, espiralados, ya más como un carrusel en un parque de diversiones. Mew es un disco con armonías que embellecen el momento de escucha, sus ritmos pegadizos entran por un oído y se quedan sonando, repitiéndose, hasta que se vuelve un tarareo adecuado para enfrentar cualquier situación. Porque siempre levitó en el medio, en el sube y baja, en la mejilla que hace fricción con la boca para volver a meter la lágrima dentro del ojo. – Juampa Barbero – Reseña completa
37. Lykke Li – so sad so sexy
RCA / LL
El cuarto disco de la sueca Lykke Li actualiza su sonido con una impronta más urbana, más moderna de componer sobre lo que siempre compuso: corazones rotos en el marco de desencuentros, conflictos emocionales y gente que se va. El de so sad so sexy es un pop suave que, entre arreglos vocales de R&B y bases traperas, da forma a una melancolía que empalaga y aún así se puede bailar. En “Deep End” hay besos, pero saben a cloro, y el amor se hunde en fondo de la piscina. “Utopia”, el cierre del álbum, es un canto de Li a su madre, fallecida en julio del año pasado. Son diez canciones sobre rasguñar el aire en la oscuridad esperando acariciar alguna cosa que pueda devolverte algo de amor; la delicada belleza de un atardecer que no termina de oscurecer, o de un domingo que antecede a otro domingo. Así de íntimo y todo, el disco nace con la llegada de nuevos colaboradores al trabajo de la cantante: participan el productor Malay, que buscó emprolijar el sonido del álbum para mantener su elegencia, e Ilsey Juber, compositora amiga de la artista, a lo largo de todo el disco. – Lisandro Ruiz Díaz
36. Christine and the Queens – Chris
Because Music
En su segundo disco, la francesa Héloïse Letissier decide transformar su alter ego y adopta la forma de Chris. Si en su ópera prima había sutiles referencias a la fluidez del género y el conflicto entre la autopercepción y lo que el espejo devuelve, en Chris (ya desde su título) ese desafío a la norma es mucho más explícito y comedido. Es un disco donde el empoderamiento femenino está dando por la experimentación propia del deseo utilizando las referencias al funk sintético y sexual de Prince como vehículo para su manifestación. Chris es un álbum cohesivo, marcado por una sonoridad que evoca la nostalgia por el pop ochentoso de sintetizadores, estableciendo una conexión entre la rudeza del funk y el hedonismo sofisticado de la música electrónica francesa. – Federico Del Val
35. Father John Misty – God’s Favorite Customer
Sub Pop / Bella Union
Father John Misty, tal como se hace llamar este predicador hipster de 37 años, no bromeaba cuando dijo que God’s Favorite Customer iba a ser un álbum sobre el desamor. Bajándole unos cambios al histrionismo que había caracterizado a Pure Comedy, su predecesor de 2017, en su cuarto LP el ex Fleet Foxes se anima a mostrar su costado más vulnerable, fabricando un confesionario a su medida. En este manifiesto intimista de 38 minutos, Josh Tillman reafirma su amor por las baladas clásicas; pero no sin antes consentirle algún que otro capricho a sus demás alter-egos. Así las cosas, su condición de crooner nihilista -nunca mejor aprovechada- alcanza niveles épicos en la desgarradora “Please Don’t Die”, una súplica preciosista que derretiría hasta al mismo Elton John, pero luego juega al rockstar sin culpa en “Date Night”. Y por si a alguien se le olvida, ahí está también “Mr. Tillman”, para dejar bien claro que la fama de excéntrico no se la ganó en vano. Pero a pesar de la irreverencia, nada hay de caprichoso en su cartografía sonora; y mientras “Disappointing Diamonds are the Rarest of them All” invita a fantasear con un Lennon producido por Jeff Lynne, el cliente favorito de Dios puede estar seguro de haber alcanzado la divinidad, porque ha entregado el mejor álbum de su carrera. Al menos hasta ahora. – Marina Cimerelli
34. Thom Yorke – Suspiria (Music for the Luca Guadagnino Film)
XL
El contraste que se puede apreciar entre la Suspiria original y la remake del 2018 es impresionante. La original de Dario Argento era un asalto a los sentidos con una paleta de colores estridente en consonancia con una banda de sonido intensa a cargo de Goblin en la que el poderío de los sintetizadores era llevado al extremo en una explosión sonora que cruzaba al rock progresivo con el gótico. La remake del 2018 apuesta por un cambio radical, los colores son fríos y el imaginario visual es más sutil y contenido, y exactamente lo mismo ocurre con la banda sonora a cargo de Thom Yorke. El soundtrack supone una condensación entre la electrónica gélida de obras como Kid A (donde había un fuerte componente cinemático) y composiciones clásicas donde el piano establece un juego entre el vals y el fuerte protagonismo de la danza clásica en el film. En el soundtrack de Suspiria, Yorke sugiere que ésta nueva versión se decanta por un tono intimista, atmosférico y dramático, encontrando una forma de generar miedo más sugerente donde antes el terror era más explícito y gratuito. – Federico Del Val
33. Perras on the Beach – Flow de Cuyo
Independiente
En Flow de Cuyo, la rebeldía característica de Perras on the Beach se mantiene (el faso y los amigos también), pero la actitud frente a todo es otra. Los pibes meten los pies en el barro y salen a la cancha apuntando con el dedo, entendiendo el alcance inevitablemente político de su arte, encarando todo eso que estaría re bueno incendiar, encender, o intentar. Así es como Flow de Cuyo tiene todo para funcionar de la misma manera que lo hizo Chupalapija. Logrando que lxs jóvenes puedan reflejarse en él, no solo por lo sonoro, que mezcla al indie rock con elementos trap y hip-hop, sino sobre todo por cómo expone como una paleta de colores las problemáticas y las ambiciones de hoy. Hay miseria, hay amor, hay enojo y hay futuro. – Lisandro Ruiz Díaz – Reseña completa
32. Jvlian – Crisis
Independiente
Crisis no se queda en un mero título acorde a la época que nos toca, sino que se encarga de criticar al resto, a ese otro invisible, mira con asco a quienes lo rodean. Pero por sobre todas las cosas hay una autocrítica, quizás la más importante de todas, ya que es ahí donde está la enormísima maduración que hace que los Jvlian pasen de ser una banda de hip hop con altas dosis de humor entre letras y talento musical a ser una banda que se adapta a los tiempos que corren (tanto social como musicalmente) y se permite esa introspección necesaria para ser más que una moda. – Juan Pérgola – Reseña completa
31. Idles – Joy as an Act of Resistance
Partisan
A 40 años del estallido punk, el género vuelve a ser relevante gracias a Idles. De soñar con la anarquía a bregar por la unión en contra del discurso del odio, el género encuentra en el segundo álbum de los británicos su necesaria reinvención. Joy as an Act of Resistance se erige como el álbum que el Reino Unido necesitaba a modo de respuesta furiosa al Brexit. Cuestiones de clases, inmgiración, la masculinidad tóxica y el amor son las cuestiones que cruzan a este disco centralmente político. Influenciado también por experiencias personales como el fallecimiento de su hija al momento del parto, el cantante Joseph Talbot fue claro con la consigna desde el título: el goce no solo es un derecho fundamental, sino también un lugar donde buscar refugio. Una trinchera de emociones con la dosis justa de rabia. – Rodrigo Piedra
30. The 1975 – A Brief Inquiry into Online Relationships
Dirty Hit / Polydor
Con su último disco, The 1975 se consolida como una banda fundacional para las generaciones más jóvenes, logrando dejar su impronta y su marca en la historia de la música pop. Se habló mucho sobre el disco, incluso antes de su lanzamiento, dado que es el primero en presentar un Matt Healy rehabilitado de las drogas. Pese a que más de la mitad del disco fue escrito antes de su tratamiento, él mismo quiso que quede de esa manera para poder mostrar un cambio y decir aquello que pensaba en el momento. El disco fue escrito “en vivo”, como ellos lo describen, y se nota que las letras fueron finalizadas en tan solo unas semanas, dado que muchas canciones tocan temas muy actuales del ámbito social y político. A Brief Inquiry Into Online Relationships tiene sus fallas, pero sus fortalezas sin duda superan cualquiera de sus debilidades. – Eugenia Chionna – Reseña completa
29. Peces Raros – Anestesia
Gonna Go!
Anestesia es el salto al abismo de Peces Raros. Después de Parte de un mal sueño (2016), en el que empezaron a conjugar el lenguaje del rock con la electrónica, en Anestesia ya se convierte en su forma de hablar habitual. Oscuro, poderoso y sintético. Peces Raros cuenta con la artillería del universo de la maquinaria, sintetizadores y secuenciadores que se combinan perfectamente con riffs de guitarras, bombo en negras y un beat constante que altera la dimensión. Anestesia tiene una poética sombría donde el territorio onírico es el opio para no sentir dolor: “Es así como ves, no hay más” cierra el disco con “El Edén“. Las once canciones de este disco hace de las tinieblas una pista de baile, en la que toda resistencia de las cosas horrendas del planeta se logra girando en falso. Con canciones como “Barrio Adentro” y “Visiones Internas“, la espacialidad prolifera en todas maneras, desde chapas que no resisten hasta laberintos de cristal. Y es esta una forma de remarcar el territorio, ya que es lo que Peces Raros trata de desintegrar para dar lugar al ritual de sus efectos hipnóticos. – Juampa Barbero
28. BROCKHAMPTON – iridescence
Question Everything / RCA
De colectivo de artistas casi desconocido a autoproclamarse como boyband, BROCKHAMPTON ha tenido varias etapas en su corta (pero prolífica) carrera. iridiscence es sin duda un renacimiento, la gestación de su gran número uno, la firma de un contrato millonario con RCA y el primer lugar conseguido en la listas de Estados Unidos: un gran sueño cumplido. Este disco, el cuarto en su carrera, posterior a la saga Saturation, pierde ese color virulento, pierde el caos y las voces recargadas que rellenaban cada espacio vacío, aunque las letras desenfadadas se mantengan. Las melodías y los tiempos se hacen más amables; cada canción del largo tracklist libera una energía más optimista, sin demasiados sampleos, con menos elementos y con una producción más detallista. iridiscence mantiene ese espíritu de creación colectiva pero mucho más orientado al hit, al rap blando y la luminosidad. La banda se redescubre a sí misma y da el gran salto que esperaban y que pondrá a rapear a las masas. – Luis Mendoza
27. Los Besos – Copia viva
Independiente
“Jamás hice una canción de amor y tal vez esta va a ser la primera”, canta Paula Trama en la tercera canción del nuevo álbum de Los Besos. Pero sabemos que miente, puesto que ya en discos anteriores como Helados verdes (2017) y Un disco de Los Besos (2016) creó hermosas piezas románticas. Ahora nos entrega 10 temas más, de los que se destacan algunos como “Destino”, que refiere con mucho humor a un deseo platónico (“No hay chances, te gustan los hombres, te gustan los hombres”) y “Amazonas”, una galopante oda a la lucha feminista. Sin embargo, lo mejor nos espera al final, con la magia de “La cascada de tu pelo enredado”, cuya letra fue prestada de un poema de Francisco Garamona y evoca todas esas veces añorando a alguien al pasar cerca de su casa. A nivel sonoro, Los Besos se anima en esta placa a incluir más sintetizadores que de costumbre sin que ello destruya el encanto natural de sus canciones, tan breves y deslumbrantes como una lluvia de estrellas fugaces. – Laura Camargo
26. Las Ligas Menores – Fuego artificial
Discos Laptra
Hay grupos que no buscan cambiar radicalmente su forma de un disco a otro y ese sería el caso de Las ligas menores, que encontró en sus primeras canciones una narrativa que describía perfectamente las emociones con las que quería dar el mensaje. Y ahora, en Fuego artificial, lo que se propone es naufragar aun más en todo aquello encontrado y descubrir cuán inmensa puede ser la sencillez, donde la distancia entre el mar y la galaxia es de 1200 km. Que el disco es invernal no se duda, salió a la luz en la estación perfecta. Tiene toda la ternura y el calor de un fuego que no se apaga nunca. Tiene también eso de poderoso que te levanta el ánimo en una situación, con ciertas distorsiones que juegan con las distracciones de quien escucha. Cuando se piensa estar encima de todo, más fuerte es la caída, pero para una banda como Las ligas es mejor así. Nunca se está tan arriba y nunca tan abajo: el equilibrio de la banda es indagar escenarios imaginarios y para eso se necesitan emociones reales. – Juampa Barbero – Reseña completa
25. Snail Mail – Lush
Matador
Si bien este primer álbum de la cantautora Snail Mail es sin dudas una efectivísima carta de presentación para una nueva figura del indie internacional, a simple vista (o a primera escucha) pareciera que Lush no nos entrega nada nuevo. Es ese rock suave que fusiona a los primeros Bob Dylans y las últimas Courtney Barnetts, con rasguidos firmes pero desinteresados, como tocando con uno de los pesados suéteres de Kurt Cobain; la clave está en, por un lado, la dulce y magnética voz de la joven marilandesa, y por el otro, las ideas que se proponen desde lo lírico. Lindsey Jordan (con ese nombre nació) sabe escoger las palabras para mostrarse vulnerable y honesta, abriendo su habitación como un universo en el que cualquiera tiene un lugar para recostarse y compartir. Esa autenticidad refuerza la base musical ya conocida para reformularla y entregar una propuesta que, esperemos, sea a la vez una base hacia algo completamente único. – Lisandro Ruiz Díaz
24. Courtney Barnett – Tell Me How You Really Feel
Mom & Pop / Milk! / Marathon Artists
El segundo álbum de la australiana Courtney Barnett no es mucho más innovador que su anterior y más bien pareció seguir los lineamientos del álbum Lotta Sea Lice (2017) en compañía de Kurt Vile. Tell Me How You Really Feel es un álbum que encierra las temáticas ya vistas en la Courtney que todos conocimos en Sometimes I Sit and Think and Sometimes I Just Sit (2015). Sin embargo, la artista se destaca una vez más por tratar la incomodidad presentada a la hora de expresar nuestros sentimientos. Sabe recurrir a los espacios en blanco entre conversaciones que amparan debates sobre autoestima y el altruismo intoxicante de las parejas. Barnett encuentra las frases y palabras justas donde, normalmente, las emociones terminan por acaparar las decisiones. – Paulo Srulevitch – Reseña completa
23. Las Luces Primeras – Forestal Tape
Indie Folks / Magical Book Records
Lo que Las Luces Primeras habían adelantado en el EP, la historia de aquella Actriz de los sesenta que hacía viajes interestelares, era solo el recorrido, la estela de la nave, ya que en Forestal Tape estamos parados en ese otro planeta. Acá las tortugas nadan en el cielo de un desierto con montañas, las montañas parecen de cartón y el cartón se diluye en el agua. Hay que dejarse llevar por el surrealismo natural de Mariano Peccinetti: en su mundo la psicodelia se mezcla con el western y por eso los caballos pueden volar. Desde el principio, el disco parece adentrarnos en un paisaje subjetivo donde los elementos no están pintados de colores con un pincel, sino recortados a modo de collage, porque las distintas texturas que vienen de otros géneros le permite al disco generar sonidos que vienen de otros planetas. – Juampa Barbero – Reseña completa
22. J Balvin – Vibras
Universal Music Latino
En 2018 el reguetón continuó su plan de conquista mundial y Vibras fue su más grande caballo de madera. J Balvin suaviza los bordes del género y experimenta con el dancehall y el pop latino para crear su disco más accesible hasta el momento. Vibras es el disco de “Mi gente”, uno de los hits globales del año; pero también incluye los momentos más arriesgados del cantante colombiano como “Brillo”, su dueto junto a Rosalía, o la inquieta “Tu verdad” y la salvaje “Machika”. Vibras será recordado como el disco en que J Balvin se reafirmó como el Rey del Reguetón y le dio pelea a Drake por el título de Rey del Pop actual. – Eric Olsen
21. Nathy Peluso – La sandunguera
Everlasting Records
La sandunguera es el primer disco de Nathy Peluso, una combinación entre lo clásico y la modernidad. Como bien ella lo difinió, el disco es un intento de “traer lo de antes a ahora”, pasando del hip hop a texturas del jazz y el soul. La identidad de sus canciones tienen una fuerte carga de teatralidad, donde la interpretación es un arma de doble filo. Nathy Peluso tiene una magia especial que hace de su alter-ego una figura política y explota desde sus melodías el empoderamiento femenino. Acompañado por su banda Big Menú, el álbum atraviesa distintas temperaturas. Hay momentos cálidos, con la salsa y lo tropical, pero también contiene el frío del adoquín callejero del rap urbano. Sus tonalidades vocales pueden variar y apropiarse de puntos muy altos, entremezclado con un flow muy particular que solo Nathy obtiene. Arrasando con todos los shows que hizo este año en el país, se convirtió en una de las figuras más importantes de la nueva generación y La Sandunguera es apenas la primera llama de un incendio más grande. – Juampa Barbero
20. 107 Faunos – Madura el dulce fruto
Discos Laptra
Todo se reduce a sentir. Y para alguien como yo, que envejece con el miedo de generar una amalgama entre los estímulos visitados del mundo y las sensaciones que estos despiertan, es muchísimo. Me esperanzo al saber que no existe vida suficiente que pueda privarme de sentir sollozos con los arreglos melismáticos de “Transparente”; que no existe un cúmulo de pasajes instrumentales nostálgicos que me eviten cerrar los ojos y asentir con fuerza en “El ataque suave”; que mi cuerpo todavía elige rebelarse al decoro y aprieta los puños cuando llega el resquebrajante llamado a “Besar la medallita”. Está mal creer que crecer no se siente (citando a Las Ligas Menores). Crecer se siente, especialmente en momentos como este, donde el reservorio de recuerdos, eventos transformativos y discos internalizados exige presencia y exprime afecto. Así es cómo nace esa sonrisa inevitable al escuchar a una banda favorita gestar su mejor versión, algo así como la satisfacción de haberle encontrado una compañera al “muchacho lobo” (en “Pico tres”) al cabo de una década. La alegría inmensa de vivir culturas juveniles que no se van a ningún lado. – Agustina Checa – Reseña completa
19. Juan Ingaramo – Best Seller
Geiser Discos
En su tercer disco, el cordobés se asentó. Con muchos kilómetros recorridos en el último tiempo, Juan Ingaramo encontró un lugar definido en la música nacional, se lo apropió, lo profundizó y lo llevó para donde quiso. Sin dejar el pop al que suscribe, sumó a su repertorio un estilo más urbano, con beats más cercanos al reggaetón (“Lo de adentro”, “Lengua universal”) y el rap (“Fobia”, “Ladran”). El single que cierra el disco, “Hace calor”, editado a fines del 2017, daba alguna pista de lo que después llegó. El resultado es un disco con canciones de amor, desamor y de ambición de la buena que cruza a algunos de los artistas más picantes del año como Dakillah, Ca7riel, Neo Pistéa y Louta. Además, se le animó a un a versión de “Fuego y Pasión” de Rodrigo, con la colaboración de Elsa y Elmar. En épocas de streaming es difícil saberlo, pero este disco tiene un gran potencial que puede hacer honor a su nombre. – Franco Vacchetta
18. Janelle Monáe – Dirty Computer
Atlantic
Una mujer negra y pansexual lidera una batalla hacia el empoderamiento, a caballo de uno de los discos de pop más fino de los últimos años. Janelle Monáe nos trae nuevamente un álbum con un discurso y una estética de ciencia ficción, en el que plantea un futuro donde quienes están fuera de la norma y la élite (por su color de piel, orientación sexual, clase social o aspecto físico, por ejemplo) son catalogados como “dirty computers”, computadoras falladas que deben resetearse y corregirse para funcionar correctamente. Sobre esta distopía le canta a la libertad y la diversidad, marcando al (poli)amor, el placer, el dominio de nuestros cuerpos y nuestra sensibilidad como las maneras de escapar al miedo, la soledad y la opresión. En este tercer álbum de estudio, la consagrada música y actriz esconde (o descubre) un grito de rebelión en cada verso, donde la historia de los últimos siglos es el mal ejemplo que una nueva generación usará para prender fuego las raídas y antiguas imposiciones de la sociedad, y a quienes se acomodan en ellas. Hay sintetizadores pero también guitarras muy como las de Prince, en un trabajo que suena como del mañana valiéndose de elementos del pop y el disco de hace unas décadas, sin caer en obviedades. – Lisandro Ruiz Díaz
17. Amen Dunes – Freedom
Sacred Bones
Damon McMahon apareció en la escena musical en su proyecto Amen Dunes alrededor de 2009, cuando despegó con el álbum debut DIA. Se trataba de un álbum que evocaba soledad y como toda ópera prima se reservaba de ser un disco para todos. Las letras fueron íntimas mientras que la voz y segunda guitarra confiaban en la psicodelia del reverb y el delay cobijadas por una guitarra acústica principal. Así desde su inicio, el talento de McMahon hacía vibrar la curiosidad de sus oyentes. Freedom es el último disco lanzado por McMahon y es un álbum que mantiene lo siniestro del álbum Through Donkey Jaw (2011), pero a la vez mezcla elementos amorosos de Love (2014), su penúltimo álbum. El álbum tiene ciertos encares para asumir la identidad folk psicodélico y agregarle elementos de calurosa depresión que delatan una curación delicadamente melancólica abordada en la paleta de sonidos indagados por McMahon. – Paulo Srulevitch – Reseña completa
16. Robyn – Honey
Konichiwa / Interscope
Luego de 8 años de colaboraciones esporádicas y amagues, Robyn emergió cual ave fénix de las cenizas que había dejado una ruptura amorosa y una fuerte depresión con un disco que se aleja de la dinámica de su pop robótico. Honey es un una obra extraña e imperfecta que en su origen catártico se abre a la experimentación sonora. Sus composiciones renuncian a la estructura de la canción pop en servicio de un tono más instintivo en sintonía con el vaivén de emociones que la sueca va experimentando en los vestigios de una ruptura. En ésta ocasión, Robyn decide renunciar a los hits con los que supo en 4 minutos trasladar la compleja desazón del desamor a la pista de baile, abordando la misma temática con la serenidad del autoconocimiento y la madurez. – Federico Del Val
15. Mitski – Be the Cowboy
Dead Oceans
“¿No es el amor precisamente una especie de desequilibro cósmico?”, se cuestiona el filósofo esloveno Slavoj Žižek durante una de sus habituales elucubraciones. Es desde esa idea del amor como algo imperfecto e incómodo pero inevitable que parte el discurso sobre los afectos que Mitski despliega en su contundente álbum Be the Cowboy. A través de canciones breves (la duración promedio ronda los dos minutos y medio), la artista estadounidense de ascendencia japonesa recorre un sinfín de emociones, demostrando su maestría a la hora de dar vuelta el clima inicial de sus composiciones. Be the Cowboy marca el mejor momento en la trayectoria de Mitski, quien debutó tímidamente en 2012 con Lush. En tiempos de deconstrucción de los vínculos amorosos tradicionales, agradecemos su valiente inmersión en las profundidades del océano de los desencuentros. – Laura Camargo – Reseña completa
14. Marilina Bertoldi – Prender un fuego
Pelo Music
Si Sexo con modelos (2016) fue el disco en el que Marilina Bertoldi presentó su cara más irreverente y creativa, Prender un fuego es la evolución, la madurez y la consolidación de la chica de rulos como exponente del rock nacional. Bajando algunos cambios, la hermana de Lula sumó un plus en su tercera placa solista al hacerse cargo de la producción junto a Brian Taylor. A veces tomar el camino más largo y el menos recorrido conduce a un sitio con más frutos. La clave en Bertoldi para dirigirse en esa dirección es la experimentación constante y poner el talento al servicio de la música. – Joaquín Vacca – Reseña completa
13. A.A.L. (Against All Logic) – 2012-2017
Other People
Bajo este nuevo alias, Nicolas Jaar parte de los ritmos no tan acelerados del deep house, un género que nació a mediados de los ’80. A su vez, el deep house de esa época incorporaba samples de temas de soul y funk. Entonces, 2012 – 2017 funciona como un juego de espejos, donde las influencias reflejan las influencias y la imagen final llega a nosotros distorsionada. Muchos se preguntan qué va a suceder con la manía retro que invade a la música desde hace años. Para Jaar, la respuesta es dejar que la música popular se muerda su propia cola y que vuelva a empezar, en una espiral de historias y referencias de la que sale algo genial. – Benjamín Carabajal – Reseña completa
12. Travis Scott – Astroworld
Epic / Cactus Jack
Astroworld es un compendio enorme de colaboraciones que actúan como un “ensemble cast”, además de un tracklist bastante generoso y una lista de sampleos casi interminable. A lo largo se su extenso tracklist, Travis Scott nos sumerge en un gran laberinto de espejos y sonidos modulados con dosis de humo y algodones de azúcar por igual. En cada canción podemos reconocer al rapero y recorrer su propio parque, en el que rigen sus propias reglas y sonidos. – Luis Mendoza – Reseña completa
11. Louta – Enchastre
Sony Music Entertainment Argentina
La consigna de Enchastre es otra vez la misma: que nada se repita. Cuando todo parecía estar inventado, el carismático personaje vuelve a sorprender con un disco que no se parece a nada. De ahí la dificultad para encasillarlo o incluso definirlo. Louta mete en su licuadora 11 canciones heterogéneas hasta hacerla rebalsar, provocando un verdadero enchastre. Melodías contagiosas que oscilan entre el pop, la electrónica y el trap, con letras simples, directas y coloquiales: estos son los ingredientes de un álbum a punto caramelo que impacta a la primera escucha. – Felipe Boetto – Reseña completa
10. Sophie – Oil of Every Pearl’s Un-insides
Transgressive / Future Classic
En algún pasado cercano, la figura de SOPHIE seguía velada por un aura de misterio. Pese a la notoriedad que pudo brindarle su adyacencia al colectivo londinense PC Music, la artista había optado por el anonimato, mostrando cierto agnosticismo hacia el álbum como formato. Es por esto que el lanzamiento de “It’s Okay to Cry” a fines de 2017 fue significativo: SOPHIE estaba haciéndose visible y audible por primera vez, reclamando espacio en el mundo. Su debut, Oil of Every Pearl’s Un-Insides (o fonéticamente I love every person’s insides, bang), gira precisamente en torno a nociones de identidad. A lo largo de toda la escucha, la artista negocia constantemente la dicotomía autenticidad-artificialidad: su versión del pop entra en comunión con un diseño sonoro rupturista; las voces pitcheadas coexisten junto a otras con manipulación mínima; y éstas, a su vez, pueden hasta haber sido prestadas. Al hacer esto, SOPHIE no sólo configura su personalidad musical, sino que se asume agente de su propia individualidad, arribando a la misma conclusión que enunció La Agrado en Todo Sobre Mi Madre: “Una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma”. – Bartolomé Armentano
09. Arctic Monkeys – Tranquility Base Hotel & Casino
Domino
¿Es Tranquilty Base Hotel & Casino un disco de Alex Turner? No. Si bien está compuesto todo por él, el nuevo sonido de Arctic Monkeys como banda es clave. Un frontman que muestra sus ideas muy distintas a lo que venían haciendo y una banda que decide sumarse a la experiencia. Los Monkeys no tuvieron ningún tipo de peso con cambiar el paradigma de AM (2013) con el que rompieron todo. Al contrario, hicieron el disco que quisieron hacer. El purista de los riffs de guitarra puede estar enojado, pero a nadie le importa. Mucho menos a los Arctic Monkeys. – Franco Vacchetta – Reseña completa
08. Bandalos Chinos – BACH
Con la canción como bandera, Gregorio “Goyo” Degano y los suyos demostraron que pueden coquetearle a lo retro con actitud moderna, y que pueden ser tan bailables como quieran sin perder un gramo de franqueza en el camino. A ese cóctel le suman una lírica teñida de vivencias personales, y la impronta heredada del rock nacional de los ’80. De esa misma base parte BACH, pero redobla la apuesta y se la juega por la canción pop de impacto directo, descubriéndolos en su faceta más intimista y sincera. – Marina Cimerilli – Reseña completa
07. Alex Anwandter – Latinoamericana
Nacional Records
Cuando Alex Anwandter editó Amiga hace dos años, se sirvió del alcance comunitario del pop para dialogar con la historia de su propio país, infiltrando disecciones sobre políticas de género en el proceso. Latinoamericana, su más reciente disco de estudio, amplificó la escala y extendió su objetivo a la totalidad del continente. El chileno entendió que el ascenso del neofascismo, el levantamiento de la extrema derecha y una historia de colonialismo constituyen actualmente traumas compartidos por todos nuestros pueblos. Ante este mundo que “se va a la mierda”, Anwandter enfatiza la necesidad de una fraternidad sudamericana. Respondiendo a este aforismo, decidió incorporar cuicas y charangos a su paleta sonora retro-futurista; como también incursionar por primera vez en la música popular brasileira (versionando, nada menos, que a Milton Nascimento y Chico Buarque). El resultado es su trabajo más vasto a la fecha: uno en donde puede abordar la pesadumbre lírica y destilarla a modo de crooner (el tema homónimo) o con joie de vivre digna de ABBA (“Axis Mundi”). – Bartolomé Armentano
06. Blood Orange – Negro Swan
Domino
El cuarto disco de Devonte Hynes, al igual que su predecesor Freetown Sound, tiene un hilo conductor. No solo de variedad de instrumentos trata la vida de este multiinstrumentista, sino que también muestra un interés por distintos temas sociales: en este caso, el álbum explora los distintos tipos de depresión en la comunidad negra, su existencia y la ansiedad de la gente queer y de color. Y para este asunto compuso un disco íntimo, sin muchas matices pero variado en la producción, que va desde tracks souleros y r&b que coquetean con el gospel, hasta el indie de guitarras. Los trabajos de Hynes bajo el pseudónimo de Blood Orange siempre suelen colarse en las listas de fin de año por su gran variedad de estilos y mixturas experimentales con el sonido pop más mainstream que maneja por su prolijidad como productor. – Franco Vacchetta
05. Kali Uchis – Isolation
Interscope / Virgin EMI
Isolation es un disco fresco y ecléctico, que mira hacia adelante sin abandonar sus raíces. Lleno de alma, posee una atmósfera insuperable y juega con la mejor carta de presentación de una artista única. El LP debut de Kali Uchis es el equivalente a tomar una copa de vino mirando cómo baja el sol sobre el océano: la infusión de jazz en cada uno de los diferentes temas y géneros por los que pasa el disco es la frutilla del postre. Es introspectivo pero aventurero, pegadizo pero sin planear sonar en la radio. Estamos ante el comienzo de una carrera que con suerte durará un buen rato, Uchis es especial y este primer capítulo lo confirma. – Fernando Traba – Reseña completa
04. Babasónicos – Discutible
Sony Music
Cinco años separan a Discutible del último trabajo de Babasónicos. Un tiempo largo en el que hubieron grandes giras, discos en vivo y proyectos electrónicos paralelos, un tiempo prudente para redefinir su concepto de canción, para alterar fórmulas conocidas. Este trabajo llegó luego del estreno de varios singles y videoclips, entre ellos el de “La Pregunta“, un fastuoso despliegue que adelantaba todo lo que vendría después. Lo que logra este disco es redescubrir la canción, sus tiempos, navegar entre la palabra y sus articulaciones, con el ya característico método de composición de sus letras, de su irreverencia. Por primera vez en su discografía se utiliza el vocoder como un instrumento más, los tiempos instrumentales se alargan y los coros (ya sean modulados o no) encuentran lugar en cada pieza. Discutible es quizás la mejor etapa de Babasónicos en mucho tiempo, es un avance en su ya instalada carrera en el que descubrieron que los mejor emerge cuando se discute con uno mismo. – Luis Mendoza
03. MGMT – Little Dark Age
Columbia
Little Dark Age es quizás el trabajo más conciso de MGMT a la fecha. Andrew VanWyngarden y Ben Goldwasser retoman la fórmula que mejor conocen: tomarse la música como un juego para deshacerse de su malestar existencial y pasar un buen rato. Aunque sí se siguen quejando de las cosas, y en este caso, se la agarran con la tecnología. Little Dark Age es un álbum que captura el sentimiento oscuro que siente la banda acerca del mundo actual y lo canaliza a través de la música y la ironía. MGMT exorciza sus demonios y ajusta el rumbo. Se muestran como una banda más madura que se hace cargo de sus asuntos y eligen recuperar un sonido armonioso y divertido, repleto de sintetizadores vintage y la cantidad justa de psicodelia pop. – Lucas Aymar – Reseña completa
02. Beach House – 7
Sub Pop
Los cambios en el sonido de Beach House en cada uno de sus discos fueron graduales, casi imperceptibles, delicados como cada pasaje en cada canción de su último disco. 7 es gran prueba de su reinvención y la renovación de la fórmula dream pop que elevan y enaltecen con cada nuevo material. Sin duda es el disco de Beach House que más desordenado suena hasta el momento, no tan refinado y siempre con una cuota de ruido cubierta por múltiples capas de sonido. Tiene sin duda un espíritu más rockero con destellos nostálgicos, como una tormenta que se arma de a poco. Se asemeja a un gran cielo gris con nubes de distintas densidades, grosores y texturas que se mueven lento cuando lo desean y rápido cuando no queda otra opción más que moverse más veloz. – Luis Mendoza – Reseña completa
01. Rosalía – El mal querer
Sony
Inspirado en Flamenca, una novela de autor anónimo del siglo XIII, el segundo disco de Rosalía, El mal querer, es el resultado de un trabajo que llevó más de dos años. La joven española se pasó horas en el estudio junto a su amigo y productor Pablo Díaz-Reixa Díaz (El Guincho) y eso se nota en cada detalle de las canciones que componen el proyecto. Entre los dos lograron una obra muy poco usual mezclando géneros tan distintos como el flamenco y la música urbana sin caer en la trampa de lo comercial. Es un álbum experimental que toma riesgos dejando los prejuicios de lado.
Los singles son las canciones más inmediatas y digeribles en El mal querer. Los elementos del flamenco unifican el proyecto transformándolo en algo coherente y que fluye sin obstáculos. La Rosalía del debut Los ángeles sigue presente cuando deja descansar las melodías pop de los singles y reluce la flamenca que hay en ella. Es un álbum experimental pero con raíces, las canciones oscilan entre el pop urbano y el flamenco tradicional pero siempre mirando al futuro.
Al rededor de todo el disco aparecen símbolos literarios clásicos como la luna, la sangre, y algunos versos de Federico García Lorca, para continuar el camino narrativo de leyendas españolas como Enrique Morente. Es el trabajo de una respetuosa y ambiciosa estudiante, haciendo ahora lo que fue hecho antes. El espíritu que lo mueve no es particularmente nuevo, pero la ejecución y el jugo del álbum es un producto de nuestros tiempos.
El mal querer está conformado por once capítulos basados en una historia de amor intensa rodeada de celos, violencia del hombre a la mujer, miedo y locura. En “Malamente”, canción que abre el disco, se hace presente el mal augurio de una relación con final anunciado cuando Rosalía ignora los consejos de una gitana y decide encarar la relación. Más tarde, inspirada en “Bodas de sangre” de García Lorca y una intro que samplea “Mi cante por bulerías” de La Paquera de Jerez, “Que no salga la luna” es el momento cumbre del disco donde comienza a desarrollarse la historia de un amor oscuro.
“Pienso en tu mirá” describe lo fatal que pueden llegar a ser los celos: “Cuando sales por la puerta, pienso que no vuelves nunca/ Y si no te agarro fuerte, siento que será mi culpa”. Cada capítulo se vuelve más intenso, y entre beats que fusionan ruidos de motores y frenos aparece “De aquí no sales” donde la violencia se hace presente (“Con el revés de la mano/ Yo te lo dejo bien claro”). Para entender esta historia hay que tener bien claro que las letras no están escritas siempre en primera persona, sino que el punto de vista recorre los distintos personajes y deja ver la imaginación y apertura mental con la que fue creada la obra.
Rosalía se muestra vulnerable en canciones como “Reniego”, junto a la colaboración de La Orquesta Sinfónica de Bratislava, y se da el lujo de colaborar con Rossy De Palma (conocida por sus películas con Pedro Almodóvar) en “Preso”, un monólogo breve que la actriz española grabó a través de una nota de audio de WhatsApp.
El disco también tiene conexión con el pop, género que Rosalía creció escuchando de joven. En “Bagdad” usa una interpolación de “Cry Me a River” de Justin Timberlake, “Di mi nombre” toma el título del hit de Destiny’s Child “Say my name”. En la primera hay un momento de encuentro con Dios, y aparece la esperanza de que la relación funcione a pesar de todo lo malo que la rodea. En “Maldición” se utiliza un sample de Arthur Russell y el sintetizador recuerda a alguna producción de James Blake, del cual la misma Rosalía es fan. No hay nada dejado al azar en El mal querer. Es este tipo de experimentación entre diferentes géneros sin perder la esencia lo que transforma a este proyecto en algo especial. Hay una naturalidad para hacer uso de referencias al pop, a la música alternativa y a las raíces españolas que sorprende.
El disco cierra con “A ningún hombre”, un himno marcado por el autotune con una letra profunda que llama al poder femenino cuando finalmente la mujer de la historia logra alejarse del hombre que la tiene encerrada en la relación.
Hay canciones del disco que pueden ser disfrutadas por separado, pero la experiencia resulta más satisfactoria cuando se presta atención a la obra completa. Las expectativas sobre El mal querer se ven recompensadas por un proyecto que será recordado por muchos años: Rosalía ha creado un álbum que marca un antes y un después en la historia de la música española mostrándole al mundo una visión diferente de la música en castellano y demostrando que no todo tiene que ser reggaetón para llegar a lo más alto. Además de ser un triunfo personal y creativo para la joven, el disco es una bendición para la música en general. – Fernando Traba