Estamos despidiendo un año de regresos y cambios, de novedades y consagraciones; tendencias que también describen qué pasó en la música durante el 2019. Todos los días parece que tenemos la oportunidad de escuchar una nueva canción, una playlist actualizada o descubrir un artista emergente. Pero los discos nos piden que frenemos un poco y nos sentemos con unx artista a escuchar qué tiene para decirnos. No hay dudas sobre la pérdida de fuerza que sufrió el formato del álbum en la era del streaming, pero estos discos hacen que el formato sobreviva incluso cuando su contexto parezca irreconocible.
Como todos los años, el staff de Indie Hoy hizo una selección de los discos que de alguna manera definieron el 2019. Pueden escuchar los discos haciendo clíc en las portadas. Algunos títulos también tienen una reseña completa previamente publicada, que pueden leer siguiendo el link que aparece al lado de la firma del autor.
50. Ariana Grande – thank u, next
Republic
Durante 2019, escuchamos a muchos cantantes pop tratando de acomodarse en la era del trap. Algunos tuvieron más suerte que otros, pero en todos se sintió lo forzado de querer subirse a la ola trapera. thank u, next es un disco atravesado por el trap pero no hay nada en él que suene forzoso. Ariana Grande encontró un lugar cómodo desde donde sonar fresca y divertida, y presumir su rango vocal. Producido cinco meses después del brillante y catártico Sweetener, Ariana ya no pierde tiempo en llorar por los desafíos que tuvo que afrontar y los amores que perdió en el camino. Los singles del disco sonaron en todos lados pero sin generar el cringe radial de sus hits pasados. En deep cuts como “Fake Smile” y “Ghostin” suena superada pero emocional, como una compositora honesta y abierta a experimentar con ideas nuevas. Con thank u, next, Ariana demostró que conoce bien la diferencia sutil entre hacer un trap y hacer una canción. – Eric Olsen
49. The Drums – Brutalism
ANTI-
Si en el disco anterior de The Drums, el sentimental Abysmal Thoughts (2017), la puerta hacia la sensibilidad se abrió un poco, en Brutalism cada sonido se aúna para hacer de este su disco más personal a la fecha. Y aunque esta apertura confesional pueda implicar cierta luminosidad en cuanto al sonido, nada está más lejos en cuanto a las letras que siguen siendo melancólicas y sumamente profundas. Es valedero el hecho de que una banda luego de editar su quinto disco mantenga rasgos de su personalidad y su sonido, pero que también agregue nuevas texturas y sentidos a su música. The Drums logra eso en su quinto disco y demuestra que, aunque tarde, el camino del autodescubrimiento es fundamental para mantenerse vigente. – Luis Mendoza – Reseña completa
48. Chita – Encanto
Clix
Luego de un EP y varios singles que la posicionaron como uno de los nombres en ascenso de la escena argentina, Chita publicó este año su disco debut, Encanto. Las siete canciones del álbum navegan entre una fusión de trap y soul con letras valientes y empoderadas, que la establecen como la artista más representativa de la escena del neo soul local. Nocturnidad, venganza, sensualidad y estilo son elementos que se dan cita en “Nada más que hablar”, su colaboración con Neo Pistéa. En “Tal vez”, su voz pasa de aguda a grave en cuestión de segundos mientras canta sobre la idea de recuperar la pasión del comienzo de una relación. Chita confirma en su debut su habilidad para contar historias de amor realistas, sin tiempo para las utopías. – Fernando Traba
47. Panda Bear – Buoys
Domino
La época de oro de Animal Collective perteneció a la década pasada, pero la influencia de su pop experimental y sampleo revolucionario pesó fuerte durante los últimos 10 años. En el sexto disco de su carrera solista, Panda Bear continua un camino de psicodelia y redescubrimiento. Después de haber trabajado durante años con Sonic Boom, esta vez Noah Lennox se unió al productor Rusty Santos para dar con un sonido más esquelético que se sostiene con la voz de Panda y su guitarra acústica. Las texturas digitales y la mezcla 3D del disco lo hacen sentir actual y nuevo a la vez. Pero son las melodías de Buoys y sus letras, mitad consejos de padre, mitad collages poéticos, las que crean un hilo conductor entre los discos clásicos pasados de Panda Bear y sus recientes trabajos de madurez. – Eric Olsen
46. Foals – Everything Not Saved Will Be Lost
Warner Bros.
Foals regresó con el sonido de fábrica espacial ponderado en discos previos. El último trabajo de los ingleses parece una compilación de canciones inéditas más que una narrativa bípeda. El dance rock de Antidotes, la melancolía de Total Life Forever y la vorágine belicosa de Holy Fire y What Went Down retumban en el LP de dos partes titulado Everything Not Saved Will Be Lost. Las guitarras y bajos continúan mordiendo a muelasos las melodías y los riffs principales; sintetizadores desdibujan la arquitectura onírica de la estación industrial de Yannis Philippakis. Pero cuidado con evitar el juego de subtramas griegas que se halla entre ambos discos en “Café d’Athens” e “Ikaria”. Para los apegados a la actitud agresiva y desacomplejada de Inhaler, esta sensación sobrevive (en menor medida) en “Black Bull” y “White Onions”. El cierre en “Neptune” pareciera más el fin de una etapa iniciada en Holy Fire con “Prelude”, pues concluye con esto el segundo punto de giro del repertorio Foals. – Paulo Srulevitch
45. Hot Chip – A Bath Full of Ecstasy
Domino
A lo largo de sus más de quince años de carrera, la banda inglesa cosechó múltiples éxitos, que se dieron a partir del gran salto de su disco Made in the Dark y el seguidor One Life Stand, obras coloridas y potentes que se apoyaban en lo bailable. A Bath Full of Ecstasy no es su disco más explosivo, pero Hot Chip sigue sonando tan innovador, fresco y lúcido como siempre. Este séptimo trabajo inicia con “Melody of Love” y nos introduce en un universo luminoso de colores lavados y capas de sonidos que se funden una seguida de la otra de manera sutil. Siguiendo un poco más adelante nos encontramos con “A Bath Full of Ecstasy” y su batería insistente pero relajada. El hit del disco viene de la mano de “Hungry Child”, para el cual Joe Goddard presta su voz y que de a poco arma una atmósfera que da paso al movimiento. Le sigue “Positive”, que conserva ciertos resabios de su trabajo anterior, y para el cierre con “No God” el disco ya está elevado muchos metros sobre el suelo, como corolario de un sonido atmosférico y recargado de luz, que nos dice que hay Hot Chip para rato. – Luis Mendoza
44. La Femme D’Argent – Muro de Planck
Geiser Discos
La Femme D’Argent narra desde un punto híbrido entre lo antiguo y lo moderno, busca en lo primitivo un portal para modernizarse y en lo actual algo para anclarse al pasado. Su primer LP, Muro de Planck, refleja un puente hacia el retro-futurismo, con distintos tipos de energías canalizadas en diversas sintonías. Las hay graves y poderosas como en “Salve”, y otras más sentimentales como en “Si no estás”. Las bases electrónicas conjugan una pista de baile synthpop, pero con una ventana abierta hacia la sensibilidad de su poética. En “Caer”, la apertura del disco, se combina este retrotraer de universos sonoros; el cierre con “Euròzia” logra una oda experimental y vertiginosa. A partir de la mezcla de texturas disímiles, La Femme D’Argent crea su remolino de expresión. – Juampa Barbero
43. Los Veranos – Falso sonido
Solo le pido a Dior
Siguiendo la senda de grandes artífices del electropop tucumano como Diosque, Los Veranos entregó un disco debut con siete tracks que abordan las relaciones personales desde una perspectiva nostálgica e incluso con cierto idealismo propio de otra era. La grata sorpresa es que en la mayoría de sus temas lo hacen con un estilo sonoro orientado a las pistas de baile. Valiéndose tan solo de sintetizadores, guitarra y sus propias voces, Exequiel Argañaraz y Luciana Lescano sueltan confesiones íntimas en medio de compases ideales para cualquier tarde veraniega. Falso sonido arranca con el ímpetu empoderador de “Ella”; luego en el coro de “Comprar revistas” le cantan a los romances y formas de diversión analógicas: “Comprar revistas era el plan/Después ir a bailar/Te llevo de la mano a donde quieras.” Las últimas canciones del disco (“Pavadas”, “Caramelos” y “Distracciones”) ostentan una impronta más melancólica, similar a la de algunas composiciones con tintes agridulces de la era pop de Babasónicos. El punto más alto del nuevo disco de este dúo llega con “Fuego piel”, un himno pop definitivo sobre pasiones juveniles. – Laura Camargo
42. Marina Fages – Épica & fantástica
Discobabydiscos
En Épica & fantástica, Marina Fages construye un imaginario mágico que, lejos de pecar de frívolo o escapista, encuentra en el optimismo una forma de resistencia. Co-producido junto a Diego Acosta, cada track de Épica cuenta con una infinidad de capas de sonido intersecándose: depende de quién escucha concentrar su percepción en seguir la nueva línea melódica que aparece con cada verso, o dejarse envolver por la totalidad de una canción inmediata. – Bartolomé Armentano
41. Vampire Weekend – Father of the Bride
Columbia
¿Qué camino tomarían Ezra Koenig y los suyos después de aquel álbum ganador de un Grammy y la partida de Rostam Batmanglij, uno de sus miembros fundadores? Hubo que esperar seis años para saberlo. Dicen que el cierre de un disco da indicios de lo que traerá el próximo, y si así fuese, la sombría “Hudson” (el verdadero final de Modern Vampires of the City) invitaría a pensar en unos Vampire Weekend volcados a la experimentación más densa. Pero Father of the Bride abraza el intimismo más dulce, brillante y feliz. Tal cual lo estaría, suponemos, el padre de la novia. El contraste entre este cuarto LP y su predecesor se adivina desde la portada: una Nueva York monocromática, nebulosa y siniestra, versus el dibujo naif de un planeta que promete globalidad sonora. Globalidad que, sin embargo, abandona el espíritu punk y los himnos adrenalínicos para abrazar una world music intimista y acústica, que por primera vez mira también hacia adentro -lo demuestran los toques country de “Hold You Now”- y se expande hasta límites insospechados en el flamenco deforme de “Sympathy”, o en el arielpinkeano “Sunflower”. “Rich Man” -casi un outtake de Contra – viene a recordar que los Vampire weekend son el equivalente musical de Wes Anderson, mientras que “Bambina” aporta el momento más energético de esta nueva encarnación, donde también hay lugar para Steve Lacy y Danielle Haim como invitados de lujo. En un mercado gobernado por el single, Vampire Weekend se la juega con un álbum doble y desafía a sus fans a un paseo por el mundo a lo largo de 18 canciones que amplían los límites del pop. Energía renovada para unos vampiros ávidos de sangre fresca. – Marina Cimerilli
40. Los Makenzy – Monstruos y animales
Independiente
Quien haya conocido a Los Makenzy durante sus inicios, o se anime a escuchar ahora sus primeras canciones, no dudará en clasificarlos como una de las bandas colombianas más rockeras de estos años. Sin embargo, el primer disco de la agrupación se aleja de los agrestes terrenos del rock garajero para incluir una amplia variedad de corrientes sonoras. La herencia de rancheras y boleros se hace presente en “Retrato”, mientras que el reggae manda la parada en “Wasting Time”, y “Delirio” despliega una confesión de amor en clave funk. También se trata de un álbum con pasajes sentimentales en el que se le canta a una abuela con Alzheimer en “Nona” y a un niño al que le cuesta conciliar el sueño en “Monstruos y animales”. Queda claro que el productor argentino Tweety González los condujo por una senda más ecléctica y los ayudó a pulir esta placa que entre contrabajos, saxofones y guitarras distorsionadas, los consolida como referentes de la escena latinoamericana. – Laura Camargo
39. Coiffeur – Eclipse
Quemasucabeza
“Sos el enigma hecho cuerpo” es una de las primeras frases que se escuchan en Eclipse. Ese comienzo sirve para sintetizar cómo el nuevo disco de Coiffeur gira alrededor de las incertezas en las relaciones humanas en tiempos de redes sociales, encontrando sentidos implícitos y riqueza poética en todo lo que está omitido, lo que se dice en voz baja o en la extrañeza del anonimato detrás de una pantalla. Si en los primeros discos del proyecto de Guillermo Alonso la fuerza lírica estaba potenciada por cuerdas folk, en Eclipse se termina de consolidar una búsqueda hacia paisajes electrónicos que ya había comenzado en su anterior disco, Conquista de lo inútil (2013), y que lo llevan desde una terraza veraniega en Morón a la nocturnidad de la pista de baile. Con su nuevo álbum, Coiffeur inyecta romance a la escena local de pop exponiendo una idea evocativa del deseo, que en un trabajo de naturaleza escapista y en tiempos de streaming, hubiera interpelado mucho al Federico Moura de Superficies de placer. – Federico del Val
38. Lucy Patané – Lucy Patané
Independiente
Si bien Lucy Patané ya ha dado sobradas pruebas de su virtuosismo con la guitarra, en su album debut como solista explora la composición desde una óptica de raíz. El disco abre con un instrumental en plan conceptual como introducción a un despliegue vocal sin precedentes. La versatilidad de sus arreglos da la pauta de su desarrollo como artista de cabecera en la nueva escena. Sus múltiples facetas (productora, cantautora, guitarrista y un largo etcétera) no parecen agotarse, y cada pieza es un nuevo abanico abierto en su repertorio. Patané proyecta en sus canciones una escenificación cinematográfica al compás de una destacada base rítmica en perfecta sincronía. Pero su álbum también funciona como transición hacia una inevitable consagración junto a una amplia camada de compositoras innovadoras. La portada la muestra en el aire y con una guitarra eléctrica pero su álbum la proclama enraizada a la música popular y los sonidos orgánicos. La guitarra criolla comanda sus visiones y la eléctrica irrumpe como un rayo presagiando la tormenta. Su disco homónimo encamina a Lucy hacia el cielo con diamantes y obras estelares. – Sebastián Salcedo Amor
37. Antuantu – Transformera
Independiente
Antuantu publicó este año Transformera, el tercer disco de su carrera solista, seguidor de Une (2016) y el soundtrack Los muertos dos (2018). Transformera expone un conjunto de canciones que cuestionan las desigualdades de las leyes establecidas. Antuantu apunta contra el patriarcado con su impronta destructora con canciones como “Macho facho” y “El estado de las cosas como son”, donde canta “No nacía en un cuerpo equivocado/El equivocado sos vos.” La producción del disco despliega una indagación electrónica llena de detalles inquietos que lo hacen un trabajo sumamente particular: no hay nada en Transformera que suene parecido a lo que Antuantu hacía en su banda Nunca Fui a un Parque de Diversiones. La artista originaria de Bariloche emergió de una exploración subjetiva donde se hacen latentes las cuestiones colectivas que dictaminan el orden y el ciclo de las cosas. – Juampa Barbero
36. Bubis Vayins – Salir
BPM Discos
En su segundo disco, Bubis Vayins tomó como eje la simplicidad, sobre todo en el mensaje que quieren transmitir. Sin tantos ornamentos discursivos y concentrándose en la sencillez, sus letras divagan entre temáticas relacionadas a la cotidianidad, a la intimidad de un nuevo hogar y a los mismos pensamientos que nos interceptan en el devenir rutinario. La creatividad que se manifiesta a lo largo de esta nueva producción sonora expone una nueva etapa para la banda rosarina. Bubis Vayins se reinventó y logró transmitir un presente artístico que se trata de sorprenderse con nuevas ideas y escribir canciones para hacerle frente a la monotonía de la vida. – Pilmayquén Belgradi – Reseña completa
35. Big Thief – U.F.O.F.
4AD
El recorrido sonoro a lo largo de la discografía de Big Thief tiene una progresión natural y casi espontánea que, en su nuevo disco, lleva a su folk de matices oscuros a un ejercicio de psicodelia melancólica. La voz de Adrianne Lenker se transforma, cambia del tono más agudo al más grave mientras se mueve de forma instintiva en espirales de acordes que acentúan el armado de una atmósfera hipnótica. Conforme avanza el álbum, las formas se tornan más difusas y la distorsión se hace carne mientras Big Thief se aleja de lo terrenal para adentrarse en un collage sonoro que mezcla al folk rock más clásico con el dream pop. Atravesado por un sonido orgánico y etéreo, U.F.O.F. es un disco obsesionado con el más allá, con lo extraño y con lo distante que, sin paralizarse frente a la idea de lo desconocido, la abraza. – Federico del Val
34. Mueran Humanos – Hospital Lullabies
Cinema Paradiso
Mueran Humanos, una de las propuestas argentinas más arriesgadas de la actualidad, siempre ha reconocido no sentirse parte de ninguna escena musical. También es sabido que sus creaciones no se limitan a lo sonoro, y sus dos integrantes Carmen Burguess y Tomás Nochteff incursionan en la fotografía, el cine, el collage y la pintura. En ese sentido, su tercer álbum titulado Hospital Lullabies viene a ser su obra cumbre porque es presentado junto a un film experimental dirigido por Burguess. Allí se dedican a la construcción de un nuevo universo de pop industrial, lleno de personajes oscuros y melodías que invitan a entrar en un trance intenso. – Laura Camargo – Reseña completa
33. The Raconteurs – Help Us Stranger
Third Man Records
Help Us Stranger consta de 12 canciones que fueron fluyendo con naturalidad cuando los miembros de The Raconteurs coincidieron en la casa de Jack White, en Nashville. Anclado en un sonido setentoso pero permeable con la tecnología del 2019, el disco presenta guitarras virtuosas, baterías potentes, distorsiones que oscilan entre un blues lisérgico y una devoción solapada a Led Zeppelin, y bajos imponentes. La producción corrió a cargo de White, quien a esta altura es la fuerza dominante de cada proyecto que encabeza, y de Brendan Benson, el otro compositor de la banda. Cuando nadie lo esperaba e incluso muchos daban por muerto el proyecto, The Raconteurs irrumpe nuevamente en la escena con un álbum liviano pero fresco y espontáneo. – Guido Arch – Reseña completa
32. (Sandy) Alex G – House of Sugar
Domino
Antes de que Kacey Musgraves y Mitski instalen el imaginario de cowboys en el country pop y en el indie, respectivamente, (Sandy) Alex G forjó toda una obra que revitaliza la “música americana.” El oriundo de Pennsylvania canta sobre crecer y adolecer en un mundo que no se enteró que el sueño americano es una falacia. Observador de lo cotidiano, (Sandy) Alex G corre el velo de ese universo y, entre guitarras lo-fi, violines, flautas y pianos, cuenta historias sobre apostadores, perdedores y adictos. A veces en la línea de Stephin Merritt, los relatos de (Sandy) Alex G oscilan entre la realidad y la ficción: “Gretel”, el primer corte de su tercer disco para Domino, reimagina el clásico cuento Hansel & Gretel de los Hermanos Grimm; “In My Arms” narra un amor secreto basado en las sutilezas. Alex Giannascoli pasó de ser uno de los secretos mejor guardados del indie en época de Bandcamp, a colaborar y salir de gira con Frank Ocean y trabajar con Oneohtrix Point Never. A sus 26 años, entregó un disco que le habla a una generación de desesperanzados, pero encantados con lo simple. – Rodrigo Piedra
31. Hojas Secas – Zodíaco y político
Discos Laptra
El cuarto disco de los platenses Hojas Secas es un conjunto de canciones de resistencia en medio de un contexto socioeconómico preocupante en Argentina y sus países vecinos. La banda liderada por Lucas Jaubet se convierte en vocera de una generación marcada por la ansiedad y la sobrecomunicación. Por suerte, en lugar de regodearse en la angustia apocalíptica, sus composiciones ofrecen redención por medio del afecto y la empatía. Zodíaco y político abre con “Hasta las manos”, tema que arranca cantando: “Bajando de clase social/ nos quedamos mirando el recital/Y en ese momento que necesitamos/Pinta la devaluación/Entonces agarré tu mano para que lo bailes/Y me digas a dónde escapar.” También se trata de un álbum con menor potencia guitarrera pero mejor construcción melódica que sus trabajos anteriores. Esto se hace evidente en pistas como “Complicadísimo” y “Por la esquina de tu trabajo” que repiten estribillos de impronta noise pop tan contagiosos como su optimismo. – Laura Camargo
30. Deerhunter – Why Hasn’t Everything Already Disappeared?
4AD
Deerhunter es una de las bandas más influyentes de la escena alternativa gracias a su ecléctica discografía. En Why Hasn’t Everything Already Disappeared? se abren a nuevas sonoridades manteniendo un nivel superlativo. La intimidad artesanal se complementa aquí con una novedosa instrumentación. Mediante vientos y cuerdas, el piano cobra fuerte protagonismo en las canciones. Los arreglos orquestales se conjugan con una espontánea base rítmica y variados efectos de guitarra en segundo plano. Bradford Cox cuida cada nueva entrega con devoción y el trabajo de Cate Le Bon en la producción lleva sus composiciones a otro nivel. La banda transita la muerte de su ex bajista bajo un velo de introspección. Las letras pregonan la preponderancia del amor aún en ambientes apocalípticos, haciendo del fatal desenlace una excusa para explorar augurios sentimentales. Entre arrebatos de ternura y climas oscuros, Deerhunter logra continuar su saga de hitos. Una de las exiguas bandas de culto que ha llegado a la masividad sin perder un ápice de su espíritu innovador. – Sebastián Salcedo Amor
29. Cazzu – Error 93
Rimas Entertainment
Julieta Cazzuchelli tenía muy en claro que el objetivo principal de su vida era cantar. Su primera oportunidad se dio en el terreno de la cumbia, a pesar de que ella consumía hip hop y punk rock. En el proceso aprendió a enamorarse de los ritmos tropicales, y en la visión del trap y el reggaetón que ofrece Error 93, se vinculan perfectamente la potencia melódica de sus antecedentes cumbieros, la cadencia free style del hip hop y la fuerza contestaria del punk. Resulta inspiradora la forma en la que 10 temas repartidos en 32 minutos le bastan a Cazzu para abrirse paso en una escena donde los hombres han estado deliberadamente más expuestos, mientras deconstruye el género y cuestiona los preceptos patriarcales de la heteronormatividad. Cazzu es la prueba de que el trap no tiene cara de mujer: tiene la cara de muchas. – Federico del Val
28. Mora y los Metegoles – Dejen dormir
Toto Records
Hoy ya no es posible hablar de “un” sonido platense, y mucho menos referirse a “la escena platense”, así en singular. En la vereda del rock, asoman nuevas bandas que crecieron escuchando El Mató pero que no buscan repetir fórmulas. Entre el EP debut de Mora y los Metegoles y Dejen dormir, su primer larga duración, pasaron dos años. Ya desde el single adelanto “A 100 en bajada”, se escuchaba un alejamiento de la estética y sonido lo-fi de las primeras grabaciones, acercándose a sonidos más grandilocuentes. Sin perder la frescura, Mora Palvi se perfila como una afilada observadora de su alrededor, cuestionando lo que le pasa individual y colectivamente (“Avisame cuando llegues” puede relacionarse con la lucha feminista). A través de sus canciones documenta el crecimiento, ese “no entender” propio del paso de la adolescencia a la adultez, que siempre se presenta abrupto y absurdo, sin perder de vista su lugar en el mundo: “Ahora que estamos más grandes/Ahora que entiendo un poco más/Veo que hay cosas que ya no puedo aguantar más,” canta a modo de manifiesto en el tema que cierra “Yo ya no”. – Rodrigo Piedra
27. DIIV – Deceiver
Captured Tracks / Casa del Puente Discos
El tercer disco de la banda neoyorkina formada en 2011 llega envuelto en un halo de profunda oscuridad, inmersiva desolación y rodeando la temática del difícil reto que supone superar las adicciones. En Deceiver, DIIV hace del shoegaze su refugio y lo explota durante todo este trabajo, el menos luminoso de toda su carrera, con guitarras desgarradas y baterías precipitadas, lleno de altos y bajos constantes. Las canciones en su mayoría se apoyan mucho en la guitarra y suman sonidos hasta explotar. Los tracks más potentes y destacables son “Blankenship”, “Horsehead” y la ruidosa “For the Guilty”, aunque todos escondan momentos preciosos, como un ansiado respiro entre tanto humo oscuro. Cada canción se erige como un manchón sobre un fondo oscuro y pesado, cada mancha tiene una textura recargada y contribuye con esa atmósfera densa que se extiende (y en algunas ocasiones se empasta) durante los poco más de cuarenta minutos de su extensión. Las voz susurra entre coros y distorsiones, ahogada por todo el sonido en más de una ocasión y expresan lo difícil de ese universo apabullante, opresivo, del que no siempre se puede salir airoso y que DIIV retrata de una manera perfecta. – Luis Mendoza
26. Helado Negro – This Is How You Smile
RVNG Intl.
Como un ejercicio terapéutico, Roberto Carlos Lange se aisló durante dos semanas en dos estudios de Brooklyn para hacer el sexto disco de Helado Negro. El resultado es un álbum calmo que, entre texturas lo-fi, guitarras y teclados, transmite sosiego en su falsetto cuando canta sobre autoestima e identidad. Hijo de inmigrantes ecuatorianos, sus creaciones no conocen de fronteras: en This Is How You Smile alterna entre el español e inglés, a veces incluso dentro de una misma canción. “Fantasma Vaga”, la primera canción que aparece cantada en español, guarda una referencia a Gabriel García Márquez. Sin estar ajeno a las problemáticas de la región (uno de sus mayores éxitos a la fecha es el tema llamado “Young, Latin and Proud”), en el track final “My Name Is for My Friends” samplea grabaciones registradas en una marcha por la abolición del controversial ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos). A punto de entrar en su cuarta década de vida, Lange vuelve a transformar sus vulnerabilidades en canciones. Esta vez lo hace a través de un ensoñador viaje psico-folk que suena meditativo y recuerda a las mejores épocas de Devendra Banhart. – Rodrigo Piedra
25. Nicolá Cruz – Siku
ZZK Records
Siku de Nicolá Cruz naufraga en el historicismo y encuentra, en esa unión cultural, un puente que desea atravesar para llegar a nuestros oídos. Tan directo como su nombre, Siku, que es un instrumento antiguo y lejano a algo tan digital como la era electrónica; Nicolá Cruz traza la dualidad de estos polos en un disco que busca la identidad en las raíces de los sonidos. Una especie de trance ancestral donde el productor ecuatoriano levita por sonidos folclóricos y los hace convivir en la misma atmósfera con la vanguardia electrónica de su propuesta estética. Cruz no huye a lo seguro, sino que se embarca hacia horizontes ya explorados por su tradición de género, pero le da una mirada moderna porque en las tierras y en su memoria es donde se encuentran las respuestas. Nicolá Cruz hace de estos once tracks un viaje espiritual que logra que la mente se escape mientras el cuerpo no deja de bailar. – Juampa Barbero
24. Toro y Moi – Outer Peace
Carpark
¿Qué nos tiene preparado Chaz Bear en Outer Space? La respuesta de a poco se devela en el universo synth pop, relajado y refinado que creó para su nuevo disco, uno de los mejores de su carrera. Introducirse en este espacio es relativamente fácil, los sonidos son frescos, en ocasiones más movidos y por momentos más aplacados. Suena moderno sin sobrecargarse ni ser estrafalario, cada sonido está acomodado de manera acertada, fluyendo en tiempos distintos pero concluyendo en el mismo lugar. El disco abre con “Fading”, un comienzo algo atropellado que se compensa con la soltura de lo que viene después. Le sigue la hedonista “Ordinary Pleasure”, convocando a que el pensamiento y la acción se unan para darle paso al disfrute, para alejarse del ruido del mundo lo más que podamos. “Miss Me” y “50-50” sean quizás los tracks más calmados del disco, que tiene como hit a “Freelancer” y su reivindicación al trabajo en solitario y detallista, algo que Toro y Moi arriesgó en esta oportunidad y tuvo como resultado uno de los mejores discos pop de este año. – Luis Mendoza
23. Riel – Espacio interior
Casa del Puente Discos
Unos de los mayores exponentes del noise rock y shoegaze argentino deslumbra con un cuarto álbum con espíritu cancionero que aún así conserva intacta su matriz ruidosa. En Espacio interior, Riel le canta a la decepción y la confusión emocional en temas como “BB”, pero también hay canciones de amor y valentía como “Más allá del mar”: “Todo eso que no te gusta de vos/Regalámelo que me encanta a mí/Más allá estaba el mar/Más acá estabas vos/Ya no te quiero extrañar.” En “Paseo psicodélico” beben de la influencia de bandas como Ride para cantarle una vez más al romance. Por otra parte, en “El futuro es mujer” Mora Riel y Germán Loretti le rinden homenaje a los avances de la ola feminista que se ha levantado en Latinoamérica y otras regiones del mundo; así como en “Retorno de Saturno” y “Géminis” se dejan permear por el auge de la astrología en el imaginario colectivo de millenials y centennials. Espacio interior es sin dudas el disco de los Riel que más bucea en las preocupaciones de sus contemporáneos. Consiguen traducirlas con astucia musical y sus cifras en plataformas de streaming lo demuestran. – Laura Camargo
22. Juan Mango – Ochocientos envolventes al sol
Independiente
En Ochocientas vueltas envolventes, Juan Mango se aleja de la energía de su banda pero indaga en nuevos territorios, con otro tipo de sensibilidad y cercanía. Su sonido es más suave, como buscando ser un abrazo cálido, pero es también una invitación a nuevos mundos. Con una producción psicodélica y electrónica, Ochocientos funde al oyente en una cosmología poética. Siete fragmentos, distanciados por la oscuridad del universo, pero atravesados por la estela de una estrella fugaz. La lírica está repleta de imágenes que parecen flotar, retazos que buscan distintas formas para imprimir la psicodelia sonora en palabras. En un mundo donde vibran las malas energías, el disco de Mango hace del amor una forma de resistencia. – Juampa Barbero – Reseña completa
21. Nick Cave & the Bad Seeds – Ghosteen
Ghosteen Ltd.
Si su disco anterior, Skeleton Tree (2016), era una lágrima cayendo de un cielo oscuro y tormentoso causado por la muerte de uno de sus hijos; Ghosteen es la llegada a una isla paradisíaca luego de haber nadado en el océano de la angustia. Ahogado por el dolor y con su voz rota por el confrontamiento, Nick Cave saca de las tinieblas su disco más melancólico y lúgubre. Compuesto en dos partes, Ghosteen tiene un sonido muy denso, que por momentos agobia y nos hace sentir dentro de un frasco cerrado. Lo desgarrador no es la superación, sino la aceptación de la sombra. La lírica retrata caballos, bosques y barcos, mientras un piano abatido acompaña lentamente el descenso, hasta llegar a la segunda parte del disco que se vuelve más ceremonial y punitiva. Son solo tres canciones, pero extensas, donde lo celestial y lo espiritual chocan contra el vidrio de la parodia hollywoodense de una cruda realidad. Nick Cave entrega su disco más personal, una obra en la que abre su corazón y muestra sus entrañas. – Juampa Barbero
20. Angel Olsen – All Mirrors
Jagjaguwar
A las puertas de la consagración, Angel Olsen ha dado un giro trascendental a su carrera. Misticismo sombrío y una alta dosis de catarsis le ha costado su disco más logrado y sufrido. All Mirrors es un renacer artístico con un fuerte trabajo vocal que la consagra como una voz referente de su época. Angel acomete frente a la oscuridad en búsqueda de sanación, escucharla proyectar su voz es sentirla estremecer. Durante su carrera acumuló un caudal suficiente de hits, pero su nuevo disco es una afrenta hacia la superficialidad abocado a producir una oda suprema al arte. – Sebastián Salcedo Amor – Reseña completa
19. Ysy A – Hecho a mano
Independiente
Desde 2017, todos los 11 de noviembre son fechas fundamentales en la vida de Ysy A. Ese año, El Quinto Escalón, la competencia de plaza que llevó adelante, cerró con sold out en el Microestadio Malvinas Argentinas. En 2018, ya con su nuevo alias (le costó que la escena lo dejara de conocer como Alejo), estrenó Antezana 247, su primer álbum con el título en honor a la dirección a La Mansion, la casa donde vivía junto a Duki. El 11 de noviembre de 2019 salió a la luz su segundo trabajo llamado Hecho a mano, compuesto por once tracks cortos donde solo uno supera los tres minutos de duración. Todos ellos están producidos por personas distintas: 0-600, Omar Varela, Orodembow, Clubhats, Bles, Asan, Halpe, Shigant G, Oniria, Rulits TMB y Shigant G. De misma forma, Ysy A hace que cada canción camine sobre distintas temáticas. Sobre su estilo que le quieren robar, sobre los que le quieren copiar, sobre vivir el mañana sin pensar en el ayer, sobre una noche calurosa con una mujer y sobre su hijo Bruno, al cual le va a dar lo que su abuela no tuvo. Sin embargo, todas y cada una de sus líricas fluyen en un mismo estilo de beat: trap. Trap desde el primero al último, algo que no podía ser de otra forma para quien se autoproclamó El Varón del Trap. – Dante Conti
18. Varese – Desaparecer
Independiente
La idea de desaparecer es un siguiente paso a la de desvanecerse, ya presente en la frase núcleo del primer EP de Varese: “Todo se pierde en la noche.” En su LP debut, el dúo platense rodea el concepto inicial, lo remarca con tinta oscura y busca otras palabras, otros sonidos, para dar forma y expresar su misterio. Compuesto por seis canciones, este nuevo trabajo construye un laberinto que incinera la idea perspicaz de sentirse perdido, concibiendo un lenguaje corporal que se transcribe en el placer de la resistencia, en un vestigio emotivo convertido en una ceniza electrónica. Desaparecer es un trabajo fundamental para la escena electrónica platense que viene tomando espacio. – Juampa Barbero – Reseña completa
17. Weyes Blood – Titanic Rising
Sub Pop
La sorpresa del año es el vendaval sonoro de Weyes Blood. En Titanic Rising, la artista estadounidense decoró su dramatismo de sutiles arreglos de cuerdas, logrando un álbum con un sinfín de detalles. Su meticuloso trabajo se percibe en la icónica portada y la innovadora base rítmica. Las canciones están cargadas de capas sonoras más allá de lo aconsejable y aún así funcionan con creces. Una minuciosidad obsesiva ha acomodado cada pieza y el disco rebalsa como su habitación. Natalie Mering le canta a lo divino y su emoción se agudiza. Sus letras de abandono y desengaño se lucen sobre una orquestación a gran escala logrando un álbum de ensueño. – Sebastián Salcedo Amor – Reseña completa
16. El Robot Bajo el Agua – El lado velado
Independiente
Lo primero que se escucha en el nuevo disco de El Robot Bajo el Agua es un respiro. Como si el proyecto de Nicolás Kramer hubiera estado estos nueve años de silencio sumergido en el agua. Meditando en lo profundo del océano Atlántico, un día salió a tomar aire y liberó El lado velado, la sexta pieza de su esporádica discográfica. Mucho cambió desde el último disco de El Robot, A dolores que percibió la grandeza de 2010; la escena musical argentina pasó por un momento de abundancia, transformación, y ahora se siente irreconocible. Pero como un árbol de raíces firmes, la música de El Robot resistió las tormentas y vientos de su ambiente. En estos nueve años de invernación, Kramer fue a buscar la esencia de su proyecto a las raíces, para producir su obra más madura. – Eric Olsen – Reseña completa
15. Solange – When I Get Home
Columbia
When I Get Home es un ejercicio de comodidad y relajación, un disco que juega entre géneros y canciones desestructuradas. Solange trata sus composiciones como poemas abiertos y sus colaboraciones no como feats. sino como collages. Tyler, the Creator, Playboi Carti, Gucci Mane, Panda Bear, Steve Lacy, todos aportan su grano de arena en un disco guiado por el juego libre y la ambientación. En la tranquilidad de su hogar, Solange encuentra la libertad necesaria para crear una obra personal que reimagina los paisajes y la vida nocturna de Houston, la ciudad en la que se crió. La cantante norteamericana logra así un disco original que escapa de la omnipresencia del trap y de la transformación del formato del álbum en una playlist. When I Get Home es también un fiel seguidor de Blonde de Frank Ocean, una obra fragmentada que inspiró otros grandes discos de esta lista como Igor y Angel’s Pulse. – Eric Olsen
14. Cupido – Préstame un sentimiento
Primavera Labels / Universal Music Spain
El disco debut de los españoles Cupido bien podría ser catalogado como un híbrido sublime entre Drake y Mac DeMarco, la fusión perfecta entre la música urbana y el indie pop. La formación liderada por el trapero Pimp Flaco ya rebosa de reproducciones en Spotify gracias a sus hits contagiosos y llenos de genialidad como “Autoestima”, canción que se burla del narcisismo excesivo de esta generación con frases tan hilarantes como “Yo no quiero que me miren con envidia cuando me subo en el tren/Ni romperle el corazón a las mujeres que me ven/Si sabes de alguien más guapo que yo dime quién.” De igual forma, temas como “No sabes mentir” destilan frescura hasta cuando le cantan a los problemas de pareja. “5 senti 2” deviene en una balada emotiva y honra el título del disco, mientras que “Telepatía” imagina la comunicación mental entre dos enamorados cuando tienen sus smartphones sin batería. Y es que el eje central de Préstame un sentimiento es el amor y las fantasías que persisten (o incluso se intensifican) gracias a las redes sociales. – Laura Camargo
13. James Blake – Assume Form
Polydor
Basta con ver la extensa lista de colaboraciones de Assume Form para hacerse a la idea de que el nuevo trabajo de James Blake sugiere, al menos, un cambio de escala en un proyecto musical que en un principio surgió de la intimidad más absoluta. La aparición de algunas figuras de renombre (Travis Scott, Rosalía, André 3000), lejos de romper con esa cercanía presente en sus primeros discos, amplía su cosmovisión. Assume Form es un trabajo de transición que no termina de romper con ese soul tan etéreo ahogado en capas de sintetizadores, pero que sí lo empieza a llevar a terrenos más lúdicos que van desde los coqueteos con el flamenco en “Barefoot in the Park” y con el trap en “Mile High”, al ejercicio r&b de “Can’t Believe The Way We Flow”. James Blake no solo redescubrió el amor y el goce, sino que también está mutando y su proceso de transformación es tan fascinante como lo fue su punto partida. – Federico del Val
12. Thom Yorke – Anima
XL
Anima, el tercer disco solista de Thom Yorke, es una vorágine electrónica que dictamina su afán por recorrer los territorios desconocidos por la mente humana. Si The Eraser sirvió de pantomima y, su consecuente, Tomorrow’s Modern Boxes, como un portal hacia lo abstracto; Anima es el lento descenso hacia las profundidades oníricas de lo cotidiano. Esta alusión caótica que persevera en el imaginario de Yorke desde sus primeras composiciones y, obra tras obra, su lenguaje se complementó y reconfortó, creando uno de los senderos más extrovertidos de nuestra época. Anima es un disco complejo, de laberintos y pasadizos inestables, de sintetizadores inestables y loops de percusiones que diafragman melodías. Si uno no se agarra fuerte, cae suspendido en la distancia, en el atónito vertedero del sin sentido. Pero si uno toma viaje y atraviesa las fronteras, Anima se escurre para que cada gota deje una huella convertida en otra cosa; como una transformación subjetiva y canalizadora del mundo moderno. – Juampa Barbero – Reseña completa
11. Guli – Yate
Geiser Discos
Una embarcación pequeña ondula suavemente por el agua brillante, el sol pega tibio y un funk pop ralentizado impulsa al movimiento. Bastan solo unas imágenes simples para tener una idea de lo que se podrá oír en Yate. En esa simpleza radica su belleza y en su elegancia de no esforzarse en sonar pretencioso, su magnetismo. No busca entrometerse, sino fluir como una ola debajo de una refinada fiesta en un barco. En su tercer disco de estudio, Guli despliega un poder estacional que con soltura logra despegarse del clásico mote de “disco veraniego” y suena ameno desde su primera escucha. Con las participaciones de Juan Ingaramo y Ca7riel, entre otros, Yate propone un recorrido sin sobrecargos ni azucararse de más. Desde el saxo en “Bebé volvé” y las notas de piano armoniosas en “Ave Fénix”, hasta llegar al manifiesto sobre la marihuana en “M.M.B.F.” y el final de “No hay nadie” con su voz modulada, este disco logra con creces lo que se propone: trascender la frescura de los sonidos para convertirse en un paisaje cercano. – Luis Mendoza
10. Billie Eilish – When We All Fall Asleep, Where Do We Go?
Darkroom / Interscope
El LP debut de Billie Eilish, seguidor de su EP Don’t Smile At Me de 2017, encuentra a la joven artista con 17 años, mucho más madura, versátil y arriesgada. El título del disco es perfecto porque parece ser un viaje por un mundo de sueños, a veces de pesadilla y un poco descentrado, como si todo fuese a desaparecer en un segundo. El constante cambio en la producción y los amenazantes bajos que van y vienen realzan la sensación de estar en un sueño que no está del todo bien. Billie logró crear un mundo propio con este álbum, hay pocos trabajos actuales que suenen tan particulares y alejados del pop mainstream. Su recorrido la llevó a ser hoy el hito más grande de una generación joven que los medios de comunicación siempre tratan de extorsionar. Billie ha construido un imperio que la dejará entre las estrellas más grandes del pop cuando todo esté dicho. – Fernando Traba – Reseña completa
09. Diosque – Terruño
Geiser Discos
El terruño es la tierra de donde venís, es un vocablo cariñoso dotado de amor hacia el centro de las cosas y el origen, por más complejo que suene. En el nuevo trabajo de Diosque, uno de los grandes referentes del pop local, se plasman estas vicisitudes en torno a la patria sentimental y la permanente crisis del corazón. “Mi corazón no puede ponerse de acuerdo con mi cabeza,” canta el tucumano en “Corazón y cabeza”. En Terruño hay una sustancial particularidad que no tienen los discos anteriores de Diosque. Acá el yo lírico se posiciona desde un lugar de madurez y claridad. Ya no es ese muchacho de I can cion (2007) que quería vivir de la música y su familia no entendía su vocación, sino que ahora se permite aún más versatilidad. Los seguidores de Juan Román agradecerán que aparezca una reversión de «Federico García Calor», un tema de antaño en el vasto recorrido musical de este artista. En un contexto donde aflora cada vez más el mandato de lo efímero y todo pareciera resolverse en términos de «conquistar el mundo o no», es reconfortante saber que hay artistas de la talla de Diosque que se toman el tiempo para contemplar lo que está sucediendo y dejar huellas «como si fueran varias mitades.» En este sentido, el arte de tapa de Facundo Pires retoma un cuadro de Caspar Friedrich, pintor emblemático del romanticismo alemán del siglo XIX. Le añade unas caricaturas propias del estilo del músico tucumano, que nos miran a nosotros mientras buscan algo perdido, capaz un recuerdo, o una letra para el dolor. – Vera Buendía – Reseña completa
08. Charli XCX – Charli
Atlantic
Para quienes nos obsesionamos con los enigmas de la música pop es fascinante tratar de entender por qué Charli XCX continúa moviéndose en la periferia del mainstream sin lograr el reconocimiento popular que merece. Esta pregunta también está presente en la cabeza de la artista inglesa y la responde con un disco que se erige como una carta de amor al pop de industria de fines del milenio pasado pero que a la vez (casi a modo de protesta) lo subvierte y deconstruye hasta convertirlo en algo nuevo. Charli funciona como un rompecabezas donde cada pieza necesaria para la confección de una canción pop, aparece desordenada. XCX encontró belleza y liberación en una incorrección que ofrece una visión del futuro hedonista y al mismo tiempo distópica. Existe una relación estrecha entre la agresividad casi industrial y amorfa del sonido PC Music que impregna el álbum y su temática concentrada en la futilidad de las relaciones modernas, las drogas de diseño y la ansiedad de la era millennial. Tanto Warhol como Madonna basaron su creación artística en la creencia de que la cultura pop es una resignificación constante del pasado para hacer una lectura del presente y una interpretación del futuro. Charli no solo es la visión del porvenir que la artista decide interpretar, también es la culminación y la síntesis perfecta de su nueva identidad sonora. – Federico del Val
07. Blood Orange – Angel’s Pulse
Domino
El mixtape de Dev Hynes funciona como un compendio de ideas, recortes de sonidos, conceptos y referencias que develan su proceso creativo y desnudan las bases de sus anteriores trabajos. En Negro Swan, Blood Orange había explorado ideas comprometidas con las minorías y la vuelta a las raíces. Estas temáticas hacen pie en Angel’s Pulse, y se suman ideas sobre al amor romántico, las pérdidas y la nostalgia. El quinto trabajo del músico neoyorquino es corto y conciso (en su gran mayoría no superan los tres minutos de duración), y cuenta con varias colaboraciones y creaciones conjuntas. El álbum se enciende con “I Wanna C U” y unas notas simples de guitarra y una voz que lo abarcan todo. Más tarde aparece “Dark and Handsome”, en colaboración con Toro y Moi, canción que marcará el tono para todo lo que vendrá: la combinación perfecta entre R&B y melancolía. Las canciones se interrumpen unas a otras de manera abrupta, pero el disco sigue una dirección clara, dejando en claro cómo lograr un collage atiborrado pero interesante. – Luis Mendoza
06. Sara Hebe – Politicalpari
Independiente
“Todo es político… lo personal y todo lo demás,” dijo Sara Hebe en una entrevista este año. En su cuarto disco de estudio, la rapera de Trelew encontró lo personal en lo colectivo y lo poético en la urgencia. 2019 fue un año marcado por todo tipo de crisis nacionales, regionales y mundiales; Sara, como siempre, supo traducir la furia e incertidumbre en versos penetrantes. Ramiro Jota, su productor ejecutivo, trabajó con beat makers de todo el mundo como King Doudou y Astroboi, para armar un disco más electrónico que el rockero Colectivo vacío (2015) y el diverso Puentera (2012). Sara llama a pelear a través del perreo; hay trap en “:·: A.C.A.B.”, cumbia en “Movimiento Social El Deseo” y reggaetón en “La noche”. En canciones como “Rayan”, Sara reconoce sus privilegios y lo profundo que penetró el capitalismo en nuestros sueños y fantasías. Pero esa auto crítica es una oportunidad de reapropiación; en la entrevista mencionada, Sara propone “ante esta distopía, una utopía.” – Eric Olsen
05. FKA twigs – Magdalene
Young Turks
Para su segundo LP, FKA twigs se inspiró en la polémica figura de María Magdalena. Magdalene abre con los cantos eclesiásticos de “Thousand Eyes”; más adelante en “Fallen Alien” incluye voces susurradas y distorsionadas que buscan escapar del estándar de lo humano. Otras canciones optan por una instrumentación minimalista de influencias orientales. Se trata de una producción en la que Tahliah Debrett Barnett reflexiona sobre los paradigmas de la feminidad y el romance. Todo ello luego de pasar por una dolorosa ruptura con Robert Pattinson y una cirugía de extirpación de tumores uterinos. Pese a todo, Tahliah parece encontrar la redención en temas como “Home With You” y “Sad Day”. Pero Magdalene es un disco que también destila sensualidad, como el coqueteo con el trap y el R&B de la canción “Holy Terrain”. El resultado es una obra que desconcierta y conquista al mismo tiempo, y cuenta además con una impecable producción a cargo de Barnett junto a colaboradores de la talla de Nicolas Jaar y Skrillex. – Laura Camargo
04. Tyler, the Creator – IGOR
Columbia
Tyler, the Creator es el primer artista de rap en llegar al 1 de Billboard con un disco producido y arreglado en su totalidad por su autor. Ahora, Igor, el disco número 1 de Tyler, no es puro rap. Aquí conviven las múltiples facetas de su personalidad, pixeladas en capas y capas de voces procesadas digitalmente. En ese oleaje se cuelan invitados de alto impacto bajo un rol nada preponderante. Todos al servicio de esta obra total que parece sintetizar una dialéctica histórica a la altura de las expectativas. El halo amoroso que envuelve al disco no priva al artista de polemizar ideas y visiones. La chabacanería al borde de la misoginia ha dado paso a las reivindicaciones sociales subidas de tono. Tyler le canta a la juventud para que se despierte y asuma su status de súper estrella crucificada. El llamado a correr de las balas hasta que salgan alas se torna destino y presagio. Sus dardos no apuntan solo a quien detente poder político sino a los irresponsables emocionales. Igor es una oda al amor en clave neosoul que ablanda corazones. La producción es cuidadosa de no empalagar y los detalles estelares no se repiten. Esto no es soul ni R&B, es música con ansias de infinito conjugada sin desatender la historia musical. Tyler, the Creator no es solo un gran rapero o un tremendo productor. Es Igor y ahí viene. – Sebastián Salcedo Amor – Reseña completa
03. Mi amigo invencible – Dutsiland
Independiente
“Solo quiero saber si estás acá o estás ahí/En el teléfono o en mí,” se pregunta Mi Amigo Invencible en “Desayuno continental”, una apertura mid tempo en donde los teclados de Pablo Di Nardo ambientan un marco ideal para la primera de las tantas inquietudes líricas que plantean los mendocinos a lo largo de Dutsiland. En su cuarto disco, la banda vuelve a sumergirse en ese podio de coros taciturnos y melodías amenas que siempre los caracterizaron. Dutsiland es una obra de pinceladas poéticas y visuales que acompaña nuestra propia reflexión. La banda supo encontrar la armonía necesaria entre los tiempos vertiginosos que corren, la crisis que atravesaron y su pasión por hacer música. Con hits tímidos y climas ambientales, Dutsiland requiere una atención serena y detenida, como señaló Mariano Di Cesare, “dedicar media hora a lo que sea es fortalecer treinta minutos de tu vida.” Esperamos que Mi Amigo Invencible continúe fortaleciendo nuestras vidas, y las suyas. – Ignacio Sánchez – Reseña completa
02. Lana Del Rey – Norman Fucking Rockwell!
Polydor / Interscope
En su libro Realismo capitalista, Mark Fisher escribe que, en la actualidad, nos es más fácil pensar en un apocalipsis mundial que en una alternativa a las injusticias del capitalismo. Es un extremo dramático que contextualiza muy bien el quinto disco de Lana Del Rey. Norman Fucking Rockwell! explora el sueño norteamericano vuelto pesadilla y la decadencia de la cultura popular, mientras el mundo se derrite en las playas de Los Ángeles. Lana también cambió y envejeció, ya no se siente parte de la juventud que idealizaba en su disco anterior: la sonrisa que lucía en la portada de Lust for Life desapareció. Todo suena profético en Norman Fucking Rockwell!, desde las letras de Lana, las más realistas y pesimistas de su repertorio, hasta la instrumentación acústica. La producción en manos de Jack Antonoff es limpia y clásica, no hay mucho más que pianos, guitarras y baterías. La protagonista acá es Lana, la cantautora más talentosa de su generación, presentando su disco más maduro hasta la fecha. – Eric Olsen
01. Wos – Caravana
Independiente
En los tiempos fugaces en los que vivimos se hace cada vez más rentable sacar temas aislados como singles que formar un disco. La liquidez de la actualidad hace que todo el trabajo necesario para desarrollar un álbum como conjunto sea cada día más difícil de encontrar. Por eso se vuelve tan ansiada la espera por un álbum si del artista solo se conocían temas por separado.
Caravana, el primer disco del rapero y freestyler bonaerense Wos, se construye a partir de la heterogeneidad de contenidos: va surfeando diferentes géneros musicales como el rap, el rock, el trap y el funk. El hilo conductor es la protesta social, el tópico más usado dentro de las letras del joven rapero que siempre fue conocido por su activa lucha frente a los derechos humanos. Esto no deja de lado el tratamiento de otras temáticas como lo son las fiestas con sus amigos, el amor y, en consecuencia lógica, el desamor: «Había lugar en tu cama/Y me volví un okupa,» reza en el sexto tema del disco.
El comienzo del álbum se ve desbordado por la cantidad energética que provee a partir de «Canguro», con un tinte político y crítico al momento actual del país. Los cambios de ritmos constantes generan un groove especial a partir de la intercalación entre batería y bajo propuesta en el beat. El segundo track, «Fresco», marca la diferencia y propone un ritmo más cercano al funk y al pop con la puesta en juego de diferentes melodías de saxo a cargo de Ezequias Aquino.
Ya con «Pantano» y «Melón vino» el disco se adentra en una terreno más denso y melancólico. Sin dejar de lado los estribillos pegadizos, ambos temas contienen una esencia más serena y calmada generadas a partir de bases menos explosivas y letras introspectivas. Si la tranquilidad siempre precede a la tormenta, ambos temas funcionan como introducción para el fuerte y pesado riff de «Luz delito». Inspirado en el famoso tema de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, «Luzbelito», es fácil escuchar la relación entre las melodías de ambas canciones. En esta especie de homenaje a la banda del Indio Solari, el rock es el género musical predominante. Guitarra, batería, bajo y beatbox se complementan para hacer una amalgama musical.
«Okupa» vuelve a mostrar un ritmo pegadizo basado plenamente en el rap, con un beat más electrónico que vuelve a demostrar cómo el joven rapero puede desenvolverse en cualquier ámbito con destreza y singularidad. De esta manera llegamos al final del corto disco con «No va a bajar», una especie de trap que guía la finalización del álbum a partir de un ambiente más relajado. «Antes de endurecerme y joderme por completo/Prefiero que la luna haga espuma de mi esqueleto,» rapea Wos. Si la intensidad y queja fueron ejes en varios pasajes de su disco, aquí se ponen en juego temáticas más triviales.
Caravana propone una nueva estructura del rap, desenvolviéndose en una amplia variedad de estilos musicales. A pesar de su corta duración, las matices en juego son tantas que es difícil encasillarlo en un solo género musical. En su primer disco, Wos nos demuestra cómo intercalar diversos ritmos para crear una novedosa especie de música más allá de los regímenes hegemónicos. Si para muchos el rap estaba en un coma a punto de morir tras la aparición del trap, Caravana es una inyección de vida, una reorganización del género que, cual ave fénix, vuelve a nacer transformada en un nuevo orden. – Hipólito Callori – Reseña completa